Autor: Amigo Invisible
Para:
nowhere1girl Título: Con un poco de ayuda (de mis amigos)
Personaje/pareja(s): Centrado en Nick, Blaine y Wes. Niff y Klaine por un lado.
Rating: PG-13
Resumen: Después de las Regionales, los Warblers de la Academia Dalton son invitados a un evento muy especial. Con un poco de ayuda de sus amigos, superarán algunas dificultades; Wes lidiará con sus sentimientos de derrota, Nick con su enamoramiento secreto y Blaine con sus inseguridades respecto al futuro.
Disclaimer: Ningún personaje me pertenece. Ni los de Glee, ni las entidades reales mencionadas de paso. Sólo Nadia, pero ella casi ni es personaje.
Advertencias: N/A.
Notas: Espero que te guste &hearts <33. Si tengo algún dato mal al respecto del sistema educativo estadounidense, lo siento mucho (cualquier corrección es más que aceptada). También, estoy tomando de Glee el hecho de que los maestros en Dalton son aparentemente innecesarios, porque los chicos se pueden cuidar por sí mismos, etc. No existe nada como el Festival Nacional de Grupos Universitarios Masculinos de A cappella, es una invención mía para la ocasión. Ah, y esto lo empecé antes de que Curt Mega publicara su mini-fic sobre Nick; no saben cómo me reí cuando eso pasó.
Parte I***
Nick toma un sorbo de su latte. Se pasó un poco de azúcar, pero no le molesta. Es difícil molestarse cuando se está feliz. El Concejo eligió su canción, la canción que él y Jeff prepararon, así que la presentarán frente a más de veinte grupos de a cappella de diferentes partes del país. Grupos legendarios lo escucharán cantar y él va a dar todo de sí; Jeff y él van a arrasar con ese público, que si no.
-¿Y Jeff? -pregunta Kurt, revolviendo su mocha con pereza. Están solos en la cafetería. El resto de sus amigos tienen cosas que hacer, pero ellos ya adelantaron toda la tarea, así que tienen tiempo para consentirse con café sin preocuparse de pendientes.
-Tiene tutoría de química -contesta Nick.
-No sabía que le fuera mal...
-No -dice Nick, con una sonrisa-. Él la está dando. A un chico de primero.
-Oh. Eso es genial -dice Kurt, mucho menos animado de lo que sus palabras indican-. Sin ánimo de ofender, porque tu compañía es más que aceptable, ¿por qué Blaine tiene que tener Francés cuando yo tengo periodo libre? Yo podría enseñarle francés. O mejor, podríamos dedicarnos a cierta actividad que incluye nuestras bocas y esa palabra... Hablando de eso, ¿puedes recomendarnos algún lugar poco concurrido para los viernes?
Nick no puede evitar reírse.
-A nadie le importa si tú y Blaine quieren besuquearse aquí.
Kurt levanta una ceja.
-Yo diría que es todo lo contrario -asegura, moviendo la cabeza en señal de negativa-. Son casi criminalmente entusiastas al respecto. Puedo jurar que ayer alguien nos tomó un par de fotografías. Y un "reportero" del Dalton Monthly trató de entrevistar a Blaine sobre su “apasionado romance” y cómo había afectado su “rendimiento” en las Regionales. Si Blaine no me detiene de arrancarle la grabadora y arrojarla hasta la cancha de americano, estoy seguro de que hoy estaría suspendido.
El discurso de Kurt está hecho con una seriedad que Nick encuentra irresistiblemente hilarante. Por supuesto que Kurt hace las señales de comillas con los dedos. Nick bebe un poco más de su café con una sonrisa en la boca.
-Que difícil salir con la estrella del colegio -bromea Nick, siguiéndole el juego.
-Ni que lo digas -dice Kurt sin cambiar de tono-. Es tan difícil ser la envidia de todo el alumnado gay (y la mitad del hetero) de esta escuela. Hoy en la clase de Historia Nacional, Trent me preguntó si era cierto que Blaine tenía una marca de nacimiento en forma de mariposa. No sé de dónde sacan todas estas cosas, pero cuando alguien me vuelva a preguntar si los labios de mi novio saben a raspado de coco, no aseguro mantenerme dentro del Código de Honor.
-Por el otro lado, debes admitir que ser novio de Blaine tiene sus ventajas.
Con un dedo en la barbilla y una mueca, Kurt parece ponderarlo un poco.
-Supongo que tienes razón -admite sin aguantar una ligera risa.
Nick se pregunta si tal vez debería contarle a Kurt lo que le pasa. Después de todo, el chico tiene experiencia en eso de enamorarte de tu mejor amigo. Aunque su situación es algo diferente. No es que no confíe en Blaine o en Thad. Es sólo que los conoce desde hace tanto y ellos conocen a Jeff y… es diferente. Kurt es un chico sensato pero sincero. Dolorosamente sincero, Nick lo sabe. Y tal vez es eso lo que necesita en este momento. Un baño de realidad.
Pero no puede atreverse a decir nada. Es un secreto tan suyo, tan importante. Ni siquiera puede imaginar el sonido de las palabras en voz alta: “Estoy enamorado de Jeff”. No quiere tenerlo fuera de sus manos. No quiere poner sus sentimientos, frágiles y sin esperanza, ante los ojos de nadie. Entonces no dice nada. Por un largo rato.
-Estás extrañamente callado hoy -dice Kurt cuando se ha terminado su café-. No me molestaría continuar con mi monólogo sobre lo terrible que es la vida ahora que he dejado de ser soltero, pero me preocupa aburrirte.
-¿Cómo lidiaste con todo? -pregunta Nick-. Con estar enamorado de Blaine y que él ni se diera cuenta.
Kurt frunce un poco el ceño.
-Pues, supongo que estaba resignado. Al principio, molesto. Un poco. Pero más que nada, resignado. Y después, casi me daba igual. Es decir, no es que hubiera dejado de quererlo de esa manera. Eso nunca pasó. Pero mis hormonas se calmaron de a poco. Tenía a mi mejor amigo. Un mejor amigo de verdad, alguien a quien podía contarle todo, con quien nunca sentía vergüenza, con quien me sentía comprendido y apoyado. Poniéndolo en perspectiva, es casi como lo que tenemos ahora, menos el besuqueo. No digo que no me encanta que seamos más que amigos. Pero lo de antes era bastante genial. Lo de ahora es simplemente fantástico. No sé si me entiendas…
El sabor del café empieza a hacerse amargo en la boca de Nick. Quisiera decir que entiende todo, pero sólo entiende una parte. O más bien, entiende lo que Kurt quiere decir perfectamente. Pero nunca ha experimentado el ir de “bastante genial” a “simplemente fantástico”. Y lo quiere tanto.
***
Comparando el inicio de la semana anterior, con el de ésta, Wes no puede sentirse más que satisfecho de las mejorías. No es que no le encante ser parte del Concejo. Le encanta. Pero ha sido integrante desde hace casi dos años y ha desempeñado el puesto de líder por más de la mitad de uno. Así que, no puede negar que disfruta tener tiempo libre en la escuela. No recordaba lo mucho que su día se iba en ocuparse de hasta las cosas más pequeñas para el coro, como asegurarse de que tuvieran una libreta para las minutas o revisar las listas académicas para comprobar que ninguno de sus Warblers tuviera problemas de rendimiento.
Pero no sólo eso. Su canción fue seleccionada para la presentación en el Festival. Después de tanto tiempo, tendrá una interpretación solista con los Warblers, y aunque no es en una competencia, es un evento de importancia. Además, todos sus queridos Warblers dieron comentarios positivos a su canción. Será su último momento de gloria con ellos y va a exprimirle hasta la última gota.
Por supuesto que, a pesar de que no es su responsabilidad, Wes sigue al pendiente de los movimientos del Concejo. Más que nada, le interesa conocer del desempeño de Kurt. No porque no confíe en él, todo lo contrario. De no confiar en él, nunca lo hubiera sugerido como provisional. Sabe que Kurt tiene un excelente sentido de la organización y confía en que sabrá cómo llevar las cosas para que el viaje y el evento no tengan contratiempos.
Interrumpiendo sus pensamientos, David llega a sentarse a su lado en la biblioteca.
-Es raro no tenerte en las juntas -susurra David.
Wes sonríe ante su apego al Código de Honor. Están en la zona más apartada y ruidosa del recinto, pero un Warbler tiene el deber de mantener la imagen apropiada del estudiante modelo, incluso fuera de la sala de coro.
-¿Qué tal le va al chico?
-Debo decir que es muy entusiasta y tiene opiniones para todo. La dinámica es diferente, pero Thad es bueno con él. Yo no tengo gran problema.
-Me alegra que el Concejo no se caiga a pedazos en mi ausencia -dice Wes a modo de broma. Aunque, realmente es un alivio para él que las cosas puedan funcionar sin que esté presente.
-No pensé que aún desearas estar en el escenario.
-Ni yo. No me había dado cuenta de lo mucho que lo extrañaba.
Y es verdad. Hasta el momento en que Kurt le dejó la curiosidad, no había ni siquiera pensado en ello. Con todo lo que se tiene que hacer en el Concejo, ¿qué tiempo habría para preparar una canción?
-Esto no va a hacer lo mismo sin ti -dice David-. Tú lo hiciste increíble.
Wes sonríe. La experiencia Warbler ha sido mucho más de lo que él esperaba en su primer año. Desde conocer a sus mejores amigos hasta descubrir su capacidad para el liderazgo.
-Gracias. Yo tampoco creo ser lo mismo sin ustedes -admite.
David choca un hombro contra el de Wes, juguetonamente.
-Pero, ¿sabes? No puedo esperar a que estés allá afuera, conquistando el mundo.
-Yo tampoco.
***
Es probablemente más de la medianoche, pero Blaine no puede dormir. Mira al techo de su habitación con los ojos abiertos en la oscuridad. En su mente, repasa los hechos sucedidos después de su audición del viernes.
Había sido el último en ser llamado para la deliberación. Ya habían anunciado la elección de tanto la canción de Nick y Jeff como la de Wes, así que Blaine estaba casi seguro que su número también sería elegido.
Entró a la sala de coro, con la misma seguridad con la que había cantado antes ahí.
-Estuviste perfecto, como siempre. Y no queremos presentarnos sin nuestra estrella -dijo Thad, antes de que Kurt carraspeara y lo hiciera desviar la mirada.
-Pero el Concejo piensa que deberías buscar otra canción -dijo Kurt entonces, con toda seriedad-. Una que se acople a tu interpretación. A pesar de que lo que hiciste hoy era claramente tú, creemos que pudiste haberte desplegado mejor. El martes se te hará una segunda audición contra otros dos Warblers por el número de apertura.
Esa misma noche, en la sala de los Anderson, después de la cena con sus padres, Blaine y Kurt disfrutaban de una vieja comedia romántica que en ese momento pasaban en la televisión. Kurt rodeaba a Blaine con un brazo y éste recargaba la cabeza en su hombro.
-¿Algún consejo? -preguntó Blaine durante un segmento de comerciales.
Kurt a su lado soltó un suspiro. Seguramente había estado esperando esa pregunta y también había estado pensando cuidadosamente en una respuesta.
-En mi primera audición, tú me dijiste que no tenía que esforzarme tanto. Después de un tiempo comprendí a lo que te referías. Ahora me toca decirte lo mismo. Al principio, parecía que estabas esforzarte tanto en contenerte, como si no hubieras querido ser elegido. Y después, a media canción te volviste un poco loco. Francamente, no creo que el problema fuera tu selección musical.
Blaine se quedó callado, sin saber que decir. Los comerciales ya habían terminado, pero la película había sido obviamente reemplazada.
-¿Por qué elegiste esa canción? Eso que dijiste de pensar en mí, fue lindo, pero…
-¡Era verdad! -se apresuró a interrumpir Blaine-. Mi papá me dio ese disco de Sinatra la semana pasada, y cuando lo escuchaba, no dejaba de pensar en ti. Creí que te parecería romántico.
Kurt lo aprieta un poco más contra su cuerpo.
-Me gusta que pienses en mí. Pero me gusta más que hagas lo que tú quieras hacer. Así que anda, elige tu canción ridícula a tu gusto. No hagas las cosas por complacerme. O a nadie más.
Así que ahora, Blaine tiene el problema de que, por un lado, quiere hacer lo que Kurt le dice. Pero por otro, se pregunta si lo hace por complacerse a sí mismo o por complacer a Kurt. Y si elige una canción que sabe que sería obvia para él, ¿estaría complaciéndose a sí mismo, o estaría complaciendo al grupo que ya tiene ciertas expectativas sobre él?
¿Y si complacer a los demás es lo que él suele hacer para complacerse a sí mismo? Blaine da una vuelta y ahoga su rostro en la almohada. Por ahora, sólo quiere dormir. Tal vez, soñar con complacer a su novio de una manera más… caliente.
***
Nick se hunde en la suavidad de la cama. Los aviones lo ponen de mal humor. Jeff se sienta a su lado, tan alegre como siempre. Escucha a Flint quejarse de su hambre, mientras que Blaine entra detrás de él y cierra la puerta. Son las ocho de la mañana, pero Nick no pudo cerrar los ojos durante todo el trayecto y se siente agotado. Está contemplando saltarse el desayuno de cortesía.
-Qué mal que Kurt se tiene que quedar con David y Thad -comenta Jeff.
Blaine es el primero en asentir. Les han dado cuatro habitaciones en unos viejos dormitorios de la universidad, que ahora se implementan como un pequeño hotel, y el Concejo (más Wes) obviamente tiene que permanecer en el mismo cuarto.
-Pero al menos mañana podremos pasear con él -dice Blaine, mientras acomoda el equipaje de todos en un estante. Está a punto de sentarse en una de las camas dobles, cuando unos golpes se escuchan en la puerta.
-Chicos, hay que vernos en diez minutos en la entrada -se escucha la voz de David a través de la puerta.
Animado, Jeff estira los brazos y comienza a hablar de lo fantástico que se lo van a pasar. Nick no quiere ni moverse de su cómodo lugar en la cama, pero cuando Jeff empieza a jalarlo del hombro, no puede negarse.
Se levanta para lavarse la cara en el baño. Lanza una mirada afuera. Jeff podría estar flotando de lo emocionado que se ve. Nick sonríe. No todos los días viaja a otro estado con sus mejores amigos. Ya habrá tiempo de dormir después.
***
La opinión de Wes definitivamente ha cambiado desde hace dos semanas. Este evento es claramente casi tan bueno como Nueva York, en cuanto a honor para Dalton se refiere.
Durante el encuentro de bienvenida, Wes ha estrechado la mano de los nombres más importantes en el mundo del a cappella universitario, como el líder de los Aires de Darmouth o el productor Bill Hare. Incluso, uno de los integrantes de los Krokodriloes le preguntó si cantaría algo en la presentación cuando mencionó que había sido admitido en Harvard. Todos tenían curiosidad por conocer al grupo de preparatoria que había sido invitado por excepción. Los Warblers estarían en el mapa por años después de esto, y todos los chicos tendrían una importante referencia si quisieran audicionar para algún grupo en la universidad. Wes definitivamente estaba orgulloso.
Quién no parecía muy complacido era Kurt. De hecho, lucía abrumado. Había tenido que aprenderse los nombres de todos los grupos que se iban a presentar y, aunque los manejaba a la perfección, resentía un poco ser el menos preparado para hablar con ellos. Él había insistido que Wes estuviera en el encuentro, como miembro honorario, asegurando que se lo merecía por su trayectoria con los Warblers, pero Wes empieza a sospechar que realmente lo hizo para salvarse de tener de tener que conversar con alguien sobre doo-wops.
-No entiendo la ciencia detrás de esta locura. Simplemente no la entiendo -le dice Kurt mientras están lejos del grupo de gente, junto a la mesa de las bebidas. A lo lejos, Wes mira a David y Thad entrevistarse con algunos integrantes de On The Rocks.
-No tiene ciencia Kurt. Es pura diversión -dice Wes, entretenido por la expresión de aburrimiento de su compañero.
-Excepto que no lo es. Por lo que he escuchado, aquí todos se toman esto de los soniditos muy en serio, y trabajan duro para que sean perfectos.
-Es que ahí está la diversión.
Kurt niega con la cabeza y pretende que los edificios fuera de la ventana son realmente interesantes.
***
-¿Listo? -le pregunta Thad, dándole una palmada amistosa en la espalda.
Blaine asiente. Thad se aleja para asegurarse de que ningún Warbler está sufriendo un colapso nervioso. Sólo una canción más de los Hullabahoos y les tocará subir al escenario. Pero Blaine no está preocupado por su canción.
Después del desayuno, se les habían permitido dos horas para pasear libremente mientras el Concejo (más Wes) se dedicaba a los asuntos administrativos. Un poco decepcionado de no poder turistear con Kurt en su primer viaje como novios fuera de Ohio, Blaine había aceptado ir con Nick, Jeff y otro par de Warblers a la galería de arte de la universidad. Así, caminando por los extensos terrenos del campus, Blaine no pudo evitar recordar la “sugerencia” de su padre.
Se preguntaba cuántas personas soñaban con llegar hasta ahí. Contemplaba los edificios, los hermosos jardines, los grupos de universitarios despreocupados… Era un lugar hermoso, cierto. Pero Blaine no podía llegar a sentir lo que se suponía que tenía que sentir. Las ganas de pertenecer a ese lugar. Y realmente quería sentirlas, lo intentaba con todas sus fuerzas. Pero no pudo.
No puede imaginarse ni en Yale, ni en Harvard, ni en Princeton… Y es ridículo, se siente como un adolescente caprichoso, porque tampoco se le ocurre ninguna justificación, porque parece que es sólo una rabieta contra su padre.
Pero sea como sea, no puede imaginarse en ningún lado, excepto en donde está ahora, acompañado de sus amigos, detrás de un escenario, con la emoción que antecede a una presentación musical.
Segundos antes de que les toque salir, Kurt le aprieta el brazo entre una mano al pasar a su lado, en señal de apoyo. Todos sus Warblers están afuera, listos para apoyarlo con sus voces. Sólo tiene que salir y, por unos cuantos minutos, podrá ser lo que él quiera ser. O lo que el público quiera que sea.
Las primeras notas graves comienzan a sonar y Blaine respira hondo. Da unos pasos a través de la cortina.
-Do I attract you? Do I repulse you with my queasy smile?
Toma el centro del escenario y mira a la audiencia. Rostros animados, rostros curiosos, rostros aburridos, rostros distraídos… No se puede complacer a todos, eso es cierto. Pero mientras tenga su voz para hacerlo, no parará de intentarlo.
-Am I too dirty? Am I too flirty? Do I like what you like?
Blaine dialoga con su público, se asegura de atraparlo, con sus pasos de baile, con sus expresiones, con sus inflexiones vocales. Un movimiento de cadera aquí, un saltito por acá. Tal vez es demasiado, pero nadie se lo va a impedir. Sonríe. Éste es su dominio.
-Why don’t you like me? Why don’t you like me without making me try?
Y es verdad. ¿Por qué su padre simplemente no puede aceptarlo tal como es? ¿Por qué tiene que hacerlo sentir como la peor decepción todo el tiempo? ¿Por qué no pueden ser las cosas tan fáciles como son en este momento, en este escenario, en el que nada más que su talento importa?
-I try to be like Grace Kelly, but all her looks where too sad. So I tried a little Freddie. I’ve gone identity mad!
Una pose elegante, una cara triste, un baile exuberante… Pasa de lo uno a lo otro sin pestañear y, sí, lo sabe, tiene al público en la mano. La gente se ríe, le aplaude, sacude la cabeza.
Voltea hacia atrás, donde el resto de los Warblers se mecen de un lado a otro, con sonrisas incontenibles, mientras cantan el acompañamiento. Se acerca al último de la fila, que es Chris, y lo toma del brazo para sacarlo del grupo.
-I could be brown, I could be blue, I could be violet sky.
Uno a uno, Blaine se encarga de que los Warblers vayan de fila uniforme a espiral sin sentido, mientras que siguen cantando sus armonías sin titubear. Algunos Warblers bailan, otros se cruzan de brazos, otros se siguen meciendo de un lado a otro.
-I could be purple, I could be hurtful, I could be anything you like.
La canción continúa y Blaine regresa al frente del escenario. Mientras tanto, los Warblers detrás de él vuelven a formarse en fila, lentamente. Voltea a verlos una vez más y se encoge de hombros, lanzándoles una mirada juiciosa.
-But you only want what everybody else says you should want!
Blaine sonríe entonces y continúa su espectáculo como si nada.
Tal vez no puede creer en sí mismo mientras está cenando con sus padres, en su casa en Ohio. Pero está seguro de que con un micrófono en la mano, es capaz de cualquier cosa.
***
-He pensado que ella tiene razón -había dicho Jeff, así, de la nada, mientras se preparaban para salir al escenario.
Nick, primero confundido y luego impresionado, había preguntado, sin pensarlo detenidamente:
-¿Vamos a dejar de ser amigos porque tu ex novia cree que pasamos demasiado tiempo juntos?
-No. No quiero dejar de ser tu amigo. Nunca -había sido la críptica respuesta de Jeff.
En el escenario, mientras canta de fondo para Blaine, lo único que Nick puede pensar es en esas palabras. Una y otra vez. Jeff, que está hasta el otro lado de la fila, sonríe como si nada pasara. A Nick hasta se le olvidó desearle suerte antes de salir. Probablemente sea algo tarde para ello. La canción de Blaine termina, y antes de que los aplausos se apaguen, sus compañeros empiezan a corear los “oh, oh, oh”.
Nick da unos pasos al frente. Blaine pasa a su lado y le da una palmada de apoyo. Con todo el asunto de la confusión, se le habían olvidado los nervios. No es lo mismo ser el Warbler de fondo que ser el Warbler de frente, eso es definitivo. Respira hondo. Sabe que Jeff ya ha aparecido a su lado, pero por el momento decide no mirarlo.
-
The more you see, the less you know, the less you find out as you go.
Su voz sale melancólica, sentida, de una manera que no había ocurrido en los ensayos. Pero perfecta. Ni una sola quebradura, las notas correctas. Quiere sonreír, sin embargo, se abstiene. No es una canción exactamente feliz. Canta con su mirada en la audiencia, hasta que escucha la voz de Jeff. Entonces simplemente tiene que mirarlo.
-Neon heart, day glow eyes. A city lit by fireflies.
Jeff no sonríe, pero sus ojos traslucen tantísimas emociones que Nick se pregunta, en qué estará pensando. No tiembla, no falla, pero sabe que está nervioso.
-They’re advertising in the skies, for people like us.
Y entonces sus miradas se encuentran. Esta es, después de todo, su canción, la canción de los dos. No están cantando mas que para ellos mismos. Juntos.
-And I miss you when you’re not around -canta Nick con suavidad.
-I’m getting ready to leave the ground -le sigue Jeff.
Comienzan a moverse en el escenario, uno a cada lado, mientras que los otros Warblers dan algunos pasos al frente.
-Oh, you look so beautiful tonight -canta Nick con intensidad y las manos hechas puños a los costados. Jeff armoniza con él y no hay nada que sea tan grandioso como el sonido de sus voces juntas.
-In the city of blinding lights -canta Jeff. Nick busca su mirada al otro extremo del escenario y cuando la encuentra sólo quiere correr hacia él.
Cantan las siguientes estrofas y regresan al centro del escenario, donde el resto de los Warblers hacen su movimiento de dos pasos al compás de la música. Se encuentran en el medio y comparten una pequeña sonrisa.
-Time! Won’t leave me as I am -le toca cantar a Nick, que deja cualquier duda de lado para dejar salir su voz con energía.
-Time, won’t take the boy of this man -lo secunda Jeff, pasándole un brazo por el hombre.
-Oh you look so beautiful tonight -cantan los dos, una y otra vez.
Los Warblers los rodean y se unen a ellos, mientras el público corea los “oh, oh, oh”. A Nick no le sorprende darse cuenta que se ha pasado toda la presentación poniendo atención a Jeff únicamente. No, ya no le importa.
Esto es lo que siente. Cualquier cosa es mucho mejor con Jeff.
***
Cuando las luces se apagan y es su turno de pasar al centro del reflector, Wes está seguro de que perderá la voz. Las notas en secuencia comienzan a escucharse. La luz le lastima los ojos, así que los cierra por un momento. Agarra aire. Es hora de que el espectáculo continúe.
-Empty spaces, what are we living for?
Su voz es clara y vibrante. La audiencia reconoce la melodía y las voces de sorpresa no tardan en alzarse. Su cuerpo se deshace de los nervios con cada nota, con cada ademán de sus manos.
-On and on! Does anybody know what we are looking for?
El escenario completo se ilumina, pero Wes se mantiene firme en su lugar en el centro. Los Warblers detrás de él deben avanzar al frente con paso marcial y distribuirse por el escenario. Sin embargo, eso no debe preocuparle. Debe concentrarse en su propia voz, en sus propios movimientos.
-Hold the line! Does anybody want to take it anymore?
Es su momento. Y lo va a aprovechar.
-The show must go on!
La sensación es increíble. Deja las notas salir libres, descaradas, desde su garganta y desde lo más fondo de su alma. Tanto tiempo sin tomar un solo, tanto tiempo sin sentir esta adrenalina.
-Inside my heart is breaking, my make-up may be flaking, but my smile still stays on.
Es una canción demasiado dramática, Wes lo sabe. No tiene nada que ver con los típicos números de Katy Perry que él aprueba y fomenta para el grupo. Pero quería hacer algo diferente, algo especial. Era todo o nada y a Wes le alegra que resultara haber sido todo.
-I’ll top the bill! I’ll overkill! I have to find the will to carry on… On with the show!
La última nota se rasga en su garganta, pero resuena perfectamente en la acústica del lugar. Algunos espectadores se han levantado de sus asientos para aplaudir, mientras que sus Warblers lo han rodeado para abrazarlo. La cortina cae sobre ellos. El cierre perfecto.
***
-Yo diría que este evento ha sido un éxito -dice Kurt durante el desayuno, mucho más relajado que la mañana anterior. Está sentado con el Concejo, esta vez no por obligación sino por voluntad propia.
-Gracias a tu arduo trabajo, Warbler Kurt -dice Wes. No se ha hecho ningún anuncio, pero él ha vuelto claramente a su modo de líder.
-He oído que te hicieron una propuesta interesante ayer después del espectáculo -comenta Kurt con un tonito instigador.
-Oh, eso. Los Krokodiloes de Harvard trataron de reclutarme.
-¿Y…?
-Bueno, dijeron que tendría que audicionar como todos, pero que las probabilidades eran altas.
-Eso es fantástico -dice Kurt, acompañando su emoción con unas palmaditas.
Wes sonríe.
-Sí. Supongo que puedo con las dos cosas. Lo he hecho hasta ahora. Tengo que volver a agradecerte Kurt. Has sido honorable -dice Wes con voz ceremoniosa.
Kurt sólo sacude la mano y da un trago a su jugo de naranja. Wes siente un afecto inexplicable por el chico. Nunca hubiera esperado que pudieran llevarse tan bien. Ahora siente un poco de pena porque no podrán conocerse mejor.
-¿Te molesta si te lo robo? -escucha decir a Blaine.
Ha aparecido entre las sillas de Kurt y Wes, dirigiéndoles a ambos sonrisas de saludo.
-Un honor, Warbler Blaine. Por cierto, felicidades. Los dejaste anonadados.
-Mira quién habla, tú también estuviste extraordinario.
-Yo voy a ser un abogado despiadado y a mandar el mundo con benevolencia. Pero tú, tú vas a brillar Blaine. Estás hecho para ser una estrella.
Blaine sonríe. Es algo que ha oído tantas veces que ya debía haber perdido el significado. Y sin embargo, en este momento, significa demasiado para él.
Después de despedirse del Concejo, Kurt se levanta de su asiento, y toma el brazo de Blaine para caminar a su lado. A Blaine le gustaría besarlo, pero se conforma con eso por el momento.
-Hay algo que he olvidado decirte -dice Blaine, haciéndose el misterioso-. Lo mucho que me gusta verte en una posición de poder.
Ambos se ríen mientras salen del comedor.
-Así que, ¿vamos a ir a las oficinas de Admisiones? -pregunta Kurt cuando van caminando por los pasillos con dirección a la salida del antiguo dormitorio-. Tienen un programa de Teatro nada despreciable. Tu papá dijo Yale, pero no dijo que tenía que ser Economía.
-No voy a entrar a Yale -dice Blaine con firmeza.
-Blaine, claro que sí, eres de los mejores de todo el colegio.
-No -dice Blaine, sacudiendo la cabeza en señal de negativa-, no me refiero a eso. No quiero hacerlo. No lo haré.
Kurt frunce un poco el ceño, confundido.
-Bien…
Blaine respira hondo. Esta vez está seguro. No hay nada que quiera más que dejarse en un escenario. Y sabe cuál es el camino que quiere seguir.
-Quiero cantar. Y si voy a hacer eso, quiero hacerlo bien. No a medias. No con temor. Quiero ir a Nueva York.
-Nueva York entonces.
Sin preguntar qué significa eso para su relación, sin asumir que tenga algo que ver con ellos, Kurt sólo se abraza un poco más de él. Blaine enreda sus dedos entre los de su novio. Hay días en los que se pregunta, cómo pudo vivir sin esta persona en su vida.
***
Ya que Blaine ha dejado la mesa para irse con Kurt, y Flint se ha ido a sentar con el Concejo para preguntar sobre las actividades del día, Nick y Jeff están a solas por primera vez desde la extraña ocurrencia de la tarde anterior.
Las cosas no habían estado incómodas entre ellos porque habían estado siempre rodeados de otros Warblers. Pero ahora, Nick estaba seguro que los montones de preguntas se le reflejaban en la cara.
-¿Qué quiso decir... todo eso, antes de la presentación? -se atreve a preguntar. Después de cantar con Jeff (y para Jeff) en un escenario, se siente un poco más valiente respecto a todo el asunto.
Jeff se muerde los labios como si hubiera estado esperando la pregunta. Suelta un suspiro resignado.
-No lo sé -comienza a decir-.Sólo porque a veces quisiera saber qué pasaría si yo fuera gay, o qué pasaría si me interesaras de esa manera... Y a veces siento que sí me interesas de todas las maneras en el mundo. Y quisiera que no fuera tan complicado. No quiero arruinar lo que tenemos, ni que creas que te uso para experimentar con mi sexualidad, ni que sólo pienso en esto porque estás ahí y eres bi... Eres mi mejor amigo y quiero que siempre lo seas. Eso sí te lo aseguro.
Y, eso es inesperado. El corazón de Nick se vuelve loco. No sabe si ha escuchado bien, pero tiene que haber escuchado bien, porque si no, no sabe qué hará ahora que todas las posibilidades se han implantado en su mente.
Respira hondo, pensando cuidadosamente lo que va a decir. Jeff parece confundido y Nick no quiere atosigarlo con sus propias emociones. Pero siente que si no dice algo va a explotar.
-Quiero ser honesto contigo, porque eso es lo que los amigos hacen. Me interesas de ese modo.
Jeff abre los ojos en expresión de sorpresa. Luego baja la mirada. Nick entonces comienza a preocuparse. Las manos de Jeff se tuercen en su regazo.
-¿Es extraño que quiera agarrarte de la mano? -dice Jeff, sin levantar los ojos.
Nick lo toma de la mano por debajo de la mesa. El contacto es cálido y natural. Se siente como si lo hicieran todo el tiempo. Por un rato, sólo se mantienen así, sin mirarse, con las manos unidas.
Después de unos minutos, Jeff lo mira.
-Y, ¿qué hacemos con esto?
Nick piensa un poco, con el calor de la mano de Jeff causándole un hormigueo en el estómago.
-No lo sé. Tenemos tiempo para averiguar.
El Fanmix