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Ok, soy un fraude y mi Drabble tiene casi 1000 palabras. En fin... espero que la aparición de dos estrellas invitadas haga el hecho más aguantable.
Sus amigos son unos idiotas. Sólo a ellos se les puede ocurrir ir a beber justo el día del estreno, cuando los nervios de todas esas horas de ensayo se están yendo al fin, pero aún tienen la adrenalina en el cuerpo por haberse presentado ante tanta gente y recibir los aplausos de un público feliz.
Pero, como ya había dicho, sus amigos son unos idiotas. Tatum e Iliana estaban empecinados en embriagarse en cada ciudad que su tour tocara (pues nunca salían en tours y si esta era su única vez, pues la iban a disfrutar) y arrastrar a Kurt con ellos con la esperanza de que encontrara a alguien con quien perderse durante la noche, cosa de poder chantajearle al respecto al otro día.
Y Kurt siempre, siempre, sin falta, caía en su trampa.
Pero sus amigos son unos idiotas, y eso incluía a un Tatum cantando canciones de Disney a todo volumen, y a una Iliana que no dejaba que arruinarle el peinado mientras insistía que él hiciera la voz de las princesas.
Todo aquello habría sido normal si el bar en el que habían terminado no hubiese tenido un músico intentando tocar por sobre las canciones de La Sirenita, pero Kurt estaba casi tan ebrio como ellos… y estaba más que cansado. El viaje había sido largo y el aire marítimo le tenía un poco aletargado. Así que, si por lo general hubiera estado intentando hacer que Tatum cantara más bajito, o que Iliana intentara quedarse quieta en su silla, ahora lo único que hacía era estar sentado y mirar a su alrededor en busca de alguien con quien perderse.
“El músico te está mirando. Yo creo que deberíamos hacer un plan” dijo Iliana arrastrando las sílabas en su oído mientras jugaba con su pelo. “Tú te le acercas y yo le mando un trago a tu nombre. O al revés. Tú le mandas un trago, no, yo le mando un trago y tú le mandas otro…. O te le acercas con un trago”
“Quizás deberías dejar de beber tragos, querida. Sabes que no me involucro con músicos”.
Los músicos daban problemas (lo había aprendido rápido), se ilusionaban, eran idealistas, eran soñadores… y por lo general pedían su teléfono al final de la noche con la esperanza de algo más. Kurt odiaba tener que decirles que no iba a pasar nada más.
“Pero este es lindo. Y esa camiseta le deja ver todos y cada uno de los músculos… y te está mirando”
“Seguro mira a Tatum que no le deja tocar en paz” rió Kurt, quien, con la espalda hacia el escenario se negaba a girarse y descubrir si su amiga jugaba con él o no.
“A jol niu wooooooorlddd” había empezado Tatum, nuevamente.
Para su sorpresa un piano de pronto empezó a seguir la música de la película y Kurt se tuvo que dar vuelta porque no había forma de que el músico, quien en esos momentos debía estar más que cansado de ellos, estuviera siguiéndoles el juego.
Un tipo calvo les estaba haciendo gestos para que subieran con él al escenario, y Tatum no perdía el tiempo para levantar a Kurt de su silla y arrastrarlo junto al pianista.
Un pianista que, ahora que Kurt le veía más de cerca, podía reconocer fácilmente.
Puck le sonreía de una manera tan abierta que por un momento necesito a Tatum pegándole un codazo para darse cuenta de que la canción ya había empezado y que si no se enchufaba en el ritmo iba a perder su entrada.
Para cuando la canción terminó y Tatum le arrastraba de vuelta a la mesa, diciendo que si se perdía con el músico iba a tener que ir contra todos sus principios y pedirle su número, porque un músico de bar que sabía canciones de Disney merecía ser su amigo, Kurt no sabía si seguir embriagándose para tener una excusa a su sonrojo y si debía seguir con su plan, buscar a alguien por la noche y evitar pensar en Puck.
La respuesta le fue arrancada de cuajo cuando unos cuatro shots más tarde el brazo fuerte de Puck le giraba para meterle en un abrazo que no tenía idea que había extrañado.
“¡Hombre, qué bueno es verte!” dijo Puck, en un susurro que Kurt alcanzó a escuchar por sobre el palpitar de su corazón en sus orejas. “¿Qué haces en Cali?”
“Estamos en tour. Por un par de semanas” dijo Kurt, sonriéndole a pesar de la sorpresa.
“Ok, Kurt, tengo que volver al escenario… pero este es mi número. Tenemos que juntarnos esta semana, ¿ok?” dijo el tipo, ya sin mohicano, escribiéndole un teléfono en el brazo. Un par de segundos después le abrazaba antes de volver a las tablas donde el piano le esperaba.
“Primera vez que te dan un número sin siquiera acostarte con ellos” comentó Iliana. “Quizás este si dure más de una noche”
“Quizás la semana” dijo Kurt con una sonrisa.
En el escenario Puck se sentaba tras el piano, tocando una tonada ridícula mientras cantaba:
“Busca lo más vital, no más, lo que es necesidad, no más, y olvídate de la preocupación. Tan solo lo muy esencial para vivir sin batallar y la naturaleza te lo da.”
Kurt sonrió al ver cómo su viejo amigo podía cantar algo así, frente a tanta gente, sin tenerle miedo al ridículo como habría pasado en otro momento. Los años les habían cambiado, eso era obvio, pero descubrir quién era Puck ahora parecía una tarea de lo más entretenida.
“Quizás te dure más” dijo Iliana con una risa, antes de unirse a Tatum en cantar el estribillo.
Re: Fill 2/2naryakiuxenDecember 5 2011, 00:42:17 UTC
Lo peor es que como mis hiatus valen hongo ya estoy escribiendo el resto de la escena para que termine señalando por completo cómo fue que Kurt y Puck terminaron teniendo esa relación de ellos en Take me.... En serio... mis hiatus no valen un peso...
Sus amigos son unos idiotas. Sólo a ellos se les puede ocurrir ir a beber justo el día del estreno, cuando los nervios de todas esas horas de ensayo se están yendo al fin, pero aún tienen la adrenalina en el cuerpo por haberse presentado ante tanta gente y recibir los aplausos de un público feliz.
Pero, como ya había dicho, sus amigos son unos idiotas. Tatum e Iliana estaban empecinados en embriagarse en cada ciudad que su tour tocara (pues nunca salían en tours y si esta era su única vez, pues la iban a disfrutar) y arrastrar a Kurt con ellos con la esperanza de que encontrara a alguien con quien perderse durante la noche, cosa de poder chantajearle al respecto al otro día.
Y Kurt siempre, siempre, sin falta, caía en su trampa.
Pero sus amigos son unos idiotas, y eso incluía a un Tatum cantando canciones de Disney a todo volumen, y a una Iliana que no dejaba que arruinarle el peinado mientras insistía que él hiciera la voz de las princesas.
Todo aquello habría sido normal si el bar en el que habían terminado no hubiese tenido un músico intentando tocar por sobre las canciones de La Sirenita, pero Kurt estaba casi tan ebrio como ellos… y estaba más que cansado. El viaje había sido largo y el aire marítimo le tenía un poco aletargado. Así que, si por lo general hubiera estado intentando hacer que Tatum cantara más bajito, o que Iliana intentara quedarse quieta en su silla, ahora lo único que hacía era estar sentado y mirar a su alrededor en busca de alguien con quien perderse.
“El músico te está mirando. Yo creo que deberíamos hacer un plan” dijo Iliana arrastrando las sílabas en su oído mientras jugaba con su pelo. “Tú te le acercas y yo le mando un trago a tu nombre. O al revés. Tú le mandas un trago, no, yo le mando un trago y tú le mandas otro…. O te le acercas con un trago”
“Quizás deberías dejar de beber tragos, querida. Sabes que no me involucro con músicos”.
Los músicos daban problemas (lo había aprendido rápido), se ilusionaban, eran idealistas, eran soñadores… y por lo general pedían su teléfono al final de la noche con la esperanza de algo más. Kurt odiaba tener que decirles que no iba a pasar nada más.
“Pero este es lindo. Y esa camiseta le deja ver todos y cada uno de los músculos… y te está mirando”
“Seguro mira a Tatum que no le deja tocar en paz” rió Kurt, quien, con la espalda hacia el escenario se negaba a girarse y descubrir si su amiga jugaba con él o no.
“A jol niu wooooooorlddd” había empezado Tatum, nuevamente.
Para su sorpresa un piano de pronto empezó a seguir la música de la película y Kurt se tuvo que dar vuelta porque no había forma de que el músico, quien en esos momentos debía estar más que cansado de ellos, estuviera siguiéndoles el juego.
Un tipo calvo les estaba haciendo gestos para que subieran con él al escenario, y Tatum no perdía el tiempo para levantar a Kurt de su silla y arrastrarlo junto al pianista.
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Puck le sonreía de una manera tan abierta que por un momento necesito a Tatum pegándole un codazo para darse cuenta de que la canción ya había empezado y que si no se enchufaba en el ritmo iba a perder su entrada.
Para cuando la canción terminó y Tatum le arrastraba de vuelta a la mesa, diciendo que si se perdía con el músico iba a tener que ir contra todos sus principios y pedirle su número, porque un músico de bar que sabía canciones de Disney merecía ser su amigo, Kurt no sabía si seguir embriagándose para tener una excusa a su sonrojo y si debía seguir con su plan, buscar a alguien por la noche y evitar pensar en Puck.
La respuesta le fue arrancada de cuajo cuando unos cuatro shots más tarde el brazo fuerte de Puck le giraba para meterle en un abrazo que no tenía idea que había extrañado.
“¡Hombre, qué bueno es verte!” dijo Puck, en un susurro que Kurt alcanzó a escuchar por sobre el palpitar de su corazón en sus orejas. “¿Qué haces en Cali?”
“Estamos en tour. Por un par de semanas” dijo Kurt, sonriéndole a pesar de la sorpresa.
“Ok, Kurt, tengo que volver al escenario… pero este es mi número. Tenemos que juntarnos esta semana, ¿ok?” dijo el tipo, ya sin mohicano, escribiéndole un teléfono en el brazo. Un par de segundos después le abrazaba antes de volver a las tablas donde el piano le esperaba.
“Primera vez que te dan un número sin siquiera acostarte con ellos” comentó Iliana. “Quizás este si dure más de una noche”
“Quizás la semana” dijo Kurt con una sonrisa.
En el escenario Puck se sentaba tras el piano, tocando una tonada ridícula mientras cantaba:
“Busca lo más vital, no más, lo que es necesidad, no más, y olvídate de la preocupación. Tan solo lo muy esencial para vivir sin batallar y la naturaleza te lo da.”
Kurt sonrió al ver cómo su viejo amigo podía cantar algo así, frente a tanta gente, sin tenerle miedo al ridículo como habría pasado en otro momento. Los años les habían cambiado, eso era obvio, pero descubrir quién era Puck ahora parecía una tarea de lo más entretenida.
“Quizás te dure más” dijo Iliana con una risa, antes de unirse a Tatum en cantar el estribillo.
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ME ENCANTA, ME ENCANTA, ME ENCANTA!!!!! *la abraza*
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Me alegro que te haya gustado :D!!
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Lo amé, lo amé. Awww, una escena perdida de ese fic ;___;!
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Así que uno de estos días te cobraré la ayuda sin previo aviso XD... al menos, la terminaré necesitando si me pongo a escribir en vez de trabajar XD
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