- Lo siento, no puedo
- ¿Porque?
- Porque eres alguien que desee desde que los conocí, pero a la vez sabia que eres inalcanzable y lo acepte como tal.
- Pero no lo soy, aquí estoy.
- Lo estás, pero no dejas de ser aquel inalcanzable ídolo que veo en las revistas y televisión. Eres él de las fotos en las paredes de miles de fans, que sueñan con tener aunque sea un minuto contigo.
- Pero eso, ¿qué tiene que ver, con que yo te quiera?
- Lo tiene, porque yo no puedo alcanzarte y no puedo arrebatarle a miles de mujeres que te anhelan igual o mas que yo.
- Eso no es justo, también soy una persona. Necesito a alguien que me ame, no por ser un ídolo, sino por ser yo.
- Lo se. Por lo mismo mereces alguien mejor que una fans, que solo puede verte desde la tarima mientras sonríe mientras te quitas la polera. Mientras grita, como otras 70 mil mujeres.
Una lagrima callo en mi mejilla, pero no fui capaz de mirarlo a los ojos. Sabia que al verlo, todo cambiaría, mis palabras no tendrían sentido y mi razón tampoco.
Así que solo me di la vuelta y me marche. Para ser una más de sus miles de fans. Porque aunque lo ame y él me ame como me dice. El hecho que sea inalcanzable no cambiara nada.
Aquella noche no deje de llorar y a pesar que el teléfono sonó un par de veces no respondí. No quería hablarle, no quería oírle, ni verle. Aunque eso fuera difícil ya que en mi cuatro habían fotos de él con sus mejores amigos en las paredes.
Con aquella sonrisa característica suya, tu mirada expresiva y aquellos lunares que derretían a cualquier mujer.
Si, muchas decían que era el hombre perfecto, pero no lo era, lo sabia y por eso lo amaba. Amaba el como disimulaba su enojo ante las cámaras, cuando a pesar de todo siempre había una sonrisa, sus bromas y su risa franca.
El que se muestre reacio a nuevas personas, el que quiera ser el valiente, pero no le sale aunque quisiera. Porque temía, igual que todo el mundo. Pero era un niño grande. El niño que yo amaba.
Aquella mañana desperté encima de la cama, el frío hizo que tiritar mientras me abrazaba. No había sol, de seguro llovería, pero no me importaba, no saldría del departamento. Quería ahogarme en el y lo esperaba.
Al prender el televisor dude, su nuevo drama estaba por comenzar y siempre gastaban mucho publicidad. Pero al comprobar la hora, me tranquilice al saber que las noticias de la mañana estarían pasando. Y aunque no le tomara mucha atención, el ruido me ayudaba a desconcentrarme.
Pero ahí estaba, al otro lado de la pantalla, mirándome con aquellos ojos penetrantes y con esa sonrisa compradora. Maldita sea. ¿Porque tenía que enamorarme de alguien famoso? ¿Porque mis sentimientos no se quedaron en lo platónico? ¿Porque?
Me acerque al televisor dejándome caer frente a el. No deseaba llorar por lo que no pudo ser. Por lo que no permití, por lo que no me arriesgue.
El celular nuevamente sonó. Le mire sin querer ver de quien se trataba, no quería hablar con nadie. Pero eso fue imposible.
- ¡Niijima Sora, abre la puerta. Se que estas ahí! - Tocaban la puerta y el timbre fuertemente. Pero no respondí, guarde silencio esperando que aquel muchacho se marchara, sabia que vendría a velar por su amigo y porque no.
- Sora-chan por favor abre, estamos preocupados - ¿Otro de sus compañeros? Pero ¿porque? Yo no era parte de su grupo, ¿porque se molestaban en venir?
- ¡Sora se que estas dentro, azotare la puerta si es necesario, así que abre! - grito nuevamente
- Cálmate, puede que duerma. - le dijo su amigo
- No lo creo, se que nos escucha, la conozco bien. - ¿Me conoce bien? ¿Que significaba eso? Me conocía también hace unos meses, ¿era tan fácil de leer? ¿Tan predecible?
- ¡Sora abre la puerta de una maldita vez! - Me Levante lentamente y camine hacia la puerta.
- ¿Que quieren? - Pregunte sin abrirles, sabia que si me veían mal le dirían a él. De todas maneras debía desaparecer de la vida de los cinco y ser solo una espectadora.
- Queremos hablar, por favor abre - dijo sho
- Pero yo no, así que por favor vallanse - grite mientras miraba la puerta de entrada.
- ¡Pero que terca eres! ¡Abre de una buena vez!
- Nino cálmate - le pidió su amigo
- ¡Lo estoy! Por favor Sora solo queremos hablar. - Sentí los sentimientos de cantautor y tome el picaporte, abriéndoles. Ellos sin pedir permiso entraron y me miraron, pero no les mostraba mi rostro. Camine hacia las ventanas de mi departamento siempre dándoles la espalda.
- Sora... - oí la voz triste del mayor
- ¿Qué es lo que quieren decir? - fui dura
- Nosotros lo sentimos - dijo este apenado
- ¿Porque? - insistí
- Matsu nos contó lo que sucedió ayer, sabemos que en parte en nuestra culpa...
- No lo es, yo sola tome la decisión
- Pero...
- Si eso es solo que lo que vinieron a decir, les pido que se marchen - les pedí
- ¿Le extrañas cierto? - Me pregunto Nino. No respondí, pero la risa de aquella persona, se oyó desde el televisor. La cual me desmorono.
- Sora... - El se acerco, alzando su mano para depositarla en mi hombro, dándome su apoyo - Se que le quieres, todos sabemos que es así
- Se que dijimos cosas sin sentido, pero eso no quita que le apoyamos a ustedes dos - comento Sho
- Pero eso no cambia nada, lo que ustedes dijeron es verdad - Nino y Sho se miraron - Yo solo soy una fans, nada mas... - mis ojos se cristalizaron - No puedo simplemente negarlo y seguir con mi cuento de hadas.
- Pero... - intervino Nino, pero no le deje continuar
- Ustedes son personas que alguien como yo no puede acercarse y ser su amiga, desconfían y eso esta bien. Han pasado cosas para hacerlo y deben protegerse ante cualquier comentario, porque son una imagen publica...
- Pero eso no tiene que ver con que nos relacionemos con quien queramos - dijo Sho algo molesto
- Si lo es - le replantee - Saben bien que no pueden simplemente abrazar a un extraño sin que salga en las noticias y se rumoren que están saliendo con alguien, debes tener cuidado por cada paso que den. Y yo no niego eso, lo acepto, por lo mismo mi camino hacia ustedes, hacia él.... - respire - termina aquí... - me aparte de Nino que aun seguía con sus mano en mi hombro.
- Por favor solo marchense... - les pedí
- Sora, entiendo bien lo que sientes, yo mismo he cambiado al acercame a las fans a lo largo de nuestra trayectoria. Pero eso no tiene nada que ver con que quieras a Jun.
- Miles de mujeres lo quieren y otras mas a ustedes, no por nada es el más popular entre las mujeres - me puse detrás de la cocina americana para no mostrar tanto interés en la conversación que estaba llevando con aquellos dos chicos.
- ¡Kamizama! ¡Que estas a la defensiva! - regaño Nino poniendose las manos en la cintura en gesto de molestia
- Sora-chan, por favor entra en razón. O por lo menos piensalo. No queremos que ambos sufran por algo sin sentido.
- Descuida Sakurai-san, yo estare bien y aquella persona... - mire el televisor viendo que aun seguía su entrevista, sonriente y enérgico - también lo estará.
Me perdí en aquel departamento, había pasado una semana desde que vi sus ojos por ultima vez y le lastime.
Los chicos sin poder hacer cambiar de opinión también se marcharon. Capaz pensaron que estaría bien dejarme un momento sola, antes de volver para hacerme razonar, como decían ellos. Pero sabia bien que no seria así. Estaba haciendo lo correcto. No podía ser una distracción o un muro para lo que él amaba. Debía seguir como siempre fue. Él en el escenario y yo desde la tarima.