Aniversario de los 13 años de Arashi y yo en ves de post una linda entrada para ellos, lo hago con el fic, lo sep (u.u)
Soy una muy mala fans! Lo que pasa es que no he encontrado el raw del episodio que estaba preparando para el aniversario, por eso me he atrasado con él... Espero que no les moleste!!
Tengame paciencia que los publicare cuando ya este listo y seguro que les gustara mucho...
Por otro lado quise ponerme al corriente con este fic, que es mi segundo... He tenido algo de problemas al escribirlo... pero con ayuda de mi linda nueva amiga
akirayuri, me he inspirado. Y ahora no dejo de escribir jejeje
Espero que les agrade como se esta desarrollando la historia.
5º Fragmento:
“No es como si quisiera regresar al pasado,
Solo estoy buscando el cielo que he perdido”
(Again - Yui)
Había pasado dos semana desde que estaba devuelta en mi casa, y a pesar que piensen que estoy loca, no salí de ella. Supongo que me siento segura ahí, en mi habitación, con mis libros... En si esa casa no es un hogar para mi, nunca lo ha sido, pero si es diferente mi cuarto con mis libros. Ojalá pueden entenderme, después de estar encerrada en ese pequeño cuarto, comiendo ramen todos los días y solo escuchando unas canciones, lo único que ahora podía hacer para sentirme a salvo era estar ahí. Ademas si no salía de mi casa, no podían volver a secuestrarme, no? Aunque seria estar prisionera en mi propio mundo, que seria lo mismo, que antes. No seria libre...
No podía dejar de pensar en el secuestrador, en su letra, sus mensajes que ahora estaban en uno de mis cuadernos, en mi escritorio.
Tenia que dejar de pensar en él y todas las preguntas que venían a mi mente una y otra vez, pero había algo que si podía resolver, encontrar quienes me mantuvieron acorde todo ese tiempo. Sus letras, sus melodías y sus voces, por mas que quería eso tenia que recordar, pero eso es lo que no podía recordar, mi mente estaba shockeada. Cada vez que trataba de recordar sus letras, sus melodías, en mi mente solo venían esas letras. Las palabras de aquel hombre....
No gritaba, ni lloraba, pero lo mas importante no sonreía... Vagaba por la casa, pálida y demacrada, ya no comía, antes por lo menos procuraba comer, ahora a cada minuto que trataba de recordar, olvidaba...
Era desesperante, agobiante y doloroso... Me sentía una extraña, como si hubiera perdido algo de mi, algo importante. Pero aun de la perdida, no lloraba. Estaba inmensa en un mundo sin sentimientos y en silencio. Era peor de como me encontraba encerrada allá.
Aquel día, creo que era sábado, decidí salir de mi casa, caminar por la ciudad, capaz ir a la librería o ir a una disqueria, así podía recordar algo lindo y sentirme cálida...
Me vestí con unos jeans ajustados, polera, mas mis zapatillas de lona y unas gafas y salí de la casa. Tenia coche, pero quería caminar, aunque me llevara horas llegar al centro de la ciudad. Como siempre guardaba tarjetas de créditos y efectivo en mi casa, no fue problema en ese caso, aunque siempre podía llamar al secretario de mis padres y pedir dinero, nunca me dirían que no. Supongo que era llevaba una vida fácil en ese sentido.
[ -Ohh valla, bien es hijita de papá- ]
Esas palabras vinieron a mi mente, en el momento que entre a la librería, pero ¿porque?, mire para todos lados, haber si solo lo había imagino...
Maldito tipo, porque tenia que recordar sus palabras, cuando lo que quería era recordar otras cosas... Solo lo deje pasar y seguí caminando.
Nunca me sentí una niña de papá, ni siquiera cuando pequeña. Según a la gente que siempre conocí, las hijas de los “amigos” de mi padre, ellas eran caprichosas y siempre miraban en menos a todos. Lo primero que hacían era mostrar su dinero, recuerdo en la secundaria, como era de esperar, estaba en un colegio de alto nivel. Lo odiaba. No miento me gusta tener dinero, no tener que preocuparme por el, creo que es lo mejor, pero con mis padres, criandome sola, obedeciendoles cada segundo, según me describiría, mas era una marioneta que una hija. Ya cuando crecí y tuve razonamiento, comencé a revelarme, pero aun así obedecía. Y ellos seguían mostrandome como su lindo objeto, para conseguir todo lo que quisieran.
Camine hacia la sección de novelas, me gustaban, eran mis preferidas, con ellas podía transportarme a un mundo que quisiera vivir por siempre, pero siempre habían ultimas hojas en los libros, eso no me gustaba tanto... Pero supongo que todo tiene un final, o lo esperaba.
Rodee un mesón con los últimos libros, tome uno de ellos y comencé a leer, me perdí en el sin darme cuenta de mi alrededor. Hasta que alguien choco conmigo...
-Lo siento...- Me dijo un chico
-Descuida...- Le respondí y seguí con el libro en mis manos...
-Espera, tú eres...-
-Aquí vamos de nuevo...- pensé cansada cerrando el libro y tomando otro para llevarmelos a casa
-La chica de la fiesta...- me detuve
-La hijita de papá- le mire molesta y sorprendida
-Disculpa?- Era un chico alto con lentes y gorra, llevaba una camisa blanca y jeans
-Eres ella, no?- me pregunto
-Y tú eres el idiota maleducado?- cruce los brazos -Que haces aquí?-
-Perdón? este es un lugar publico, cosa que me sorprende que conozcas- también se cruzo los brazos
-Y porque no debería conocerlo?- lo mire con ironía
-Suponía que era algo muy común para alguien como tú...- miro los libros que llevaba en mis manos -Y me sorprende también que sepas leer, mas que te guste Rowling-
-Es mi autora favorita, supongo que no debo pedirte permiso para eso, no?- no respondió, pero vi en sus ojos enojo, pero no me importo -Bueno si no te importa, me voy...- Camine hacia la caja para pagar he irme de aquel sitio, no quería quedarme y ver aquel idiota. Y ni siquiera había visto todos los libros... Tendría que ir a otra librería...
Al salir del sitio, mire atrás con furia, esa era mi librería preferida desde que tenia memoria y ahora estaba arruinada. Porque tenia que encontrarme con aquel sujeto? Lo odio! Y para variar porque era tan lindo. Lo odiaba todavía mas!
Seguí caminando por aquellas calles, no habían cambiado mucho, desde que las recordaba, supongo que esperaba que algo cambiara, pero todo seguía igual. Menos yo.
Eso me entristeció un poco, mire el suelo, y comencé a tratar de recordar nuevamente, pero nada... Y así fue como llegue a la disqueria, ojalá que ahí, viendo carátulas de CD fuera mas fácil...
Camine por los pasillos, lentamente viendo cada estantería, cada carátula y grupos que era lo único que sabia... Podía preguntar, pero no sabia si eran famosos o no se, supongo que no quería relacionarme con nadie. Ya tenia bastante con los que tenia a mi alrededor, así que no necesitaba mas.
En aquella tienda también vendían instrumentos, me quede viendolos un momentos antes de continuar. Mire los violines, toque sus cuerdas y escuche su sonido... Amaba su sonido, al igual que las de un piano... Cerré mis ojos y me concentre en ellas, había tomado clases de violín desde los 10 años, mi madre decía que tenia que tener algún interés exclusivo y se había decidido que seria el violín, aquello no me molesto para nada, porque amaba su sonido...
-Puedo tocar un poco?- le pregunte al encargado
-Claro- respondió con una sonrisa
Deje mis libros a un lado, tomando el arco con mi mano derecha y con la izquierda el violín, poniendolo sobre mi hombro, comenzando a tocar alguna melodía que viniera a mi mente... Cerré mis ojos y me deje llevar.
Después de unos minutos, escuche un piano siguiendome, abrí mis ojos sin parar de tocar, buscando la melodía que me acompañaba.
Atrás de mi, había un piano y en el un chico tocaba, muestras miradas se cruzaron y él me dio a entender que siguiera y así lo hice aunque en vez de guiar yo, le seguí a él. La gente comenzó a rodearnos y observaba alegremente... Y al terminar nos aplaudieron fuertemente, yo me incline para agradecer sus aplausos al igual que lo hice con el chico.
Este se levanto y se acerco a mi... -Tocas muy bien-
-Gracias- le respondí dejando el violín en su lugar -Tú también lo haces muy bien-
-Gracias, hace mucho que tocas?- pregunto
-Pues desde los 10 años, pero deje de tocar hace unos 3, me falta práctica- comente
-Para nada, sonó muy bien, pertenecer a alguna orquesta? Podrías acompañarnos en algunas de nuestras presentaciones- le mire extrañada
-Disculpa? Conoces esa canción?- pregunte curiosa, esa canción era una de las que había escuchado esos días.
-Claro, que la conozco es nuestra- me sonrío
-¿Perdona? ¿Nuestra?- volví a preguntar
-De Arashi- me miro extrañado
-¿Arashi?-
-No nos conoces?-
Donde había escuchado ese nombre... -No, no los conozco, quienes son?- pregunte
-La canción que tocaste es de mi grupo, de Arashi- me explico
-Enserio?- los había encontrado?
-Si!- se río, supongo que se debía a mi expresión -pero si no nos conoces, como sabes la melodía de esa canción?- pregunto
-Pues... es difícil de explicar- baje la mirada -Pero... puedo escucharlos?- estaba emocionada, aquel chico me dio una esperanza que pensaba había perdido
-Escucharnos?- río -Claro que si...- camino por un pasillo que no había pasado todavía
-Aquí!- me llamo y llegue a donde el estaba, era un estantería llena de discos de aquel grupo que el mencionaba, tome uno de ellos y lo observe...
-Mira este- tomo uno y me lo mostró -Aquí esta la canción que tocaste, se llama Hatenai Sora- tome el single y mire la lista de canciones, ahí estaba, así que así se llamaba...
-Gracias- le agradecí sin mirarlo
-No hay de que, pero sabes?- le mire -eres alguien muy rara...- me observo
-porque?- pregunte curiosa
-Pues es raro conocer a alguna chica de tú edad que no nos conozca, hasta los abuelitos, los niños nos reconocen... Estuviste en el extranjero?-
Pensé un momento antes de responder -Podría decirse... Digamos que escuche algunas de sus canciones, y estas me acompañaron...- mire nuevamente esperanzada los discos que tenia en mis manos...
6º Fragmento:
“Todo lo que ocurre una vez, puede que no ocurra nunca más.
Pero todo lo que ocurre dos veces, ocurrirá ciertamente una tercera.”
(Paulo Coelho)
Aquella tarde, después de despedirme de aquel chico, tuve una alegría que hace tiempo no me acompañaba, al llegar a casa deje mis bolsas en mi escritorio, pero antes de poder apreciar mas todo lo que había comprado, me detuve el ver el contestador...
Seguramente era algún mensaje de mi madre, suspire y fui hasta donde se encontraba para escucharlo...
Emi, el secretario nos ha contado que estuviste excelente en la fiesta, los empresarios firmaran mañana con tu padre, así que estamos muy contentos de que nos hallas ayudado- escuchaba la voz de mi madre desde aquel aparato mientras me cruzaba los brazos, esperando que mas querían que hiciera. Ellos no eran de llamar solo para felicitarme por haber hecho un buen trabajo- Y como no podemos movernos de New York, por los negocios aquí, quiero que vallas mañana con el secretario para ver lo de las firma del contrato- Aquello me molesto, sabia muy bien para que quería que fuera...
Descuida no tendrás que hacer nada -se río como siempre pensando que su hija no servia para nada mas que no fuera para mostrarla y lucirla- Solo vistete linda y acompaña al secretario- iba apagar el contestador, pero escuche su ultima frase -Ah y no te olvides de sonreír.....- pagué aquel aparato para salir de aquella habitación.
No volví aquel sitio por aquel día, me había molestado mucho con mis padres así que me olvide completamente de haber comprado los singles y los libros.
Tampoco comí nada, después de llegar del centro y recibir mis indicaciones para el día siguiente, me marche a mi cuarto para dormir un poco, capaz soñar un poco haría mis fantasías mas amables que mi misma realidad.
Era de noche cuando desperté, prendí la luz de la mesita junto a mi cama, ya que no me había vuelto muy amiga de la oscuridad después de volver, me cambie ropa a algo mas cómodo y recorrí mi casa descalza en silencio.
Fui a la biblioteca con una botella de agua en mis manos, prendí las luces de las mesas auxiliares para no molestar mi vista. Al mirar el escritorio, recordé aquellas bolsas olvidabas hace unos horas. Camine hacia ellas y saque su contenido...
Tres libros de la librería, los ordene y los deje encima del escritorio para leerlos luego. Tome la segunda bolsa y saque los discos, también tres, me acerque a la luz cerca de un sillón, me acomode y los observe detenidamente.
Abrí el que el chico me había dado, en donde contenía la canción que había tocado en el violín, recorrí las canciones nuevamente, las leía una y otra vez. Saque el booklet que traía, suponía que vendría la letra de las canciones.
Le abrí y vi una foto de el chico que me había encontrado en la disqueria, si que me decía la verdad sobre que estaba en aquel grupo. Sonreí al ver la foto del chico, al observar la foto a su lado, su compañero se me hacia algo familiar, pero no le di importancia. Al seguir pasando las pagina, di con una que me sorprendió.
-¡Es él idiota maleducado!, ¿que hacia ahí?- recorrí las demás paginas y había otra foto de él, ademas de ver la portada. Claro ahí estaba, como estaba a la orilla en la fotografía, le había tapado y no me había dado cuenta. ¡Valla que tonta!
-Espera un momento!- me dije percatandome de algo -Si el idiota esta aquí, los otros chicos...- mire la portada detenidamente, recordando sus caras en el evento de caridad.
-Entonces el amigo que es fans de mi abuelo es él- mire al chico que hace unas horas habíamos tocado juntos.
-Que chico era el mundo!- dije aun sorprendida por todo.
Aquella noche me la pase en la computadora, averiguando de los cinco chicos que habían ayudado aquellos días de soledad y encierro. Eran bastante famosos, con ya 13 años de trascendencia y yo sin haberlos oído nunca en esos años. Bueno no era de escuchar pop, era de las típicas niñas ricas que escuchaban Beethoven y seguía el ritmo de la alta sociedad. Así que algo de excusa tenia, supongo...
A la mañana siguiente me levante por el sonido del teléfono, ya pasaban del medio día y yo todavía me encontraba en la cama, por haberme quedado hasta tarde averiguando de los chicos. Camine algo atolondrada hacia donde se encontraba el teléfono...
-Moshi-moshi- conteste distraída
-¿Srta Yamauchi?- reconocí la voz del secretario de mi padre
-Si, ¿que pasa?- pregunte malhumorada
-Le llamaba para decirle que en una hora iré por usted para ir a la compañía que firmara con su padre- me dijo con su voz calmada como siempre
-En una hora? esta bien- y le corte para irme alistar.
Odiaba estas reuniones sociales o de negocios que me hacían ir mis padres, todavía no comprendía bien el porque tenia que ser presencia de ellos. Pero como siempre tenia que obedecer y me aliste antes que llegaran por mi.
Me puse una falda tubo con una polera ajustada, con unos zapatos de tacón, todo de color negro, para que fuera mas elegante, claro que mis accesorios le daban el detalle a la vestimenta. Unos aros largos de oro blanco, con un collar y anillo de juego, ademas de unos brazaletes en plata, en mi muñeca derecha.
Me ponía el anillo en mi dedo indice y tomaba mi cartera cuando llamaron a la puerta, sabiendo que se trataba del secretario, abrí lista para salir con él.
Baje de la limosina y camine junto al secretario por aquella empresa, bastante grande y llena de chicos que me miraban. Aquello no me sorprendió para nada, pero no le di importancia, quería terminar con esto luego para después ir por una taza de cafe y leer el libro que traía en mi cartera, en algún lugar, lejos de los negocios de mis padres.
Luego de unos momentos la secretaria del jefe nos hizo pasar a la sala de conferencias para firmar el contrato, yo como observadora y representante de mi padre.
-Srta Yamauchi, un gusto conocerla- me levante para saludar al señor que entro a la sala-Soy Johnny Kitagawa- le salude con ambas manos y le sonreí
-Por favor sientese, el Señor Yamauchi, se contacto conmigo y me explico que no podría venir pero que mando a su representarte con su secretario para que lográramos firmar y comenzar las grabaciones lo antes posible...-le sonreí y mire al secretario para lograr entender de que hablaba.
-Si, aquí traigo el contrato para que comencemos las grabaciones del nuevo producto, la próxima semana- dijo el secretario abriendo una carpeta con papeles para firmar.
-Si me parece muy bien- nos sonrío el Señor Johnny -Bueno debe estar por llegar el representante del grupo que hará los comerciales- dijo al mismo tiempo que tocaron la puerta -Aquí esta...- se río
-Disculpe Señor por el retraso- paso un señor de la edad del secretario y tras el un joven mas o menos de 30 años.
Nuevamente me pare y el señor Johnny nos presento -Srta Yamauchi, el es Goro Sato, el representante del grupo Arashi y el es Ohno Satoshi, el líder del grupo- salude con referencia a ambas personas, pero mi mirada se detuvo en Ohno-san. Supongo que se acordara la forma en que nos conocimos, si que había sido alguien desagradable. -Ellos serán la cara del nuevo producto de Nintendo- nos explico
-Mucho gusto- les sonreí amablemente.
Con la llegada de ellos, firmamos sin interrupciones, fue la primera vez en todas las reuniones que debía ir por los negocios de mis padres que no me molestaba por haber ido , aunque solo fuera a asistir y sonreír.
Después de salir de la sala de eventos quise hablar con Ohno-san y disculparme por mi actitud en el evento de caridad.
-Ohno-san- le llame mientras el secretario acordaba los horarios con el representante de Arashi.
-Si?- me miro
-Quería disculparme por mi actitud en el evento de caridad y ahora que trabajaran en la compañía de mi padre, espero que podamos llevarnos mejor- le dije sinceramente
-Ah, no tienes porque disculparte, también fue grosero de nuestra parte, buscarte solo por tu abuelo- sonrío nervioso
-Descuida, bueno ojalá podamos trabajar bien juntos- le sonreí
-Srta Yamauchi- me llamo el secretario -Ya esta todo listo, podemos irnos-
-Bien...- mire a Ohno nuevamente -Ojalá nos podamos ver en otra oportunidad, mucho gusto- me despedí y salí de la agencia, con ganas de poder hacer lo mejor por esos chicos. Por lo mismo comenzaría a integrarme mas a la empresa de mi padre, comenzando por ir a las grabaciones.
7º Fragmento:
“Todo cambia en mi vida, y el mundo sigue igual”
(Cazadores de sombra - Clarissa Clare)
“Sabía que la ignorancia no era sinónimo de felicidad, pero me parecía mejor en comparación con todo el dolor que acompañaba a las respuestas que había obtenido hasta el momento.” Decía Bree Despain en el libro “Dark Divine”, que tenia en mis manos, mientras bebía una taza de cafe, en una mesa afuera de la cafetería Starbuks.
Era la primera vez que leía algo de ella, pero me gustaba bastante su narrativa. Ademas de aquella frase, que me mantuvo concentrada en aquel párrafo por un buen rato. Y me hacia preguntarme si debía seguir en la ignorancia, para lograr ser feliz unas semanas o meses?.
A decir verdad, no lo sabia, como muchas de las cosas que pasaban en mi vida, pero supongo que mi respuesta era seguir viviendo en la ignorancia. Por ahora, creo que ese era el camino que me mantenía mas a salvo que el otro. De todas formas de que me servia averiguar, si de todas formas mi vida seguiría controlada. Tenia que aceptar que mi vida no era mía, era de mis padres, la única diferencia ahora era que aquel secuestrador/es, tenía la otra parte de mi vida.
Aunque ellos no me obligaban a nada, no sabia en que yo le podría servir, capaz eso es lo que me gustaría entender, de que les servia yo, si ya cuando me tenían encerrada no habían pedido ningún rescate, así que suponía que el dinero no les interesaba, entonces, de que les servia?.
Baje el libro y mire aquel cielo que era el mismo desde aquella pequeña ventana, solo que el aroma y el sonido era totalmente distinto. El mundo había cambiado o capaz no. Solo yo había cambiado.
-¿Qué haces aquí?- escuche una voz conocida, sacandome de mis pensamientos y volteandome
-¿Acaso no puedo?- pregunte mirando al chico frente a mi
-Últimamente te encuentro mucho, no estarás siguiendome, no?- y así seguían de pregunta en pregunta sin contestar ninguna.
-No serás tú el que me sigue?- hace días lo sentía, sentía como me vigilaban, aquella sensación no me gustaba para nada.
-¿Qué haces J?- salió otro chico dentro de la cafetería, este me miro -Tú eres la chica de la disqueria!- se sorprendió
-Hola- le salude amable y feliz de verlo nuevamente
-Hola- me devolvió el saludo -¿la conoces?- miro al otro chico intrigado
-Si, es la nieta de Hiroshi Yamauchi- dijo este sin importancia
-¿Enserio?- su compañero parecía aun mas sorprendido. Ahora que recordaba sus amigos, aquel día en el evento de caridad me buscaban por él.
-Tú eras el que....- Matsumoto-san debió saber lo que diría a continuación porque me detuvo
-Nino me puedes traer mi cafe por favor, ya después la acosas con cosas de Nintendo y todo- le pedió no muy amable
-Claro...- dijo aun sorprendido, pero a la vez algo molesto entrando nuevamente a la cafetería
-No le digas nada!- me dijo Matsumoto-san al ver a su compañero ya pidiendo los cafés
-¿Que cosa?- le pregunte, tomando un sorbo del mío
-No te hagas!- dijo irónico -Eso de que te buscábamos para darle una sorpresa por su cumpleaños- me pidió
-Ahh, esta bien- le dije sin discutir, con lo que a su respuesta me miro algo sorprendido
-Ok- dijo algo inseguro para después dirigir su mirada en mi libro -¿Que lees?- viendo el titulo y yo en vez de responder de lo muestro, poniendo un separador de harry potter en la hoja que me había detenido.
Este tomo el libro y leyó un poco de su contenido, tomando también el marcador -Eres fan de Potter?- pregunto con la vista en el marcador
-Si- respondí sin ironía, haciendo que el chico nuevamente me mirara raro
-¿Te ocurre algo?- pregunto poniendo el marcador de nuevo en su sitio
-No, porque?- tome la taza de cafe, tomando el ultimo sorbo.
-Ese cafe tiene algo, cierto?- bromeo, poniendo el libro en la mesa. -A que se debe tanta amabilidad?-
-¿Que amabilidad?- pregunte sin comprenderle
-Esta es la 3 vez que nos vemos y en las dos primeras, cada palabra que dirigíamos era para discutir- comento -Ya me dijo Ohno que te habías disculpado y habías sido amable, pero no le creí...-
-Espera...-le detuve pero siguió con su razonamiento
-Ahh, puede ser que es porque esta Nino...- miro a su compañero dentro de la cafetería -Acaso te gusta?- me pregunto, haciendome enojar -Y en todo caso, de donde le conoces? dijiste que no sabias quien era Arashi- me interrogo
-Y así era...- dije
-Aquí esta tú cafe- dijo Ninomiya-san apareciendo nuevamente, entregandole el cafe a Matsumoto-san -Pasa algo?- viendo que ambos les mirabamos
-No nada- dije yo rápidamente
-Acaso discutías con ella J?- le pregunto a su compañero
-No, solo le preguntaba unas cosas- dijo tomando un poco de su cafe -Vamos?- comenzando a caminar
-Espera, quería....- me miro -Bueno creo que nos veremos otra vez ahora que comenzamos la promoción con Nintendo, cierto?- me pregunto
-Si, iré algunas grabaciones- le sonreí
-Que bueno!- me sonrío -Entonces te veo allá, nos vemos- se despidió comenzando a correr para alcanzar a su compañero.
-Si!- articule viendole partir.
Desde que había vuelto, ya habían pasado 2 semanas bastante cortas, podría decir que al identificar aquellas voces, decidí no hacer mi vida una rutina, quería quebrar algo que nunca antes me atreví hacerlo, no es que no fuera capaz o puede que si, solo que no le veía necesidad. No tenia nada que valiera tanto la pena como para no obedecer a mis padres, es verdad lo odiaba y lo odio. Pero aquella era mi vida desde que nací, no conocía otra.
Pero mi vida cambio desde hace más de 3 meses. La burbuja en que vivía, solo se pincho, y aquello trajo una herida que todavía no cicatriza, debido a que nunca sangro.
Sufrí dentro de aquellas paredes, pero si lo pensábamos lateralmente lo que tenia adentro y afuera era lo mismo, solo que dentro la libertad se limitaba a 30 pasos desde una pared a otra. Tampoco me limite a pesar lo que había vivido fuera, como aquella nota decía, aquella nota que rondaba mi cabeza a cada segundo... “...porque nadie gritara, ni llorara por ti”
Aquella hermosa heredera, nieta de ex presidente de Nintendo, era como una marioneta que no deseaba otra cosa, porque en su mundo no habían cosas mejores. Deben preguntarse, como nunca vio una pareja tomarse de la mano y besandose... Y claro que lo vio, pero piensen que en la alta sociedad, todo es dinero. No encontraran un matrimonio que no allá sido arreglado a beneficio de los vienes familiares. Aquello era mucho mas importante que cualquier cosa. Los sentimientos ahí eran algo que se sentía, pero no eran algo que cambiara a las personas...
Y lo tenia bastante claro, mi secuestrador también lo sabia. Por eso corrió el riesgo de dejarme en libertad. Porque conoce a mis padres, sabe que no moverían ni un dedo por su preciosa hija, a menos que les cueste algo en contra. Pienso que mi primer secuestro solo había sido un experimento, por eso según mis padres yo me encontraba en Hawai.
Pero de que se trataba? No lo sabia y a decir verdad hasta ese punto no deseaba saberlo.
Lo que me importaba ahora era haber algo distinto a todo lo hecho en mi vida, dar lo que pudiera a las personas que estuvieron ahí, cuando creía que estaba sola. Cuando perdí totalmente la esperanza y mi cielo. Cuando odie a todos y les maldice. Cuando necesite de luz, ellos sin saberlo, me lo dieron.
Y quien sabe, capaz lo vuelvan a ser cuando vuelva a esa habitación gris, por lo mismo quería irme a ese lugar sabiendo que puede agradecerles y contribuirles de alguna manera. Recordarles ahí dentro, mientras les escucho, porque esta vez no sabré cuanto tiempo estaré dentro, ni siquiera si regresaría, pero no me importaba.
Ahora mi vida rondaba entre aquellas palabras que me ataban y sus voces. Lo demás, simplemente era algo sin discutir...
Era la noche anterior a las grabaciones, estaba algo ansiosa y emocionada, sentimientos bastante raros para mi persona. Era algo nuevo, pero me gustaba.
Escuchaba el último disco que habían sacado los chicos, aquella tarde pase por la disqueria buscando mas de ellos y pensando seriamente que me convertiría en fans de esos cinco sujetos. Pero creo que se necesita algo mas para ser un miembro de sus fanáticas, pensaba en eso mientras escuche el timbre de la casa.
Salí de la biblioteca descansa sintiendo el frío del piso mientras caminaba hacia la puerta para ver de quien se trataba. Pero al abrirla, nadie estaba ahí y el frío de mis pies no se comparo con el recorrió mi espalda. Me abrace, tomando valor para salir y buscar a mi receptor. Tome la manilla asomandome para ver de un lado a otro, pero nada, el lugar estaba vacío y oscuro, aquel noche no había luna así que las calles solo estaban alumbradas por los faroles, pero creo que no eso me hacia sentir segura ante aquella oscuridad.
Cerré la puerta rápidamente, respire profundo calmando mi corazón, me sentía intranquila. Sabia que aquello no era solo una broma de niños pequeños, era algo más y ahí estaba la prueba...
Un pequeño sobre blanco estaba cerca de mis pies, me hinque tomandolo para ver su contenido. Al abrirlo, aquellas letras se dieron a reconocer, tome el pequeño papel dentro, mis manos templaban...
“¿Te asuste no es cierto?
Pero tranquila hermosa, todavía no iré por ti.
Así que sigue disfrutando las tardes con un cafe y un buen libro.
Y recuerda que aunque hagas nuevos amigos
aun eres mía.”
8º Fragmento:
“Todos ven tus señales, tus destellos, tu brillo, pero pocos ven cuando te apagas.
Hasta el hombre invisible necesita esa mirada especial que lo haga especial.”
(Casi Angeles | Cap 29 - 3ra Temp)
A la mañana siguiente deje que el sol me abrazara a través de las ventanas de mi habitación, mi cuerpo se sentía helado, cansado y sin querer salir de la cama, pero debía levantarme e ir al primer día de grabación de los chicos, había hablado con el secretario y que le informara a mis padres, como no recibí algún comentario de ellos, supongo que accedieron a integrame un poco mas a su compañía.
Una parte de mi quería verlos verlos y oírlos, sabia que me harían olvidar cualquier cosa y perderme en ellos, aun así no tenia aquel animo para ir al estudio de grabación. Estaba deprimida y con cada palabra de la carta dejada anoche por debajo de la puerta, en mi cabeza. Hasta podía oír la voz del sujeto, una voz ronca y fría, que hacia que se me erizara la piel.
Después de dos horas logre llegar al estacionamiento del estudio de grabación, era la primera vez que volvía a manejar desde el secuestro, me sentía bien al volante, algo mas segura que caminando sola por la calle. Pero de todas formas me sentía muy intranquila.
Antes de bajarme de mi MINI Rocketman, me mire en el espejo del copiloto, observe mi mirada, estaba como aquel día que me vi en el espejo desnuda. Reflejaba a una extraña, pero sabia que debía mantenerme en pie. Olvidarme de los últimos meses y disfrutar aquel momento, siendo felices o tratando de serlos felices lo mas que podía. No debía perder mi tiempo en temerle a aquellas cartas, debía tratar de hacer todo lo que podía por esos chicos, porque antes que me marchara, quería hacer lo mismo que ellos hicieron por mi. Formarles una sonrisa.
Al salir del auto y caminar con tacos, mis jeans ajustados y una blusa blanca suelta que resaltaba mi silueta. Vi a lo lejos un chico conocido, alguien que no me agradaba del todo, pero sabia que también le debía algo a él.
Dude si acercarme o seguir mi camino y encontrarnos con todos dentro. Pero al cruzar nuestras miradas baje mi cabeza en forma de saludo, recibiendo lo mismo de su parte. Después de ponerle seguro a su vehículo, se acerco a mi.
- Buen día - le salude amable
- ¿Como está? - pregunto con su tono distante
- Bien gracias y usted Matsumoto-san? -
- Bien también...- me miro curioso - ¿A que debo tanta formalidad de su parte? -
me sorprendí -Porque lo dice? - pregunte
- Pues creo que cada vez que nos encontramos nos comportamos mas como de personas adultas, si podría decirlo... - explico
- mmm, creo que ya que ahora trabajamos juntos debemos tener un ambiente amable por ambas partes no crees? - le dije
- Si, tienes razón... - me observo detenidamente
-Srta. Yamauchi, como se encuentra?- me llamo el secretario acercandose a nosotros
- estoy bien - le respondí - Ya comenzaron las grabaciones? -
- No todavía no, le esperábamos. El director quiere conocerla antes de iniciar - comento el secretario sin mirar a Matsumoto-san ni un momento
- Claro, bueno vamos... - comencé a caminar - Nos vemos después Matsumoto-san - me despedí de él.
Él no se despidió de mi, solo seguía con aquella mirada que no podía descifrar, pero solo lo deje pesar ya que debía corportarme como toda mi vida me había enseñado, con cortesía y como toda una señorita de la alta sociedad.
Una hora después comenzaron las grabaciones, con las canciones de arashi en el fondo del set, para animar a los chicos y sentirse mas relajados.
Eran unos verdaderos profesionales, a pesar que se reían bastante ante las bromas de ellos mismos o se lucían ante las cámaras. No les costaba seguir las ordenes del director y ademas de decir sus lineas sin equivocarse.
Verlos en esa faceta era tranquilizador y divertido.
Les miraba desde lejos, apoyada en la pared frente donde estaban grabado, en la oscuridad y en silencio. Tenia razón aquella mañana, me haría bien verlos. Ya no estaba nerviosa, podía sentir su calidez aunque estuviera a mucha distancia de ellos. No comprendía aquella fuerza que emanaban, no solo en las letras de sus canciones sino al verlos, aquellas sonrisas en sus rostros. Dan mucha paz.
- ¡Yamauchi-san! - oí que me llamaban, sacandome de mis pensamientos
- ¿Si? - poniendo atención al emisor
- ¿Se encuentra usted bien? - pregunta Ohno-san, acercandose a mi
- Si, solo estaba distraída - articule, prestandole atención y dandome cuenta que les habían dado un descanso. - Han hecho un muy buen trabajo - le felicite
- Gracias
- Ohno-san, quería hablar con usted - me miro curioso
- Si, ¿de que se trata?
- Es sobre lo que me pidieron aquel día en el evento de caridad - le recordé
- No te preocupes de eso, los chicos no debieron pedirte aquello sin haberte conocido primero, lo siento mucho... - estaba preocupado
- Descuida, no se trata de eso - le tranquilice - Quiero ayudar - le mencione sincera.
- ¿Que? - me miro sorprendido
- Pues eso - le dije - Lo pensé bien y quiero ayudarlos - Debía hacerlo
Me seguía mirando con sorpresa - No se que decir, pero muchas gracias - me sonrío -Nino se pondrá muy feliz - Le sonreí de vuelta
- Lo se, pero igual será algo complicado, no hablo con mi abuelo hace mucho tiempo, así que me gustaría que me contaran bien que es lo que desean de él - le explique
- Si, descuida - miro alrededor buscando a los chicos - Hablare con los chicos y podríamos juntarnos todos para planearlo, claro si tu quieres participar
- Si, ustedes diganme en que los puedo ayudar.
Y así termino la cesión aquel día. No hubo problema y pues no hice mas que mirar como los demás trabajaban. Observaba detenidamente cada paso de aquellos cinco chicos y me distraía ante su presencia. Aunque ante aquella oscuridad en la esquina, mi mente recordaba sus palabras. Las amenazas disfrazadas con un destino incierto para mi, pero decidido por los demás.
Respire hondo al salir al estacionamiento después de despedirme del director y del secretario, esperando verlos mañana nuevamente.
Me dirigí hacia mi MINI Cooper, cruzando un pasillo de autos, lentamente caminando hacia el mío, una presencia extraña me hizo sentir un escalofrío por mi espalda, alguien estaba ahí.
Me di vuelta para buscar el interceptor de aquella mirada que sentía en todo mi cuerpo, pero estaba sola en aquel estacionamiento.
Seguí mirando, buscando a alguien, algún extraño, alguien familiar. Pero solo el sonido de mis pasos oía. Aquello me asustaba. Pero no debía mostrar mi miedo, ni derramar aquellas lagrimas que se ocultaban en mis ojos.
Camine nuevamente mas rápido, quería salir de ahí y no querer volver más. Mi corazón estaba latiendo rápidamente, mi pulso estaba agitado a pesar de no haber corrido mas de medio Km.
- Yamauchi-san - me sorprendí a ver a Matsumoto-san frente a mi, supongo que debió fijarse de mi estado, porque sus ojos denotaban preocupación
- ¿Pasa algo?
- No nada - respondí rápidamente - ¿Hace mucho que estas aquí? - buscaba algún razonamiento hacia aquella presencia extraña que sentí hace algunos minutos atrás.
- Solo hace unos momentos - respondió aun intranquilo - ¿Segura que se encuentra bien? La noto algo agitada.
- No es nada, solo me dirigía a mi auto - no le miraba, estaba intranquila y mi atención tampoco estaba en él.
- Esta bien... - no insistió - Quería preguntarte algo
- Si, ¿que cosa? - le mire tranquilizandome
- ¿Es cierto lo que nos dijo Riida?
- ¿Que les dijo?
- Nos contó que aceptaste ayudarnos para el cumpleaños de Nino
- Ah, eso... - recordé mi conversación con Ohno-san - Si es cierto, pero como les había dicho no hablo con mi abuelo, así que lo que deseen de él. Debe ser claro para que cuando se lo pida, lo acepte.
- Si, nos comento eso... Pero... - me miro extraño
- ¿Por que?
- ¿Por que, que? - le pregunte - ¿No quieren que les ayude?
- No es eso... Solo que no entiendo porque antes te negaste y ahora pretendes ayudarnos.
- Pues solo quiero hacerlo, ¿no basta con eso?
Nos miramos unos minutos, pero no menciono nada más, no podía saber que es lo que pensaba, tus ojos eran oscuros y ocultaba todo sentimiento ahí.
Estaba algo confundida con la actitud de Matsumoto-san, pero una parte de mi lo entendía, yo era lo que lo confundía. Un minuto que si y al próximo que no.
Pues supongo que era mi culpa, lo sabia, pero aquello no me importaba, sabia que tenia que hacer todo por ellos. Lo que sentí hoy suponía que era una advertencia, ellos querían que yo sintiera mas fuerte que estaban ahí. Que no me encontraba sola.
Debía hacer lo posible, por ayudarlos sin pensar en el tiempo. No sabia de cuando dependía. Debía hacer lo correcto por ellos.
Así que Matsumoto-san debía aceptarlo por ahora y por siempre. Ya que después de hacer que ellos fueran felices, nunca mas me verían nuevamente.
Bueno ya me voy... Cuidense mxo!
Si tengo suerte y encuentro el raw, lo subire en la semana!
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