El fotógrafo zen y el cliente en metamorfósis

May 05, 2005 11:36

Cuando el joven fotógrafo zen llegó a conocer al cliente, éste había engullido
varias galletas con prisa y ahora intentaba limpiarse de grumos infructuosamente.

"¿Es usted el fotógrafo zen?", preguntó.

El fotógrafo zen miró detenidamente los restos de galletas sobre zapatos
y suelo, tomó una instantánea y luego se inclinó profundamente ante
el cliente.

"¿Pero que hace, hombre?", preguntó el cliente mientras intentaba
infructosamente agacharse para encorporar al fotógrafo.

Este, al observar la lucha del cliente, se postró de rodillas
ante él, profundamente iluminado.

El cliente se incorporó, negaba con la cabeza mientras apuntaba
con una mano al fotógrafo. "¿Se ha vuelto loco?", preguntó al
fotógrafo y al coro de asistentes a la exposición que rodeaba a
estas alturas a ambos a cierta distancia.

El fotógrafo gimió, rompió en lágrimas y se postró totalmente
delante del cliente, con las palmas de las manos unidas apuntando
el cielo.

Tres días más tarde el joven fotógrafo zen echó al cliente
del estudio por seboso, maloliente, maleducado y agarrado.

Al cerrar la puerta detrás del enfadado cliente bañado en sudores,
el fotógrafo se postró sobre una rodilla, se sanctificó y
después oró a todos los budas, profundamente agradecido
por su franqueza.

El cliente vivió esta y otra vida, más la que le llevó a
ser venerado y expulsado.

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