Aunque no suelo dar por hechos los fichajes hasta que los anuncia la web del Real Madrid, teniendo en cuenta que
la del Liverpool ya lo ha hecho, podemos dar por oficial el fichaje de Álvaro Arbeloa, que está ahora mismo pasando reconocimiento médico y haciéndose las fotitos de rigor con los electrodos en el pecho.
Como veo venir el inevitable Drama Scouser, me gustaría hacer unas puntualizaciones, con todo mi respeto al Liverpool y a sus aficionados:
Estoy un poquito hasta el moño de que cada vez que el Madrid fiche a alguien se nos trate como si Florentino Pérez hubiera ido con una banda de atracadores, una furgoneta y un saco grande a secuestrar al jugador de turno. Esto no pasa con ningún otro equipo, curiosamente, sólo con el Madrid. Cuando otro equipo ficha a un jugador, todos entendemos que ha habido un acuerdo entre las tres partes interesadas, y punto, y que el susodicho quiere jugar en el equipo por el que ha fichado.
Ahora nos llevamos a Arbeloa, un tío que fue capitán del Castilla, vendido al Depor y de ahí al Liverpool, equipo donde lo recuperamos por... cuatro millones de euros. Que (creo) es la misma cantidad por la que lo vendimos al Depor. La noticia no debería ser que el Real Madrid compre, sino que el Liverpool vende a un jugador que es campeón de Europa por cuatro míseros millones. ESO es lo que valora el Liverpool a Álvaro Arbeloa. Y si encima Álvaro quiere volver y el Real Madrid necesita a un jugador en su puesto, y lo ve bonito, barato y canterano, ¿dónde está el crimen?
Lo que la afición del Liverpool debería hacer es preguntarle a su club por qué venden a un jugador importante de la plantilla a precio de canterano sin consolidar. Pero, por supuesto, es mucho más fácil criticar a Florentino Pérez por hacer un fichaje sin tener en cuenta los sentimientos de las pobres fangirls reds que se quedarán sin su "Arbie".
Y desengañaos, cuando un jugador ficha por un equipo es porque quiere. Si Kaká y Albiol ficharon por el Real Madrid lo hicieron por voluntad propia y con la connivencia de sus respectivos clubes. Los casos Villa y Huntelaar deberían enseñarnos dos cosas: si un club no quiere, no vende, y si un jugador no quiere irse a tal equipo, no se va. Por mucho que se les presione, por activa y por pasiva, un contrato está para respetarlo, y si tres partes no se ponen de acuerdo, el traspaso no se realiza. Punto pelota.
Si Xabi finalmente viene al Real Madrid, será porque él querrá venir, porque el Madrid le querrá fichar, porque el Liverpool le querrá vender y porque Rafa Benítez cometió el error de infravalorarle. Así que vamos a dejarnos de ridiculeces y de ataques que no tienen ni sentido ni fundamento.