Oh come on

Jul 26, 2010 21:01


Bueno, éste es el primer fic que subo aquí, así que no seáis malas con las críticas, aunque las acepto :)

Título: Oh come on
Autor: Laura (en twitter: @ lauvelga)
Beteado: @ zoiyaa
Dedicado: @ ichijohimeko , @ zoiyaa y @ patrysays
Pareja: Cesc Fàbregas y David Villa (empanadilla para que me entendáis)
Rating: +18, algo podno.
Disclaimer: que no, que esto no ha pasado, que ninguno de los que aparecen en el fic son míos (más quisiera) y tampoco cobro por escribir estas cosas.
Notas: las frases en cursiva son de canciones de The Killers (When you were young, Jenny was a friend of mine, Midnight show, Leave the Bourbon on the shelf y Mr Brightside), que me inspiraron para hacer el one-shoot.



And sometimes you close your eyes and see the place where you used to live.

El Arsenal no había sido tan perfecto como él pensaba. Veía una gran oportunidad pero su tierra, su Cataluña, le recorría por las venas y no podía negar eso. Estaba lejos de todos sus seres queridos, y rascaba todas las visitas que le hacían sus mejores amigos de Barcelona hasta el último segundo. Se sentía solo, y le dolía estar hablando un idioma con el que no se llevaba bien y que le había costado aprender.

La última visita que había recibido había sido la de su madre, que había ido a limpiarle la casa (bueno más bien a verlo, pero él tenía el piso hecho un asco) y había estado con él esa semana que tenía de descanso antes de los entrenamientos para el mundial. Le aliviaba saber que vería a sus mejores amigos y que al fin y al cabo estaría con los de su tierra, a pesar de haberse enfrentado a ellos en los equipos contrarios en los campeonatos.

El viaje hasta Madrid se le hizo muy corto, y al llegar le esperaba con una sonrisa el portero de la selección, Iker, que lo llevaría a los entrenamientos. Iba de incógnito, pero Cesc fue un poco torpe e iba al descubierto, por lo que tardaron el doble en salir. Iker le contó la gente que faltaba por llegar, los catalanes habían tenido retraso en el vuelo por lo que tardarían más en llegar, pero los demás estaban allí.

- Jesús y Sergio no han aparecido aún, hasta mañana no vienen de Sevilla, pero Marchena si ha llegado, David y Fernando acaban de llegar, Pepe ha ido a por ellos, y los demás o bien están al caer o vienen mañana. - comentó el portero.
- Gracias wikipedia. - respondió Cesc con una sonrisa. El otro puso los ojos en blanco y aparcó para dirigirse a entrenar, quedaba una semana hasta el primer partido y el vuelo salía dos días antes de la fecha.

Tras saludar a sus compañeros dándoles un abrazo, se cambió de botas y salió al campo a saludar a su entrenador, que esbozó una leve sonrisa pero al momento llamó a los demás. Se pusieron a entrenar sin emplear mucho esfuerzo, ya que lo fuerte vendría al día siguiente cuando estuviesen los demás allí.

A las ocho fueron hacia el hotel donde estaban alojados todos los de la selección, incluso los de Madrid, para tener reuniones de equipo antes de irse. Soltó sus cosas en la habitación e iba a empezar a deshacer la maleta cuando llamaron a la puerta. Fue a abrir gruñendo porque acababa de entrar cuando un abrazo de oso lo asfixió.

- ¡Hola enano! - le sacaba una cabeza, pero a pesar de ello era su mejor amigo. Gerard Piqué lo soltó de entre sus brazos y lo miró sonriendo. - ¡Tío nos han perdido las maletas! Carles iba a comerse a alguien, y Pedro ha tenido que comprar ropa interior en los chinos. Yo he sido previsor.
- ¿Llevas puestos cinco calzoncillos? - preguntó Cesc riéndose.
- Casi, los llevaba en la funda del portátil.

A empujones, Gerard lo sacó de la habitación con la maleta a medio deshacer, y fueron a cenar. El chef temió por los demás clientes del hotel al llegar la mitad de la selección, ya que arramplaron con la comida. Cesc iba por el cuarto plato cuando alguien le agarró por el cuello y empezó a darle en la cabeza con los nudillos. Puso cara triste y miró al culpable, y vio a un sonriente David Villa con una maleta en el hombro.

- ¡Empanao! - Cesc frunció el ceño pero al momento sonrió y le dio un abrazo desde su asiento. Saludó a Llorente con otro y se sentaron con Gerard, Carles y él a cenar.

Después de cenar se fueron todos a una sala del hotel donde ponía reservado, y se pelearon por los sofás que había allí puestos. Los que no llegaron a tiempo se sentaron por el suelo. Hablaban en voz alta y personas como Piqué y Pepe aprovechaban para hacer de las suyas, hasta que llegó el entrenador y se quedaron en silencio.

Tras una reunión de equipo, les permitió una última noche libre, por lo que los chicos se desperdigaron por el hotel. A pesar del sueño que tenía, se fue con sus compañeros catalanes a tomar algo al bar del hotel, y se encontraron con David y Raúl charlando, y pronto se unieron a ellos. En un momento dado sólo se quedaron Puyol, Cesc y el guaje en la terraza, los demás habían ido a dormir.

- Bueno empanao, ¿hace cuánto que no nos vemos? - preguntó David pidiendo otra ronda.
- Buf, hará como seis meses. Desde la última concentración de la selección.
- No pisas España ni queriendo. - Cesc frunció el ceño.
- Los que me han querido ver han venido a verme. - el guaje esbozó media sonrisa y dejó el vaso en la mesa.
- Tampoco había sido invitado.
- Vale dejad el tema, que estoy como en un partido de tenis. - zanjó la discusión Carles, dejando su vaso vacío en la mesa y levantándose. - Me voy a dormir, que mañana estaremos todos y tenemos que entrenar ya en serio.
- Creo que yo también. - dijo Cesc. David le dio una patadita en la espinilla.
- Al menos cuéntame qué tal con los ingleses de mierda. - sonrió.
- Pues bien. Como siempre. - dijo encogiéndose de hombros. Villa frunció los labios y endureció la expresión.
- ¿Qué cojones pasa contigo, empanao? Si te molesta hablar conmigo te vas, pero no me gusta que me pongas malas caras.
- Estoy cansado David, es sólo eso.
- Pues ahora el que se va soy yo. Hasta mañana Francesc.

Cesc miró sorprendido al guaje, que se levantó y se fue a su habitación, dejando al empanao haciendo honor a su nombre. Al cabo de un par de minutos, imitó a sus demás compañeros y se fue a descansar.

6 MESES ANTES

We're burning down the highway skyline on the back of a hurricane that started turning.

Había aprendido que era Villasexual. Ni heterosexual ni homosexual, le ponían las tías, vale, pero David siempre había sido el precursor de una cadena de sensaciones sólo corriendo juntos, o charlando sobre sus cosas. Habían estado bebiendo mucho después de la concentración, y Cesc tuvo que llevar en coche al guaje, ya que era el más perjudicado de los dos.

Lo montó en el coche con mucho esfuerzo, no sólo físico, sino mental para no aprovechar que lo tenía lo suficiente alcoholizado como para violarlo varias veces, pero presintió que eso molestaría a su compañero David, por lo que lo llevó a su hotel en silencio.

En la mitad del camino el guaje se despertó de sopetón y asustó tanto a Cesc que pararon en la carretera, en un badén. Ayudó a David a bajarse para que le diera el aire, y el asturiano se puso a dar vueltas como un poseso. El catalán lo miraba asustado, hasta que el otro se encaró con el gunner.

- Dónde vamos. - dijo seriamente.
- Al hotel David, ¿dónde vamos a ir si no?
- Conduzco yo. - repuso. Cesc le paró de un movimiento.
- No sabes lo borracho que estás.
- ¿Eres gilipollas Cesc? Conduzco yo.
- Y yo te digo que no, no quiero matarme. - David le dio un empujón, y ambos empezaron a forcejear. El gunner acabó contra el coche, y el otro agarrándole del cuello del polo. El guaje empezó a parpadear intentando enfocar.
- No estoy borracho. - gruñó David y le plantó un beso en la boca al otro, que le dio un empujón. Ambos se miraron.
- Voy a conducir yo.

We took a walk that night, but it wasn't the same.

Esa noche no pudo dormir. Cesc intentaba encontrarle sentido a todo aquello, pero sólo podía ver que no iba a ser lo mismo con el guaje nunca más. Había dejado a Villa en su habitación, dormido, pero él por más que intentó, no pudo quitarse de la cabeza aquel momento.

AHORA

Momento estúpido. Borrachera. Casi coma etílico, y Cesc tuvo que cortar de raíz aquella amistad. Un día puede darte por abrazar hasta a las farolas por el efecto del alcohol, y otro día puedes besar a tu compañero. Pero tenía que ser él.

Esos seis meses sin él habían sido lights, sin pensar mucho y sin preocupaciones. No se había acordado de él hasta que Iker le recordó su existencia. Había estado distraído con las visitas de su amigo Piqué entre otros compañeros, y aparte el Arsenal lo tenía absorbido. Pero vino el mundial, y vino el verlo todos los días.

La duda que tenía era de si David se acuerda de lo que pasó.

Al día siguiente bajó a desayunar con mala cara, no había podido conciliar el sueño apenas, entre los ronquidos de Busquets y sus propias ralladas. Se encontró con Iker untándose sus tostadas, y lo saludó con un gesto vago y fue a por algo de comer. Suspiró sentándose junto a su compañero, que lo miró preocupado.

- ¿Y esa cara?
- Sergio ronca demasiado, y no me ha dejado dormir.
- Ah. - siguió masticando. - ¿No hay nada más?
- No... creo. Los nervios del mundial.

Iker gruñó escéptico pero se quedó en silencio mientras que los demás compañeros llegaban de sus habitaciones. Pronto hubo un murmullo constante y muchas risas a su alrededor, mientras jugaba con sus cereales en el cuenco, su amigo Gerard lo zarandeó.

- Buenos días. - observó la mala cara del gunner. - Uyyy... ¿estás bien?
- Me podría haber tocado alguien que no roncara, Sergio lo hace por tres.
- Vale, yo ronco por cinco así que has tenido suerte. - Cesc esbozó una sonrisa que se esfumó al momento, al ver a David entrar mordiéndose las uñas.

No sabía como enfrentarse a sus pensamientos después de encontrarse de nuevo con el guaje. Intentaba ignorarlo pero notaba la mirada clavándose en su frente mientras comía de sus cereales. Cuando terminó, se despidió de los demás y se fue a cambiar para el entrenamiento. Sergio Ramos y Navas aparecieron en el hall del hotel y lo saludaron con una sonrisa.

Se cambió de ropa y cogió la mochila para irse al entrenamiento. Se cambió las botas y salió al campo, donde sólo estaba el entrenador.

- Qué temprano venimos hoy, ¿eh?
- Sí, los demás son unos vagos. - Del Bosque sonrió y le tiró el balón.
- Hay que ir practicando con el Jabulani, que pesa muy poco y tendréis que acostumbraros...
- Iré practicando.

Se puso manos a la obra para distraerse, pegando balonazos. Al mínimo toque, la pelota se iba muy lejos y se desviaba, y se puso nervioso al ver que no podía controlar la pelota. Y se le unió el cansancio con eso y se mordió el labio con impotencia, quedándose agachado en el césped.

Fueron llegando los demás y se puso a correr solo, algo apartado. Dejo vagar sus ojos por sus compañeros, y la mirada de Villa se le clavó en el pecho cuando lo vio. Tragó saliva y aminoró un poco, para ponerse junto a Xabi, que ya resollaba, cansado.

Tras las quejas de los jugadores por el balón, se fueron todos a las duchas. Cesc se quedó hablando con el seleccionador sobre su posible titularidad, y cuando llegó quedaban algunos rezagados vistiéndose. Prefirió ducharse en el hotel, así que se cambió las botas y cuando se estaba abrochando las otras, vio unos pies delante suya y un charquito de agua.

- Empanao, ¿qué coño pasa? - ahí estaba David con una toalla blanca y recién salido de la ducha, con todo el pelo mojado. Podía intentar secarse mejor, ya que le brillaba todo el pecho... Cesc eliminó los pensamientos rápidamente y se puso de pie.
- Pues nada, prefiero ducharme en el hotel.
- Después quiero hablar contigo y solucionar la puta cara que me traes.
- Lo que quieras, pero no sé a que te refieres.

Tell me what you wanna know.

Estuvo escondido el resto de la tarde, jugando a la play con los catalanes de la selección en la habitación de Carles, y atento por si David había ido a buscarlo hasta allí.

A la hora de la cena, obligado, tuvo que ir al comedor, donde estaba el guaje con el labio fruncido mirándolo. Cesc puso cara de culpabilidad y se puso a comer de lo que había cogido. Cuando terminó y se dirigía a la puerta, David le dio un par de palmadas en la espalda, como diciendo "si no vienes conmigo te mato" y se quedaron en el hall del hotel.

- ¿Qué pasa? - preguntó Cesc desviando la vista.
- Eso tendría que preguntarlo yo, empanao.
- Eres tú el que está tan obsesionado con que me pasa algo. Y no me pasa nada...
- Mira, no he sabido nada de ti desde la última concentración de la selección y ahora te muestras tan ausente conmigo. ¿Qué pasa contigo?
- David mejor no hablemos de esto, ¿vale? - hizo el intento de irse, pero el otro lo agarró de la muñeca y lo devolvió a su sitio, acercando su rostro al del gunner.
- Que no hablemos, ¿de qué? ¿De que ahora parecemos desconocidos? - Cesc se soltó del amarre de su compañero y tragó saliva.
- ¿Puedes al menos mirar a algo distinto que no seas tú? No eres el centro del mundo, a ver si puedes darte cuenta. - gruñó Fàbregas y se fue dando zancadas a su habitación.

Let me take a little more off your mind.

David mordía un bolígrafo sin parar, porque no dejaba de darle vueltas a lo que le pasaba a su amigo Cesc. Suspiró y dejó caer la cabeza, agotado. Se tumbó en la cama y rememoró todo lo que habían hablado desde que se conocían.

En el 2006 se conocieron en la primera concentración, un chaval de 19 años muerto de nervios. El primero que se acercó a hablar con él fue el guaje. Y poco a poco el empanao fue haciendo amistad con los de la selección.

Habían forjado una buena amistad después de tantos años, y no recordaba qué había hecho para que su amigo cambiara su actitud con él. Frunció los labios, la última vez que se vieron, David se emborrachó muchísimo. A lo mejor estaba así porque había dicho algo o a lo mejor le había vomitado encima o cualquier tontería. Al fin y al cabo el empanao era un niño chico.

Se incorporó en la cama y decidió ir a ver a Cesc, pedirle perdón por algo que no recordaba y volver a estar como antes.

Then you whisper in my ear I know what you're doing here.

Francesc escuchó golpes en la puerta, y vio cómo Sergio seguía roncando, por lo que se levantó y se puso una camiseta, abriendo la puerta. Allí estaba David, hizo un gesto en la mano, saludándolo. El otro lo miró sorprendido y cogió la llave de la habitación, cerrando a sus espaldas.

- ¿Qué haces aquí?
- Quería pedirte perdón... - empezó el guaje.
- ¿Perdón? ¿Por qué?
- No sé, joder, algo habré hecho para que estés así. - gruñó David. El otro meneó la cabeza y se cruzó de brazos.
- Si no lo sabes tú...
- ¿Te vomité en el coche? ¿Encima? ¿Te pegué? El día de la borrachera, ¿dije algo que te molestó? Joder empanao dime qué hice y perdóname, que no aguanto tu cara de amargao y de mosqueo conmigo.
- ¿Crees que me enfadaría si me vomitaras en el coche? Además, no estoy enfadado. - el guaje resopló impaciente, pero algo aliviado.
- ¿Entonces?
- ¿No te acuerdas de nada más? - dijo exasperado el más joven. Villa puso cara de confusión.
- ¿Vomité, te insulté y te pegué todo a la vez? - Cesc se dio en la frente con una mano y David soltó un taco. - ¡Suéltalo ya, empanao! - ante la mirada del guaje, que le quemaba, el otro cogió aire.
- Me diste un beso, David. - el asturiano enarcó una ceja y esbozó una sonrisa.
- Algo en la comida te ha sentado mal. - comentó dándole palmaditas en el hombro.
- Lo digo en serio, me besaste, tío.
- ¿Y por eso estás así? Pues lo siento chaval, estaba borracho y no controlo, ¿contento? - Cesc desvió la vista y movió la cabeza. - ¿Y ahora qué pasa? ¿Tan mal beso? - comentó de broma intentando aliviar el ambiente.
- Ese es el problema... bah déjalo. Mañana en el entrenamiento nos vemos, David. - el guaje se quedó en el sitio algo confundido, pero lo persiguió y no le dejó cerrar la puerta.
- ¿Estás raro porque te besé? ¿Qué conclusión tengo que sacar de eso? Joder empanao no hay quien te entienda.
- Pues lo siento si soy tan difícil, vete a la cama. - el otro seguía empujando la puerta, y en una de esas se coló en la habitación. Cesc caminó hacia atrás. - Sergio está durmiendo. - susurró.
- No es con Sergio con el que quiero hablar. - dijo entre dientes. Se puso frente a Cesc y le gruñó, soltando un "capullo" entre sus labios. - Me estás obligando.
- ¿A qué...? - murmuró a media voz. David se acercó del todo a él y le dio un beso. El gunner permanecía con los ojos como platos y se separó de él. - ¡¿Estás borracho?!
- Hoy no, empanao, joder. No sé que cojones me pasa contigo. Lo que te pasaba era por un puto beso, y yo llevo meses rallado porque ni me cogías el móvil ni me hablabas ni pollas. - le dio un empujón con cara de mala leche. - Eres un toca pelotas, joder.
- Yo... - murmuró Cesc.
- No me mires con esa cara, coño. - dijo en un susurró, y se quedó a un palmo del gunner.

Las respiraciones se entremezclaron, y David frunció el ceño, soltando un gruñido por lo que estaba haciendo. Él no era maricón, ¿entonces por qué le apetecía besarlo? Hizo tripas corazón y volvió a lanzarse sobre el más joven. Un beso sin profundizar, con Villa agarrando con fuerza la camiseta del gunner, que tenía las dos manos cogiendo el cuello del guaje.

Cesc, con todo el dolor, se separó de David y señaló a Busquets, que seguía plácidamente dormido. El otro encogió los hombros y volvió a atacar su boca. Fàbregas suspiró contra los labios de David, que profundizó el beso, rozando sus lenguas, haciendo que el empanao tuviera que luchar por quedarse de pie.

Don't you see I'm not satisfied until I hold you tight.

Cada vez que se rozaban, Villa soltaba un jadeo, le sorprendía estar así de cachondo por culpa del enano, que le tenía agarrada la cara y seguían profundizando los besos.

- Qué coño me has hecho empanao. - gruñó separándose un poco de Cesc, que deslizó sus besos hasta el cuello. De repente se quedaron parados al escuchar a Sergio moverse en la cama y darse la vuelta aún en sueños. David miró al otro chaval, que seguía mirando a su compañero de habitación.
- ¿Qué hacemos?
- Yo no me voy a quedar así. - dijo alterado señalándose la entrepierna.
- ¿Tu habitación?
- Con Marchena, ¿no? Joder a ése lo echo a patadas. - bufó, y salieron de la habitación.

Al llegar, se encontraron con que el compañero de habitación de David no estaba. Empujó a Cesc dentro de la habitación y cerró con pestillo, girándose hacia él. El más joven esbozó una sonrisa mientras que el guaje se lanzaba a besarlo.

- Yo no tengo ni puñetera idea de cómo va esto, empanao. - rugió sacándole la camiseta al gunner.
- Tampoco lo sé yo.

David frunció el ceño y decidió seguir sus instintos. Tiró al más joven encima de la cama, quitándose la camiseta y colocándose encima. Entre los besos, por inercia, comenzó a frotarse contra Cesc, que soltó un pequeño gemido. El asturiano comenzó a aumentar el ritmo, mordiendo el cuello del otro mientras su respiración se volvía más frenética.

He couldn't scream while I held him close.

Estaban ya desnudos, pero David alargaba el momento ya que no sabía qué hacer exactamente.

- David... - gimió.
- Hm. - gruñó el guaje. - Soy novato en esto. ¿No tienes nada para...?
- No...
- Mph. - se metió los dedos en la boca. - No se me ocurre nada más.

Cesc ahogó un grito al notar la invasión, pero David no paraba a pesar de que el gunner se retorciera debajo de él hasta que se acostumbró. Al ver que ya parecía no dolerle, el asturiano se preparó y poco a poco fue empujando, introduciéndose en Cesc lentamente. El más joven le mordió el hombro, intentando no gritar.

Villa se paró a la mitad, recuperando el aliento, y sintiendo a la vez lo apretado que era el chaval.

- No pares. - murmuró Cesc, con los ojos cerrados con fuerza.
- Eso está hecho. - mordiéndose el labio, continuó empujando con lentitud, escuchando el gemido de dolor permanente que tenía el catalán en los labios.

It started out with a kiss, how did it end up like this?

Se quedó parado cuando la tenía completamente dentro, y besó un buen rato a Cesc, que poco a poco se acostumbraba al dolor.

- Vamos allá, empanao. - esbozó media sonrisa y se apartó un poco del gunner, para poder empezar.

Notando la estrechez, comenzó con su movimiento. Cerró los ojos sintiendo cada uno de los pliegues, mientras escuchaba los gemidos disimulados del chaval. Abrió los ojos sin dejar de bombear y esbozó media sonrisa.

- ¿No quieres gemir como dios manda, empanao? - aumentó el ritmo. - Ya verás. - jadeó satisfecho al ver cómo Cesc agarraba las sábanas y arqueaba la espalda.

Ya se acostumbró a que era más estrecho de lo que era su mujer, por lo que confió un poco más en sí mismo y en aguantar más de lo que creía. Recorrió el pecho de Cesc con la lengua mientras seguía embistiendo, y notando sus propios gemidos pasar por su garganta.

Cesc se agarró a la espalda de David, notando los resquicios del placer, y dejándose llevar al límite del orgasmo. Con un último gemido más intenso que otros, se quedó abrazado al otro temblando un poco y con la respiración agitada.

- Ahora me toca a mí. - resopló David aumentando el ritmo.

Con un rugido bastante notable, y embistiendo mucho más rápido, se dejó llevar hasta el límite, dejando caer la cabeza y tumbándose sobre Cesc.

Cuando recuperó el aliento, se quitó de encima del gunner y se puso a su lado. Los dos permanecían en silencio mirando el techo, sin saber como empezar.

- Es tu culpa, ¿lo sabes? - murmuró David escuchando la respiración acompasada de otro chico.
- Tú tampoco te has cortado en absoluto... - en la oscuridad, Villa esbozó una sonrisita y notó cómo el gunner se movía a su lado, acercándose a él.
- Tampoco ha estado tan mal. ¿Alguna vez te habían...?
- No, no. - Cesc se apoyó en el pecho del asturiano y suspiró, cerrando los ojos.
- Espero que a Marchena no se le ocurra volver...

fic, autora: lauvelga, pairing: david villa/cesc fàbregas

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