fic: ¡QUIERO SER ACTIVO! (Empanadilla con tintes Kriqué)

Jun 27, 2010 01:10


Acabo de escribir este fic hace un rato. No os asustéis mucho. Son las cosas del aburrimiento y una pizca de inspiración propulsada por la palabra clave de una amiga '^^

Título: ¡Quiero ser activo!
Pairing: Empanadilla con tintes Kriqué
Rating: Contiene algo de lemon, así que vosotras sabréis si os conviene leerlo '^^
Disclaimer: Si esto hubiera pasado a mí me habría dado un chungo... o un ataque de risa... Más bien lo último
Beta: araant
Nota: Idea original de bergdora_nypia, que pensó en una trama para que pudiera escribir algo xD
Argumento: No diré nada... Sólo... ¿Os habéis fijado en que Cesc Fàbregas se ha dejado barba? xDDDD

Antes que nada, os dejo este gif que hice hace unos días. También por aburrimiento




A pesar de la gran madurez futbolística de Fàbregas, lo cierto es que a veces se comporta como un crío.
Cierto es que todos tenemos nuestro lado infantil, pero el del gunner está excesivamente desarrollado, superando con creces su grado de adultez.

Críos… ¿Y qué se supone que hacen los críos?

1) Son muy excitables.

Y no confundáis esta excitación con la sexual. Hablamos de emociones. Cesc vive cada situación como si fuera única. La disfruta y exprime al máximo, sacándole todo su jugo. Una simple invitación a una pizza desata en el chico una intensa felicidad. En resumidas cuentas: Fàbregas exterioriza todos y cada uno de sus sentimientos.

2) Se enfadan con facilidad.

El simple hecho de negarle una golosina o gastarle una broma puede cabrear al bueno de Cesc. Quizás no siempre, pues las bromas las afronta bien, pero sí que se puede enfadar por estupideces.

3) Se copian de lo que hacen los mayores o intentan parecerse a ellos.

Y aquí llega el punto clave de todo esto. Los niños, cuando ven

algo en sus mayores que les agrada, intentan copiarlo,

asimilarse a aquello que tanto les gusta, pensando en un éxito asegurado. Por desgracia no siempre es así. Y Cesc, por muy empanado que sea, puede que se esté dando cuenta…

La victoria de la noche anterior contra Chile aún está presente en el ambiente.
Los jugadores, cuyo entrenamiento de hoy les ha sabido a gloria, disfrutan ahora de las horas de “siesta” (se supone que deberían estar durmiendo un poco) en sus respectivas habitaciones. Pero, como las comillas mandan, casi nadie duerme.
Pepe camina alegremente por los pasillos, silbando una desconocida y posiblemente inventada melodía, llamando a las puertas de las habitaciones de algunos de sus compañeros, entrometiéndose unos segundos y soltando algún que otro chiste que ayuda a elevar aún más el buen rollo y la seguridad en sí mismos que se palpa en el ambiente. Fernando Torres ya no está tan serio como de costumbre, e incluso Villa parece simpático mientras camina por los alrededores del hotel y entabla una conversación animada con Silva.
Pero, como manda la ley (¿¿??), no todo va a ser despreocupación y alegría en el seno de la Roja. Una cabecilla pensante da vueltas en torno a una idea, en principio brillante, pero que se ha tornado fallida. ¿O será que el destinatario está aún más empanado que él?

Se levanta de la cama. Pasa junto a Gerard, sentado en una mesa de la habitación, con el portátil encendido y conectado al Messenger, a pesar de que se supone que no deben meterse a redes sociales ni nada por el estilo durante el Mundial.
Se mete al baño a hacer sus necesidades, y tras esto se va hacia el lavabo a lavarse las manos mientras se mira en el espejo (¡Sí, chicas! ¡Por fin un hombre que se lava las manos después de tocarse la chorra!).
Un chico de rasgos idénticos a los suyos le devuelve una mirada de ojos oscuros y gesto neutral. Su pelo, peinado con una cresta y engominado. Su rostro, casi cubierto por una barba que tira a ser abundante a menos que ponga una solución pronto.
Es cierto que el vello facial envejece a Fàbregas unos añitos, pero eso no quita que siga siendo un empanado infantil. Tan infantil que pensaba que aquel matojo de pelos causaría en él los mismos resultados que en Gerard, su mejor amigo.
Es tan infantil que estaba seguro de que su plan sería un éxito…

-Geri.
El central tiene una sonrisa creciente en la boca mientras teclea sin cesar en su portátil. Sigue conectado al Messenger, y Fàbregas se asoma a curiosear. Sólo chatea con una persona, y por la foto reconoce sin dificultades a Bojan.
-Un segundo, Cesc.-le pide Piqué, taladreando literalmente las teclas y llenando la ventana de conversación de líneas y líneas de veteasaberqué.
Se lo ve muy enamorado y con muchas cosas que contarle a su pequeño, y Cesc suspira con cierto deje de envidia.

No es que su relación con David sea un asco. Un poco fría sí que es, por mucho que él intente endulzarla con sus palabritas cariñosas y sus mensajitos al móvil del guaje, que se desespera y lo llama estúpido por gastar saldo cuando están a pocos metros de separación. No. No es un asco, pero sí que le gustaría que fuera un poco más tierna, que David no fuera tan brusco, que le dijera de vez en cuando que significa mucho para él, que no es un error ni un desliz, como le ha llegado a escuchar a veces (lo cual creería si no fuera porque ese “error” se repite cada vez que se ven y no está la familia de Villa por medio).

Le gustaría que su relación fuera un tanto parecida a la que mantienen Gerard y Bojan. Un noviazgo dulce, lleno de amor fácilmente reconocible, y en el que los dos ponen de su parte para sentirse siempre a gusto el uno con el otro.
Villa a veces parece que sólo piensa en él. En él y en su disfrute personal. Tal es su egoísmo que en ocasiones, durante el sexo, no mide su brusquedad, reina la ausencia de delicadeza y el orificio anal de Cesc ha tenido que pagar sus consecuencias.

No. Su plan no ha funcionado y ninguno de los objetivos que creía encontrar con él ha sido conquistado.
-Tú… Quieres mucho a Bojan, ¿verdad?

La sonrisa imborrable de Piqué se ensalza aún más si cabe. Echa una mirada a la pantalla del portátil antes de responder.
-Claro. Le quiero mucho. ¿Por?
-Y… si le quieres mucho… en tus relaciones íntimas-se sonroja-se lo haces siempre con cuidado… ¿no?
Gerard no da crédito a lo que oye. La pregunta se le antoja tan divertida… Sobre todo viendo cómo su amigo se convierte en un tomate de arriba abajo.
-Cesc, ¿qué preguntas son esas?-y suelta una carcajada-Sí, claro que sí. Siempre con cuidado. ¿Por qué?
-No… por nada…
Camina hacia su cama, dejando a Piqué unos instantes confundido, mas su confusión desaparece en cuanto el “tututún” del Messenger le devuelve a su realidad, a su conversación con Bojan, y se sumerge de nuevo en ella.
Fàbregas, cruzado de piernas sobre el colchón, piensa. Y mientras piensa se acaricia la barba, haciéndose cosquillas a sí mismo en la palma de la mano y la yema de los dedos.
“¡No, si se nota que sois amigos!” recuerda que le dijo Reina cuando los vio con el mismo look.

Que Cesc Fàbregas se haya dejado barba puede parecer casualidad, pero no lo es.

¿Por qué? Porque Geri también la lleva. Y él se la ha dejado por eso. No por parecerse a Geri, sino por intentar tener el mismo éxito que él. ¿En qué?

En su relación. Fàbregas se ha cansado de esperar muestras de afectos y está harto de que le den por culo (literalmente hablando).

Sí. Resulta infantil, descabellado y ridículo… pero estamos hablando de Fàbregas.

Y no ha conseguido nada. El hecho de tener un par de pelos más en el cuerpo no le ha servido para que su vida de un cambio radical y se asemeje más a la de su compañero de Selección.
Su relación con Villa sigue siendo la misma: “David, te quiero, Cesc, eres idiota. David te amo, Cesc déjame tranquilo. David, te echo de menos, Cesc, eres un plasta. David, vamos a hacer el amor, vale, Cesc. Ábrete de patas”

¡Y no lo soporta más! ¿Por qué, por qué, por qué? ¿Por qué tiene que ser él quien diga las palabras bonitas, llevándose después los palos? ¿Por qué tiene que ser él quien perezca ante sus embestidas, siendo dañado en la zona por culpa de la brusquedad de Villa?

¿Por qué tiene que ser él el pasivo de la relación?

Pensaba que su masculina barba le ayudaría a dejar de serlo, a que Villa entendiera su propósito sin necesidad de decírselo con palabras.

Pensaba que, al igual que Peter Griffin, de Padre de Familia, dejarse “bigote” lo catapultaría al éxito.

Pero no ha sido así.

-Oye, Geri…
-Quéeee te pasaaaaa ahoooooraaaa, Ceeeesc…-responde el rubio, deslizando la voz-Espera, no respondas. Me despido de Bo y ahora hablamos, porque algo te pasa y se te nota.

Lo ve desconectar el Messenger y apagar el portátil. Espera a que se siente en el colchón, frente a él, para comenzar a hablar.
-En tu relación… ¿Cómo… cómo supiste que te tocaría el papel de activo?

Piqué entorna los ojos.
-Muchas preguntas raras haces tú hoy, ¿no?
Se ríe, pero Cesc no le encuentra la gracia.
-Respóndeme, por favor.
-Pues a ver, tío, es evidente. Soy la parte masculina de la relación, por así decirlo. Bojan es más… ¿cómo decirte? Se asemeja más a una tía que yo, por su forma de pensar y de ver las cosas.
-Sí…-echa una mirada a Gerard de arriba abajo-Mucha pinta de tía no tienes… Pero bueno, eso no quiere decir nada, ¿no?
-Sólo una pregunta…-deja que el silencio acompañe a sus palabras-¿Ves a Bojan metiéndomela por el culo?
El gunner no precisa de mucho tiempo para soltar una respuesta contundente:
-La verdad es que no.
-¡Pues ya está!-chasquea los dedos-Yo, activo. Bojan, pasivo. Yo le doy. Él se deja dar. Y los dos tan a gusto.
-Vale.-organiza sus ideas, listas para exponerlas ante su amigo-Ahora la pregunta te la hago yo: ¿Me ves dándole a David?

Los ojos azules del culé miran un momento los otros marrones. Está claro que, esa tarde, las preguntas de Cesc incitan a la carcajada limpia. Pero intenta ser educado y se la reprime.
-No veo a Villa dejándose dar por culo, Ceski, qué quieres que te diga.
-¿Y a mí?-insiste-¿Me ves metiéndosela a un tío, o me ves femenino como a Bojan?

Ahora es Piqué quien se lo toma en serio, y se da unos segundos para pensar.
-Oye, pues ahora que lo dices… Sí que te veo como activo. No con David, pero sí que te veo.
-¡Pues ahí quería llegar!-suspira Cesc. ¡Por fin lo entiende!-¡Quiero ser activo, Geri! No te digo que lo quiera ser siempre, porque la pasividad también me da muchos momentos memorables, ¡pero necesito meterla de vez en cuando! Y no sé cómo decírselo a David. Me he dejado barba como tú, tan activo y macho, para ver si capta la indirecta, pero está visto que…
-¡EH, EH, EH, EH!-lo corta Gerard, extendiendo los brazos y mostrando las palmas de sus manos, implorando un poco de calma-¿Me estás diciendo que te has dejado barba para ser activo como yo?

Fàbregas sonríe, mostrando todos sus dientes. No puede controlar que sus mejillas se vuelvan un poco rosadas, a pesar de que no se vean por culpa de la nombrada barba.
-¡Estás loco, chaval!-vuelve a reírse. ¡Y es que su amigo tiene unas cosas…!-¿Crees que una barba te asegura el éxito? Si quieres metérsela a David, díselo. No hace falta que te dejes barba. ¡Será posible…!-vuelve a reírse, sujetándose el estómago, y termina tirado de espaldas sobre su cama, mirando al techo y carcajeando.
Cesc se cruza de brazos, molesto.
-No creo que sea algo para tomarse a cachondeo, Geri. Mi relación con David es muy fría y cortante, y me gustaría hacer algún cambio, y ese cambio es en la cama.
-Pues ya sabes… -aún tumbado señala la puerta-Ve a buscarle. Al igual está solo en su habitación y puedes aprovechar.
En contra de todo pronóstico, Cesc se arma de valor. Se pone en pie, golpeando con la planta de las deportivas el suelo de madera.
-¡Tienes razón, Geri! ¡Voy a ir y le voy a demostrar que conservo mi masculinidad por encima de todo!

-¡Así se habla!-lo arenga el central-¡Sal y demuéstrale quién eres!

-¡David!

Lo halla en medio del pasillo, caminando a nosesabedónde. Sin dilaciones lo toma del brazo y lo conduce a la habitación del asturiano.
-¿Qué pasa, Cesc?-no suena tan borde como de costumbre, pero sí un poco liado al no saber por qué lo trata con tal impulso-¿No querrás…?

-¡Sí! ¡Y ahora!
Podría resistirse. En cuestiones de fuerza ganaría Villa, pero la verdad es que le apetece bastante tener un poquito de sexo desenfrenado con el empanao’ en su habitación. Por eso la abre con rapidez, empujando al catalán sobre el lecho y echándosele encima, devorando sus labios y compartiendo respiraciones aceleradas y pequeños gemidos cuando sus manos desnudan al unísono sus cuerpos y tocan lugares prohibidos.
Todo es igual que siempre: a los besos le siguen las caricias, las caricias se convierten en estimulaciones en las zonas erógenas, las estimulaciones se cambian por felaciones (casi siempre de Cesc a David), y con los preliminares ayudando a dejar la futura penetración a punto de caramelo, el asturiano hace el intento de tirarse de nuevo sobre el gunner, pero éste lo esquiva y queda encima de él.
-¿Cambio de postura, Cesc?-le arquea las cejas de forma muy sensual.
-Más bien…-murmura él, devolviéndole el gesto-Cambio de rol…
-¿De qué?

Son las últimas palabras coherentes de Villa, pues acto seguido nota la dureza del catalán adentrarse sin piedad en su recóndito orificio, virgen y nunca antes explorado. Suelta un alarido de dolor y clava sus uñas en la espalda de Fàbregas, que degusta el dulce sabor de la venganza al tiempo en que embiste contra él. Venganza por todas las veces en las que Villa se la ha metido sin dilatación y preparación previa. Venganza por los “Qué quejica eres” que ha tenido que oír tras ocurrir lo anterior y gritarle que le dolía mucho. Venganza, pero también felicidad. Felicidad por ver cómo su amorcito perece ante él y sus penetraciones. Y sobre todo placer, mucho placer al sentirse dentro de él y notar cómo la estrechez abraza su polla.
-¡NIÑATO DE MIERDA, QUÉ COJONES HACES… AAAAH!-vocifera el guaje, lágrimas saltadas, mientras es penetrado por Fàbregas. Aprieta más las uñas e intenta quitárselo de encima. Labor imposible-¡PARA, CESC, ME CAGO EN LA PUTA! ¡QUE ME HACES DAÑO! ¡AAH! ¡AAH, JODER, PÁRATE!

Pero la pelvis del gunner continúa moviéndose a gran velocidad, chocando contra el cuerpo ajeno, sintiéndose morir de gusto.
Acerca sus labios a la oreja del guaje.
-Qué quejica eres…-se regocija con la frase, y Villa se jura a sí mismo que no volverá a abrir la bocaza para decirle aquellas cosas.

-¡UFF! ¡DIOS!-el dolor empieza a consumirse a medida que el miembro de Cesc castiga su próstata. ¿Está empezando a sentir un gustirrinín desconocido hasta ahora o se lo está imaginando?-¡NO TE PARES! ¡NI SE TE OCURRA PARAR!
Fàbregas sonríe con el cambio repentino de opinión mientras sus ojos se pierden en sus propios párpados, incapaces de utilizar el sentido de la vista al estar tan cegado por el placer.
Su cabeza es sujetada por las manos de Villa, que lo atrae hacia su boca y lo besa con frenesí. Aún suelta algunos quejidos de dolor entremezclados con gemidos.
-¡¡Qué bien follas, jodido mamón…!!-gruñe, usando la poca voz que le queda-¡¡Si lo llego a saber antes…!!

Le da un rápido lametón en la mejilla, el cual no llega a sentir del todo el catalán por culpa del vello facial.
Maldita barba… Ahora es consciente de que no le sirve para nada. Es sólo un estorbo y para colmo lo envejece.

Quizás se la afeite. O quizás no. Quizás mañana, o cuando la labor del equipo en el Mundial finalice.

O puede que se la deje para seguir reivindicando su papel de activo en la relación. Aunque sería buena idea ser pasivo a veces. Le gusta. No está mal. Pero el activo también tiene su morbosidad, sobre todo si quien tiene debajo es a Villa.

¿Barba o no barba? ¿Activo o pasivo?

3) Dudas.

Las dudas sobre si hacer o no alguna cosa son frecuentes en los niños.

Y Cesc, como no iba a ser menos… Tiene dudas. Muchas dudas.

fic, gifs, autora: 113nm, cesc fábregas, david villa

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