Título Lealtad
Fandom: Kyou Kara Maou
Resumen: La lealtad de Gwendal al Maou es incuestionable. Gen.
Raiting: PG
-Triscaidecafobia -dijo Murata, de pie detrás de la mesa donde esa misma noche se celebraría un banquete oficial.
-¿Disculpe, Su Alteza?-preguntó Gwendal, quien, como encargado de la seguridad del evento-y del castillo-, inspeccionaba el salón personalmente.
Yuuri, por su parte, también esperaba que Murata explicara aquella palabra; no estaba seguro de haberla escuchado antes.
-No, no es nada, Lord Von Voltaire, sólo que por fin recordé la palabra. Triscaidecafobia se refiere al miedo al número trece -Murata señaló la mesa-. Cenaremos trece personas aquí; en nuestro mundo eso algunos lo considerarían mala suerte.
-¡Ah, es verdad!-exclamó Yuuri, golpeando la palma de su mano con el puño de la otra.
-Si el número de invitados supone algún inconveniente -dijo Gwendal frunciendo aún más profundamente el ceño-, me encargaré de encontrar a alguien que...
-¡Ah! ¡No, no!-dijo Murata levantando las manos-. No hay ningún problema. Yo no soy supersticioso, y estoy seguro que el Maou tampoco.
-Sí, así es, yo tampoco creo en eso -dijo Yuuri-. No te preocupes, Gwendal.
Gwendal inclinó ligeramente la cabeza. Yuuri creyó escucharlo suspirar con alivio.
-Como lo deséen -dijo-. Pero ¿por qué temer al número trece en particular?-preguntó después de una pausa.
Murata golpeteó su boca con un dedo.
-No he investigado mucho al respecto, pero entiendo que tiene que ver con la idea de que el décimotercer invitado cometerá traición de una forma o de otra.
-Entiendo -dijo Gwendal-. Pero se trata de una acusación muy grave.
-Así es, por eso quienes creen en que el trece atrae la mala suerte se aseguran de invitar a alguien extra, tal como usted lo sugirió -dijo Murata-. Es una solución práctica y no compromete a nadie. Pero como ya vio, no será necesario tomar tal medida.
Gwendal asintió.
-Bien, en ese caso, el banquete se llevará adelante como se ha planeado -hizo una reverencia-. Ahora, si me disculpan, tengo que proseguir con la inspección.
-Claro, adelante -dijo Yuuri. Una vez que Gwendal se hubo alejado lo suficiente, se volvió hacia Murata-. Si hubiéramos tenido algún inconveniente, ¿a quién crees que Gwendal hubiera podido encontrar para acompañarnos con tan poco tiempo de anticipación?
Murata sonrió y levantó el dedo en alto.
-Creo que lo sé. ¿Te fijaste en la cara que puso cuando le dijimos que no era necesario que trajera a alguien más? Ahora piensa en alguien con el cabello rojo.
Yuuri hizo la conexión instantáneamente.
-¿De verdad crees que...?
Murata asintió.
-Es la única noble disponible y con un rango lo suficientemente elevado como para no ofender a nuestros invitados.
Yuuri tragó saliva, conmovido por el sacrificio que Gwendal había pensado en hacer. A Anissina no le gustaban gran cosa esos eventos; prefería pasar el tiempo en su laboratorio trabajando en “cosas que tuvieran un impacto positivo e inmediato”. De haberla invitado, Gwendal muy probablemente se hubiera comprometido a no huir de ella y permanecer como su conejillo de indias de planta al menos por un mes.
-¡Gwendal es tan noble!-exclamó Yuuri con el puño en alto.
Murata asintió solemnemente.
-Y muy leal -dijo-. No cualquiera se enfrenta a sus miedos de esa manera; deberías condecorarlo -y añadió al oído de Yuuri-: Pero asegúrate de hacerlo en una ceremonia privada.