Título Aventura musical
Fandom: Shrek
Resumen: Burro le debía dinero a Shrek, y lo devuelve con intereses y el recuento de su más reciente aventura.
Raiting: G
Cuando Shrek abrió la puerta de su confortable casa del pantano tan temprano esa mañana, no esperaba encontrar a Burro del otro lado. Y mucho menos a Burro cargando en su lomo cuatro alforjas repletas de dinero.
-¿Y eso?-preguntó Shrek.
-Te traigo lo que te debo -dijo Burro-, con los intereses.
Shrek alzó una ceja.
-Eh, yo nunca te pedí intereses.
-No, pero te los mereces; gracias a tu apoyo inicial, yo y mis asociados hicimos fortuna.
-¿De veras?
-De veritas. Y no sólo eso, también me pasaron una de cosas que pa'qué te cuento... ¿Te cuento?-preguntó Burro después de una pausa.
-¡Bah! ¿Por qué no?-Shrek se quitó del camino para que Burro entrara a la casa; el ogro no había visto a su amigo en meses, pero que la dragona nunca hubiera ido a preguntar por él significaba que ella sabía dónde estaba su marido y que por lo menos sus huesos no estaban blanqueándose por los caminos. Sin embargo, Shrek, aunque nunca lo admitiría de buena voluntad, había extrañado mucho la conversación de Burro durante ese tiempo-. Nada más quítate el lodo de las pezuñas; si ensuciamos, Fiona nos mata.
Poco después, las alforjas reposaban sobre la mesa mientras que Burro y Shrek, sentados frente a frente, disfrutaban del fresco junto a la ventana que daba al norte.
-Bueno, Burro, cuéntame qué ha sido de ti estos meses. Supongo que te fue bien con tu milpa.
-¿Milpa? ¿Qué milpa?
-¿No me pediste ese dinero para comprar grano que porque ibas a poner una milpa?
-¡Ah! ¡Eso! Bueno, sí, te lo pedí pa'eso, pero, después me fui de tu casa, me encontré al Gato con Botas en una encrucijada literal y metafórica. Y es que no sabía pa'dónde agarrar. Cuando llego y le pregunto qué hacía, me dijo que estaba considerando irse a buscar aventura, pero cambiando de oficio. Ya sabes, me dijo, mataogros como que ya no; ¿qué tal si en una de esas me escabecho a la agüelita del Shrek? Y yo le dije que tenía razón y le pregunté que qué iba a hacer entonces. Y él me dijo que aún no estaba seguro.
"Había visto dos anuncios en el periódico. Uno era una oferta de trabajo como asistente en control de plagas en Hammelin y otro era el anuncio de un concurso de música. Este como que le gustaba más, porque se podía ganar más con menos esfuerzo, pero como no tenía marmaja para comprar instrumentos..."
-Déjame adivinar lo que pasó después -dijo Shrek-: el gato te convenció para que le prestaras el dinero que te presté para comprar los instrumentos.
Burro chasqueó la lengua y abrió los ojos como platos.
-¡Ah! ¿Tú desayunaste bruja o qué? Eso fue precisamente lo que pasó. Y agarramos pa'l concurso.
Shrek señaló las alforjas con un pulgar.
-Y supongo que ganaron.
-¡'Pérate! ¡No te brinques al final! Que todavía falta mucho.
-Perdón.
-Decía, agarramos pa'donde era el concurso. El pueblecito ese estaba a dos días de distancia, así que nos fuimos caminando. O más bien, yo me fui caminando y el gato se fue encima de mí.
"Íbamos platicando y diciendo que lo mejor sería que encontráramos mas gente pa'la banda, porque de solistas y duetos como que ya chole. Y en eso, ¿qué crees? ¡Nos encontramos un perrito de raza mixta aullando como loco en medio del camino! Sí, aullando como loco, pero bien afinadito.
"El gato se bajó y le preguntó que qué le pasaba. El perrito le contestó que se había perdido y que no sabía cómo regresar a su casa. Y yo le pregunté que dónde quedaba su casa y él dijo que en el pueblo a dónde íbamos, así que nos ofrecimos a llevarlo con nosotros. Bueno, me ofrecí yo, porque al gato como que no le gustan los perros, ¿sabías?"
-Me imagino.
-Pero al final, el gato dijo que sí siempre y cuando el perro se mantuviera lejos de él.
-Me parece una buena solución.
-El gato también puso otra condición: quería que nos pagara el viaje guiado participando con nosotros en el concurso... Te dije que el perro era afinado, ¿no? Bueno, el perro aceptó y los tres seguimos nuestro camino.
"Mientras, el gato nos hizo practicar 'Estrellita, estrellita' en canon, para que fuéramos agarrando práctica y coordinación. Yo era el bajo y me salió re-bonito, ¿quieres que te la cante?"
Shrek hizo un gesto.
-Mejor termina tu historia primero y después me la cantas, ¿sí?
-Sale. Bien, ¿en qué me quedé? ¡Ah, sí! Al anochecer, encontramos un claro muy agradable para quedarnos a dormir. Nos echamos-yo en medio del perro y el gato-y seguimos charlando sobre lo que haríamos con el dinero que ganáramos. Y después seguimos practicando 'Estrellita, estrellita' otro rato hasta que nos dio sueño.
"Nos quedamos dormidos, pero, durante la madrugada, un ruido detrás de unos arbustos nos despertó. Los tres nos pusimos de pie de un brinco y encaramos valientemente el peligro."
-Valientemente. Por supuesto.
-El ruido venía de atrás de un arbusto. Yo me acerqué, lento, lento, y le pegué con mis pezuñas. Y entonces...¿qué crees que pasó?
-No tengo idea, Burro.
-¡Una sombra brincó de los arbustos! El gato y el perro se asustaron, pero yo no; ¡yo permanecí al pie del cañón! La sombra fijó en mi sus dos ojos brillantes, y me miraba y me miraba... En ese momento, el perro como que agarró valor de la desesperación, porque corrió entre mis patas directo hacia la sombra y, veloz como el rayo, lo agarró del cuello y lo retuvo contra el suelo, todo en medio de un voladero de plumas.
-¿Era un búho?
-¿Quieres dejar de querer adelantárteme, Shrek?
-Ya, ya; lo siento. Sigue, Burrito, por favor.
-En el cielo, la luna se asomó entre las nubes y nos iluminó. Entonces vimos que no se trataba de un búho, sino de un gallo. Un gallo que, según nos contó después, venía huyendo de un rancho porque lo querían hacer enchiladas al día siguiente.
-Entonces era un pollo, no un gallo.
-¿Perdón?
-La gente se come a los pollos, no a los gallos. Ya sabes, caldo de pollo, carne de pollo, enchiladas de pollo...
Burro miró a Shrek de arriba a abajo.
-Lo que es tú, no tienes idea de vida del campo; ¿qué no sabes que el gallo es el único animal que rejuvenece después de muerto?
Shrek abrió la boca para replicar, pero no se le ocurrió nada.
Después de unos segundos y una sonrisa de satisfacción, Burro continuó con su relato.
-El gallo suplicó por su vida, para que el perro no le diera chicharrón, y lo hizo tan bonito que se nos enchinó la piel a todos. Y lo dejamos que nos acompañara, no fuera a ser que lo encontrara la gente del rancho.
"Como ya faltaban pocas horas para llegar, continuamos ensayando 'Estrellita...'; el gallo se nos unió y, no te miento, Shrek, ¡cantaba como los propios ángeles! Y el gato y yo pensamos que con él en la primera voz, era seguro que ganábamos. El gallo aceptó unírsenos.
"Ya en Bremen, nos fuimos derechito a inscribirnos al concurso, pero nos dimos cuenta que teníamos hambre y decidimos pasar primero por el mercado. ¡Fue ahí donde sucedió!
-¿Qué sucedió?-preguntó Shrek, inclinando hacia adelante en la silla y sosteniendo su mano en la barbilla, interesado por el tono ominoso de Burro.
-¡Nos robaron la bolsa del dinero! Bueno, se la robaron al gato, que era el encargado; lo distrajeron con una bola de estambre y ¡paf! Nos quedamos sin comer y sin instrumentos y sin la cuota de la inscripción de un porrazo.
-¿Qué fue lo que hicieron?
-Fuimos a buscar a los ladrones, por supuesto. El perro era buen rastreador y en poco tiempo encontró la pista de los ladrones; dijo que fue fácil encontrar el olor de una bolsa que oliera a burro. Es decir, a mí.
"El escondite de los ladrones estaba en las afueras de la ciudad. Nos acercamos sigilosamente y nos asomamos por la ventana. Los ladrones estaban ahí, contando nuestro dinero-¿o tu dinero? Bueno, me entiendes, ¿no?
"El gato era partidario de un ataque frontal justo en ese momento, pero el gallo nos hizo ver que tenían mazas y cuchillos y que no sería buena idea. Nos convenció de esperar hasta la noche.
"Una vez que se puso oscuro, pusimos en práctica el plan del gallo. Al principio, el gato no quiso, pero terminó por hacerlo porque le rugían las tripas. ¡Ay, Shrek! ¡Si hubieras oído cómo le rugían, te juro que ya no vuelve a afectarte cuando pone sus ojotes!
-¿Pero cuál era su plan?
-A eso voy. Primero, yo me puse al pie de la ventana, luego el perro se subió sobre mí, el gato sobre el perro y el gallo sobre el gato. Después, comenzamos a hacer ruido, yo a rebuznar, el perro a ladrar, el gato a maullar y el gallo a cacarear. ¡Les pegamos un sustote! Con decirte que cuando entramos, luego que ellos salieron corriendo, el lugar olía pior que el pior establo en el que he estado jamás.
"En fin, estábamos ahí, recogiendo el dinero de la mesa, cuando el perro encontró una puerta disimulada hacia un sótano. La abrimos y bajamos, por si tenían gente secuestrada o algo así. Sin embargo, en lugar de eso, entramos a un bosque y llegamos a un castillo donde un león nos quiso hacer reyes."
-¡Ay, Burro! ¿Cómo va a estar un bosque en un sótano? ¿Seguro que no fumaron de la verde?
-¡Claro que no! ¡Te juro por las escamas de mi esposa que es cierto!
Shrek resopló.
-De acuerdo, digamos que me la creo. Los hicieron reyes del bosque subterráneo, ¿y...?
-Pues no, no nos hicieron reyes porque se desató una guerra y mejor nos regresamos. Pero cuando salimos de ahí, el festival de Bremen ya se había terminado.
-Qué mala suerte.
-El gato se enfurruñó y no habló en días. Pero mientras, encontramos a los dueños del perro, quienes también adoptaron al gallo y prometieron no comérselo.
-Al menos alguien tuvo su final feliz.
-Y sí.
-Y entonces se regresaron para acá.
-Con esa intención salimos el gato y yo de Bremen, pero, en el camino nos encontramos con un grupo de enanos-uno de ellos más enano que los otros y que estaba como enfermo de los pies-que iban quesque a reconquistar una montaña llena de tesoros que un dragón les arrebató a sus antepasados. Como yo tengo experiencia con el gremio, el gato nos ofreció como voluntarios para acompañarlos.
"Las cosas salieron bien, aunque se puso un poco revoltoso cuando llegaron las águilas, pero al final el dragón se fue y todos tuvimos parte del tesoro. Incluido tú, porque de no haber sido por lo que me prestaste, yo nunca hubiera ido pa'llá."
Shrek parpadeó; trataba de asimilar toda la información y de decidir si acaso Burro no había alucinado todo eso porque el sol le recalentó el cerebro o algo similar.
Terminó por decidir que sólo había una manera de averiguarlo: saber qué había sido de los testigos para corroborar.
-¿Dónde está el gato ahora?
-Se fue a Hammelin con su parte del tesoro; fue a fundar su propio negocio de control de plagas, parece que allá hay muchas oportunidades. Aunque tiene problemas con un payaso que le hace al flautín.
-Ya veo...
-Ahora...-Burro se puso de pie y comenzó a brincar de una pata a la otra-, ¿me prestas tu baño? Hace rato que me comenzaron a dar ganas.
-Claro, ve. Ya sabes dónde está, ¿no?
Mientras Burro hacía lo que debía hacer, Shrek fue a la mesa y miró el contenido de las alforjas. Adentro había monedas de oro y joyas hermosamente labradas.
El ogro se preguntó qué diantres podría hacer él con todo ese dinero cuando la puerta de la casa se abrió y entró Fiona, que venía de recoger hongos, frutas, musgo y especias varias del bosque.
-Te lo juro, Shrek, cada día los hongos de manchitas azules están más difíciles de encontrar. ¡Y encima la bruja del otro lado del pantano corta casi todos durante la noche y los vende en el pueblo a un ojo de la cara! A mí me los quiere dar al doble. ¡Ay! ¡Si tuviéramos un poco de capital podríamos comenzar un negocio mucho mejor surtido y con mejor servicio! Pero no quiero pedirle dinero a mi papá; no quiero escuchar los sermones del ministro de economía y... ¿qué es eso que está en la mesa?
Shrek sonrió de oreja a oreja.
-Amor, no creerás lo que le pasó a Burro.
Nota:
Para los que no conozcan el cuento de Los músicos de Bremen. :P