Let it go
There is no real going back. Though I may come to the Shire, it will not seem the same; for I shall not be the same.
- Frodo, en The Lord of the Rings (de J. R. R. Tolkien)
Life is all about letting go. No recuerdo dónde lo leí. Ya no importa cómo llegaste aquí, lo que de verdad te hace temblar es que no puedes marcharte sin dejar un trozo de ti atrás, arrumbado sin quererlo pero sin poder evitarlo.
Echar de menos sitios, personas, ritos, momentos, y conversaciones. Una rutina envolvente, arriesgada pero atractiva de la que es mejor apartarse. La solución no es deshacer lo recorrido. Ojalá fuera tan sencillo. La solución no pasa tampoco por quedarse quieto en la vana creencia de que la inacción puede detener el derrumbe.
Let go.
Ojalá esto también fuera sencillo, porque tampoco lo es.
No hay regreso y está bien así, ya he mencionado que no sabría renunciar a casi nada de lo que he hallado. Pero si no hay regreso, y rechazada también la inacción, lo que queda se vislumbra huida hacia adelante. Huida para seguir arañando la piel en cajas de mudanza, mientras nada de lo que realmente esperabas termina de llegar.
- Frodo, en The Lord of the Rings (de J. R. R. Tolkien)
Life is all about letting go. No recuerdo dónde lo leí. Ya no importa cómo llegaste aquí, lo que de verdad te hace temblar es que no puedes marcharte sin dejar un trozo de ti atrás, arrumbado sin quererlo pero sin poder evitarlo.
Echar de menos sitios, personas, ritos, momentos, y conversaciones. Una rutina envolvente, arriesgada pero atractiva de la que es mejor apartarse. La solución no es deshacer lo recorrido. Ojalá fuera tan sencillo. La solución no pasa tampoco por quedarse quieto en la vana creencia de que la inacción puede detener el derrumbe.
Let go.
Ojalá esto también fuera sencillo, porque tampoco lo es.
No hay regreso y está bien así, ya he mencionado que no sabría renunciar a casi nada de lo que he hallado. Pero si no hay regreso, y rechazada también la inacción, lo que queda se vislumbra huida hacia adelante. Huida para seguir arañando la piel en cajas de mudanza, mientras nada de lo que realmente esperabas termina de llegar.