Cuando hace unos meses Peeper Keenan anunció que había llegado el momento de dar una vuelta con Corrosion of Conformity me alegré, y estuve atento desde entonces para conseguir mi entrada en cuanto estuvieran disponibles.
La cita tuvo lugar hace un par de semanas, en este Madrid al que regresé justo a tiempo para ellos. El concierto fue muy bueno, con el público muy entregado y a base de un repertorio fenomenal al que no faltaron apenas clásicos. Dieron buena cuenta de Deliverance y Wiseblood, tocando muchas canciones de cada uno de ellos. Si acaso, faltó precisamente Drowning in a Daydream para que yo hubiera salido de la sala ancho de satisfacción. Pero no se puede tener todo.