Lunes // Medianoche // Gran Comedor
*Esta habitación, piensa, es ideal: te permite disfrutar de las noches sin necesidad de tener desagradables encuentros con las criaturas que frecuentan los terrenos. Ya ha tenido la oportunidad de conocerlas, y francamente no está de humor para lidiar con ellas.
Supone que la nostalgia es algo inevitable cuando se está lejos de casa de tanto tiempo, pero eso no la hace mejor recibida. Y esta vez ni siquiera hay un teléfono para llamar a altas horas de la noche y preguntar si lo extrañan.
Sonríe cansado desde su posición -piernas cruzadas sobre una de las tantas mesas del enorme comedor- y toma un trago de sake una taza colorida que encontró en la cocina. Supone que todo sobre su conducta de esta noche ofendería Suzu-chan -¿un hombre adulto sentado sobre una mesa, bebiendo solo y de ese recipiente? Es simplemente indigno y de esperarse de él, ella diría- e intenta atribuir el sabor amargo en su boca exclusivamente a la bebida.
Inclina la cabeza y mira al cielo, preguntándose si Haruka está haciendo lo mismo sobre el techo de su casa.*