Sábado (mañana) - Alrededores del Castillo [COMPLETO]
((¿Espero que no haya problema con comenzar una idea crack? Um, si lo hay lo pongo cuando ya se pueda, pero la idea no me deja en paz.))
*Después de incontables días de haber vivido en un colegio de magia, no podía creer que no hubiese forma de salir cuando no había nada -literalmente- bloqueando la salida. Había intentado convencer a Shindo de salir a investigar el día anterior, pero se había negado rotundamente.
En lo personal no lo entendía; con el seudo-club de únicamente dos miembros de Go que habían armado (había anuncios pegados en cada casa, hechos por un Shindo increíblemente emocionado por la idea) y poder jugar contra él a diario, Shindo no parecía querer otra cosa. Además que estaba gustándole la magia, o al menos eso parecía, porque no paraba de practicar. Akira, por el contrario, lo que quería era salir y poder asistir a los juegos oficiales de las ligas... pero había perdido ya demasiados juegos.
Su padre estará muy decepcionado cuando logre volver y lo vea.* "Logremos volver" *se corrige mentalmente.
Por eso decidió salir a investigar. Maldiciendo en voz baja lo irresponsable que podía ser Shindo.
Se asusta al ver tentáculos salir tentativamente del lago -había leído sobre el Calamar Gigante pero verlo en vivo es muy diferente- y decide mantenerse lo más lejos posible del agua, rodeando el lago con al menos 20 metros de distancia. Llega hasta el inicio del bosque -Bosque Prohibido, como lo llaman los libros que había devorado en la biblioteca para conocer el lugar- y saca su varita, que igual no le serviría de mucho ya que la cantidad de hechizos no le servirían de nada si algo quiere atacarlo.
Se paraliza entonces al ver que hay algo volando y descubre que tiene forma de... un dragón.
La poca compostura que conserva hasta ese momento se pierde y decide ocultarse detrás de un árbol para salir de la visión del dragón.
En ese momento pasó.
En un principio no se dio realmente cuenta de qué lo golpea. Lo único que registra fue recibir algo similar a una corriente eléctrica en todo el cuerpo, como si todo su cuerpo se hubiese reacomodado de golpe y el impacto lo hizo caerse -lejos del árbol- al césped dentro de los límites del castillo.*
"¿Q-qué pasó...?"
*Hay un ligero temblor en su cuerpo, casi como si algo estuviese diferente. Sacude un poco la cabeza, llevándose la mano al cabello para acomodarlo y lo siente un poco más largo de lo usual. No le toma gran importancia, debe ser parte del shock después de todo.
Al ponerse de pie nota que sus zapatos le quedan grandes y que la ropa de alguna forma había crecido. Por un momento piensa que había recibido un hechizo que agrandó su ropa y zapatos, posiblemente eso explicaba su cabello. Hasta que algo del aturdimiento desaparece de su cuerpo y lo siente.
Por un momento cree que su corazón dejará de latir, pero logra respirar y superar la impresión inicial. Respira de nuevo, incapáz de realizar algún momento para confirmar sus sospechas. Siente que se desmayará.
Al final, tras casi un minuto, lleva una mano a su pecho y siente algo que nunca había estado ahí.
Lo que confirma que no sintiese nada abajo... bueno, donde siempre hubo algo también.*
Esto es una pesadilla...
*Después de incontables días de haber vivido en un colegio de magia, no podía creer que no hubiese forma de salir cuando no había nada -literalmente- bloqueando la salida. Había intentado convencer a Shindo de salir a investigar el día anterior, pero se había negado rotundamente.
En lo personal no lo entendía; con el seudo-club de únicamente dos miembros de Go que habían armado (había anuncios pegados en cada casa, hechos por un Shindo increíblemente emocionado por la idea) y poder jugar contra él a diario, Shindo no parecía querer otra cosa. Además que estaba gustándole la magia, o al menos eso parecía, porque no paraba de practicar. Akira, por el contrario, lo que quería era salir y poder asistir a los juegos oficiales de las ligas... pero había perdido ya demasiados juegos.
Su padre estará muy decepcionado cuando logre volver y lo vea.* "Logremos volver" *se corrige mentalmente.
Por eso decidió salir a investigar. Maldiciendo en voz baja lo irresponsable que podía ser Shindo.
Se asusta al ver tentáculos salir tentativamente del lago -había leído sobre el Calamar Gigante pero verlo en vivo es muy diferente- y decide mantenerse lo más lejos posible del agua, rodeando el lago con al menos 20 metros de distancia. Llega hasta el inicio del bosque -Bosque Prohibido, como lo llaman los libros que había devorado en la biblioteca para conocer el lugar- y saca su varita, que igual no le serviría de mucho ya que la cantidad de hechizos no le servirían de nada si algo quiere atacarlo.
Se paraliza entonces al ver que hay algo volando y descubre que tiene forma de... un dragón.
La poca compostura que conserva hasta ese momento se pierde y decide ocultarse detrás de un árbol para salir de la visión del dragón.
En ese momento pasó.
En un principio no se dio realmente cuenta de qué lo golpea. Lo único que registra fue recibir algo similar a una corriente eléctrica en todo el cuerpo, como si todo su cuerpo se hubiese reacomodado de golpe y el impacto lo hizo caerse -lejos del árbol- al césped dentro de los límites del castillo.*
"¿Q-qué pasó...?"
*Hay un ligero temblor en su cuerpo, casi como si algo estuviese diferente. Sacude un poco la cabeza, llevándose la mano al cabello para acomodarlo y lo siente un poco más largo de lo usual. No le toma gran importancia, debe ser parte del shock después de todo.
Al ponerse de pie nota que sus zapatos le quedan grandes y que la ropa de alguna forma había crecido. Por un momento piensa que había recibido un hechizo que agrandó su ropa y zapatos, posiblemente eso explicaba su cabello. Hasta que algo del aturdimiento desaparece de su cuerpo y lo siente.
Por un momento cree que su corazón dejará de latir, pero logra respirar y superar la impresión inicial. Respira de nuevo, incapáz de realizar algún momento para confirmar sus sospechas. Siente que se desmayará.
Al final, tras casi un minuto, lleva una mano a su pecho y siente algo que nunca había estado ahí.
Lo que confirma que no sintiese nada abajo... bueno, donde siempre hubo algo también.*
Esto es una pesadilla...