*Sentado sobre una roca, esperando a que se seque mientras fuma no es mala idea, así que lo hace. Mika-chan no se va a ir a ningún lado, porque si sus sentidos no le fallan, hay una barrera de energía desconocida en los aldedores... Parece que los han encerrado ahí. Lo único que demuestra su desagrado ante la situación es que frunce un poco el ceño.
Y es cuando ve a la mujer a lo lejos. No se acerca, con el cabello todavía húmedo y la bata apenas cubriendo lo suficiente de su cuerpo para no verse indecente*
*Luz en el cielo, pseudo caída en medio del lago, ALAS, cara desconocida. Definitivamente alguien nuevo. Avanzó lentamente porque la persona no se había acercado cuando la vio. Quizás quería estar sola o algo así*
Hola ¿eres nuevo verdad? *le preguntó a prudente distancia*
*Se pone de pie cuando la mujer se acerca, el cigarro ahora terminado y no aleja la mirada de ella.
Cuando la distancia entre ellos es muy corta se inclina, tomando su mano para besársela, sus alas desapareciendo entonces con un movimiento y el viento hace que su cabello se mueva.* Buenas tardes, preciosa. He esperado todo este tiempo tu llegada.
*Asiente, a pesar que no sonríe le mira con intensa amabilidad, sin dejar sus ojos un solo momento y tomando su mano con movimientos suaves, tocando su palma con los dedos en una caricia.* Como escuchaste, linda. Dios mismo me ha mandado a la Tierra a hacerte compañía.
*le cosquillea la palma, es una sensación agradable y sensual, y sonríe*
¿Dios eh? *Dios. No desea reírse, pero sería irónico que Dios se acordara de ella o sus chicos ahora y les enviara... una guapísimo rubio* Soy Impala, Bienvenido a Hogwarts mi estimado acompañante, ¿me dirías tu nombre o me quedaré solo con el color de tus ojos? *porque si de adular se trataba, ¡Era el auto de los Winchester y no se quedaba atrás!*
Dios mismo, señorita. *Susurra, acercándose a ella para tocarle una mejilla y sentir su cabello con sus dedos.
Hay reconocimiento en su mirada ante el nombre, inclinándose para darle un beso en la mejilla, alejándose un poco después de eso. Toma nota del nombre del lugar, no le suena en lo absoluto y aunque le preocupa eso, tiene mejores cosas de las qué ocuparse.* Un placer, señorita Impala. Mi nombre es Raphael, el arcángel del viento, y estoy a su servicio.
*tiembla un poco ante el contacto. El sujeto tiene un olor especial, una presencia extraña que sobrecoge un poco y una parte de ella comienza a aceptar que Dios pudiera enviarlo cuando la presentación se completa.* ¿Un arcángel?
*Eso SÍ que era una sorpresa* Ra-Raphael... wow... Un arcángel... Dean se va a morir cuando se entere...
¿Acaso lo dudabas, preciosa? *Dice con un tono suave y casi meloso, tocando su mentón, todavía demasiado cerca. Tiene todavía húmedo el cabello y está descalzo, la bata apenas cubriendo su cuerpo.
Ante la mención del nombre, le alza el mentón, haciendo contacto visual más directo.* Olvidemos detalles sin importancia, cuéntame de ti.
La historia de ninguna mujer lo es, especialmente si es tan hermosa. *Comenta con tranquilidad.
Se pasa una mano por el cabello, señalando con la otra atrás.* Me han dejado una muda de ropa y cigarros, no hace falta. *Le toma por la cintura, despacio, pero sin titubear.* Pero podemos hacer otras cosas en privado.
*sonríe ante el primer comentario y el contacto no le sorprende tanto, aunque la mano está helada y le causa un escalofrío* Definitivamente podemos *dice simplemente, quitando un mechón del flequillo de la frente de Raphael* Pero todas formas tienes que secarte o enfermarás... ¿o los arcángeles no se enferman?
*Al notar el escalofrío la suelta, pero no se aleja y parece satisfecho cuando la escucha hablar, ningún gesto similar a una sonrisa pese a que hay suavidad en sus gestos.* No te preocupes por mi, estaré bien.
*Se aleja del todo ahora, caminando hasta recoger la ropa y la cajetilla del pasto. Regresa hasta ella.* ¿Nos vamos?
Vamos. ¿Algo que quieras hacer? ¿Un lugar para cambiarte ropa? ¿Un café? La cocina parece ser la primera parada de todos los recién llegados. Oh, mientras te contaré algunas cosas sobre este lugar. *mientras camina habla de la ubicación, las barreras, F&F y algunas personas y su tiempo atrapados en el castillo* Pareciera que no hay manera de salir hasta que a él se le ocurra...
Podemos ir a un lugar privado para nosotros dos. Lo demás puede esperar. *Dice con un tono de voz muy suave y sensual, íntimo de alguna forma, acercándose a ella para pasar una mano por su cintura otra vez. Esta vez su brazo seco antes de comenzar a caminar.
Escucha las explicaciones con algo de desidia, aunque demuestra interés en sus palabras. F&F, quién o quiénes sean, parecen saber lo que hacen demasiado bien. El que puedan hacer una barrera a ese nivel...
Pero es una ventaja que no es momento de preocuparse por ello.* Ha de haber sido muy difícil para una mujer tan hermosa estar encerrada aquí, tan lejos de casa.
¿Alas?
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Y es cuando ve a la mujer a lo lejos. No se acerca, con el cabello todavía húmedo y la bata apenas cubriendo lo suficiente de su cuerpo para no verse indecente*
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Avanzó lentamente porque la persona no se había acercado cuando la vio. Quizás quería estar sola o algo así*
Hola ¿eres nuevo verdad? *le preguntó a prudente distancia*
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Cuando la distancia entre ellos es muy corta se inclina, tomando su mano para besársela, sus alas desapareciendo entonces con un movimiento y el viento hace que su cabello se mueva.* Buenas tardes, preciosa. He esperado todo este tiempo tu llegada.
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B-buenas.....¿Esperarme?
*y eso le sorprendió porque jamás había escuchado algo así. Ni Dean ni John lo habían dicho jamás*
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¿Dios eh? *Dios. No desea reírse, pero sería irónico que Dios se acordara de ella o sus chicos ahora y les enviara... una guapísimo rubio* Soy Impala, Bienvenido a Hogwarts mi estimado acompañante, ¿me dirías tu nombre o me quedaré solo con el color de tus ojos? *porque si de adular se trataba, ¡Era el auto de los Winchester y no se quedaba atrás!*
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Hay reconocimiento en su mirada ante el nombre, inclinándose para darle un beso en la mejilla, alejándose un poco después de eso. Toma nota del nombre del lugar, no le suena en lo absoluto y aunque le preocupa eso, tiene mejores cosas de las qué ocuparse.* Un placer, señorita Impala. Mi nombre es Raphael, el arcángel del viento, y estoy a su servicio.
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*Eso SÍ que era una sorpresa* Ra-Raphael... wow... Un arcángel... Dean se va a morir cuando se entere...
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Ante la mención del nombre, le alza el mentón, haciendo contacto visual más directo.* Olvidemos detalles sin importancia, cuéntame de ti.
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¿Yo? Oh~ mi historia es monótona y aburrida *le sonríe y toca la bata mojada* Vamos adentro mejor y nos encargamos de tu ropa, ¿qué te parece Raphael?
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Se pasa una mano por el cabello, señalando con la otra atrás.* Me han dejado una muda de ropa y cigarros, no hace falta. *Le toma por la cintura, despacio, pero sin titubear.* Pero podemos hacer otras cosas en privado.
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*Se aleja del todo ahora, caminando hasta recoger la ropa y la cajetilla del pasto. Regresa hasta ella.* ¿Nos vamos?
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Escucha las explicaciones con algo de desidia, aunque demuestra interés en sus palabras. F&F, quién o quiénes sean, parecen saber lo que hacen demasiado bien. El que puedan hacer una barrera a ese nivel...
Pero es una ventaja que no es momento de preocuparse por ello.* Ha de haber sido muy difícil para una mujer tan hermosa estar encerrada aquí, tan lejos de casa.
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