*Matsumoto Rangiku es una mujer practica en sus divagaciones. O muy afortunada. O con un muy buen olfato para las compras. Depende de como lo estés mirando.
Despues de la nefasta declaración del anfitrion y una promesa más bien vaga de alcohol la rubia tomó su laptop, salió de la habitación, fue conectada al salón principal, de ahí al baño de los prefectos, de ahí a la biblioteca, de ahí a las cocinas, del baño de prefectos otra vez (GRACIOSO. MUY GRACIOSO) a lo que asumió una sala común, y entonces a la sala de DCAO hasta finalmente dar con su habitación.
Una vez ahí toma un lindo bolso de resistente cuero, unas cuantas capas que el vendedor en Hogsmeade le juró era autentica seda de araña -"resistente y ligera como nada, little lady. Una ganga! Una verdadera ganga!"-, unos cuantos dulces que vio en las cocinas, unas cuchillas, la dichosa laptop, su soul candy, algo de ropa y la katana con la que llegó al castillo porque de verdad espera que cual sea la sorpresa que el anfitrion les tenga preparada, no le haga tener que recurrir a Haineko.
Teniendo eso y unas cuantas cosas más, va a parar al baño de prefectos otra vez, luego a la sala de transformaciones, comedor, a un baño al que no había entrado, a otra sala común, un calabozo al hacer, baño de prefectos, baño de prefectos otra vez y entonces, la cocina hasta FINALMENTE llegar a la entrada del edificio. FINALMENTE.
Suspira cansada, deslizandose contra la pared hasta quedar sentada en el suelo, bolso cruzado, laptop encendida y espada en mano.
Deja fluir su reiatsu entonces, un tanto más ansiosa al ver que ya no puede distinguir con claridad una presencia de otra -o que son solos las grandes las que puede 'ver', borrosas y temblorosas-. Lindo*
Más te vale que haya alcohol después. Bastardo.