*Merodeando por los pasillos después de la cena, se dirigío hacia la biblioteca para continuar con la búsqueda de información. Pensó consultar algunas dudas con los retratos, pero la mayoría parecía no querer dar explicaciones sobre el Inombrable.
Caminó hasta llegar a una bifurcación, en la cual comenzó a oír otra vez la siseante voz de los muros repitiendo las mismas frases de la vez pasada. Pero por algun motivo que pudo comprender, esa voz ya no le intimidaba.
Se desvió del camino para subir las escaleras que lo conducían al segundo piso -y una vez allí- se metió en el baño de las chicas.
No se dejó llevar por los llantos del fantasma y los gritos amenazantes para que se fuera*
¡Este es un baño de chicas!, ¡Pero está bien!, ¡haz lo que quieres!, ¡totaaal~!, ¡Nadie respeta lo que Myrtle 'la llorona' dice!
*Una vez que el fantasma desapareció tras un sollozo, se acercó hasta el lavabo, quedando frente al espejo.
Contuvo la respiración cuando notó que en lugar de su rostro, lo que se reflejaba allí mismo era otra persona, de cabello negro y tez blanca que sonreía sinuosamente*
T-tú eres...
*El muchacho del espejo sonrió aún mas*
Soy el mismo que ha estado conviviendo contigo hace varios días ya... pero no me he manifestado para presentaciones absurdas, ahora eres un títere mío... yo te controlo... y por mas que lo intentes, no podrás deshacerte de mi
¡Que demonios quieres!, ¿¡por que no nos dejas en paz?!
Todo a su debido tiempo... por empezar, necesito que hagas cosas por mi, porque como verás no puedo hacerlo solo. En primer lugar, deberás mantenerte alejado de esa chiquilla inoportuna... en segundo, abrirás la cámara una vez a la semana y alimentarás al basilisco... los alumnos que desaparecieron serán suficiente, hasta que ya no queden y deban desaparecer más...
*A pesar del temor, confusión e ira que llevaba consigo, Hikaru rió irónicamente*
Sabes que no haré nada de eso a no ser que utilices toda tu persuasión ¿cierto?
Tuve la oportunidad de hablar con tu hermano... no fue nada tonto, y al parecer tu no lo eres tampoco, o al menos eso es lo que espero... de hecho si no haces lo que te pido, es muy probable que él muera, no me preocupa en lo absoluto, puedo conseguir otro cuerpo para mi plan... sin embargo, me llevaría tiempo. Ahora bien, esto es una especie de tregua, trabajaremos en conjunto. Me cuesta demasiado tomar control sobre ti completamente por culpa del hechizo de esa tonta, por lo que me veo obligado a tener que rebajarme a esto...una cosa más... si lo deseas... puedo encargarme de cierta persona que no es muy de tu agrado en compensación por tu buen desempeño, pero deberás hacer todo lo que te pida, un solo error y Kaoru muere...
*Maldita sea. sabía que de eso se trataba. Todo el mundo conocía su mayor debilidad, y era sabido que haría cualquier cosa con tal de que Kaoru no sufriera*
Se fijó en el espejo, el rostro se había difumado. Pensó en irse rápidamente de allí y acudir a Illya, contándole todo lo sucedido, pero la voz volvió a hablarle*
Abre la cámara
*Se fijó en en uno de los grifos. Allí había una pequeña serpiente tallada. Tragó saliva y abrió la boca para hablar. Una especie de silbido salió de sus labios, un brillo blanco envolvió a la canilla y ésta comenzó a girar.
Una vez que la cámara estuvo abierta, descendió por el tubo de la misma.
Al cabo de una hora y media, regresó al corredor, temblando y con lágrimas en las mejillas.
Se dejó caer contra un muro, abrazándose a si mismo, hundiendo el rostro entre sus rodillas*