Pasillo random, tardecita
((PERDÓOOOOOOON, dije que postearía la semana pasada, pero ME OLVIDÉ DE QUE TENÍA EXAMEN DE INGLÉS D: por el NO-WIN, y encima terminar de coser un traje))
*De repente había despertado en una sala sucia y muy antigua. Se parecía a una mazmorra medieval, de grises paredes y polvoriento suelo que olía a moho y humedad. Se incorporó y observó desdeñosa con el ceño fruncido, arrugando la nariz.
Se llevó las manos a la cintura y ladeó la cabeza mirando hacia varios lados en busca del responsable que la había llevado a ese lugar tan horrible.*
¡AHHHH!, ¡pero esto ya es el colmo!
*Caminó en círculos, pero cuando al fin asumió que el responsable no iba a aparecer de la nada, se dirigió hacia la oxidada puerta (era pesada, le costó abrirla) y salió de allí. Con el vestido rasgado y el rostro sucio de polvo y tierra, comenzó a surcar el estrecho corredor decorado con cuadros parlantes que se movían en los muros. Estaba donde siempre, el castillo donde fue secuestrada. Ignoraba el tiempo que había permanecido allí, solo esperaba que su hermano se encontrara bien.
Ahora, a buscar a Subaru y Seishirou-san*
*De repente había despertado en una sala sucia y muy antigua. Se parecía a una mazmorra medieval, de grises paredes y polvoriento suelo que olía a moho y humedad. Se incorporó y observó desdeñosa con el ceño fruncido, arrugando la nariz.
Se llevó las manos a la cintura y ladeó la cabeza mirando hacia varios lados en busca del responsable que la había llevado a ese lugar tan horrible.*
¡AHHHH!, ¡pero esto ya es el colmo!
*Caminó en círculos, pero cuando al fin asumió que el responsable no iba a aparecer de la nada, se dirigió hacia la oxidada puerta (era pesada, le costó abrirla) y salió de allí. Con el vestido rasgado y el rostro sucio de polvo y tierra, comenzó a surcar el estrecho corredor decorado con cuadros parlantes que se movían en los muros. Estaba donde siempre, el castillo donde fue secuestrada. Ignoraba el tiempo que había permanecido allí, solo esperaba que su hermano se encontrara bien.
Ahora, a buscar a Subaru y Seishirou-san*