Oct 07, 2006 00:42
Siempre he odiado las despedidas y, la verdad, es que no se me dan especialmente bien. Quizás sea porque soy un sentimental y enseguida le cojo apego a las personas y a las cosas. Como ejemplo os diré que soy incapaz de tirar nada de mi infancia. En las incontables "limpiezas" de trastos que he tenido en mis múltiples mudanzas, cada vez que caía en mis manos un objeto, me sacudían la mente montones de recuerdos y me decía "no, esto no lo puedo tirar porque..." Si fuese por mi, necesitaría tres o cuatro casas para mi solo en las que almacenar recuerdos... Aunque mis más preciados recuerdos no son materiales.
Decir adiós a alguien es mucho más duro. La canción dice "algo se muere en el alma cuando un amigo se va..." Pero en mi caso no es así. No se me muere nada en el alma, sino que es la misma alma la que muere. Sientes ese vacío que no se puede explicar y notas que algo falta en tu vida. Son momentos en blanco que no sabes como volver a pintar de color.
En mi has dejado huella, aunque no lo creas y, aunque todo tiene un final, nunca pensé que sería este. Tampoco es que esperase un final tipo Hollywood, pero hasta Shep y Weir acabarán mejor... ;)
Palabra que no me gusta ni decir ni escuchar, pero que en este momento ha de salir de mis dedos. Esta va a ser mi última entrada en este LJ. Quizás, algún día, con otro nombre, abra otro... Pero eso... Pero eso es otra historia.
Sed felices. Sed buenos. Vivid.
Adios.