Jan 12, 2006 19:25
estoy estudiando...un leve dolor de cabeza empieza a atacarme y pienso ¡hay que parar! y paro porque no me estoy enterando de nada, porque me niego a estudiar para aprobar, me niego a estudiar sin aprender...
ahora mismo estoy en un descanso en el que espero que este dolor de cabeza decida irse de vacaciones a otro lugar, porque aquí no lo acepto. Antes, estaba con un libro algo aburrido sobre educación permanente y educación social. Pero de todo se aprende, incluso de los libros que no contienen demasiada lógica.
Últimamente las clases me parecen interesantes. Se pueden sacar cosas para la vida. Creo que he hecho bien en relajar un poco mi horario y poder tener tiempo para descansar. Ahora entiendo muchas más cosas y el tiempo que empleo en la facultad empiezo a sentirlo productivo. El primer día de clase después de las vacaciones hablamos sobre las relaciones personales, sobre la idealización de otra persona. Cuando nos enamoramos idealizamos a la otra persona. Con el tiempo esa idealización cae. Porque nadie es perfecto. Hay personas que no pueden vivir sin idealizar y cuando des-idializa a la otra persona duda de si esta enamorado. Y rompe la relación. Cuando en ese momento es justo cuando empieza el verdadero amor. En ese momento aprendí que yo soy un poco capaz de vivir sin idealizar y cuando des-idializo pienso que me he des-enamorado...pero ya he aprendido que ahí empieza el verdadero amor. Me tranquiliza. Sonrío.
Hoy analizamos a la persona atendiendo a tres categorias: las relaciones interpersonales (simpáticas, antipáticas y empáticas), liderazgo (autoritario, permisivo, democrático) y habilidades sociales (inhibición, asertividad y agresividad). Evidentemente me gustaría ser personal y profesionalmente empática, democrática y tener una capacidad asertiva. Como la mayoría del mundo. Pero no soy así. Aunque debo asumir que he tenido una evolución. Antes me decantaba más por la antipatia, el autoritarismo y la inhibición fruto de la inseguridad, de mi incapacidad para aceptarme a mi misma y por tanto no poder aceptar a los demás, de mi falta de autoestima... Poco a poco empiezo a quererme, a valorarme y a aceptarme en mi justa medida, ni más ni menos de lo que soy. Eso me lleva a volar, a crecer ocmo persona y como educadora.
Para mí es muy grande todo esto. Estoy feliz.
Sólo queria compartirlo. Porque hay alguien que dice que lo que no se comparte, muere. No quiero que muera nada de esto.
Un beso grande y hasta pronto