Como qualquier otra manera

Jan 01, 2007 14:29

Título: Cómo cualquier otra manera
Fandom: Harry Potter
Rating: PG
Spoilers: Nope. Es más, he ignorado deliberadamente algunos hechos del 6º libro
Personajes/Pairing: Charlie/Tonks
Notas: Escrito para Emerald_chan como regalo de Amigo Invisible 2005




Hay cosas que tenemos que aceptar por mucho que nos duelan.

Bill siempre ha sido el guapo, Percy el ambicioso, los gemelos los graciosos, Ginny nuestra chiquitina y Ron... Bueno, Ron es Ron.

Y yo he sido el majete, claro. “Que majo”, suelen decir las chicas. Ajam. Siendo majo no ligas. No, en serio, no te comes ni un colín.

Menos con las rumanas, pero esas no cuentan.

No es que sean feas, es solo que prefiero ser gay a tener que liarme con una rumana. Sólo eso.

Bueno, pues Bill se nos casa. Con una buenorra, por supuesto, si no no sería Bill. No recuerdo ni una sola novia de Bill que no haya estado buena. Los hay con suerte, supongo. A Bill le tocaron los genes buenos, los de la parte de papá; y a mi los de la parte de mamá. No es mi culpa ser bajito y fornido.

Porque no estoy “rellenito”, estoy fornido. Se supone que hay chicas a las que les gusta los chicos con barriguita. Al menos eso dicen porque yo nunca he conocido a ninguna, y mucho me temo que no es mas que una leyenda urbana.

Como esa que dice que Snape está de nuestra parte. Igual.

Bill se nos casa con una francesita buenorra y un pelín pavisosa, y a mi me toca aguantar estoicamente las preguntas de los familiares. “¿ Y tu para cuando?”, “Niño, que se te va a pasar el arroz”, y demás impertinencias por el estilo.

Creo que creen que soy gay. Que triste, por merlín. ¡No es culpa mía que todas las tías que conozco se fijen más en Bill que en mi!. No es justo, tampoco. Con lo guapo que estoy y sólo Ginny me ha piropeado.

Que tu hermana pequeña sea la única que te dice que estas guapo es muy triste. Además, no sé porque todo el mundo está tan pendiente de Bill. ¡Pero si sólo es el novio!. Que gente más sosa, de verdad.

Y ella también está pendiente de Bill, claro. En realidad, lo que me extraña es que no esté llorando a moco tendido junto con ese grupito de chicas del final de la iglesia. Hoy se ha caído un mito, pero ella está más fresca que una rosa.

Y muy guapa, también. Guapísima, más bien. Fiel a su estilo, pero guapísima. Además, sonríe de una manera encantadora, y me encanta cuando hace ese gesto con el pelo y se recoloca las flores que parecen que le crecen desde la parte de atrás de la cabeza.

Sencillamente encantadora.

Mucho más encantadora cuando me ve y me saluda con la mano y saca la lengua. No tengo más remedio que responder, es que no se puede ir provocando de esa manera. Aunque me lleve un codazo de mi tía Gladis, que aunque no ha parado de criticar el vestido de Fleur, parece que tiene ojos para todo.
Una hora y media de ceremonia nupcial según el rito veela-judaico-cristiano-ortodoxo y ya estamos todos fuera de la iglesia. Menos mal. Diez minutos más y yo también me hubiera ido al fondo a llorar. Ahora sólo hay que resistir los embistes familiares durante, aproximadamente, unas trece horas y todos podremos volver a casa tranquilamente.

Solo. Trece. Horas.

La comida se hace interminable. No sé a quien se le ha ocurrido la maravillosa idea de sentarme entre la Tía Gladis y el Tío Balthus, pero merece morir a base de pellizcos. De los retorcidos. Pero por fin parece que la cosa se relaja, que los niños comienzan a correr por la ladera, los mayores hacen planes para futuras bodas y los jóvenes nos ponemos ciegos a whiskeys de fuego.

Y todo el mundo sabe que cuando llevas más de cinco whiskeys de garrafón uno ya no coordina ni lo que dice ni lo que hace. Y mucho menos cuando una guapísima Tonks se sienta a mi lado, en la hierba, que está fresca y es agradable y verde. La miro, intentando enfocarla y me río. Ella se ríe también y es lo más bonito que he escuchado en todo el día.

No puedo parar de reírme cuando ella pasa la mano por mi pelo, como cuando éramos unos crios. Casi parece que fuera ayer cuando íbamos juntos a clase, cuando ella me animaba en los partidos de quidditch, cuando me confesó que le gustaba Bill.

Mierda.

Me estoy deprimiendo por momentos, y bien saben los dioses que estar borracho y deprimido no es precisamente lo que tenía en mente para celebrar la boda de mi hermano. Debería consolarme el hecho de que ron no de pie con bola para intentar ligar con Hermione, pero no, hoy me siento egoísta con mis miserias. Ella no para de sonreír, de acariciarme el pelo y sólo el último resquicio de amor propio me impide ronronear como un gato.

- Miau.

A la mierda el amor propio. Todo sea por verla reír. Y verla reír doble, además, porque no soy capaz de mantener la vista fija en un punto durante mucho tiempo. Bueno, quizás en el escote de Tonks, pero no quiero arriesgarme a parecer un pervertido borracho delante de mi amor platónico de toda la vida.

Bueno, dejémoslo sólo en pervertido.

- ¿Tu también has llorado? - le pregunto a bocajarro, mirándola directamente a los (cuatro) ojos.

- ¿Qué?- parece realmente desubicada, pero no nos engañemos.

- Por lo de Bill, ya sabes. Una gran pérdida, supongo. Su club de fans no le perdona a Fleur estar tan buena.

Se ríe levemente y su mirada se oscurece, mientras sigue con su mano en mi pelo, arriba y abajo. Como siga así me sobo.

- Pero que crío eres. De eso hace tantos años que ya ni me acuerdo. Digamos que Bill ya no es mi tipo.

Ohhhhhhhhhhh. Si no estuviera tan borracho entraría a saco, supongo. O igual no, porque el que es gilipollas, lo es toda su vida y yo llevo ese sambenito desde que nací. Podría decir algo interesante. Algo que deje caer que, bueno, yo soy un hombre fornido (No “rellenito”, joder) , relativamente guapo y ¡trabajo con dragones! Sólo por eso debería tener a todo un equipo femenino de quidditch detrás de mis huesos. Pero supongo que no estoy en uno de mis mejores días y que somos realmente pobres, porque este whiskey es lo peor que he probado en mi vida, y sólo atino a decir gilipolleces.

- Pues mi madre lo ha sentido de verdad. Estaba frita por tenerte de nuera.

Tonks se ríe y su risa es completamente diferente ahora, aunque sigue siendo preciosa. Me mira como si yo hubiera dicho algo interesantísimo mientras yo trato de discernir si de verdad se está haciendo de noche o es que me estoy quedando torrado en el suelo. Cuando habla parece que han pasado años y su voz no es la de siempre. Es como si tintinease, como si estuviera insegura, andando sobre cristal que puede quebrarse de un momento a otro.

- Eso... eso siempre puede arreglarse.

Y me mira expectante. Y debo ser realmente un capullo agilipollado ( o estar muy borracho, ahora no me preguntes) porque tardo al menos diez minutos contados en darme cuenta de lo que me está diciendo. Y creo que la borrachera se está agudizando porque de repente siento que la cara me arde y casi ni me atrevo a preguntar.

- ¿En... en serio? Yo creía que... bueno... que yo no...

- En serio.

- Ah. Vale.

Parpadea y me mira, incrédula.

- ¿Vale?. ¿Te abro mi corazón y me dices “vale”?

- Oye, no me malinterpretes pero es que no creo que sea el momento más apropiado.

- ¿Qué?- Oh, Tonks enfadada. Es tan mona. Y yo estoy tan borracho.

- Bueno, ya sabes, a ver como le digo a mis padres ahora que empiecen a ahorrar para otra boda...

Y se ríe. Y su risa es lo más bonito que he oído en todo el día, y eso ya lo he dicho, pero no me importa. Su mano sigue enredada en mi pelo pero ahora se atreve a ir más abajo, hasta la barbilla y juro que si no estuviera tan borracho la cogía del brazo y me la llevaba lejos para averiguar si sus manos se sienten igual de suaves en todo el cuerpo. Pero en lugar de eso me recuesto mas cerca de ella, tranquilo por primera vez en mucho tiempo, y feliz. Muy feliz.

- Te estás quedando dormido- me dice, suave, tan dulce que dan ganas de comérsela.

- Que quieres, si estoy como una cuba... Podrías ir contándome cómo Bill dejó de ser tu tipo y te empezaron a gustar los tipos fornidos, simpáticos y con conversación.

- ¿Mientras tu sobas? - se ríe suave, suave, bajito.- Vaya manera de empezar una relación...

- Mujer, igual de buena que cualquier otra. Además, si no me dejas dormir ahora luego no rendiré y eso si que es empezar de una manera funesta.

Se ríe. Tonks se ríe. Y está conmigo. Y se va a quedar. Y los dioses me están recompensando por ser paciente y no haberme ligado a una rumana cualquiera. Y me estoy quedando sobado, pero no me importa, porque sus manos en mi pelo es lo mejor que he sentido en mi vida con diferencia y ahora tengo la seguridad de que cuando despierte, Tonks estará ahí. Conmigo.

charlie/tonks, harry potter, weasleys

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