Para él

Jul 13, 2005 13:31

Título: Para él
Fandom: Jane Austen
Rating: G
Spoilers: Pride And Prejudice (Se sitúa cuando Lizzy está visitando a los Collins en Rosings)
Personajes/Pairing: Darcy/Lizzy.
Notas: Para samauri, que me lo pidió hace muchísimo tiempo ^_^. Espero que te guste.




Sabe que lo evita.

Lo ha visto en sus ojos, mas de una vez, cuando la ha encontrado paseando sola por la alameda. Y hacen daño, sus hermosos ojos marrones hacen daño al mirarle con indiferencia, y, porqué no, casi con antipatía.

El dolor se mezcla con el placer cuando se obliga a si mismo y a ella a permanecer juntos, acompañándola. Sabe que ella no desea su presencia a su lado, pero hay una especie de placer extraño demasiado cercano al sufrimiento cuando pasea con ella en silencio.

Quisiera hablar, pero nunca ha sido un hombre de muchas palabras. Pasean, en silencio, ella evidentemente molesta, él admirándola sin que se dé cuenta.

Es hermosa, sí.

Es más hermosa cuanto más la mira, más inteligente cuanto más la escucha, más arisca cuanto más se acerca. Quizás es amor, quizás no, no lo sabe. Sólo sabe que siente su interior arder cuando ella está cerca, que el ardor se convierte en fuego que amenaza con consumirlo todo cuando ella sonríe más a Fitzwilliam que a él, cuando le demuestra, cada día, su preferencia por el otro.

El otro, su primo.

La vanidad y la seguridad se apoderan de él cuando sabe que Fitzwilliam nunca se casaría con una mujer de tan poca fortuna. Una sonrisa de irónica compasión se asoma a sus labios al pensar en la horrible familia de ella. Que más da que a ella le guste su primo, si nunca lo tendrá.

Pero no da igual, y cada sonrisa, cada canción tocada al piano exclusivamente para él duele. Igual que duele las cavilaciones, las noches en vela, cada noche que pasa pensando en ella, aunque no quiera.

No, no quiere, pero sus pensamientos se escapan, y se enredan, y ve su sonrisa (para él), sus palabras amables (para él), sus canciones (para él, solo para él). No quiere, no quiere pensar en ella, no debe pensar en ella, pero no puede evitarlo.

Y ahí está, de nuevo, caminando por la alameda. Secretamente abriga la esperanza de que ella le esté esperando, que toda la indiferencia y el resentimiento sean fingidos, pero no puede evitar ver sus ojos serios aun cuando le esté saludando.

Y no sabe como, no sabe por qué, pero de sus labios están escapando palabras. Palabras que se unen para formar frases, frases que le ofrecen dar un paseo a caballo. Y puede ver la duda en sus ojos, puede ver la negativa formándose en sus labios.

“Va a decir que no”

Y, sin embargo, algo cambia. En solo unos segundos, la cara de ella cambia, y acepta. Quizás es desafío lo que hay en sus ojos, ganas de demostrarle que puede hacerlo. Le ofrece su brazo, que ella acepta sin dudar, y caminan hacia los establos.

Ojalá el camino fuera eterno, miles y miles de millas, solo para tener su brazo aprisionado entre su brazo y su costado.

Pero no, los establos están cerca, demasiado cerca, y llega el momento de separarse.

-¿Ha montado antes?- pregunta, la voz casi negándose a salir, el nerviosismo por tener sus ojos castaños clavados en los suyos, la sonrisa irónica en sus labios.

- Por supuesto. ¿Cree acaso, señor Darcy, que solo hay caballos en Pemberley?

El niega, y sonríe. Como duele, como duele cada uno de sus comentarios afilados, su actitud defensiva, sus hermosos ojos. Y puede ser, podría ser que él deseara mas de ella de lo que tiene, podría ser, aunque parezca una locura.

La ayuda a montar, su mano entre las suyas, haciendo que su corazón vuelque y se desboque, que corra deprisa, más deprisa que el caballo que monta. Pero no puede ser. No, es una locura. Se separa de ella, con el corazón aun enterrado en su estómago, y monta a su vez.

No va a mirarla.

No va a desear tocarla nunca más.

Pero ella no sabe de su plan, y se pone a su altura, y habla, y es difícil seguir manteniendo la compostura por mucho tiempo, porque la desea, no, no la desea, sí. No sabe lo que quiere, o más bien, lo que quiere le asusta tanto que desearía no quererlo.

Quiere mirarla, quiere tocarla, quiere besarla.

Quiere que ella lo mire, solo a él. Que lo toque, solo a el, que lo bese solo a él.

Mira su cara, sus ojos excitados, sus mejillas sonrojadas por el ejercicio, y por un segundo, ella es amable. Por un segundo, no existen en el mundo ni Fitzwilliams, ni Ladies Catherines, ni más Bennets que Lizzy Bennet.

Solo ellos dos.

Y Darcy quiere alargar ese momento para siempre. Un momento en el que las cosas son claras, no hay preocupaciones y sabe perfectamente lo que quiere hacer. No es lo que debe, por supuesto que no, pero está dispuesto a todo con tal de acabar con esa locura que se ha apoderado de su pecho. Sacrificará todo, su honor, sus creencias mas firmes, sus amistades incluso, pero lo hará.

La decisión está tomada, solo tiene que reunir el valor suficiente para llevarla a cabo.

jane austen, darcy/lizzy, otros fanfics

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