Aug 24, 2013 00:28
Title: I need you
Chapter: Another me
Author: florzhia
Pairing: Sunggyu x Myungsoo
Rating: Unknown
Disclaimer: 2/?
‘I need you’
Capítulo II: Another me
El taburete en el cual se sentó tambaleaba hacia la izquierda, retomó la posición original con un leve movimiento hacia la derecha. Miró al suelo y distinguió que una de sus cuatro patas estaba rota en la punta causando el desequilibrio del asiento. Se conformó con quedarse quieto, buscando un balance, no pudo darse el lujo de intercambiar el taburete cuando los restantes ya estaban siendo ocupados en su mayoría por mujeres. Al prestarle atención a cada una notó que cada vez sus vestidos estaban más cortos que hace un mes atrás o como el short se confundía fácilmente con ropa interior. No se ofendieron si la mirada masculina, a veces femenina, se enfocaba en sus glúteos desnudos y como estos se afirmaban en cuanto sus piernas cruzadas se tensaban al acomodarse en el taburete. Le costaba no fijar la mirada en sus cuerpos voluptuosos, en sus rostros maquillados con una ilusión de belleza predeterminada o en sus elaborados peinados con colores extravagantes como el propio. Fue sorprendido en cuanto las carcajadas de algunas aturdieron sus oídos como si fueran rasguños maliciosos contra una pizarra logrando que la atracción hacia las jóvenes sentadas cerca de él disminuyera en cuestión de segundos. Se acomodó el cabello azul marino, acariciando sin querer el aro con forma de ala que ocupaba el contorno de su oído izquierdo y continuó aguardando en silencio al menor y pianista de 60sec. Dongwoo descansó los codos sobre la barra buscando los lugares más secos en donde apoyarse y mirando con cierto desagrado como la mayor parte de la superficie se encontraba contaminada por el contenido de diferentes bebidas. No estaba cómodo, no es el bar al cual él quería ir y lamentó haberle hecho caso a Sungyeol quién eligió el lugar después de haber ganado piedra, papel o tijera.
-¿Estás constipado? -preguntó sin filtros una delicada voz que no presentó vestigios de querer ofender y Dongwoo se dio vuelta en el taburete que comenzó a domar como si se tratase de un caballo. Sungjong, quien tenía dos vasos largos y delgados cuyo contenido que iba cambiando de color a medida que pasaban los segundos, le sonrió al devolverle la mirada.-
-No, no estoy constipado. No me gusta mucho este lugar- susurró sin preocuparse que la música o las risas agudas de las mujeres opacaban por completo su voz.- ¿Sungyeol?
-Se quedó hablando con la bartender, parece que la conoce y ella nos regaló estas bebidas. -Notó el cambio de tono en cuestión de segundos mientras sin ganas Sungjong apoyaba las bebidas en la barra, su contenido salpicó manchando la madera con pequeñas gotas y Dongwoo comprendió con qué facilidad estaba pegajosa la superficie.- Piel de iguana y Sex on the beach.
Cerró los dedos en el vaso con líquido un verde radioactivo después de que Sungjong se aferrara como propia a la bebida anaranjada y bebió de éste con prisa echando la cabeza hacia atrás, por un momento se produjo un silencio absoluto. Necesito tres sorbos para distinguir el sabor a kiwi mezclado con limón, el toque de azúcar, entre las cantidades absurdas de alcohol. Sungjong a su lado bebía sin ganas de estar ahí tanto como él, es como si algo que vio o presencio le quito el ánimo a pesar de lo animado que había estado al despertarse cuando salieron del antro donde habían tocado horas atrás.
-¡Que caras tan largas!-gritó Sungyeol saltando hacia el espacio vacío entre el bajista y el pianista, apoyó las manos en el hombro de cada uno.- ¿No les gusta los tragos? Eunji los preparó con extra cariño para nosotros.
-¿Extra cariño? Se pasó un poco de cariño, es puro licor -objetó Sungjong desviando la mirada hacia la pista de baile, Dongwoo no entendía porque se fijaba en aquella zona del bar si solo eran sombras siendo iluminadas por luces azules y rojas. No se podía vislumbrar ningún rostro.
-Beban todo y vayamos a bailar-sugirió persuasivamente como la serpiente que con una sonrisa ofrece la manzana ante Adán y Eva. El vaso vacío de Sungjong acompañó al de Dongwoo antes de ser arrastrados hacia la pista de baile, Sungyeol sonreía como si fuese el mejor momento de sus vidas y ellos eran incapaces de verlo.
La masa de gente se fragmentó y volvió a unirse en cuanto ellos formaron parte de la misma, teniendo su espacio para bailar o mejor dicho hacer movimientos rítmicos a los compases del dubstep de turno. Sungyeol tomó al joven pianista por los hombros, sacudiéndolo un poco sin abandonar su sonrisa encantadora pero persuasiva como antes lo había sido. Dongwoo se sorprendió ante el constante cambio de humor de Sungjong quien dejó su malhumor en la barra y bailó conjunto al nuevo integrante. Apoyaba sus manos congeladas por la bebida sobre el cuello alargado del baterista, despeinando su corto cabello castaño oscuro, estaba jactancioso de causarle escalofríos.
Dongwoo sintió un poco de abandono, su mirada dejó de enfocarse en sus amigos y dio vuelta dándole la espalda a ambos por un momento examinando a la nueva formación de sombras acompañadas por gritos eufóricos. Una mano acarició su espalda desde los hombros hacia su cintura, se sobresaltó y giró el rostro encontrando en su lugar a una joven. Su cabellera caída delicadamente sobre sus hombros descubiertos, sus ojos castaños resplandecían con un leve destello bronce y sus labios se movieron formulando palabras que fueron acalladas por la música. Dongwoo tardó en entender que le estaba hablando menos aún comprendió lo que ella quería decir.
Tiró la campera de cuero desgastada en los codos sobre el sofá después de haber intentado ocho veces forzar la llave en la puerta y lograrla abrir. Estaba cansado mental y físicamente, Sunggyu dio pasos lentos mientras arrastraba los pies hacia una de las sillas más cercana y se dejó caer en ésta. Sus manos cubrían su rostro que aún reflejaba la confusión. A pesar de haberse hecho paso entre la gente, no logró ver quién estaba en el auto cuyo grito despertó a la mitad del vecindario. Quitó el celular de su pantalón notando en la pantalla la cantidad de llamadas perdidas. “5 llamadas perdidas de ÉL”. No era un error del teléfono, Sunggyu cambió su nombre hace meses atrás a ÉL esperando que sus dedos nerviosos no lo buscaran con facilidad en el directorio. Siempre se creyó ser una persona fuerte, incapaz de depender de alguien pero ÉL ha logrado cambiar aquel factor en su vida de tal forma que cada día que superaba no llamarle se había vuelto una tortura. Ahora el tablero se ha dado vuelta, ÉL estaba llamando, ÉL era quien solicitaba su atención. La ironía del asunto provocó un asomo de sonrisa por sobre sus finos labios y dejó caer el celular su costado.
A pesar de la hora que marcaba el reloj negro en la pared pintada de blanco enfrente de él prendió su reproductor de música y se alegró de escuchar Radioactive de Imagine Dragons aunque estuviera configurada la radio. No soportaba las canciones comerciales pop del momento. Cantó cada una de sus rimas favoritas antes de sumergirse en la cocina en búsqueda de comida. Abrió la heladera encontrando la misma nada que vio durante la mañana y su estómago gruñó molesto de que nunca recordaba comprar comida en el trayecto del antro hacia el departamento. Cerró la puerta, una amarilla hoja cayó a sus pies y se agachó recogiéndola. El recorte de la única vez que 60Sec apareció en el diario local en una presentación al aire libre, antes de que la policía apareciera a echarlo con amenazas de quedarse noches enteras en la comisaría. Sonrió aunque ÉL estuviera como baterista detrás suyo mirando con admiración a la gente que los veía, Sungjong apenas tenía diecisiete años mientras que Dongwoo lucía su corto cabello decolorado rubio. Regresó el recorte a su lugar, lamentándose por ser tan débil yendo hacia la silla y tomo el celular.
-¿Sunggyu? -respondió una voz ronca en el otro lado de la línea.
-Hola, Woohyun.-
El calor se fue acumulando sobre sus mejillas al igual que en sus orejas provocándole una extraña sensación al estar perforadas más de siete veces por diferentes aros. No podía creer cómo su mirada felina lo estaba desarmando de esa forma, como si le estuviese quitando la ropa sin tocarle y al descender la vista hasta sus labios, tuvo que tragar en seco. Labios perfectos. Era tan peligroso estar cerca, tanto que sentía el control desapareciendo como un velo al ser manejado por el viento que decide llevarlo lejos. Era imposible cerrar los ojos, sin importar que tan placentero eran las caricias de sus finos dedos por sobre su cuello, no pudo escapar de su seductora mirada. Basta. Que se detenga.
Algo presionó contra su muslo, pensó enseguida que se estaba excitando y bajó alarmado la cabeza recordando que el celular estaba guardado en el bolsillo derecho delantero. Se disculpó con un sutil gesto hacia el joven pianista y caminó directo al baño, esquivando parejas devorándose entre sí, mujeres quitándose la ropa como si esta les quemara la piel y llegó hacia la entrada. Su corazón dejó de latir luego de atender a la voz preocupada de una mujer y pronto todo comenzó a moverse tan deprisa cuando su cuerpo se quedó paralizado. No puede ser, negó con la boca abierta. En cuanto colgó el llamado, comenzó a llamar con su celular una y otra vez a su mejor amigo, siempre siendo atendido por el contestador después del primer tono.
Sin importarle nada más, se fugó corriendo hacia afuera donde el frio reinaba y paró el primer taxi con ambas manos en alto.
-Al hospital de Seúl.- Se le desfiguró la voz al pronunciar tales palabras al subirse al automóvil, éste arrancó cuando el conductor se dio cuenta de la gravedad expuesta en el rostro de Sungyeol.
myunggyu,
sunggyu,
i need you,
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