Para la Dotación anual de Crack~~

Jul 06, 2009 17:24

Título: La entretención de Haruhi Suzumiya (o "Cómo el m-preg se volvió biológicamente posible").
Prompt: #001 Reto Loco.
Resumen: Lo único malo que tenía la pasividad de Haruhi era que nunca se sabía cómo o cuándo encontraría una razón para alterar el orden del universo.
Notas: Una idea que hace mucho tiempo tengo en mente. Quizástalvezalomejor me anime y salga de aquí un longshot.
Tabla: Aquí.


Aquella frase sobre “la calma antes de la tormenta” jamás había tenido tanto sentido como en el caso de Haruhi, sobre todo a lo referido a cuando uno está en altamar y ve a lo lejos los negros nubarrones que se acercan implacables y no sabe si debería reír y disfrutar lo poco que le queda de vida o sujetarse de algún sitio con todas sus fuerzas y rogar porque no suceda una tragedia. Y claro, cuando Haruhi está haciendo de las suyas, uno al menos tiene el consuelo de que las cosas difícilmente se pondrán peores -aunque asegurar que no sucederá es casi como escupir al cielo-, pero cuando está en ese estado pacífico que hace que todos nos sumerjamos en la casi tranquilidad de la rutina, relajándonos y viviendo de la manera más normal posible nuestras propia vida, es… inquietante, porque uno ya sabe de antemano que tanta paz con ella revoloteando por ahí es imposible. Y hay que reconocerlo, a veces el saberlo hace que se me pongan los pelos de punta, haciendo habitual que mientras más calmadas están las cosas en la Brigada S.O.S., más me espante cuando la puerta del salón -antes perteneciente al club de Literatura- se abre de golpe. Porque cuando lo hace y tras ella aparece una Haruhi radiante, es igual a “problemas”.

Sin embargo, y es aquí donde reside la preocupación que últimamente me ha imposibilitado disfrutar al ciento por ciento de este periodo de calma, Haruhi ha estado demasiado quieta. No es que me moleste, por supuesto -por mí, que se quede para siempre así, a ver si con eso consigo por fin una vida normal sin tener que preocuparme por aliens, viajeros del tiempo y personas con poderes paranormales-, pero lo único que la he visto hacer estos últimos días es mirar la pantalla del ordenador. Y es algo preocupante, por supuesto, porque quién sabe qué idea podría metérsele en la cabeza estando todo el tiempo en Internet.

-Es algo normal en las personas de su edad -Koizumi, con su sonrisa de vendedor, no parecía sorprendido o alarmado por la actitud de Haruhi, y parecía haberse tomado mi inquietud como una broma.

Hey, mira que yo tengo la misma edad y no me la paso en el computador.

-Supongo que es cierto, pero sigo prefiriendo que Suzumiya-san se la pase en Internet antes que creando dimensiones selladas. Aunque si no aparece una pronto, temo que perderé la práctica…

Levanté los ojos del tablero de Damas para dirigirle una mirada envenenada.

-Era broma -aclaró con su sonrisa impecable.

Te diría lo que pienso de tu broma, pero hay cosas que es mejor no decir -sobre todo cuando tu ángel personal se acerca a ti con una sonrisa tan encantadora que sería capaz de derretir hasta al corazón más frío y una taza de té.

-Tu té, Kyon-kun.

Ah, Asahina-san se veía adorable con el traje de criada que Haruhi escogió para ella. Si algo que debería agradecerle por el resto de mi vida a Haruhi es la oportunidad de verla usando tan encantador atuendo. Así, mientras bebía un té que bien podía ganarse el premio al mejor té del mundo, Asahina-san les ofreció del preciado elixir al resto de los miembros de la Brigada. Koizumi lo agradeció con una impecable sonrisa, mientras que Nagato apenas movió su cabeza, sin despegar la mirada del libro que leía.

Fue ahí cuando la puerta se abrió de golpe, y Haruhi recorrió de tres largas zancadas el salón para colocarse frente al computador, saludando rápidamente a los ahí presentes.

-Mikuru-chan, mi té -reclamó mientras encendía el aparato.

-S-sí.

Asahina-san se apresuró a servir otra taza de té y la colocó cuidadosamente al lado del ordenador, mientras Haruhi comenzaba ya con su rutina de mirar como embobada la pantalla.

Suspiré, sin entender qué tan interesante podía ser lo que estaba haciendo ahí. Ya una vez me había acercado a ver de qué se trataba, movido un poco por la preocupación -después de todo, siempre acababa arrastrándonos a todos a sus vicios pasajeros, y quería saber cuál era la potencial nueva causa por la que el orden del mundo estaría en aprietos- y la curiosidad. Me sorprendió encontrar nada más que un montón de pequeñas letritas sobre un fondo blanco.

La pregunté entonces qué era.

-¿No lo ves? -había respondido molesta, sin siquiera mover sus ojos de la pantalla-. Es una historia.

¿Sobre qué?

-¡¿Es que acaso no puedes ver?! -preguntó cada vez más irritada. Arqueé una ceja-. Me estás molestando, no puedo leer si estas colgado de mi hombro.

Bueno, tampoco era que me interesara tanto, si todo lo que hacía era leer. Tal vez debería tomarlo como una buena señal: si Haruhi comenzaba a interesarse en cosas normales, tal vez yo podría comenzar a olvidarme sobre el fin del mundo…

O eso creí. Por supuesto, había olvidado por completo que Haruhi no podía estar tranquila.

Que Haruhi cambiara su hábito de llegar a leer en el ordenador por llegar a escribir en él llamó mi atención, pero convencido como estaba de que por fin estaba llevando una vida normal, no le di importancia y seguí con la que por esas semanas había sido mi apacible vida.

Tampoco lo relacioné con el comentario que hizo Taniguchi un par de días después, mientras almorzábamos.

-¿No crees que has estado comiendo más de lo normal? Si subes de peso no serás atractivo para las chicas.

¿Y quién dijo que estoy interesado en eso? ¿No estarás hablando de ti? Pero ahora que lo decía, era verdad. Miré mi bento y sí, parecía más grande de lo que era unas pocas semanas antes. Pero, ¿qué podía hacer? Nada se puede hacer cuando uno siente hambre, más que comer. Y no, no estoy interesado en hacer dieta por algo que posiblemente sea pasajero.

-Ahora que lo dices, también has empezado a consumir más dulces. Es raro en ti, Kyon -apoyó Kunikida.

¿Y por qué me he convertido en el tema de conversación? Aunque claro, sus comentarios no dejaban de ser cierto, pero…

-¡Te comportas como una mujer embarazada!

Mientras Taniguchi se reía de su propio comentario yo seguí comiendo, ignorándolo por completo. No me sentía distinto, al menos no de una forma sustancial. Sí, puede que me encuentre un poco más ansioso de lo normal, pero ¿quién no lo estaría estando cerca de Haruhi? Considerando lo fácil que es para ella aburrirse y poner el mundo al revés…

-¿No notas nada raro en ti?

La pregunta de Koizumi me pilló totalmente desprevenido. ¿Acaso él también iba a hacer comentarios sobre mi dieta, como Taniguchi? ¿Y qué tanto les importa si estoy, efectivamente, comiendo más? En serio, comenzaba a dejar de hacerme gracia.

-No me refiero a eso, aunque no deja de ser verdad. ¿No te has dado cuenta de que últimamente tu humor ha andado bastante cambiante?

Déjate de preguntas y anda al grano. Y quita ya esa sonrisa de autosuficiencia.

-En realidad, quería comentar que he hecho un descubrimiento sobre las actividades de Suzumiya-san, que además podrían estar involucradas con tus recientes cambios de actitud. Verás, todo empezó porque tenía curiosidad respecto a lo que hacía en el ordenador. Después de todo, no es una persona fácil de mantener entretenida, y realmente quería saber qué era lo que tanto llamaba su atención. Así, luego de una corta investigación, descubrí qué es lo que sucede.

Bufé y lo miré de la forma más molesta que pude, cosa que no me costó porque mi humor ya estaba por los suelos. Noté que Asahina-san se acercaba a nosotros con aspecto curioso, mientras Nagato seguía sumergida en su libro.

Bueno, ¿comenzarás a hablar ya? Realmente no estoy de humor para tus inútiles silencios dramáticos.

-La respuesta es bastante simple, y para hallarla, sólo tuve que revisar el historial de páginas abiertas en el explorador. Descubrí así que lo que Suzumiya-san ha estado leyendo todo este tiempo son fanfics.

¿Fan-- qué?

-Fanfics, también conocidos como “fanfiction”. Como supondrás, el término se vierte “ficción de fans”, y al parecer, son historias escritas fans sobre hecho que les gustaría que sucedieran en la historia que siguen.

Sí, claro. Haruhi ha descubierto un nuevo pasatiempo leyendo historias sobre personajes ficticios, de lo que estoy agradecido porque ahora está tan ocupada que yo puedo disfrutar de mi pseudo vida normal sin tener que preocuparme del fin del mundo. Pero eso no explica mis supuestos cambios de humor ni el aumento de mi apetito.

-Eso también es simple. Como era de esperarse, a Suzumiya-san ha decido que después de leer unas cuantas historias le gustaría escribir la suya propia… y es aquí donde entra lo interesante. Imagino que no estás familiarizado con el término “m-preg”.

¿Ah?

-Eso pensé. Verás, “m-preg” se usa para referirse al embarazo masculino.

¿Embarazo masculino? Es una de las cosas más raras y sin sentido que he oído, y con las cosas que me ha tocado oír, eso es mucho decir. ¿Siquiera es biológicamente posible?

Koizumi se encogió de hombros y respondió, sin abandonar su sonrisa.

-Supongo que es por eso que le llaman “ficción de fans”: no tiene que tener lógica.

Un mundo sin lógica; ese es precisamente el paraíso de Haruhi, donde puede hacer y deshacer a su antojo e incluso hacer que los hombres…

Me detuve ahí mismo, y pude sentir la sangre abandonando mi rostro. No. No podía ser. Sin embargo, Koizumi se me acercó, sonriendo como si se le acabara de ocurrir la más genial de las ideas y apoyó la mano en mi hombro. Yo, en el estado de shock en el que me encontraba, no fue capaz de hacer o decir nada para que la quitara y dejara mi espacio personal tranquilo. Así, con su sonrisa de oreja a oreja de vendedor de autos que acaba de vender diez autos último modelo a un multimillonario despilfarrador de dinero, me dijo:

-Felicitaciones. Estás embarazado.

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