(no subject)
Comunidad: torre_eidos
Claim: Son Goku.
Nivel: 04 - La Biblioteca.
Tabla: Aquí.
Prompt: #01 Un asunto pendiente.
-¡Sanzo!
Llevaba escuchándolo detrás de él por cerca de una hora, pero seguía convencido de que si ignoraba aquella voz eventualmente se cansaría y dejaría de molestarlo. Haciendo oídos sordos al niño que lo seguía, continuó la marcha a paso firme.
-¡Te digo que me esperes, Sanzo!
Paciencia, se dijo, ya verás como se va...
-¡Sanzo!
-¡Deja de perseguirme, maldito pedazo de mono!
Cuando el monje se detuvo el chico ladeó la cabeza, deteniéndose también a una distancia prudente. De algún modo, su instinto de preservación le advirtió que mantenerse relativamente lejos del rubio sería lo mejor para su integridad física. Hizo un pequeño puchero.
-Pero tengo hambre -gimió-. Y no soy mono, soy Goku.
-¿Y eso por qué debería importarme? Mejor hubiera sido que te dejara encerrado en aquella montaña.
Goku arrugó el ceño e infló las mejillas, mirándolo con una mueca de desaprobación. Todo lo que quería era un poco de comida, ¿acaso eso era demasiado pedir?
-Si te consigo algo de comida, ¿me dejarás tranquilo? -murmuró finalmente el monje, llevándose una mano a la sien. Lidiar con el muchacho de ojos dorados le daba dolor de cabeza.
-¡Sí!
Goku dio un pequeño salto de alegría, cortando la distancia que lo separaba del sacerdote de una carrera. Sanzo reanudó la marcha, malhumorado.
Al menos, pensó con un asomo de esperanza, cuando tenga algo de comer ya podré olvidarme de él.
Prompt: #02 Cien años de soledad.
Goku levantó la vista; la nieve había dejado de caer y el sol comenzaba a calentar a través de las nubes. A lo lejos, podía escuchar los pequeños sonidos provenientes del bosque. Se acercó lentamente a los pilares de piedra que lo separaban del mundo, animado, preguntándose cuántas veces había visto lo mismo: Su momento favorito sin duda era la llegada de la primavera, pero su alegría era opacada por la siempre presente certeza de que sin falta el invierno llegaría, y entonces volvería a sentirse solo en aquella prisión.
¿Por qué estaba ahí? ¿Cuánto tiempo llevaba ahí? ¿Cuándo podría irse?
Eran preguntas cuyas respuestas Goku desconocía. Pero tenía la convicción -y no sabía de dónde venía, pero ahí estaba y eso era lo importante- de que si era paciente, algún día llegaría una persona que lo sacaría de ahí. Por eso esperaba, veía los días pasar, y soñaba con que llegara pronto: muchas veces lo llamó -aún cuando desconocía su nombre- preocupado de que hubiera extraviado su camino.
Por eso, cuando vio a ese extraño parado frente a su prisión, no pudo evitar pensar en lo mucho que le gustaría que se tratara de su desconocido. ¿Era mucho pedir que su deseo fuera concedido?
Claim: Son Goku.
Nivel: 04 - La Biblioteca.
Tabla: Aquí.
Prompt: #01 Un asunto pendiente.
-¡Sanzo!
Llevaba escuchándolo detrás de él por cerca de una hora, pero seguía convencido de que si ignoraba aquella voz eventualmente se cansaría y dejaría de molestarlo. Haciendo oídos sordos al niño que lo seguía, continuó la marcha a paso firme.
-¡Te digo que me esperes, Sanzo!
Paciencia, se dijo, ya verás como se va...
-¡Sanzo!
-¡Deja de perseguirme, maldito pedazo de mono!
Cuando el monje se detuvo el chico ladeó la cabeza, deteniéndose también a una distancia prudente. De algún modo, su instinto de preservación le advirtió que mantenerse relativamente lejos del rubio sería lo mejor para su integridad física. Hizo un pequeño puchero.
-Pero tengo hambre -gimió-. Y no soy mono, soy Goku.
-¿Y eso por qué debería importarme? Mejor hubiera sido que te dejara encerrado en aquella montaña.
Goku arrugó el ceño e infló las mejillas, mirándolo con una mueca de desaprobación. Todo lo que quería era un poco de comida, ¿acaso eso era demasiado pedir?
-Si te consigo algo de comida, ¿me dejarás tranquilo? -murmuró finalmente el monje, llevándose una mano a la sien. Lidiar con el muchacho de ojos dorados le daba dolor de cabeza.
-¡Sí!
Goku dio un pequeño salto de alegría, cortando la distancia que lo separaba del sacerdote de una carrera. Sanzo reanudó la marcha, malhumorado.
Al menos, pensó con un asomo de esperanza, cuando tenga algo de comer ya podré olvidarme de él.
Prompt: #02 Cien años de soledad.
Goku levantó la vista; la nieve había dejado de caer y el sol comenzaba a calentar a través de las nubes. A lo lejos, podía escuchar los pequeños sonidos provenientes del bosque. Se acercó lentamente a los pilares de piedra que lo separaban del mundo, animado, preguntándose cuántas veces había visto lo mismo: Su momento favorito sin duda era la llegada de la primavera, pero su alegría era opacada por la siempre presente certeza de que sin falta el invierno llegaría, y entonces volvería a sentirse solo en aquella prisión.
¿Por qué estaba ahí? ¿Cuánto tiempo llevaba ahí? ¿Cuándo podría irse?
Eran preguntas cuyas respuestas Goku desconocía. Pero tenía la convicción -y no sabía de dónde venía, pero ahí estaba y eso era lo importante- de que si era paciente, algún día llegaría una persona que lo sacaría de ahí. Por eso esperaba, veía los días pasar, y soñaba con que llegara pronto: muchas veces lo llamó -aún cuando desconocía su nombre- preocupado de que hubiera extraviado su camino.
Por eso, cuando vio a ese extraño parado frente a su prisión, no pudo evitar pensar en lo mucho que le gustaría que se tratara de su desconocido. ¿Era mucho pedir que su deseo fuera concedido?