El sábado recibí un regalo de navidad adelantado, que me vale para las fiestas de este año y el que viene, además de convertise en un referente en lo que a conciertos se refiere. Porque quizás no fuera el mejor concierto musicalmente hablando, con las ausencias de Si quieres bailamos o Dos Gotas, pero tuvimos a Tuli al Saxo, a dos canijos tirándose los tejos comiéndose el escenario y conquistando al público. Y sobretodo nos tuvimos a nosotras, nuestros saltos y nuestras canciones. Nuestro concierto. Me va a costar mucho no sonreir como una estúpida cada vez que me acuerde de la sonrisa de Leiva mirando a Rubén esas dos horas que parecieron dos minutos.
Un botón pequeñito, porque la mayoría de las fotos necesitan algunos retoques que yo no sé hacer, así que corren a cuenta de
driate . Ya sabéis a quien insistir.
Americana!Leiva :D
Rubén/Micrófono OTP
Por otro lado, los cinco días de vacaciones de la vida real han sido rápidos a la par que intensos. Días larguísimos, con un montón de idas y venidas, horas pasando calor durmiendo en una cama que no voy a echar de menos demasiado pequeña, cenas y películas monas a altas horas de la noche. Y sin mono dramas a la vuelta, con suerte en una semana llega la última dosis el segundo y último regalo de navidad.
Pero mientras llega eso, toca estudiar para la tormenta de exámenes de enero/febrero y cuidar a mis niñ@s de Málaga, antes de volver a echarlos de menos sin darme cuenta.
Y niñas, hoy es lunes, no os olvidéis de ver a Frank!