Cissa & Lucius
Cuando era joven, la hermana de Narcisa, Bellatrix, había entrado en su habitación y cerrado la puerta, mirándola a continuación con sus ojos oscuros y serios.
-Narci -dijo, usando su apodo favorito (el resto de la familia la llamaba Cissa, pero Bellatrix siempre tenía que hacerlo todo a su manera)-. Tengo que decirte algo muy importante.
Narcisa había fijado sus ojos de un azul profundo en ella sin decir nada. Interrumpir a Bellatrix sólo traería problemas; su hermana tenía un carácter impredecible y era mejor dejarlo estar. Así que había permanecido callada esperando impaciente qué conocimiento iba a impartirle su hermana en ese extraño momento de seriedad.
-No puedes dejar que sepan que eres inteligente, Narci -dijo Bellatrix, cogiendo su mano y contemplándola con una mirada intensa-. Piensan que yo soy la rebelde, pensarán que Andrómeda es la lista, pero no deben sospechar nunca que tú eres algo más que hermosa y obediente. No les dejes que sepan que eres inteligente, hermana.
Hielo de Sionnain traducido por
joanne_distte