Número de drabble: AGUA (002) Nombre del Autor/Autora: Van Krausser Clasificación: GEN PG-15 Tipo POV de Dean. Advertencias (Spoilers): Ninguna Extensión: 275 palabras
Como los estados del agua.
Tú, yo, en ocasiones, somos como el agua que nos rodea. En sus distintas formas, en sus momentos adecuados.
Somos como esas corrientes que se resisten a seguir un curso impuesto. Como el agua de los ríos, impetuosa y libre, o como una furiosa tormenta, salvaje, contra todo, contra todos.
A veces, tú, Sam, eres como un lago de aguas tranquilas, una brisa ligera en las mañanas frías, templada en las tardes de verano, y como el anuncio de la tormenta venidera. Y otras, como la misma tempestad.
Somos para muchos, como la niebla de la madrugada. Llegamos a hurtadillas, hacemos nuestro trabajo, y nos vamos.
Para otros, nos hemos convertido en la amenaza de un huracán, irrumpiendo en sus vidas, destruyendo todo a su paso, inundando sus esperanzas, destrozando sus posibilidades, y al fin, después de la violenta intromisión que no controlamos, los dejamos sin nada, sin proponérnoslo, sin desearlo, siendo sólo la fuerza de la naturaleza, la violencia del agua caída del cielo, para desatar el infierno en la tierra.
Nos convertimos en gélidos témpanos ante las adversidades para poder salvar a otros, para poder salvarnos incluso a nosotros. O llegamos a ser como vapor, impulsándonos, dándonos fuerza para seguir adelante, aunque a nuestro alrededor todo se vea perdido.
En ocasiones, siento que somos como las lágrimas silenciosas que se derraman por un pecado descubierto, o como el llanto de arrepentimiento, o de dolor. Cuando nosotros mismos nos convertimos en ese motivo de dolor, o en pecado.
Incluso en arrepentimiento.
Porque el agua lava, sana, limpia. Y eso ocurre, cuando sólo somos nosotros, los Winchester, haciendo nuestro trabajo.
Pero aquí está.
Número de drabble: AGUA (002)
Nombre del Autor/Autora: Van Krausser
Clasificación: GEN PG-15 Tipo POV de Dean.
Advertencias (Spoilers): Ninguna
Extensión: 275 palabras
Como los estados del agua.
Tú, yo, en ocasiones, somos como el agua que nos rodea. En sus distintas formas, en sus momentos adecuados.
Somos como esas corrientes que se resisten a seguir un curso impuesto. Como el agua de los ríos, impetuosa y libre, o como una furiosa tormenta, salvaje, contra todo, contra todos.
A veces, tú, Sam, eres como un lago de aguas tranquilas, una brisa ligera en las mañanas frías, templada en las tardes de verano, y como el anuncio de la tormenta venidera. Y otras, como la misma tempestad.
Somos para muchos, como la niebla de la madrugada. Llegamos a hurtadillas, hacemos nuestro trabajo, y nos vamos.
Para otros, nos hemos convertido en la amenaza de un huracán, irrumpiendo en sus vidas, destruyendo todo a su paso, inundando sus esperanzas, destrozando sus posibilidades, y al fin, después de la violenta intromisión que no controlamos, los dejamos sin nada, sin proponérnoslo, sin desearlo, siendo sólo la fuerza de la naturaleza, la violencia del agua caída del cielo, para desatar el infierno en la tierra.
Nos convertimos en gélidos témpanos ante las adversidades para poder salvar a otros, para poder salvarnos incluso a nosotros. O llegamos a ser como vapor, impulsándonos, dándonos fuerza para seguir adelante, aunque a nuestro alrededor todo se vea perdido.
En ocasiones, siento que somos como las lágrimas silenciosas que se derraman por un pecado descubierto, o como el llanto de arrepentimiento, o de dolor. Cuando nosotros mismos nos convertimos en ese motivo de dolor, o en pecado.
Incluso en arrepentimiento.
Porque el agua lava, sana, limpia. Y eso ocurre, cuando sólo somos nosotros, los Winchester, haciendo nuestro trabajo.
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