Recientemente, leí en un artículo periodístico que “en España no hay más de 500 lectores. Otros 200.000 sólo compran libros, normalmente un best-seller”. Y yo, que ya no sé qué considerarme, si lector, consumidor de comida rápida literaria, escritor de hecho o en potencia, o incluso un genio incomprendido, me pregunto dónde está exactamente el
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Y luego está también el comentario aquel de: sí, tu libro es genial, pero no tienes nombre, no conoces a nadie, no vas a hacer nada por la editorial. Porque para publicar no basta con escribir bien: tienes que asegurarles reseñas, contactos, que la editorial va a ganar puntos si te ficha. Supongo que las grandes como Planeta no se preocupan por eso, pero para llegar ahí... en fin.
El público es tan sencillo como hacer buena publicidad, aunque pienses que eso anula la voluntad del lector: si escuchas por doquier que un libro es maravilloso, querrás comprarlo o, al menos, leerlo. El cine, teatro, música, etc, se publicita a bombo y platillo; la literatura, si no es un Código Da Vinci que ha vendido millones en otro país, pasa desapercibida. Y la poesía ya ni te cuento, ¿eh? Respecto al descenso de calidad en lo que "el público demanda", no deja de ser verdad: en poesía, por ejemplo, te disfrazan la poesía de la experiencia como "la poesía para el pueblo", y es de lo más flojo que se ha escrito en la historia de la literatura española. Pero, ¿sabes qué? Llevan 20 años dominando en los medios literarios. Porque gracias a ellos -y su discurso, y su publicidad (dominan el festival de poesía de Granada, por ejemplo, por no decir la ciudad entera... yo no puedo ni recitar en bares)- el resto de poesía se cree que es ininteligible. ¿Y qué pasa con el cine? Películas parodia, comedias sin pizca de gracia, acción, terror que no da miedo a nadie... Eso es lo que vemos en las salas de cine, porque son los taquillazos. "La flauta mágica", por ejemplo, ni se ha estrenado en Granada. Y la música: riguitón, pop facilón, etc.: nos guste o no, es más la gente que escucha a Bisbal que la que escucha a Radiohead. A la gente le gusta lo fácil, pero no porque sean idiotas, sino porque necesitan escapar: mi madre, por ejemplo, no va al cine a ver una película que le haga pensar o llorar; no porque no le gusten -las ve en casa-, sino porque quiere relax. Y yo creo que publicitando lo bueno de manera diferente podríamos conseguir muchas cosas.
Respecto a las novelas de ahora: te recomiendo "Nocilla dream", de Agustín Fernández Mallo. Está arrasando y ha sido declarada mejor novela del año por muchos medios.
Bueno, ya está bien, no quiero cansar a nadie. Tú no te amargues; al fin y al cabo quien domina todo es Don Dinero. El arte en general se ajusta a eso.
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Te entiendo perfectamente y, como te he dicho, tienes mucha razón en las cosas que dices, pero es eso quizá lo que critico, la doble cara, la hipocresía de este mundillo que, a cada paso que doy, me gusta cada vez menos. Esa manía de mirarse el ombligo y no ver lo que nos rodea. Es eso lo que critico.
Evidentemente, con la poesía es distinta que con la narrativa de evasión, que es en la que más o menos me encuadro. Y me cito a mí mismo, porque soy así de guay (:D):
¿Qué tendría de malo hacer un buen Código da Vinci? Nada, absolutamente nada. Ahora bien, hacerlo no es fácil y no lo puede hacer cualquiera.
A eso me refiero, dejemos de endiosarnos. Dejémonos de pensar que la masa es inculta y, por eso, no nos lee, no nos entiende. No, a lo mejor es que no escribimos (y me incluyo) tan bien como pensamos.
Al fin y al cabo, escribimos para ser leídos. Si no lo logramos es que algo estamos haciendo mal.
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