Nov 19, 2009 16:19
Hoy me han puesto mi primera multa por exceso de velocidad y no he llorado, señores. No es que hubiera llorado antes, claro, pero cuando me imaginaba en esa situación me veía irremediablemente de rodillas e implorando clemencia. uando me ha parado la guardia civil en medio de la carretera, he puesto mi mejor sonrisa y he asumido lo que me venía. Sí, que he superado en 11 km/h el límite y que tengo que pagar 130 euros y me han quitado dos puntos.
Nadie puede imaginarse el aprecio que le tengo en estos instantes a los amables señores que me han parado (a mí y a todos los coches que transitábamos por esa carretera secundaria, conducidos en su mayoría por profesores que nos desplazamos a los pueblos que hay alrededor).
El nivel de hijoputismo del rádar de hoy no tiene nombre.
Pero no he llorado, señores (y señoras, o señoritas, que, al fin y al cabo, es para quien va este dato tan lleno de testosterona y masculinidad).
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Un pringao.
life is so hard