fandom: Pretty Little Liars
claim: Caleb Rivers/Hanna Marin.
tema | extensión: 01. Rojo | 501 palabras.
rating: T
advertencias: Ninguna.
summary: Desde el principio hasta el final, Caleb y Hanna.
disclaimer: ABC Family ©. Tabla (
Colores)
mision_insana ©.
notas: Quede con ganas de más, adoro esta pareja y no me pude resistir.
Cada que la observa concluye lo mismo: ella es definitivamente un rojo. Hanna es avasallantemente fuerte, pasional y sacrificada.
A Caleb se le seca la boca cada vez que la mira y que ella le devuelva la mirada con aquellos ojos impresionantemente azules. Parece quedarse callada un tiempo como falta de ideas y después sus palabras arremeten con tal fuerza que se ve forzado a cerrar los ojos un momento y sonreír de esa manera que hace que Hanna ruede los ojos exasperada y él repita la sonrisa.
Pero sonríe, siempre termina sonriendo con sus palabras. Y aquel brillo en sus ojos cuando la llama ‘princesa’ no pasa desapercibido para él, incluso le parece adorable que se ofenda cuando insulta a ‘Beebs’. Ella continua actuando confuso pareciera que él la asusta y que a la vez ella lo necesita.
Le ofrece su casa, en un inesperado gesto de amabilidad que le hubiera parecido más propio de otra persona menos popular que ella. Pero a Hanna no le importa, ser la más popular y que la vean con un chico de su estilo tan ‘dark’ para ser mezclado con el de la ‘princesa’.
Pero pasan tiempo juntos, contra todo pronóstico y ella continua siendo tan rojo como antes. Sus enojos, sus sonrisas, sus sonrojos y la fuerza con la que siempre se levanta (con aquella que nadie pisoteará y que ella no permitirá que las personas sean pisoteadas). Vivaz y extravagante, con esa ropa que le provoca emociones extremas. Hay veces en las que durante el desayuno quiere regresarla a su habitación a que se cambie... pero ella no lo permitiría y Caleb tiene que pretender que le da igual.
Es curiosamente tímida, como cuando se metió a la ducha con él.
Después de todas las insinuaciones de Caleb hábilmente ignoradas por ella, Hanna misma entró a la ducha (aunque no por las razones que a él le hubieran encantado). Aún así ella se mostró ardiente y defensiva mientras estuvo dentro, al salir se convirtió en la Hanna tímida y esquiva, preocupada y silente de algunas veces. Caleb sólo puede sonreír porque sabe que ella lo admiró (y eso la puso nerviosa), porque le atrae a Hanna; con la misma intensidad, asegura, con la que ella le atrae a él.
Algunos de sus gestos le dicen que está mal, que pasan cosas raras (que él no entiende y ella se guarda, aún no ha conseguido que suelte prenda), que está asustada de algo más extraño de lo que él imagina pero sigue mostrándose tan dura como el granito, tan fuerte como el roble, tan avasallante como ella misma.
Y eso es lo que más le gusta de ella, porque pese a todo ese aspecto de ‘princesa’ no es una damisela en peligro que grita esperando a que la salven; probablemente Hanna gritaría pero es una dama que puede sacar las uñas y lo que tenga a mano para defenderse.
Es Hanna, es la extravagante chica que le hace sonreír dos veces seguidas.