fandom: Naruto
claim: Sasuke Uchiha/Sakura Haruno (implícito).
reto: Ley del cierre | DAC
extensión: 1,635 palabras.
géneros: Drama.
advertencias: Spoilers hasta donde va el manga, mmm... violencia y final malo.
link:
ff@net disclaimer: Naruto no me pertenece, es de Masashi Kishimoto.
Tsunade admiraba su aldea, una sensación punzante oprimía su pecho. Sin saber muy bien porque, se cuestionó lo que sucedería cuando Akatsuki intentara hacerse con Konoha. Casi inmediatamente se dirigió a su escritorio levantando las botellas de sake que había guardadas en el primer cajón, buscó en la parte inferior de éste retirando de su compartimiento secreto el billete de lotería que había comprado aquella vez.
Rebuscó el periódico entre la pila de papeles desordenados y comprobó con cierta satisfacción que no se había ganado ningún premio esta vez. Sonrió para sus adentros sin olvidar del todo la sensación de minutos antes.
.
Kakashi sabía muy bien que los refuerzos tardarían, no se había molestado esta vez en detener a sus alumnos ya que sabía que era inevitable que se enfrentaran. Y comprendía que tampoco era necesario preocuparse por la ninja médico ya que esta tenía su situación bajo control. Despidió a los perros que le acompañaban, Pakkun dio un seco asentimiento indicándole que iría a por los Kages.
Avanzó el tramo que faltaba solo.
En un lugar despejado, aún bastantes kilómetros lejos de la aldea Konoha, se encontraba él sentado en un árbol. A la espera, el ejército que había liberado de las garras de Orochimaru estaba tratando de vencer la muralla de shinobis que protegía la hoja.
Sonrió a sabiendas de que no era del todo viable lograrlo. La Hokage no era estúpida, por mucho que quisiese creerlo, después de todo era la nieta de su rival. Por las rendijas de su máscara se asomaba un solo ojo, el sharingan refulgía como lo haría el sol del desierto; abrazante y ostentoso, calcinando todo a su paso.
Uchiha Madara.
Concentró su chackra para después liberarlo en una explosión bastante lejos de donde estaba, técnicamente en la entrada de la Hoja. Los Bijuus habían sido liberados, ahora sí ningún grupo de shinobis podría contenerlos con sus técnicas de combate.
.
Sakura le entregó a su maestra el kunai y el estuche de agujas. Aunque dudaba de darle el segundo puesto que sabía que con un arma sería suficiente. Se despidió con un ligero asentimiento, la hacía feliz el hecho de que Tsunade-sama estuviese bien; se volvió hacia la puerta del oeste (una salida que permanecía casi intacta pero que no usaban muy a menudo).
Sonrió antes de dirigirse a toda prisa hacia su destino.
.
El Sharingan resplandecía críptico mientras los ojos de Naruto no se apartaban de él. Aquellos tenían un resplandor azul intenso, muestra de poder, el chackra del Kyuubi completamente a su entera disposición. Ambos eran poderosos, mucho más de lo que se habían imaginado que serían en un futuro y a la vez no tan fuertes como querían ser. Tanto Sasuke como Naruto estaban dispuestos a entregarlo todo en esa batalla.
El sudor recorría sus cuerpos mientras que los golpes iban y venían, la sangre sobrevolaba el espacio aéreo moviéndose lenta y corrosivamente entre humaredas y explosiones. Las técnicas evolucionaban su potencia, habían comenzado con un intenso taijutsu, seguido de las tradicionales técnicas: el Katon de Sasuke, el Kage-Bunshin no Jutsu de Naruto, el Kuchiyose no Jutsu, hasta el Chidori de Kakashi y por último el Rasengan. Quizá había habido nuevos aportes como el Mangekyou de Sasuke y el control del chackra del Kyuubi de Naruto… pero aún así…
…estaban en el mismo nivel.
.
Desde dónde estaba Sakura pudo observar las técnicas de sus compañeros de equipo, las grandes señas de humo provenientes del valle del Fin hicieron que una sensación de dejá vú se abriera en su pecho. Aquel lugar había sido partícipe de muchas batallas legendarias, pero ninguna con tal intensidad. Los terremotos provocados por la lucha se sentían hasta los bosques circundantes a Konoha, reanudo su marcha con agilidad.
.
Naruto entrecerró los ojos azules sin poder evitar evocar las palabras de su madre, descendientes del clan Senjuu. En esos instantes, un golpe de Sasuke lo impactó contra la estatua de Hashirama; vaya que el destino es cruel y burletero. Quién diría que años después, el último descendiente de los Uchiha se enfrentaría con el único pariente vivo de los Senjuu, casi reviviendo la legendaria batalla en ese inhóspito paraje.
Sasuke sonrió con suficiencia… era bastante poderoso. Después de utilizar aquella técnica que drenaba casi totalmente su chackra (aquella con la que había intentado liquidar a Itachi) sólo le quedaba la oportunidad de un último Chidori Nagashi, ayudado por Chokuto claro esta. Por su parte sabía que Naruto tampoco podía mantener por mucho tiempo el modo Sennin y que era su último Shuriken Rasengan.
Sería como la última vez, se dijo Sasuke sin poder creer del todo que aún recordase aquel evento del valle del Fin (era como una prueba sangrante de que aún conservaba los lazos con Konoha intactos, pese a sus esfuerzos). El último Uchiha sonrió con maldad, aquella vez había contado con la ayuda del sello del Cielo y Naruto con el chackra del Kyuubi, pero ahora sólo eran ellos mismos.
Dos rivales, dos ataques mortales en los extremos del valle dispuestos a darle fin a su contrincante. Sin remordimientos.
Ambos sonrieron satisfechos sabiendo que era el último encuentro antes de echar a correr a toda velocidad.
.
Se detuvo, tomándose unos minutos de pie entre el campo de batalla. Sus piernas le temblaban de sobremanera y parecían no sostener todo su cuerpo, el panorama le hería pero al menos esta vez sería completamente útil. La necesitaban y tendría la oportunidad de cosechar los maduros frutos de su entrenamiento.
Asió con mayor fuerza su botiquín de emergencias y suspiró recogerse el cabello en una coleta. Finalmente había llegado su turno de entrometerse, revisó los niveles de chackra de ambos y se dirigió hacia Sasuke, quién los tenía más bajos. Naruto era fuerte, ambos lo eran, pero por ahora el rubio corría menor peligro.
Sakura se apresuró.
.
Las aspas de su Mangekyou Sharingan giraban velozmente, mientras que las manos de Madara se cernían en torno a su cuello. Kakashi estaba a punto de perder, lo comprendía perfectamente; no era ningún rival para aquel legendario shinobi. Un temblor estremeció la tierra partiéndola en dos a su paso.
El Uchiha chasqueó la lengua ante la impertinencia de los dos Kages, que por fin habían llegado a luchar. La defensa de Gaara había sido la primera en atacar, la arena se proyectaba por encima de la silueta de Madara convirtiéndola casi en una segunda piel mientras que la Mizukage destrozaban al fiel Zetsu, el miembro restante de Akatsuki.
El akatsuki de la máscara naranja rió cínicamente cuando Kakashi trató de llevarlo a su mundo ilusorio, rompiendo la defensa perfecta de Gaara. Su armadura había sido magullada por tercera vez en su vida, ahora estaba dispuesto a darle el golpe final pero se detuvo ante la impertinencia del ninja copia y sus ganas de perder aquel preciado regalo de su clan.
Utilizó a Susanno para doblegar al shinobi y lo tomó por el cuello, se disponía a arrancarle el ojo cuando hubo un fallo en sus cálculos algo que no podía haber premeditado y que le sorprendió completamente. Tsunade le había atacado, cortándole la yugular con un kunai.
Su fuerza monstruosa casi había desfigurado su cuello pero Madara era demasiado fuerte para sucumbir por tal motivo, soltó al hijo del colmillo blanco y atestó tal golpe contra la Hokage que la mandó directamente hacia un frondoso árbol. Se aseguró de dejarle el brazo inservible a la médico antes de notar el poderoso y mortal veneno que viajaba por sus venas; drenando su chackra al instante, haciendo que los Bijuus se introdujesen en su cuerpo (destrozándolo al instante tras la sobrecarga de poder).
Antes de morir escuchó las palabras de Tsunade deslizarse en un susurro de sus labios, como la muerte sobre él: ─El veneno fue creado con el chackra del Kyuubi.
Vencido por ti mismo, Madara.
.
La muerte se había cernido sobre Konoha y ellos habían procurado evadirla, eran las nuevas piezas del rompecabezas. Eran los cimientos que sus padres hubieran deseado ser, eran la nueva generación que había alcanzado la madurez; representaban el futuro.
Cada uno a su manera.
(Tanto Shino, como Shikamaru, Kiba, Hinata, Neji, Tenten, Rock Lee, Chouji e Ino irían a presentarle respetos a los héroes caídos, algunos de los cuales pertenecían a sus familias. Como el jefe del clan Akimichi y Hyuuga, así como el maestro Gai y Asuma. Varios shinobis de la hoja que habían hecho todo lo posible para contener a los bijuus liberados y que habían perdido su vida en el intento. Ahora al igual que Kakashi tenían una razón para visitar el monumento todas las mañanas, quizá el jounin finalmente se diese cuenta de que no estaba completamente solo, quizá lo que le hiciese falta fuera su equipo.)
Pero sin duda sintiendo el peso de aquella batalla que casi lo había destruido todo, sintiendo dolor por los que no regresaron y sabiéndose vivos y fuertes para enfrentar la vida. Porque ser un shinobi requiere valor, necesita claridad mental que no se obtiene al vaciar las emociones, sino más bien al condensarlas en algo útil.
(Kakashi miraba a sus alumnos a lo lejos, orgulloso de ellos a más no poder y alegre de haberlos recuperado a todos. Naruto pasó su brazo por los hombros de Sasuke. Sakura, en el otro extremo le tomó la mano con suavidad y fortaleza al mismo tiempo. Un gesto sencillo que le decía al sobreviviente del clan perdido: estoy aquí y no me iré, tampoco permitiré que tú lo hagas; pase lo que pase.)
Sin más batallas que luchar. Porque la fuerza aparece junto a la voluntad, cuando posees algo que proteger. Y ellos velarían por Konoha de ahora en adelante, lentamente y poco a poco irían colocando las primeras piedras… del nuevo régimen.