Eternidad xD

Nov 29, 2007 19:26


- Titulo: Eternidad
- Nombre del Autor: sweet_angelix
- Fandom: Harry Potter
- Pairing: Draco Malfoy & Hermione Granger
- Rating: R
- Resumen: Dos personas tan diferentes, como el cielo y el infierno. Dos personas que guardan un pasado en comun y un futuro desconocido. Un reencuetro, una guerra, un pasado en comun. Una promesa eterna.

PROLOGO

El reencuentro, Tambores de guerra.

-oOo-

Y perdidos en la oscuridad, de la mano seguirán.
Juntos por la eternidad.

-oOo-

Cerro los ojos un momento e inhalo todo el aire que sus pulmones le permitían, lentamente lo soltó y pudo abrirlos nuevamente. Lo que vio no mejoro su estado de animo, el bosque se alzaba frente a ellos como una fortaleza oscura e impenetrable, aterradora en muchos sentidos y entre esos árboles se encontraba la guarida de Voldemort. Su cuerpo tembló ligeramente solo en pensar en él. Ya habían peleado demasiado, y esa seria la ultima batalla, la batalla que decidiría el destino del mundo mágico.
Los árboles habían quedado en silencio, ni una sola esencia ni presencia mágica se sentía en los alrededores de aquel lugar, todo estaba maldito. Ella lo sabía. Alzo la vista y observo el cielo, lentamente la luna y las estrellas eran cubiertas por un manto de nubes negras que profetizaban tormentas. Un nuevo escalofrió recorrió su espinazo, tuvo que cerrar los ojos de nuevo y apoyarse a un árbol cercano. Tenia miedo, mas miedo de lo que alguna vez pudo haber pensado tener.

No temas amor mió, no sufrirás te lo aseguro
Solo aguarda paciente, el final pronto llegara

-¿Estas bien?- sitio un leve apretón en su hombro derecho, el cual fue lo suficientemente reconfortante para que ella pudiera abrir los ojos.
-Estaré bien- contesto con un hilo de voz y con más valentía de la que se creía capaz.

Observo nuevamente el bosque y el vació en su estomago creció súbitamente, sintió como sus piernas le fallaba repentinamente y las fuerzas que había reunido se le escapaban en un suspiro. Él estaba allí. No podía explicarlo, no sabia el ¿Cómo? O el ¿Por qué? Pero de algo estaba segura: él estaba en ese lugar.

No temas por favor, a mi lado todo terminara
Espera el momento justo, al fin estaremos juntos

-¿Hermione?- Lentamente alzo los ojos para encontrarse con dos orbes de un azul cielo, dos orbes pertenecientes a uno de sus mejores amigos - Hermione ¿estas segura de que estas bien?- volvió a preguntar, tomando a la castaña del brazo.
-Si- Reuniendo todas las fuerzas que le quedaban volvió a incorporarse correctamente pero sin apartar los ojos del bosque. Estaba segura, él se encontraba en algún lugar de aquella fortaleza.
-¿Segura?- volvió a preguntar el pelirrojo dueño de esos ojos azules.
-Si, estoy bien Ron. Solo que…- pero sus palabras se quedaron en el viento, pues la hora de la ultima batalla estaba por comenzar. El viento soplo con tal fuerza que algunas hojas cayeron de los árboles al piso donde fueron arrastradas junto a las demás por la fuerza de ese extraño viento que le permitió visualizar las ruinas que se encontraban cerca de ellos.

De entre las antiguas ruinas se acercaba el único con el poder capaz de vencer al Señor Tenebroso, había pasado muchos años -demasiados- desde el momento que el joven se había encontrado por primera vez con el Innombrable y ahora, en esa noche se cumpliría por fin la profecía. Sus cabellos estaban igual de desordenados de cuando estudiaba, pero su cuerpo había cambiado, ya no era un niño, era todo un hombre. Sus ojos esmeraldas brillaban de forma enigmática y su brillo mostraba una fuerza tanto abrumadora como tranquilizadora. Hermione lo miro fijamente, tratando de guardar el más mínimo detalle de su amigo en su memoria pues tal vez ella no saldría viva de esa batalla, pero era un riesgo que estaba dispuesta a correr.
El viento volvió a soplar con más fuerza.
La castaña diviso a Ron que se dirigía hasta Harry y se posicionaba a su lado derecho, ambos se veían tan poderosos, tan solemnes. En su mano derecha, el oji verde, tenia sujeta su varita y en su cinto colgaba la espada de Gryffindor. En cambio Ron solo llevaba en manos su varita, atrás de ellos se encontraban sus amigos, quienes igualmente estaban dispuestos a luchar.
Ginny con su cabello atado en una coleta, la menor de los Weasley había rechazado -tercamente- quedarse en casa mientras los demás luchaban. Pudo ver también a Neville tan valiente con su varita y a Luna a su lado quien había perdido su aire soñador. Un poco mas alejados se encontraban el resto de los Weasley y un poco más allá La Orden del Fénix en su gran mayoría, Remus Lumpin también estaba allí.
Remus se acerco hasta Harry y le susurro unas palabras al oído, palabras que el moreno respondió con un asentimiento, gesto suficiente para que este su antiguo profesor regresara con el resto de la orden.
Se detuvo un momento en los aurores que los acompañaban esa noche y a los civiles que habían decidido luchar valientemente. Entre todos eran pocos comparados con los mortifagos, pero con la voluntad suficiente para vencerlos. Después de todo, su misión era acabar con los magos tenebrosos que se encontraban en ese lugar, con el último horcruxes y con la vida de Voldemort, solo así el mundo mágico podría encontrar la paz.

¡Oyes! Son los tambores, ¡Los tambores!
¡Oh! Mi amor la guerra esta por empezar

Los latidos de su corazón volvían a acelerarse, por fin todo acabaría y algo en su interior le decía que a partir de ese momento no había vuelta atrás. Dio un paso adelante, luego otro y otros más detrás de ese. Su corazón estaba desbocado, una tormenta de sentimientos se agolpaban en su pecho, en ese momento su alma era un mar de emociones, una mar tormentoso en su interior. Se posiciono a un lado de Harry y observo el bosque que tenia en frente.

- Ron, Hermione. - La voz de Harry sonaba tan diferente que por un momento Hermione creyó que se trataba de otra persona- Yo solo quiero…- las palabras parecían quedarse atascadas en su boca - Yo…- tomo aire- Yo solo quería decirle que pase lo que pase ustedes, mas que nadie, ustedes han sido las personas mas importante para mi- La castaña sintió como sus ojos se le aguaban y pudo ver que Ron hacia vanos intentos para que los suyos no reflejaran los sentimientos que provocaban estas palabras- Ustedes han sido mi familia, mi única y verdadera familia-
-Harry…- susurro la chica tomándolo de la mano- Harry, esta no va a ser la despedida.- su voz sonaba ronca, no podía evitar la tristeza que le provocaban esas palabras, esa posible despedida.
-No, no lo será- confirmo el pelirrojo.
-Prométenoslo Harry- insistió la castaña con un nudo en la garganta. No quería llorar, no quería mostrar sus sentimientos tan abiertamente, no quería sentirse nuevamente débil, pero si su amigo continuaba hablando así no lo podría evitar.

Harry cerró los ojos. Su faz no reflejaba ningún tipo de sentimiento, parecía tan tranquilo, como si hubiera llegado a un estado de paz donde ningún acontecimiento en su alrededor podría destruir.

-Lo prometo- sus palabras eran segura y cuando abrió los ojos Hermione pudo ver la verdad en ellos. - Nos volveremos a ver, lo juro.-

Una tímida sonrisa se dibujo en el rostro de la castaña y junto a sus dos mejores amigos contemplo el bosque una última vez. Exploro cada uno de los árboles y diviso entre ellos el camino que les llevaría a la guarida del Lord Tenebroso. Volvió a sentir como su corazón aumentaba el ritmo de sus latidos nuevamente y un presentimiento (tal vez malo, tal vez no) se hizo presente.

-“Estas allí, lo se. Se que te encontrare en aquel lugar, al fin nos volveremos a encontrar. Cumpliremos nuestra promesa”-

Hermione se llevo la mano derecha instintivamente al corazón, no necesitaba de magia, ni de un sexto sentido; su corazón ya se lo había dicho. Él la estaba esperando, él se encontraba allí.

Lucharemos mi amor por todo lo que ves
Y lloraremos y sonriéremos al terminar

.oOo.oOo.oOo.oOo.oOo.

Podía sentir el olor de la lluvia que aun no hacia acto de presencia, sentía los rayos que recorrían las nubes como feroces animales golpeándolas con sus brillantes luces relampagueantes, sentía la tierra vibrar y al viento inquieto. Era capaz de sentirlo todo. El miedo en el aire, la magia oscura que hacia vibrar aquel lugar, las ansias de la próxima batalla y el deseo, sobre todo podía sentir el deseo de luchar, el deseo de torturar, el deseo de matar.
Sus ojos grises recorrieron nuevamente la sala; los mortifagos se hallaban disperso por todo el lugar, se encontraban armados, listos para morir por sus ideales y sobre todo listos para matar por ellos. Reconoció a varios de ellos a pesar de las mascaras, supo quienes eran sin necesidad de verle los rostros, para él era tan fácil descubrir quienes eran iguales a él, saber quienes son los de su misma calaña. Una sonrisa cruel e imperceptible se dibujo en su rostro, tras la mascara.
Con paso firme camino hasta la multitud. Su mascara cubría perfectamente su rostro, nadie que no lo conociera bien seria capaz de descubrirlo, en otras palabras nadie podría saber quien se escondía tras esa mascara. Se abrió paso por la marea de gente. Esquivando, empujando y quitando de su camino a los mortifagos que osaban atravesársele. Sus pasos se detuvieron a unos cuantos metros de la gran puerta de roble con diversas serpientes talladas en ella; y no pudo evitar un escalofrió al sentir el poder oscuro que emanaba del otro lado de esta. Sin duda alguna Voldemort estaba allí, preparándose para la guerra.

La guerra se acerca, lucharemos hasta el final
¡Oh mi amor! Tenemos que sobrevivir ¡por favor!

Con sus ojos recorría cada detalle de la puerta, cada una de las serpientes talladas, tan hermosas y tan aterradoras. Unos pasos se detuvieron junto a él, no tuvo que verlo para saber quien era, lo conocía demasiado bien y por eso lo odiaba con todas sus fuerzas. Aquel hombre que ni siquiera se preocupaba en ocultar su rostro tras una mascara, uno de los mortifagos más leales y a la vez el más peligroso entre ellos.

-Espero que no me falles Draco- Su voz sonaba gélida, amenazante.
-Claro que no padre- No le temía, hace mucho que había dejado de temerle y a esas alturas no iba a permitir que su padre interfiriera en su vida.- Haré lo que tengo que hacer…-

Lucius Malfoy le dirigió una mirada amenazante a su hijo, mirada que Draco simplemente ignoro. Si, él haría lo que tenia que hacer, él tenia que cumplir una promesa de años atrás. Y ni su padre, ni la guerra, ni la muerte lograrían detenerle. Draco dio media vuelta pero un agudo dolor en su hombro lo detuvo, su padre lo había detenido utilizando su bastón en forma de serpiente.

- Espero que hagas las cosas bien esta vez o si no…-

Draco le dirigió una mirada helada, sus ojos grises parecían dos pequeños iceberg que brillaban peligrosamente, que no demostraban sentimiento alguno; su padre pudo descifrar completamente el mensaje, lo odiaba y no se disponía a cumplir lo que él le ordenara. El joven se soltó del agarre del mayor y camino en dirección contraria.

-Ya sabes lo que tienes que hacer Draco, si no la muerte cobrara tu deuda pendiente…- Solo bastaron que esa frases llegaran a los oídos del rubio para que este se detuviera, se volteo para observar a su padre, para replicarle, para hacerle pagar todo lo que le había hecho pero cuando lo hizo él ya no estaba. Lucius Malfoy se había ido.

La gran puerta de roble se abrió, Draco observo por un momento la gran entrada del Señor Tenebroso, a su lado se encontraba su padre, del otro su tía Bellatrix y su esposo. Draco sonrió cínicamente y dándole la espalda completamente salio de ese lugar.

Toma mi mano lucharemos juntos, es lo mejor
Somos unos y a la vez dos, juntos hasta el fin

Sus pasos resonaron por el pasillo, un paso, dos pasos, tres pasos. El mismo eco incrementaba la intensidad de estos, cruzo a la derecha, luego en un recodo y nuevamente dio vuelta a la derecha. El lugar parecía un laberinto pero el joven Malfoy lo conocía a la perfección. La fortaleza del diablo, si, ese era el mejor nombre para ese lugar y ese era su lugar.
Subió un par de escalones y volvió a cruzar, camino por un pasillo solitario y totalmente oscuro, hasta que por fin se encontró ante una puerta, sin esperar un segundo mas la abrió.
El viento tormentoso dio de lleno contra su rostro, pudo ver las nubes que hace rato se imaginaba, listas para el comienzo de una tormenta. Observo las copas de los árboles que se movían a causa del insistente viento, tomo aire lentamente y camino unos cuantos pasos más hasta apoyar sus manos en el muro. Cerro los ojos inconcientemente sintiendo el frió aire.

-Otra vez pensando Malfoy- comento una voz burlona a su espalda.
-No deberías estar escuchando las palabras del Lord, Zabini- dijo fríamente, volteándose lentamente para encarar al dueño de esa odiosa voz.
-No, si creo conveniente vigilarte Malfoy.- Agrego el mortifago aun con la mascara puesta.- Después de todo un traidor no deja de ser un traidor.- Tras la mascara los ojos de verde amarronados de Zabini brillaron triunfantes. - O me equivoco Malf…-

Las palabras del mortifago fueron segadas por la varita de Draco. El mortifago no se había dado cuenta en que momento la varita de Malfoy había terminado apuntando a su garganta pero así era. Su cuerpo se tenso irremediablemente y sus puños se cerraron con tal fuerza que sus nudillos, aunque oculto por los guantes de piel de dragón, se tornaron de un color blanquecino.

-No tentes tu suerte Blaise- siseo Draco, su mascara se había caído hace rato y ahora veía fijamente al ex slytherin que tenia ante si.- No la arriesgues o lo pagaras muy caro-
-Maldito- siseo Zabini, sin saber que era mejor huir o de una vez demostrar quien era la mejor serpiente, si Malfoy o él.
-No creo que de resultado Blaise…- Aseguro Draco, mientras el mortifago se volvía a tensar al ver que sus pensamientos habían sido descubiertos.- Valora un poco mas tu vida, que tenlo por seguro, yo no lo haría en un combate…- Draco bajo lentamente su varita.- No te tendría compasión Zabini.-
-Eres un…-
-Eh, eh, eh, eh…- Draco convoco su mascara desde el piso y se la coloco, sin apartar sus ojos de los de Zabini- Ten cuidado con lo que digas, mucho cuidado Zabini.-

Sin otra palabra que decir, Draco cruzo la torre donde se encontraban y salio por la misma puerta por la que entro, apenas un segundo después de que el rubio cerrara la puerta una maldición impacto contra esta.

-Maldito, eres un maldito Draco Malfoy- susurro Blaise con los dientes fieramente apretados. Se acomodo la mascara y salio por la misma puerta, dispuesto a regresar a la reunión.

Te distes cuenta verdad, tenemos enemigos
Hay que luchar contra ellos, hay que vencerlos

Desde las sombras Draco vigilo la partida de su “compañero”. Todo su peso estaba recargado de la pared y sus brazos cruzados a la altura del pecho. Una sonrisa imperceptible se formo en sus labios.

- Espero con ansias el momento en el que te mate Zabini, es lo que mas anhelo hacer en este inmundo lugar- sus palabras desaparecieron en el silencio del pasillo.

Se incorporo y comenzó a caminar dispuesto a luchar nuevamente, luchar bajo las ordenes del Señor Tenebroso por ultima vez. Pero sobre todo dispuesto a cumplir con su promesa y de poder volver a ver de nuevo aquellos ojos castaños que aun rondaban en sus sueños.

En las sombras se ocultan, preparémonos ya.
Porque esta noche lucharemos por nuestra libertad.

.oOo.oOo.oOo.oOo.oOo.

La lluvia caía a cantaros. Gota tras gota golpeaba la tierra con una fuerza sorprendente mientras que los truenos parecían bestias galopantes en las nubes, los árboles del bosque se movían peligrosamente de un lado a otro, azotados por el embravecido viento. Y en la tierra, los mortales luchaban, esquivando las maldiciones que volaban de un lado a otro.
La batalla había comenzado.
Los mortifagos luchaban con todas sus energías, en cantidad y poder tenían la ventaja. Ellos no sabían de compasión ni de piedad a la hora de luchar, solo querían ganar y por supuesto llevar a la tumba a todos los que pudieran. Por otro lado los aurores y los miembros de la orden luchaba con todas sus fuerzas, y aunque pocos, no se dejarían ganar, a si tuvieran que dar su vida para conseguir la victoria. Eran fuertes y poseían la esperanza de un futuro mejor, de un futuro sin más muerte ni más guerras, sin divisiones sanguíneas. Aunque la balanza se inclinara por los hombres de Señor Tenebroso, lucharían hasta el fin por sus vidas y por las de su descendencia. Pero los mortifagos también luchaban por su ideal, por la pureza de la sangre. Ambos bandos luchaban con todo su ser.

La guerra ha empezado, hay que sobrevivir
No vayas a caer amor, tenemos que ganar

Una nueva maldición paso cerca de su oreja, una maldición que solo esquivo por casualidad. Hace rato que había perdido de vista a Ron, por esta razón su corazón parecía estar a punto de salírsele. Harry luchaba a su lado y a unos pocos metros de distancia Neville y Ginny luchaban espalda con espalda, esquivando y lanzando maldiciones. Su corazón latió mas aprisa cuando sintió un cuerpo caer con un sonido seco al piso. No quiso voltear y ver de quien se trataba, por eso se concentro en seguir esquivando maldiciones e hiriendo a cuanto mortifago pudiese.
Nuevamente una maldición paso demasiada cerca de ella, tan cerca que le rozo el brazo hiriéndola. Su boca dejo escapar un chillido de dolor e instintivamente se llevo la mano derecha al brazo para cubrirlo, como si eso pudiese aminorar el dolor.

-¡Hermione!- El grito de Harry la hizo regresar a la realidad, en el momento justo para esquivar otra maldición.

Cayó con un golpe seco al piso. Sus manos se hundieron en el lodo, la lluvia la golpeo con más fuerza y la herida de su brazo parecía sangrar cada vez más, pero ella aun estaba viva y eso era lo que contaba. Hermione sintió como unas manos fuertes la rodeaban y la llevaban atrás de unas piedras.

-¿Estas bien?- La castaña asintió sin necesidad de observar a su salvador, sabia quien era-¡Demonios!- grito el moreno, esquivando una maldición y respondiéndole con otra. -Tenemos que penetrar a la fortaleza pero es imposible.-
-No debemos resignarnos, tenemos que luchar…- dijo la castaña con mas valor del que creía tener e incorporándose nuevamente ataco con la misma intensidad que Harry a sus enemigos. -Tenemos que hacerlo, debemos hacerlos-
-Y lo haremos- aseguro el moreno derribando a dos mortifagos de un solo hechizo.
-No, al menos que puedas matarme Potter- siseo una voz cerca de ellos.

Segundos después ambos jóvenes eran impulsados varios metros atrás gracias a la aparición de una mortifaga. Tanto Harry como Hermione habían sido apartados uno del otro. La castaña a penas tuvo tiempo para alzar el rostro levemente antes de que un cruciatus le diera de lleno.
El dolor de mil cuchillos atravesando su cuerpo fueron suficientes para acallar su voz, en cambio las lagrimas corrían libremente por su rostro hasta la tierra, mezclándose con la lluvia. No podía gritar a causa del dolor, sin embargo su cuerpo convulsionaba en respuesta a este, así mismo un sabor metálico llego hasta sus labios. La sangre de una impura, su sangre.

Cuando creía que no podía aguantar más, el dolor termino.

-¿Qué se siente morir en mis manos, sangre sucia?- Una voz dulce, prácticamente infantil y a la vez, tan aterradora.

Hermione no contesto, no tenía fuerzas para hacerlo; en cambio, las pocas fuerzas que le quedaban las estaba utilizando para incorporarse lentamente.

-¿No vas a contestar?- La mortifaga estaba a unos centímetros de ella, tan cerca que pudo ver la intensidad de sus ojos ámbar.
-No pienso morir…- susurro Hermione, clavando sus ojos en los de la mortifaga.-Y menos por ti…¡Alarte Ascendere!- exclamo. Un chorro plateado salio despedido de su varita, impactando a la mortifaga en todo el pecho, elevándola unos metros en el aire hasta estrellarse contra un árbol.
-Maldita…-siseo por lo bajo. Su mascara había caído revelando una cabellera rojiza como la misma sangre, y el rostro de una asesina.- De mi no te vas a escapar… sangre sucia. ¡Sectusempra!-
-¡Protego!- No obstante la fuerza de la maldición le hizo retroceder unos pasos, mas no rendirse- ¡Incendio!- Y una llamarada salio de su varita, rodeando a la mortifaga y dando el tiempo suficiente a la ex gryffindor de volver a atacarla.- ¡Relaskio!-
-Cave Inimicum- invoco la mortifaga haciendo una floritura en el cielo, una sonrisa arrogante se había dibujado en su rostro.- Eso es todo lo que puedes hacer… Aguamantis- susurro, al momento el fuego se apago a causa del hechizo.- Eso no es nada… Te enseñare lo que Ignis Aurum puede hacer.- Con una extraña floritura, un chorro de luz azul surgió de su varita en dirección a Hermione.

No obstante este hechizo nunca logro tocar a la castaña. Una especie de barrera había aparecido en el momento justo, impidiendo que a la maldición llegara hasta la chica. Ambas combatientes, Hermione e Ignis, voltearon al mismo tiempo para ver quien había intervenido en su batalla. Harry Potter le regalo una mirada mortal a Ignis antes de volver a comenzar la batalla. Harry movia su varita como si se tratara de una batuta, creando barreras para él y Hermione, a la vez que atacaba a la mortifaga.
Una nueva ronda de maldiciones dio comienzo, y cada vez mas mortifagos y aurores se unían a la batalla.

-¡Es hora!- exclamo Harry. Justo en ese momento una llamarada de un fuego azulado rodeo a la mayor parte de los mortifagos y una lluvia de flecha se dirigió hacia ellos. Los centauros habían llegado a auxiliar a los magos, a pesar de su mala relación, esa guerra también formaba parte de su mundo.
Muchos mortifagos cayeron ante el yugo de las flechas, otros las evitaron a punta de hechizos y barreras mágicas. Y aunque aquella jugada había fracasado en su gran mayoría, Harry había logrado lo que quería. La entrada a la fortaleza estaba libre, despejada para su encuentro con Voldemort.
Cruzo una mirada con su mejor amiga, una mirada que decía mas cosas que las palabras y que estaba seguro ella sabría leerla. Y antes de que Hermione agregara una palabra más, Harry salio corriendo al interior de la fortaleza. Hermione también hizo lo mismo corriendo tras él, pudo ver por el rabillo de los ojos como los demás miembros de la orden y aurores se reunían en ese lugar protegiéndolos, cubriéndoles las espaldas. Ginny los seguía de cerca junto con Remus y Tonks. Hermione cerro los ojos en una silenciosa suplica para que sus amigos salieran con vida de esa batalla.

La muerte se esconde a la vuelta de la esquina
No temas, enfréntatele y gana, hay que sobrevivir

Al fin pudieron penetrar la fortaleza oscura, la guarida del diablo. Hermione corrió detrás de Harry derrumbando cuanto mortifago se les atravesara y esquivando las maldiciones que amenazaban su seguridad. Su corazón volvía a latir desbocado y un mal presentimiento se hizo presente.
La muralla derecha del pasillo donde se encontraba estallo y las maldiciones volaron directo a ellos, por poco lograron esquivarlas, mientras que los mortifagos iban apareciendo y lentamente rodeándolos.

-¡DEMONIOS!- volvió a gritar a Harry mientras tomaba a Ginny de un brazo guiándola hasta unas piedras.

Hermione se lanzo hacia uno de los pasillos de la fortaleza, cubriéndose de las maldiciones que se dirigían hacia ella. Su mirada se cruzo con la de Harry por un segundo pero fue lo suficiente para que pudiera entender el mensaje. La única manera de sobreviviré era separándose. La castaña asintió y ante su respuesta Harry tomo a Ginny y la jalo hacia un pasillo seguido por Tonks, Remus y otros se fueron escalera arriba, mientras que ella tomo el corredor donde se encontraba.
Corrió con todas sus fuerzas sin poder girarse y defenderse, esquivando las maldiciones por pocos segundos de diferencia. Por encima de su hombro la castaña también atacaba y estaba segura que más de una vez logro derribar a un mortifago.
Giro a la derecha y casi se callo al deslizarse por el pasillo pero logro mantener el equilibrio; volvió a cruzar en una bifurcación y pudo herir a otro mortifago. Aprovecho el momento de confusión cruzando en un nuevo recodo, subió un par de escalones y tomo una nueva bifurcación. Siguió haciendo eso hasta que ya no pudo sentir pasos a su espalda.

Escuchas los sonidos de batalla, los ecos de las armas
No temas mi amor, nada nos va pasar, te lo juro

Con sus manos se guiaba por la oscuridad, palpando las paredes. Temía que al encender una luz diera a los mortifagos su posición, pero temía más aun por la seguridad de sus amigos. Sentía un dolor agudo en el hombro y sabía que el rasgón de su brazo no tenía muy buena pinta, pero tenia que continuar.

Bum, Bum, Bum, Bum, Bum…

Los latidos de su corazón comenzaban lentamente a opacar los sonidos de la batalla, ya no podía escuchar maldiciones ni contra maldiciones, ya no escuchaba gritos ni explosiones, simplemente escuchaba su corazón. Fue en ese momento que se dio cuenta que algo estaba por ocurrir, algo que ella deseaba que ocurriese.
Y como si su corazón lo supiera de antemano, su cuerpo se detuvo. Pudo sentir el olor embriagante de la menta detrás de ella, lentamente se dio vuelta y lo vio.
La mascara le cubría el rostro y la oscuridad hacia imposible poder verlo detalladamente, pero no necesitaba verlo para saber quien era el hombre que se encontraba frente a ella, a pesar de todo no dudo en apuntarlo con la varita, de la misma manera que él le apuntaba.
La luz de un relámpago se filtro por la ventana cerca iluminando por unos segundos la estancia, pero fue el tiempo suficiente para que Hermione pudiera ver los ojos de Draco.

Canela contra mercurio
Fuego contra hielo
Cielo contra infierno

Todo dejo de tener sentido en ese momento, no había guerra, no había nada que interfiriera en su encuentro. Pero ninguno de los dos bajo la varita, ninguno de los dos pronuncio palabra. Solo permanecieron en silencio mirándose.
Draco podía observar cada detalle de la mujer que tenia enfrente, a pesar de estar mojada, sucia y herida se veía mas hermosas que la ultima vez que el la había visto. Aquella vez solo tenían 17 años, había sido un día antes de que terminara el curso. Pero la mujer que tenia en frente no tenia nada de la niña que alguna vez conoció. Sus curvas aunque no muy pronunciadas eran hermosas, su cabello aunque despeinado le llegaba hasta la espalda y se desparramaba por sus hombros dándole un aire bastante sensual y a la vez inocente. Pero eran sus ojos lo que más le atraían, brillaban como lo harían los de un gato en la noche.
Hermione tampoco perdía detalle de aquel hombre, aunque no podía verle el rostro por culpa de aquella mascara no podía dejar de apreciar los pequeños cambios que había sufrido esos años, su espalda se había ensanchado y sus brazos habían ganado musculatura. También había crecido unos centímetros pero sus ojos, aquellos que había sido capaz de observar a través de la mascara seguían siendo los mismos, dos témpanos de hielos que no expresaban sentimiento alguno.
Draco bajo la varita y Hermione hizo lo mismo, el rubio se quito la mascara y la joven pudo verle el rostro por fin, no había cambiado mucho en esos años pero sus facciones se había vuelto mas duras lo que le daba un aspecto sombrío a su rostro, acentuado por una cicatriz en la mejilla. Hermione no pudo evitar sentir un vuelco en corazón al volverlo a ver allí, nuevamente junto a ella.

-Draco…- El corazón del rubio se acelero al oír su nombre ser pronunciado por esos labios.

Y sin tener sentido de si mismo se acerco a la castaña, tan cerca que sus labios quedaron a tan solo centímetro de los suyos, tan solo un poco mas y al fin podría volver a saborear aquellos labios tan deseados. Pero una explosión lo hizo volver a la realidad, Hermione se aferro a su brazo instintivamente al sentir como todo a su alrededor daba vuelta, porque ahora podía escuchar claramente los pasos que se acercaban a ellos rápidamente.

-Hay que irnos- advirtió Draco con todos los músculos de su cuerpo tensos y apretando fuertemente la varita en su mano derecha- Tenemos que irnos ¡ahora!-
- ¿A dónde’?- pregunto en un susurro la castaña con sus ojos clavados en dirección de los pasos.
-Solo sígueme-

Sigue luchando amor, no te preocupes por ellos
Esta es nuestra guerra, nosotros ganaremos

Draco la tomo del brazo y comenzó a correr con ella, guiándola por el laberinto que era aquella fortaleza. Los pasos se hacían más fuertes a medida que avanzaban mientras que el sonido de las maldiciones se iban incrementando. Hermione observo fijamente a Draco, el joven corría sabiendo donde debía cruzar y a pesar de que su mente le decía que no tenia que confiar en un mortifago, su corazón le pedía que confiara ciegamente en él. En esa oportunidad su corazón fue el que decidió.
Internamente se pregunto cuando todos los sentimientos relacionados con ese hombre habían cambiado, como en un momento había dejado de odiarlo para amarlo. Recordó la promesa que debían cumplir y sobre todo regresaron a su mente viejas memorias que habían sido enterradas en su corazón hacia años.
Pues todo había empezado hace 3 años, en su último curso en Hogwarts, cuando solo tenían 17 años.
Una nueva explosión los detuvo, los ojos de Hermione se abrieron horrorizados al momento que Draco la tomo de la cintura y la oculto detrás de su cuerpo, al momento el fuego producido por la explosión daba de lleno contra el rubio. La castaña solo pudo ver su rostro mirándola, antes de perder el sentido en los reconfortantes brazos de ese hombre.
Y ante la oscuridad de la inconciencia, a ella regresaron los recuerdos de su último año en el colegio Hogwarts de magia y hechicería. El año donde toda esa historia había comenzado.

fandom: harry potter, pairing: draco malfoy/hermione granger, autor: sweet_angelix

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