De entre todas las cosas buenas que esperaba que hoy le pasaran, desde luego ésa no entraba en sus planes. Es navidad y las calles de Nueva York están atestadas de gente, a pesar de que la nieve cae con delicadeza y se cuela allí donde encuentra un centímetro de piel calentita.
Pero el Starbuck de la esquina está casi vacío y hay sitio para todos. Hoy es un día especial, una nochebuena especial, diferente. Hoy tiene una visita de las personas que más quiere del mundo, que viene desde el mismísimo infierno sólo para verla a ella.
En realidad, lo que no sabe es porqué no se han escapado antes. Se lo pregunta, en una frase en la que hay mucho pitorreo y otro tanto de curiosidad. Pero sus amigos se encogen de hombros. Quizás nunca se encontraron tan mal como ella. Quizás saben apartarse del camino de los poderosos y seguir adelante con sus vidas. Quizás... Eso no importe.
Lo único que importa es que a pesar de todo y de todos, ellos son lo mejor que tiene junto con su padre. Son lo mejor de Neptune y sabe que si algún día le pidieran ayuda, no preguntaría. Cogería un avión e iría hasta allá, aunque estuvieran a punto de darle el trabajo de su vida, aunque estuviera a punto de dar ese importante paso que va justo antes de poner el pie en una iglesia vestida de novia.
Verónica sabe que no importa lo lejos que esté Nueva York de California. Si uno de los suyos la llama, volvería.
Quizás lo único malo es que no ha hecho bien el recuento de cuántas son las personas que guarda en su corazón.
Pero el Starbuck de la esquina está casi vacío y hay sitio para todos. Hoy es un día especial, una nochebuena especial, diferente. Hoy tiene una visita de las personas que más quiere del mundo, que viene desde el mismísimo infierno sólo para verla a ella.
En realidad, lo que no sabe es porqué no se han escapado antes. Se lo pregunta, en una frase en la que hay mucho pitorreo y otro tanto de curiosidad. Pero sus amigos se encogen de hombros. Quizás nunca se encontraron tan mal como ella. Quizás saben apartarse del camino de los poderosos y seguir adelante con sus vidas. Quizás... Eso no importe.
Lo único que importa es que a pesar de todo y de todos, ellos son lo mejor que tiene junto con su padre. Son lo mejor de Neptune y sabe que si algún día le pidieran ayuda, no preguntaría. Cogería un avión e iría hasta allá, aunque estuvieran a punto de darle el trabajo de su vida, aunque estuviera a punto de dar ese importante paso que va justo antes de poner el pie en una iglesia vestida de novia.
Verónica sabe que no importa lo lejos que esté Nueva York de California. Si uno de los suyos la llama, volvería.
Quizás lo único malo es que no ha hecho bien el recuento de cuántas son las personas que guarda en su corazón.
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