La melancolía es un licor muy caro [Batman/Gotham] Especial de Navidad

Dec 03, 2014 14:43

Título: La melancolía es un licor muy caro
Autor: shiorita
Fandom: Batman (he puesto Gotham también porqué en realidad tenía en la mente al Bruce de la serie, pero creo que el universo correcto es Batman)
Personaje/Pairing/Grupo: Bruce Wayne
Rating: PG13
Resumen: Nochebuena era una de las noches más bonitas para Bruce, en la que podía ser él mismo con la tranquilidad y la seguridad que no aparecían en la comida benéfica de la fiesta de Navidad que daban sus padres al día siguiente.
Advertencias:
Especial de Navidad: Prompt #2
Nota de Autor: Aunque esté "basado" en la serie de Gotham, puedes no haber visto ni un capítulo y entenderlo. Creo que cualquier película de Batman (como Batman Begins, por ejemplo) valdría para situarse.
Ah, y el título está basado en un verso de una canción de Amaral (que me encanta y creo que he utilizado en otro fic xD)


Hubo un tiempo en que la mansión de los Wayne guardaba risas y cantos allá donde pisaras. Sin embargo, desde la muerte del matrimonio todo son fantasmas y misterios que el pequeño Bruce trata de investigar. Quiere saber tantas cosas, tantos secretos que está seguro de que sus padres, algún día, le habrían contado.

Todos los días trabaja con disciplina en aquel horario que elaboró con su padre. Se mantiene físicamente fuerte y se guarda así mismo de no caer en el desánimo. Escucha a su madre en cada giro del tocadiscos y lee a su padre en todos los renglones de los libros que le esperan en la biblioteca.

Todos los días, menos hoy. Hoy es Nochebuena y, mientras Alfred ordena la cena y cuida de que han cumplido con los deberes filantrópicos a los que Bruce lleva asistiendo desde que era pequeño, Bruce se ha quedado en el salón. Allí, se acerca con cuidado, casi con temeridad, al mueble bar: ese pequeño armario que sólo se abría el veinticuatro de diciembre. Bruce coge la llave que hay sobre la bandeja donde descansan los vasos en los que se sirven las bebidas y la hace girar en la cerradura.

Casi puede ver la figura de su padre cumpliendo el rito un año más, mientras su madre lo mira desde el otro lado de la habitación, con una sonrisa pícara y afectuosa. Al señor Wayne le encanta el whisky añejo, y ése es un secreto que sólo saben los más cercanos. Desde que nació Bruce, sus momentos con él han disminuido a las noches en familia que haya algo realmente importante que celebrar. Sólo toma un vaso, lo saborea con deleite y vuelve a cerrar el cajón. Los cumpleaños de los tres y nochebuena.

Nochebuena era una de las noches más bonitas para Bruce, en la que podía ser él mismo con la tranquilidad y la seguridad que no aparecían en la comida benéfica de la fiesta de Navidad que daban sus padres al día siguiente.

Ahora, tan lejos de esos recuerdos, quiere probar un poco del néctar de aquellos días. Se sirve con cuidado en un vaso, no mucho, y recuerda que alguna vez que lo ha mencionado delante de Alfred, éste le ha sugerido que lo rebajase con agua. Pero no quiere; desea imitar a su padre punto por punto, continuar su legado desde la gran acción solidaria hasta el pequeño detalle doméstico. Y es que, por muy maduro que sea para su edad, Bruce sigue siendo un niño. Un niño que cree que puede resucitar lo que más quiere en el mundo con un simple deseo, sólo con cerrar los ojos.

Inclina el vaso hacia él y aprieta los labios, pues el olor que le llega desde el líquido amarillento no es precisamente el que esperaba. Mojados estos, hace un último esfuerzo y traga. La mueca de asco no tarda en salir y es que su padre nunca le explicó cuán amargo sabe el whisky. Aprieta con tal fuerza el vaso que teme que vaya a romperse en mil pedazos. Y cuando las pequeñas lagrimas caen por el aire del parpadeo, Bruce se alegra de que Alfred no haya sido testigo de tal acción. No porque crea que esto es una estupidez, como algunas que ya cometió tras la muerte de sus padres, sino porque tiene el orgullo herido.

Porque ahora sabe que sólo con cerrar los ojos no va a conseguir que sus padres vuelvan. Que con copiar sus actos nadie más notará la diferencia que a él le ahoga el corazón. Que recordar con alcohol tiene consecuencias tan amargas como el propio whisky; que ya no podrá volver la vista atrás sin que le duela la diferencia entre su imaginación y el mundo real. Porque ahora sabe porqué hay gente que odia la navidad y le duele suponer que es fácil que él se convierta en uno de ellos.

Con un esfuerzo sobrehumano, donde se mezclan, además, rabia, determinación y despecho, apura el vaso. Lo deja sobre la bandeja y se acerca al sofá. Allí, se acurruca sobre los cojines y alarga los dedos para coger la manta. Sin embargo, quizás por el cansancio, por el contraste que existe entre el calor de la mansión y la calle, o porque acaba de tomarse un vaso de whisky cuando no está en absoluto acostumbrado, cae dormido antes.

A la mañana siguiente, se despierta en su cama y cuando Alfred corre las cortinas para anunciarle que tiene que prepararse para la comida benéfica que darán en un par de horas, le mira confundido.

Hasta hace unos segundos, probablemente en un sueño que le han traído desde el cielo, sus padres estaban con él allí. Jugando, riendo y deleitándose con la presencia de toda la familia reunida. Suspira, entiende que es un sueño y, sin embargo, sonríe. Supone que, en el fondo, acaba de instaurar un nuevo rito que repetirá cada Nochebuena.

fandom: batman the dark knigh/comic, autor: shiorita, + cuervos de las navidades pasadas, personaje: bruce wayne

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