No puedo creerme que esto lelve meses colgado en mi LJ y no lo dejara por aquí *facepalm* Bueno, más vale tarde que nunca, así que espero que disfrutéis de la lectura atrasada.
Título: Lista de prioridades 7/7
Autor:
begokFandom: Queer as Folk
Desafío: #003 - Chocolate amargo
Pairing o Personaje o Grupo: Brian Kinney / Justin Taylor / Gus
Rating: NC-13
Resumen: A veces perdemos de vista nuestra prioridades y cometemos errores que nos traen terribles consecuencias
Advertencias: Post 513
Feedbacks: Los comentarios son siempre bienvenidos
Tabla:
Tabla Lista de prioridades 7/7
Uno de los momentos que más le gustan de los fines de semana que Gus pasa en Britin es cuando suben al estudio para pintar algo juntos. Al principio Gus se limitaba a observarle y luego imitarle, con el tiempo ha ido liberando su imaginación, dejando que la inspiración le guíe a través de los lienzos en blanco.
Nunca esperó que Gus le reservara parte de su tiempo, al fin y al cabo, y pese a que le quiere como si lo fuera, no es su padre y Gus siente verdadera adoración por Brian. Precisamente por eso, la primera vez que se lo propuso y él aceptó, sintió como un hormigueo recorría su columna vertebral. Nunca más tuvo que proponérselo, desde ese momento Gus era el que le pedía acompañarle al estudio hasta que se convirtió en una de sus rutinas.
Brian siempre ha dejado que disfrutara su tiempo con Gus, dándoles la intimidad y el espacio necesarios para crear algo parecido a ese vínculo que tanto le gustaba cuando les veía juntos.
Acaricia la cabeza de Gus, sentado a su lado frente a su lienzo con una expresión de absoluta concentración, inclinándose para besarle la coronilla y sonriendo cuando percibe un leve toque al perfume caro de Brian en sus cabellos, sin duda porque mientras él estaba en la reunión, Brian y Gus hicieron algo más que jugar con los coches. La imagen de Gus haciendo que Brian se arrastre por el suelo de Kinnetik con sus carísimos trajes, le hace sonreír aún más.
- Cuando estés cansado o tengas hambre…
- Aún no. Quiero acabar esto -Gus mira su cuadro y ladea la cabeza, exactamente como hace él cuando evalúa una de sus obras-. ¿Hay tarta? -ríe porque no hay nada en el mundo que le guste más a Gus que un buen trozo de tarta de chocolate acompañado de un tazón de leche.
- Por supuesto. Siempre hay tarta para ti, cariño.
Gus estira los brazos para indicarle que quiere darle un abrazo, susurrándole un gracias, Sun que le hace sentirse increíblemente bien.
El recuerdo de lo que sintió cuando Brian le dijo que no iba a ir a la función de Gus le hace ponerse serio. La idea de que Brian se perdiera ese momento y lo lamentara durante mucho tiempo le hace estremecerse porque sabe cuánto quiere su pareja a su hijo.
Sacude la cabeza, alejando ese pensamiento porque aún se siente conmocionado por haber visto a Brian tan roto. Han vivido demasiadas cosas juntos para no apreciar lo que ese gesto significa, su compañero no es una persona que se hunda fácilmente y mucho menos que deje que otros vean que lo ha hecho, así que haber sido testigo de algo así le deja muy claro hasta qué punto Brian está dispuesto a sacrificarse para recuperar la confianza que ha perdido.
Casi una hora más tarde Gus comienza a mirarle de reojo, balanceando las piernas en su taburete mientras juguetea con su pincel pero sin prestarle atención al lienzo.
- Si quieres tomarte un descanso, sólo dilo, Gus.
- Quiero tarta, Sun.
Sonríe de medio lado, como haría Brian porque Gus ha puesto el mismo gesto que su padre cuando quiere algo y no se atreve a pedirlo. Por no hablar de que la de chocolate también es la tarta favorita de su amante.
Ayuda a Gus a bajar del taburete y coge su mano mientras bajan las escaleras, incapaz de reprimir la sonrisa viendo lo ansioso que parece el niño por sentarse delante de la tarta. Es uno de los momentos que más le gustan de las visitas de Gus a Britin, incluso más que las horas que pasan en el estudio pintando porque es durante la merienda cuando pueden hablar.
Cuando llegan a la cocina, Brian está sirviendo dos tazas de café recién hecho y hay tres platos con otros tantos trozos de tarta sobre la encimera. La cara de Gus se ilumina, relamiéndose cuando su mirada se posa en la ración más grande. Deja que sea Brian el que ayude a su hijo a sentarse mientras él prepara el vaso de leche de Gus, que parece a punto de lanzarse sobre la merienda.
- Calma, Sonny boy. Espera a que Justin te sirva la leche… y usa la cuchara -le advierte Brian, viendo las intenciones de Gus de meter la mano dentro de su trozo de tarta.
Acerca su taburete al de Brian de modo que sus brazos se rozan cada vez que se mueven, los dos sentados frente a Gus, demasiado concentrado en disfrutar de su trozo de tarta como para prestarles atención. Brian le mira de reojo y sonríe de medio lado, ofreciéndole un trozo de su postre antes de robarle un beso que sabe a chocolate.
Se siente como un adolescente otra vez, con las mismas mariposas en el estómago, las manos sudorosas y esa perpetua presión en el pecho cada vez que algo le hace darse cuenta de lo mucho que Brian también le ama. Y de repente se da cuenta de que hacía mucho que no se paraba a apreciar esas cosas y mucho menos a disfrutarlas. Enreda los dedos de su mano en los mechones de la nuca de Brian y tira de él para darle un largo y apasionado beso, notando cómo todo su cuerpo vibra cuando su compañero rodea su cintura y le atrae contra su cuerpo.
- ¿No podéis hacer eso en otro sitio? -aunque lo que realmente dice Gus en menos entendible porque tiene la boca llena de tarta.
- Cuando seas mayor, no dirás eso -Brian le revuelve el pelo mientras Gus le devuelve una sonrisa con los labios cubiertos de chocolate.
Después de ayudar a Gus con sus deberes y cenar, toman el sofá dispuestos a ver una de las películas que tanto le gustan a Brian y que Gus observa con los ojos muy abiertos, sorprendiéndose porque su padre se sepa todos los diálogos. Cuando el niño se ha quedado dormido, tirado como si fuera una manta sobre ellos, Brian se encarga de llevarle a la cama en brazos.
Permanece en la puerta, observando cómo Brian le da las buenas noches a Gus, dándole un beso en la frente que hace que el niño sonría aún dormido. Nadie que conociera a Brian hace unos años podría imaginarse algo así, pero los años, una bomba y un par de años alejado de las personas que más le importaban hicieron que comenzara a mostrar más fácilmente sus sentimientos, aunque lo cierto es que con Gus Brian siempre se había mostrado más afectuoso.
Se estremece cuando Brian le envuelve entre sus brazos y besa su coronilla antes de entornar la puerta de la habitación de Gus. Hunde la cara en su hombro, aspirando el fuerte y sensual aroma que desprende su piel, sintiendo que todo está bien… o al menos lo estará.
De vuelta en el salón, Brian sirve dos copas de beam y le tiende una mientras le mira con el brillo en la mirada que tiene Gus cuando está nervioso porque está a punto de contar un secreto.
- Deberíamos hablar con Gus para contárselo.
- Creo que deberíamos esperar un poco aún.
Le da un sorbo a su copa, pero el silencio le hace mirar a Brian y lo que ve en sus ojos hace que todas sus alarmas salten.
- Lo había olvidado. Tal vez tengas razón y sea mejor esperar… o simplemente no hacerlo -Brian deja el vaso todavía lleno sobre la mesa y da media vuelta.
Corre tras él y le alcanza antes de que comience a subir las escaleras, cogiéndole de la muñeca para detenerle, pero Brian sacude el brazo y, sin tan siquiera molestarse en girarse, sube el primer escalón.
- Brian, no es lo que crees…
- Tengo que trabajar, estaré en el despacho. No me esperes despierto.
Se daría de cabezazos contra la pared por haber sido tan estúpido… Debería haber sabido que no eran las palabras adecuadas teniendo en cuenta las circunstancias o haber reaccionado antes. Ahora Brian vuelve a tener esa mirada de dolor, como si se estuviera rompiendo por dentro y no sabe cómo hacer para solucionarlo.
*********************
Fue un iluso al pensar que las cosas se arreglarían tan pronto. El tiempo es lo único que puede ayudarle a recuperar la confianza de Justin y forzando la situación no va a conseguir nada… excepto volver a sentir que lo hace todo mal y que está perdiendo a su familia, incapaz de hacer las cosas bien.
Es cierto que tiene trabajo pendiente, pero no tiene ninguna intención de hacerlo esa noche. En su cabeza dan vueltas miles de cosas, demasiadas para prestarle atención a algo más que a intentar buscar la forma de que nada se vaya a la mierda definitivamente.
Sentado tras su mesa, con la espalda apoyada en el cómodo sillón y la mirada perdida en el techo, escucha los pasos lentos y dubitativos de Justin subiendo las escaleras hasta detenerse frente al despacho. El pomo empieza a girar, pero antes de que la puerta se abra, se detiene y vuelve a su posición inicial. No se da cuenta de que está conteniendo la respiración hasta que escucha cómo Justin se aleja y suelta el aire lentamente.
En cierto modo esperaba que Justin abriera la puerta y lo solucionaran de algún modo, por otro lado no quiere enfrentarse a él aún, no hasta que haya decidido qué va a hacer porque necesita tener argumentos para encarar sus reproches.
Cierra los ojos y aspira lentamente, llenándose los pulmones de aire que suelta aún con más lentitud. Ojala todo volviera a ser como antes… Se masajea el puente de la nariz cuando el inicio de un fuerte dolor de cabeza amenaza con hacerlo todo aún más complicado.
Cuando sale del despacho una hora más tarde, ha tomado algunas decisiones que espera que sean las correctas. Sabe que puede perder a Justin, pero está dispuesto a ello si así consigue que el hombre que ama obtenga lo que siempre ha querido.
Sabe que Justin no está dormido en cuanto entra en el dormitorio, aun así se desviste haciendo el menor ruido posible y se mete en la cama lentamente. La ventana abierta que mantiene la habitación fresca pese al calor permite que la luna ilumine el dormitorio, así que puede ver parcialmente el rostro de Justin, que tiene la mirada perdida en la penumbra.
Amolda su cuerpo al de Justin y le abraza por la espalda, rodeando su estrecha cintura con un brazo. Siente cómo el corazón se le encoge cuando Justin entrelaza sus dedos con los suyos. Respira hondo y comienza a hablar.
- He estado pensando -susurra las palabras junto al oído de Justin-. Y lo entiendo. Sé que es muy pronto para hablar con Gus, que primero tengo que demostrarte que hablo en serio y que puedes confiar en que siempre sois lo primero para mí. Incluso entendería que hubieras cambiado de idea y ya no quisieras seguir adelante con ello -nota cómo el cuerpo de Justin se tensa entre sus brazos- o que quisieras seguir… -respira hondo una vez más, intentando que el nudo que se está formando en su garganta se deshaga- sin mí -sin éxito porque sus últimas palabras suenan estranguladas-. Es lo que siempre has deseado y no sería justo que renunciaras a ello porque ya no confías en mí para hacerlo juntos. Te ayudaría con todo lo que estuviera en mi mano, si es eso lo que decides hacer.
Cuando deja de hablar el silencio le parece tan pesado que tiene la sensación de que se va encogiendo bajo su peso. Nota cómo el corazón le late muy deprisa y empieza a dolerle el pecho. Si Justin decide que la última es la mejor opción tendrá que hacerse a un lado y dejar que él siga su camino.
Contiene el aliento cuando Justin se gira entre sus brazos para poder mirarle mientras le habla. Sus ojos se han acostumbrado a la penumbra y puede ver sin problemas el gesto de preocupación en el rostro de su compañero.
- Cuando nos planteamos hacerlo te dije que sólo lo haríamos si los dos queríamos, así que no sé de dónde te sacas que vaya a hacerlo solo… y mucho menos que vaya a dejarte por ello. Y Brian… cuando dije lo que dije, no me refería a lo que había pasado con Gus, pero no me parece oportuno decirle nada hasta que todo esté en marcha.
Con cada palabra de Justin, Brian siente como si le quitaran un peso de encima, aunque se mantiene tenso, esperando algo inesperado que le arrebate todo.
- Gus se enterará cuando sea necesario. Y es cierto que me he planteado si no deberíamos retrasarlo un poco… pero te conozco, Brian, y aunque esté decepcionado por el comportamiento que tuviste el otro día, sé que si has prometido que no volverá a ocurrir y que no antepondrás tu trabajo a la familia de nuevo, lo cumplirás.
Justin rodea su cintura con su brazo, acercando sus cuerpos hasta que están totalmente pegados el uno al otro.
- Por supuesto que siempre he querido ser padre, pero quiero serlo contigo. Quiero que los dos disfrutemos de todo lo que nos perdimos con Gus. Si no lo hacemos juntos… no lo haremos, Brian.
- ¿Estás seguro? -Justin le sonríe de ese modo que hace que le parezca que el mundo es un buen lugar.
- Por supuesto que lo estoy.
Cuando Justin le besa no le queda ningún tipo de duda de que encontrarán el modo de sobrevivir a eso, por mucho miedo que le dé lo que están a punto de hacer y más después de haberla cagado de esa manera. De hecho, intenta no pensar en ello porque le horroriza convertirse en un Jack Kinney que le destroce la vida a sus hijos… por suerte, Justin siempre está ahí para decirle que eso no va a ocurrir.
Espero que os guste.