En la oscuridad [Danny Phantom] Especial de Navidad

Dec 16, 2013 22:25

Título: En la oscuridad
Autor: yoana_spiegel | Yoana Spiegel
Fandom: Danny Phantom
Personaje/Pairing/Grupo: Vlad Masters
Rating: PG-13
Resumen: Desde el momento del accidente, el corazón del hombre de cabellos platinados no volvió a latir con ímpetu, bombeando temor y miedo a todo su torrente sanguíneo, hasta ese momento que escuchó ‘familia Fenton’ y ‘malas noticias’ en la misma oración. De repente lo único que podía imaginar era a Maddie y a Daniel sonriendo en la pasada fiesta de navidad, en la que él fue el invitado de honor de Jack.
Advertencias: Ninguna.
Especial de Navidad: Prompt #4
Nota de Autor: Espero que haya más de esta historia. Supongo que sí.

Cuando abrió los ojos y miró por la gran ventana de su lujosa habitación, supo que ese día sería igual que los demás; un nublado y aburrido día en Wisconsin. Vlad Masters seguiría lamentando el no poder estar con su amada Maddie y alimentaría el odio que cada día le profesaba a Jack Fenton, mientras desayunaba huevos revueltos esparcidos con queso. En serio, tendría que decirle a la servidumbre que dejaran de ponerle queso a todo alimento.

Resopló con enfado, se estaba desviando de una de las principales actividades que realizaba religiosamente: espiar cada momento que vivían Maddie y Daniel. Claro, el chico era su archienemigo, pero Vlad siempre lo vio como el hijo que nunca tuvo, al que podía amar y consentirle cada deseo o capricho que tuviese, además de entrenarlo y educarlo para convertirlo en un mitad fantasma poderoso. El chico tenía talento para ello, pero su maldito orgullo y sarcasmo no lo dejaban ver las cosas claramente.

Daniel, como hijo de Maddie que era, no tenía ningún futuro lleno de éxito y felicidad si se quedaba junto a Jack. Su tonto padre lo destruiría molécula por molécula si se enterara que, por culpa de él mismo, podía tranformarse en lo que más odiaba, un fantasma. No, junto a Vlad, el chico desarrollaría sus poderes al máximo y podría ser igual de poderoso como él. Claro, él no viviría una juventud encerrado en un hospital y no tendría que convertirse en el ser más ruín y despreciable para conseguir el poder y una inmensa fortuna.

Vlad en ningún momento se arrepentía de algo que hubiese hecho. Todo era para conseguir un fin, el medio para lograrlo no era importante. Si fuese necesario, Masters daría todo por conseguir a Maddie o a Daniel, ya no le importaba quién fuese. Esa malsana obsesión por ellos lo estaba volviendo loco.

Pensó en la monotonía que rodeaba su vida, siempre la misma rutina todos los días. Ojalá y algo lo sacará de esas horribles ganas de comprar un gato.

Se vistió con una elegante bata de seda negra y se dirigió al estudio, ya que tenía que hacer unas importantes llamadas al encargado de las finanzas de su compañía. Las fechas de entrega de un importante pedido para el gobierno estaban próximas a cumplirse y no dejaría que los ineptos de sus empleados lo hicieran perder millones en una tontería.

Tomó asiento en su gran silla color rojo y al momento de levantar el teléfono, éste sonó con urgencia. Vlad rodó los ojos, imaginó que lo llamaban de alguna caridad para pedirle "amablemente" que donara algunos millones a una causa que jamás conocería. Estuvo tentado a colgar, pero algo le decía que contestara.

Deseó con todas sus fuerzas que hubiesen sido los de la caridad los que llamaban y no los de la policía de Amity Park, la ciudad de su eterna y bella Maddie.

-Sí, diga.

-¿Señor Vlad Masters? -una apagada voz sonó del otro lado de la línea telefónica, poniendo de mal humor al millonario.

-Habla con él, ¿quién es y qué se le ofrece? Y una última pregunta, ¿cómo consiguió este númuero? Se supone que es una línea privada.

-Lo encontramos en la agenda telefónica de la familia Fenton. Me temó que tengo malas noticias que informarle, soy oficial de policía de Amity Park.

Desde el momento del accidente, el corazón del hombre de cabellos platinados no volvió a latir con ímpetu, bombeando temor y miedo a todo su torrente sanguíneo, hasta ese momento que escuchó familia Fenton y malas noticias en la misma oración. De repente lo único que podía imaginar era a Maddie y a Daniel sonriendo en la pasada fiesta de navidad, a la que fue el invitado de honor de Jack.

-Lamento informarle que hubo un accidente en la casa de la familia...

-¿Qué ha pasado, cómo está Maddie y Daniel? -empezó a desesperarse por las largas pausas del policía.

-Una especie de portal ha explotado, junto con toda la casa de los Fenton. Desafortunadamente, todos los integrantes estaban dentro de su hogar al momento de la explosión -se oyó un suspiro del otro lado, Vlad tenía los dedos crispados en el brazo dorado de la silla-. Sólo el hijo menor ha sobrevivido, ha sido un verdadero milagro, sin embargo, él está muy grave en el hospital...

Vlad Masters, el excéntrico millonario de Wisconsin, no era del tipo de persona que lloraba al escuchar sobre el fallecimiento de un ser querido; él sólo encerraba el dolor y la angustia, convirtiéndolos en ira cuando lanzaba un rayo de ecto-energía. Además, no había momento para dejarse abatir, aún estaba Daniel con vida, el hijo de Maddie, el hijo que siempre deseó.

-Dios, Maddie...

-De lo poco que pudimos rescatar, encontramos unos documentos en donde los Fenton especificaban que si algo les llegase a ocurrir, usted sería el encargado de velar por el bienestar de sus hijos.

-Sí, recuerdo que Maddie me lo pidió hace unos meses. Yo acepté con gusto.

-Señor Masters, necesitamos que venga inmediatamente a Amity Park, siendo usted el único autorizado por ellos para hacerse cargo de Daniel James Fenton.

-Yo... -finalmente se le había concedido lo que más deseaba, gracias a las horribles jugadas del destino. Realmente Vlad deseó, por primera vez en la vida, regresar el tiempo y evitar todo ese dolor- Estaré ahí en unas horas.

Cuando el reloj marcó que ya había pasado diez minutos aún con el auricular del teléfono sobre el oído, tomó su maletín con los documentos importantes y algo de dinero para dirigirse a la limusina que siempre esperaba por él, para llevarlo al aeropuerto y subir a su jet privado. Ya habría tiempo de quitarse la bata y cambiarse dentró del jet.

• • •

Después de unas cuantas horas, Vlad llegó al hospital de la ciudad, donde Daniel estaba siendo atendido, exigiendo inmediatamente ver al pobre chico, pero una enfermera ya entrada en años lo mandó a la sala de espera diciendo que ni todo el dinero del mundo lo haría entrar mientras los doctores estuviesen atendiendo al chico. Así que a punto de transformarse en Plasmius y quemar la piel de todos los presentes, se contuvo y apretó el puente de la nariz con sus dedos fríos, tratando de calmarse. Fue a la pequeña sala de espera y con toda pesadez, se sentó en un mullido sofá color negro.

Ni siquiera le había pedido al policía que lo llevara al lugar de la explosión o a verificar los cuerpos que de seguro ya estaban en la morgue; ya nada podía hacer por Maddie. Así que de inmediato pidió ser llevado al hospital. "Lo único que me interesa ahora es Daniel".

Vlad pensó en el chico y se sorprendió al verse preocupado por él; y pensar que hace tres semanas se habían visto sólo para librar una de las tantas peleas que Plasmius por supuesto ganó. Ahora, había llegado el momento de olvidarse para siempre de la rivalidad y de las tantas luchas y resentimientos que nadaban entre ellos dos. Masters supo que ahora se llevaría a Daniel a su mansión y vivirían como lo que siempre soñó, como padre e hijo.

De igual manera pensó en la situación del chico, estaría destrozado y con la difícil personalidad que poseía, los primeros días serían un verdadero infierno. Ya no había marcha atrás, ahora el destino cruzaba sus caminos y ya no se separarían jamás. Como siempre debió ser.

Detuvo sus pensamientos cuando sintió dos débiles presencias humanas frente a él y con todo su pesar, observó a los molestos amigos de Daniel; ésos que siempre le ayudaron a deshacer sus intentos de acabar con Jack y quedarse con Maddie.

Arqueó una ceja, mirándolos con indiferencia. Parecía que ellos querían decirle algo, pero el valor no los acompañaba. Sólo estaban parados ahí con el ceño fruncido.

-¿Qué está haciendo aquí, señor Masters? -la chica gótica lo miró con enojo, cruzando los brazos rápidamente.

-¿Qué te parece que hago, chiquilla? -Vlad cerró los ojos y trató de no exaltarse.

-Aprovecharse de la situación, obviamente.

-Sam... -El chico de la fea gorra tomó el brazo de la chica, en señal de advertencia.

-Samantha, ¿cierto? -la niña frunció el ceño al oír su nombre completo-. Yo no he venido para aprovecharme, que te quede claro. No les debo una explicación, pero por el bien de Daniel se los diré: yo soy su tutor legal, Maddie misma me lo pidió y ahora la ley me lo exige.

-No puede ser cierto... -Ahora era el turno del mocoso de la gorra para hablar. Vlad se estaba cansando de eso.

-Es la verdad, Daniel aún es menor de edad y en cuanto pueda lo llevaré a Wisconsin para que viva conmigo.

-¡Cómo se atreve!

Las cosas se estaban poniendo tensas. Vlad estaba a un paso de convertirse en fantasma y pulverizar a esos chiquillos molestos, pero no lo hizo. Respiró hondo cuando una enfermera salió de la habitación de Daniel y los miraba con molestia.

-¿Podrían comportarse? Esto es un hospital y deben guardar silencio -dijo la enfermera, miró que el chico agarraba a Sam por la espalda para evitar que le diera un golpe a Vlad-. ¡Ustedes! El tiempo de visita ha terminado, así que les sugiero que se vayan y regresen mañana. Señor Masters, puede pasar a ver al paciente.

Vlad les dio una larga y socarrona sonrisa a los mocosos y entró lentamente a la habitación, disfrutando de su pequeño triunfo.

Sin duda, Daniel estaría mucho mejor sin ellos cerca.

• • •

El sonido de la máquina que medía los signos vitales de Daniel era la única que se oía en el denso silencio de la habitación. Vlad no pudo evitar estremecerse al ver el estado en el que el pequeño tejón estaba. Tenía heridas y moretones por todas partes, sus dos piernas estaban rotas, pero lo que le causó pánico y sorpresa fue la venda que cubría sus ojos. Tuvo que ver el historial clínico que se encontraba al pie de la cama para saber completamente cómo estaba Daniel.

Dio un pequeño suspiro. En realidad él jamás le deseó mal al niño y ahora más que nunca velaría por él y lo ayudaría a salir de aquella oscuridad en la que su vida se estaba sumergiendo.

Le acarició la mejilla antes de salir. Vlad ahora sería la única luz de Daniel; aquella que alumbrará y alejará las tinieblas de su corazón.

Porque Vlad siempre lograba lo que se proponía. Era Vlad Masters.

personaje: vlad masters, autor: yoana_spiegel, + especial de navidad, fandom: danny phantom

Previous post Next post
Up