Coactus conjugium [Harry Potter] C'est la vie

Mar 17, 2013 00:39


Título: Coactus conjugium [6/7]
Autor: sra_danvers e intimisky
Fandom: Harry Potter
Personaje/Pairing/Grupo: Draco Malfoy/Harry Potter. Scorpius Malfoy. Albus Potter.
Rating: NC-17
Resumen: Harry Potter, Jefe de Aurores, padre de familia, viudo y respetado miembro de la comunidad mágica británica, no esperaba que las vacaciones navideñas se desviaran de su curso natural de semejante manera. Draco Malfoy, mucho menos.
Advertencias: Situaciones sexuales entre dos personajes del mismo sexo, que dan lugar a relaciones consentidas y gozadas por dichos personajes.
Nota de Autoras: Este fic va de la mano con otro que también compartimos en este fest, pero ambos pueden leerse de manera separada y queremos creer sin perder el sentido. Esta historia transcurre en siete días y la otra en siete años.

|Primera parte| |Segunda parte| |Tercera parte| |Cuarta parte| |Quinta parte|



Harry observaba el gran jardín abarrotado de gente, desde la ventana de un despacho de la mansión de Malfoy, donde le había dejado el elfo que le había recibido.

Sus puños se abrían y cerraban con fuerza, intentando contener la furia que sentía. Además de la consabida anticipación sexual a la que no había logrado acostumbrarse.

Había tenido que escaparse de la fiesta de Nochebuena de los Weasley, para que Malfoy pudiese añadir su sangre a la poción, exactamente doce horas antes de que pudieran tomarla. Y ahora le hacía perder el tiempo inútilmente, esperando a que él se ausentase de su propia celebración. Que en su caso no era nada familiar. La mayoría de los invitados eran desconocidos para él, pero a juzgar por la vestimenta de todos ellos, pertenecían a antiguas familias mágicas, todos aposentados económicamente.

Lo que más le molestaba a Harry, era la mujer que colgaba del brazo de Draco. ¿No dijo el Slytherin que no tenía que preocuparse por su esposa? ¿Qué hacía allí entonces, pegada a su cuerpo como si se tratara de dos recién casados? ¿Tenía que retocar todo el rato la plateada túnica de su amante?

Se apartó de la ventana, reprendiéndose a sí mismo por esos pensamientos. No debía ponerse celoso, no tenía derecho a hacerlo. Maldito fuera el trabajo de los chicos, maldita la poción y maldita la asignatura del demonio. Y el profesor también.

-¿Potter? -le llamó Draco, entrando en el despacho de pronto-. Disculpa, no he podido disculparme antes.

-Ya, ya lo he visto -respondió Harry, irritado y arisco- ¿Vamos al laboratorio?

-Claro.

A Draco le extrañó la actitud de Potter. El día anterior habían estado muy cómodos juntos, incluso cercanos y hasta podría decir que afectuosos. Había sido el auror mismo quien había planteado por primera vez una pequeña duda ante la necesidad de tomar el antídoto. ¿Por qué de pronto esa actitud? ¿Tendría algo que ver con ese horrible jersey que llevaba? ¿Habría sucedido algo en la fiesta de los Weasley?

-Un pequeño corte -le avisó, una vez estuvieron los dos ante el caldero, Draco con el pequeño cuchillo ceremonial en la mano.

-Lo sé. Hazlo -ofreció Harry, frío como no había estado ni el primer día.

Los dos observaron las rojas gotas caer sobre la mezcla que llevaba una semana macerando, primero las de Harry y luego las de Draco. La poción cambió de color tan solo unos segundos después de que toda la sangre requerida fuera entregada.

-Doce horas -fue todo lo que dijo Harry antes de girarse hacia la puerta.

-¿Te vas? -preguntó Draco, decepcionado. Se había disculpado de la celebración diciendo que no volvería, esperando que pudiesen hacer de nuevo el amor… consumar de nuevo el ritual.

Harry se quedó parado, de espaldas al Slytherin. Pensando. Draco creía que estaría planteándose el volver a su propia fiesta. ¿Echaría de menos a su mujer en esa fecha especial? El pensamiento se hizo amargo en su interior.

Y aunque en parte tenía razón, era el primer año que Harry no había pensado en Ginny como había hecho en años anteriores. Y la poción no dominaba sus pensamientos como lo hacía con sus deseos.

-Sí. Creía que estabas ocupado atendiendo a tus invitados -contestó Harry con acritud.

Y al girarse Draco leyó en su falsa sonrisa lo que no había oído en el tono de su voz. Quizás porque acababa de experimentar esos mismos sentimientos: Celos. Potter estaba celoso. ¿De qué? ¿De quién? Solo podía tratarse de Astoria, que como siempre había sido la perfecta anfitriona, enorgulleciendo a sus padres y a sí mismo con su paciencia y sus modales.

Sonriendo él también, Draco decidió provocar al auror. Le apetecía comprobar si el león era tan fiero como parecía.

-Mis invitados están bien atendidos. Pensaba que ibas a atenderme tú a mí…

-¿Ah, sí? ¿Por qué tendría que hacerlo? Solo faltan unas horas para librarme de esto -dijo despectivamente, agarrándose la erección con un gesto tan vulgar y sucio que Draco tuvo que morderse los labios para no gemir-, y de ti también. Podré soportarlas.

El Slytherin volvió a sonreír. No se creía una palabra. No que el testarudo Gryffindor no fuera capaz de aguantar toda la noche, le había demostrado con creces de lo que era capaz. Lo que no creía era que tuviera ganas de librarse de él. Su comportamiento era totalmente distinto al que había tenido el día anterior. ¿Y por qué? Porque estaba celoso. Eso significaba que le quería para él, que quería más de él, que no tenía más ganas que él de que acabara ese extraño arreglo que habían tenido que aceptar esa semana.

-Lástima -dijo Draco, fingiendo desinterés-, había esperado que me follaras sobre la mesa, como yo te hice a ti la primera vez.

Los ojos de Harry se abrieron como platos, fijos en los finos dedos que comenzaban a desabrochar los botones plateados de su túnica. El fogonazo de posesividad borró todo resquicio de celos en su mente. La pasión y atracción que la poción provocaba en su interior hizo el resto.

Los últimos botones corrieron por el suelo al ser arrancados con brusquedad. Draco sintió su sonrisa apretarse contra la mesa, mientras su fogoso amante procedía a lanzar apresurados hechizos de preparación en su interior. Desbocado pero siempre considerado y atento. Ese era su Gryffindor.

-¿Vas a volver a la fiesta? -le preguntó, su voz apenas sonando entre sus propios jadeos y el sonido de la carne al golpear entre sí-. Dime, ¿vas a volver? -exigió, agarrando un puñado de cabellos rubios y tirando de ellos, fuerte pero controladamente.

-Nooo -gimió Draco, más que contestar.

-¿Vas a ir ahora a tu cuarto? ¿Habrá alguien esperándote allí?

-No. No, nadie. Tú, sólo tú.

Harry tiró más del pelo, logrando que el cuerpo bajo él se arqueara para lograr morder ese blanco cuello y marcarlo con sus dientes, mientras se corría dentro de él.

Casi inmediatamente se retiró, dejando a Draco desconcertado e insatisfecho.

-¿A dónde demonios vas? -exclamó, viendo que el auror se estaba recolocando la ropa, que apenas se había abierto en todo el episodio.

-A comprobarlo -dijo Harry. Y salió del laboratorio en dirección a la habitación en la que había pasado tantos buenos ratos esa semana, decidido a seguir reclamando al escurridizo Slytherin.

Draco no sabía si reír, gritar, o sencillamente correr tras de su amante para exigir su parte del ritual. Se decidió por las tres a la vez.

Séptima Parte

+ c'est la vie, fandom: harry potter, autor: intimisky, autor: sra_danvers, pairing: harry potter/draco malfoy

Previous post Next post
Up