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FO. El hombre que odiaba la navidad III. PG. Prompt 24 sara_f_black December 28 2012, 01:31:09 UTC
Cuando chocó con la mesa cerró los ojos con fuerza y casi por instinto atrapó el adorno que había estado a punto de caer. Al sentir el vidrio contra sus dedos se asustó pero pronto procesó que había logrado atraparlo. Era un objeto pesado y frío.

Contuvo la respiración al escuchar los pasos de él acercarse. Rápido, apremiante. Lo sintió como una sombra tras ella y podía sentir la desaprobación en su mirada.

Se giró con el objeto en las manos y lo tendió hacia él, tratando de sonar calmada pero arrepentida.

-Lo siento -se apresuró a decir-. Está intacto, no hubo daños.

Nunca se había sentido realmente intimidada ante él hasta ese momento. Siempre se había sentido segura, cómplice, incluso se atrevía a pensar que cercana.

Un pesado silencio se ciñó sobre ambos hasta que él alzó las manos lentamente para tomar el objeto. Pudo sentir la tensión vibrante de su cuerpo.

El tiempo se hizo tenso y eterno, aunque tal vez fueran solo unos segundos de silencio.

-Deberías llevártela -dijo él finalmente.

Ella parpadeó confundida. ¿A qué venía eso? El pasillo era oscuro pero había reconocido la esfera entre sus manos.

-No, no sería apropiado -dijo ella con duda.

Escuchó la suave risa sarcástica de él a pesar de sentir todavía la tensión en él.

-Creía que nada de esto era apropiado -le recordó.

Ella sintió un estremecimiento en la parte baja de su vientre y un escalofrío en su espalda.

Él le tendió la esfera de nuevo. Le hubiera gustado poder distinguir su interior.

-Quiero que la tengas. -Ella dudó todavía y el tono de él se volvió más grave. Tal vez serio, tal vez enfadado-. Llévatela.

Alargó las manos para tomarla con cuidado. El peso se acentuó en sus manos después de que rozara los dedos de él y notara la mirada fija e intensa de él sobre ella a pesar de la penumbra.

-Debo irme -murmuró ella.

-Sí -replicó él sin mayor ceremonia.

Cuando estuvo en la acera y la pesada puerta desgastada de la casa se cerró tras ella, miró la esfera con atención. Tenía una vieja y enorme casa con una leyenda abajo que no terminaba de entender. Pero lo más extraño eran las plumas negras que flotaban en ella en lugar de la nieve que era habitual en ese tipo de adornos.

Sin embargo, hubo algo más que llamó su atención más tarde al revisarla con cuidado en su cuarto. En la base, hecho de manera algo burda y torpe, estaba grabado un nombre.

El nombre de una mujer.

¿Madre? ¿Esposa? ¿Novia? ¿Hija?

No se atrevería a preguntar.

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