Álex da palmadas, riendo embelesado, sus rizos teñidos de blanco por los copos de nieve que caen sobre ellos, aunque John ha intentado ponerle el gorrito no ha habido manera de que Álex se dejara convencer, usando los gestos que tan bien sabe copiar de Sherlock para salirse con la suya. - ¡Bahhh, bah! - Balbucea en un torrente de sílabas sin sentido, sentado en medio de la nieve, sin importarle ni la humedad ni el frío, y John ríe mientras Sherlock asiente a cada palabra como si entendiera lo que dice su bebé. - Deberíamos haber traído la cámara. Es su primera navidad al fin y al cabo. Sherlock pone los ojos en blanco, sacando su móvil del bolsillo, enseñándoselo a John antes de sacar varias fotos a Álex. - Nadie en su sano juicio va ya por ahí cargado con una cámara, John, haz el favor. Oh, Álex, si vas a comer nieve al menos que no sea de la que está junto a tus zapatos, vas a contaminar el sabor. - John, menos comprensivo con las tendencias de Álex a meterse todo lo que pilla en la boca, lo coge en brazos, ganándose un par de patadas indignadas y más balbuceos, éstos con el ceño fruncido y blandiendo un puño. - Igualito que tu padre. No voy a hacer de enfermera cuando os pongáis malos. Sherlock pone los ojos en blanco, y John sabe que Álex hará lo mismo en cuando aprenda a copiar el gesto, así que suspira, sonriendo. - Vamos a casa, veremos nevar desde la ventana con un chocolate caliente. Sus dos Holmes parecen aprobar la idea, y los tres vuelven rumbo a Baker Street, dejando sus huellas sobre la nieve.
- ¡Bahhh, bah! - Balbucea en un torrente de sílabas sin sentido, sentado en medio de la nieve, sin importarle ni la humedad ni el frío, y John ríe mientras Sherlock asiente a cada palabra como si entendiera lo que dice su bebé.
- Deberíamos haber traído la cámara. Es su primera navidad al fin y al cabo.
Sherlock pone los ojos en blanco, sacando su móvil del bolsillo, enseñándoselo a John antes de sacar varias fotos a Álex.
- Nadie en su sano juicio va ya por ahí cargado con una cámara, John, haz el favor. Oh, Álex, si vas a comer nieve al menos que no sea de la que está junto a tus zapatos, vas a contaminar el sabor. - John, menos comprensivo con las tendencias de Álex a meterse todo lo que pilla en la boca, lo coge en brazos, ganándose un par de patadas indignadas y más balbuceos, éstos con el ceño fruncido y blandiendo un puño.
- Igualito que tu padre. No voy a hacer de enfermera cuando os pongáis malos.
Sherlock pone los ojos en blanco, y John sabe que Álex hará lo mismo en cuando aprenda a copiar el gesto, así que suspira, sonriendo.
- Vamos a casa, veremos nevar desde la ventana con un chocolate caliente.
Sus dos Holmes parecen aprobar la idea, y los tres vuelven rumbo a Baker Street, dejando sus huellas sobre la nieve.
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