ALGUNOS GATITOS AMAN SURFEAR
ALGUNOS GATITOS AMAN SURFEAR
Título: Algunos gatitos aman surfear
Autor: Fadette
Serie: Anego-Sapuri
Personajes: Kurosawa Akihiko/ Ishida Yuya
Clasificación: Yaoi.
Género: Humor (y mucho amor ^v^)
Capítulo 2-A
Dar con la dirección del tal Ishida Yuya, fue mucho mas complicado de lo que Kurosawa había pensado en un primer momento. Además de la incomodidad que le significaba cargar con el gato y la tabla en sus brazos, el edificio parecía estar en un sector no muy recomendable y las miradas que recibía de los “vecinos del lugar”, no lo hacían sentir mejor. “¿En que diablos estaría pensando?”, se preguntó más de una vez el joven ejecutivo, mientras dirigía nerviosas miradas a su alrededor.
Finalmente, y después de mucho buscar, por fin pudo dar con el edificio en cuestión, aunque aquello no lo hizo sentir mas tranquilo. Lo mejor sería cumplir con su cometido y salir rápidamente de aquel lugar.
- Bien Yuu-chan, parece que por fin hemos llegado a tu casa.- Dijo, mientras miraba ceñudo la descuidada fachada del edificio.
- Miauuuu.- El pequeño felino le dirigió una mirada afligida. Al verlo, Akihiko no pudo evitar esbozar una sonrisa, casi le parecía que el gatito se disculpaba con él por todas las molestias que se estaba tomando.
- Tú y tu dueño me deben un favor, y uno muy grande.- Le advirtió con una mueca divertida, a lo que el gatito respondió con un juguetón lengüetazo.- Ya veremos como me lo pagan, porque al parecer no me debo hacer ilusiones con una recompensa.- Murmuró irónico, mientras paseaba su vista por el sucio y ruinoso edificio.- Ok muchacho, será mejor que entremos.
El interior del edificio resultó ser tan desalentador como el exterior, los oscuros y estrechos pasillos aumentaron el recelo de Akihiko y estuvo varias veces a punto de dejar la tabla y el gato, y escapar rápidamente de aquel escalofriante lugar. El pequeño Yuu-chan pareció adivinar sus pensamientos y comenzó a maullar lastimeramente.
- Tranquilo Yuu-chan, ya estamos llegando. -Procuró tranquilizarlo.- Pronto estarás con tu dueño, “y yo en mi casa a salvo”.- Agregó mentalmente.
No le tomó mucho tiempo llegar hasta el departamento de Ishida, pues este se ubicaba en el segundo piso del edificio. Cuando se encontró frente a él, Kurosawa hizo un pequeño alto y procuró respirar hondo antes de golpear la puerta.
Justo cuando iba a hacerlo, algunos ruidos extraños parecieron llegar desde adentro.
- Creo que estas de suerte Yuu-chan, parece que si está en casa.- Le dijo al pequeño gatito, quien no parecía estar muy de acuerdo en lo de “suerte”, pues hacía lo posible por esconderse dentro de la chaqueta de Akihiko.- Vamos muchacho, que actitud es esa.- Lo regañó suavemente, mientras procuraba dejar la tabla apoyada sobre la pared.- Primero te enfadas porque digo que tu dueño es un tonto y ahora ¿no quieres verlo?. Estoy seguro que debe de estar muy preo….-
Sus palabras murieron nada más ser abierta la puerta. Aun cuando su imaginación no le había proporcionado una imagen clara de Ishida Yuya, la figura que tenía frente a sí, no correspondía ni siquiera una milésima parte de lo que él habría podido imaginar sobre el dueño de Yuu-chan.
- ¡¡Y tú quien eres!!.- Gruñó el hombre, cuyo aspecto repulsivo y desagradable, puso en alerta inmediatamente a Kurosawa . La voz sonaba más bien aguardentosa y el hedor que de él se desprendía no le dejó dudas al joven sobre la actividad que ocupaba la mayor parte del tiempo de ese repelente ser. Aunque no era más alto que él, Akihiko tuvo la seguridad de que era un hombre muy violento al cual no sería sabio provocar.
- ¿Ishida…Yuya?.- Dijo algo incierto, aun inseguro de cómo reaccionar. “¿Ese era Ishida Yuya?, ¡¡imposible!!. En tanto, Yuu-chan se había refugiado dentro de su chaqueta y parecía más asustado que nunca.
- Ese bueno para nada...- Gruñó enfadado el hombre y sus ojos parecieron adquirir un lustre peligroso, .- ¿Eres uno de sus amigos?.
- N-no, yo….
- Ese pequeño bastardo…- El desagradable personaje pareció murmurar algunas maldiciones por lo bajo, para luego volver su mirada hacia Kurosawa.- Dile a tu amigo que yo no soy beneficencia, si no tiene dinero para pagarme el alquiler será mejor que se largue de aquí.- Girando repentinamente, el hombre volvió a entrar en el departamento y Kurosawa pudo escuchar con claridad como revolvía algunas cosas dentro para luego volver a salir cargando una desaliñada mochila. - Pensé que tendría algo de valor con que pagar.- Dijo desdeñoso.- Pero solo tiene basura.-
Con desprecio la arrojó al suelo y Kurosawa pudo sentir como algunas cosas se rompían dentro de ella. Yuu-chan pareció crisparse en su “escondite”, pero al hombre pareció divertirlo aquello.
- Si cree que desapareciendo todo el día y regresando solo en las noches me va a evitar, puedes decirle que está muy equivocado.- Le advirtió con una mirada peligrosa.- Al gran Makotto nadie lo engaña, no quiero vagos en mi edificio. - Dicho esto, cerró la puerta de un golpe y ya no volvió a aparecer.
Akihiko se quedó mirando la puerta durante algunos segundos sin saber que hacer.
¿Qué había sido todo aquello?.
- Maldición…- No pudo evitar que un suspiro de alivio escapara de él. La sensación de desagrado y repulsión que aquel hombre le provocaba, no pareció abandonarle con la rapidez que él hubiese deseado. Una vez más sintió la imperiosa necesidad de escapar de aquel lugar. Pero entonces recordó…
- ¡¡Demonios!!, ¿y ahora que se supone debo hacer?.- Maldijo internamente.
Yuu-chan, quien sabiamente se había mantenido escondido durante todo ese tiempo, asomó su cabecita y le dirigió una mirada expresiva al joven.
- Miau.- Maulló suave.
Una vez mas sus simpatías por aquel gatito pareció refrenar su ganas de escapar, aunque sabía que esta vez la decisión no era tan simple.
- Lo siento Yuu-chan.- Akihiko le dio una sonrisa triste. Aunque se había sentido aliviado al saber que aquella ruina ambulante no era Ishida Yuya, su dueño, eso no cambiaba el hecho de que debía dejarlo allí. De seguro el tal Ishida estaría devuelta en un par de horas y él se haría cargo de su gato y de sus cosas.
- Miauu.- El maullido de Yuu-chan parecía suplicante.
- Escucha muchacho, lamento mucho lo de tu amo, pero no hay nada mas que yo pueda hacer.- Le dijo, tratando de mantener su semblante firme.
- Miuuu.
- Verás, no puedo llevarte a casa, no me permiten tener animales. - Intentó explicarle.- Pero estoy seguro que él pronto llegará, será mejor que lo esperes aquí.- Tomado al gatito con sumo cuidado, el joven lo dejó suavemente sobre la mochila abandonada. - Ahora debo irme, pronto va a oscurecer y no me gustaría estar por aquí cuando ello suceda.- Dijo mirando desconfiado a su alrededor.
- Miuuu.- El gatito intentó seguirlo, pero Akihiko lo tomó y lo volvió a dejar sobre la mochila.
- No intentes seguirme.- Le advirtió con voz mas dura de lo que hubiera querido.
- ¡¡¡Miauuuuu.!!!
- Lo siento Yuu-chan.- Musitó suave y rápidamente se alejó.
Procurando ignorar los lastimeros maullidos, el joven ejecutivo comenzó a caminar hacia la salida. Había sido una extraña aventura, pero ya era hora de regresar a su hogar, no estaba dispuesto a pasar un segundo mas por aquellos peligrosos barrios. Cuando finalmente alcanzó la salida, se detuvo repentinamente. Mientras caminaba una extraña sensación había comenzado a apoderarse de su corazón, una especie de desazón que no lo dejaba continuar. Cerró lo ojos por algunos segundos y pareció deliberar difícilmente, hasta que finalmente pareció tomar una decisión.
- Maldición.- Gruñó por lo bajo, dio entonces media vuelta y comenzó a caminar rápidamente hacia las escaleras. Un minuto después, cruzaba la salida con la misma tabla y el mismo gato con que había entrado, pero además, con una parchada mochila colgada de su espalada.- La cuenta de Ishida Yuya va subiendo cada vez más.- Murmuró siniestro.
- ¡¡¡Miau!!!.- Yuu-chan ronroneaba de contento y Kurosawa no pudo evitar una mueca de diversión.
&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&&
Si la llegada al departamento de Ishida había sido complicada, la llegada a su propio departamento no lo fue menos. Lo primero que hubo de hacer, fue ocultar dentro de su camisa al pequeño minino, para que así ningún vecino con el que se cruzaran lo pudiera ver. Afortunadamente Yuu-chan era una gatito bastante listo y se había mantenido tranquilo y silencio. Por otra parte, no pudo evitar las miradas curiosas que le dirigieron algunas personas al verlo cargar con aquella colorida tabla y esa vieja mochila, eran dos objetos que no parecían tener nada que ver con él.
- No me diga que ahora se vas a dedicar al Surf.- Le preguntó curioso el portero del edificio.
- No…,si…, es decir…, quizás…- Balbuceo algo nervioso.- Es…, es de un amigo. Hace tiempo que no practico y él me va a ayudar.
- Debe tener mucho cuidado.- Le advirtió el bonachón hombre.- El mar es impredecible, si lo sabré yo que…
Akihiko sintió a Yuu-chan moverse inquieto dentro de su chaqueta, por lo que procuró apurar el paso.
- Lo tendré en cuenta.- Le interrumpió y casi corrió hasta los ascensores.- Yuu-chan.- Regañó al gatito, cuando se encontraron solos.- Casi nos descubren, se supone que debes estar callado y tranquilo.
- Miau.- Pareció disculparse Yuu-chan
- Realmente te gusta el mar, eh?.- Le sonrió divertido. Parecía una tontería pero tenía casi la seguridad que las palabras del viejo portero habían despertado la curiosidad del pequeño felino.
¿Pero en qué estoy pensando?, se regañó.
¿Qué puede entender un gatito sobre el mar o conversaciones entre humanos?
Increíble, realmente estoy comenzando a desvariar.
Volvió entonces su mirada hacia el pequeño animal.
- O tú eres demasiado inteligente o yo soy un idota que ha comenzado a volverse loco.- Dijo en un tono que intentó sonar severo.
- ¡¡Miau!!.
&&&&&&&&&&&&&&&&&
Autora: Gomen, este era un capítulo demasiado largo y he tenido que dividirlo en dos partes. ^__^
.