M.S.Norbekov, Gimnasia para los Ojos

Feb 22, 2009 23:22



Amigos,
Aquí tenéis el primer ejercicio del sistema de la recuperación de la vista. Consiste de dos partes: la Gimnasia para los Ojos y la Relajación de los Ojos.  He traducido la descripción de las dos partes y también he grabado dos archivos de audio que os guiarán durante el ejercicio.

Gimnasia para los Ojos:
http://www.youtube.com/watch?v=zC8HMYq5ldg

Relajación de los Ojos:
http://www.youtube.com/watch?v=akXmh79T8GE

NORBEKOV, Mirzakarim Sanakulovich

LA EXPERIENCIA DE UN IDIOTA O LA LLAVE A LA ILUMINACIÓN

Fragmento del libro. Traducción al castellano Julia Tarán ©

GIMNASIA PARA LOS OJOS

En el Oriente existe la antigua tradición de diagnosticar enfermedades por los movimientos de los ojos. No por el iris, sino por los movimientos de los globos oculares.



Por ejemplo, un experto te pide “dibujar” un círculo con los ojos y mira cómo lo haces.
Resulta que tus ojos “van cortando” ciertos ángulos y la línea sale más o menos curvada en función de la enfermedad que tienes. Esto demuestra una vez más que en nuestro organismo todo está interrelacionado y entrelazado.

Pero uno mismo nunca puede detectar irregularidades en el movimiento de sus ojos, por eso tienes que pedirle ayuda a algún familiar.

Realizando correctamente los ejercicios para los ojos no solamente entrenamos los músculos, sino que indirectamente trabajamos con los órganos que no están bien.

Por eso a la hora de hacer los ejercicios hay que vigilar que los ojos “dibujen” exactamente las líneas indicadas.

¡Empecemos!

¿Con qué empezamos cualquier trabajo sobre si mismo? ¿Te acuerdas?

¡Eso mismo! Venga, ¡desencoge los hombros! Ponte el “corsé muscular”. ¿Qué hay que hacer para esto? Exacto: enderezar la espalda y dibujar una sonrisa de oreja a oreja. Y también generar emociones positivas. ¿Ya sabes hacerlo, verdad?

¿Hecho?

Entonces podemos empezar el ejercicio. ¡Pero no olvides parpadear!

1.                  Mantén la cabeza recta, no la eches hacia atrás. Desplaza la mirada arriba, hacia el techo y mentalmente continúa la mirada por dentro del cráneo hasta llegar a la coronilla como si la miraras a ella.

2.                  Y ahora los ojos van abajo y la atención se concentra en la zona del tiroides, como si estuvieras mirando tu cuello.

3.                  Miramos a la izquierda: los ojos miran la pared y la atención se va más atrás, más allá de la oreja izquierda.

4.                  Miramos a la derecha: los ojos miran la otra pared y la atención se va detrás de la oreja derecha.

¿Por qué es importante continuar mentalmente el movimiento de los ojos a la hora de realizar estos ejercicios supuestamente tan bien conocidos por todo el mundo?

En el Oriente desde la antigüedad se sabe que en la zona de la nuca se encuentra un enorme haz de canales energéticos, y que cerca del extremo exterior del ojo se sitúan los centros relacionados con las vías biliares.

Por eso al continuar el movimiento de los ojos, por ejemplo detrás de la oreja, lo que hacemos es activar las vías biliares y el hígado. Los ojos son las ventanas del hígado. Y no lo digo por decir.

Tras la aparente simplicidad de todos los ejercicios para la recuperación de la vista existe un sentido profundo y ancestral.

Y como siempre, no hemos de olvidar la seguridad. No te esfuerces demasiado. Trabajando con los ojos cualquier sobreesfuerzo conllevaría el resultado opuesto al deseado.

Por eso quiero llamar tu atención al ejercicio para la relajación de los ojos (“El Palming”), que está descrito más abajo y que influye muy favorablemente en todo el organismo. Pero antes trabajemos un poco más.

5.         Ejercicio “El Flechazo". Miramos a la izquierda y justo delante, después a la derecha y justo delante, como si flirteáramos con alguien. Hazlo unas cuantas veces.

6.        Ejercicio “La Esfera del Reloj”. Realizamos movimientos circulares con los ojos. La cabeza se queda quieta.

Imagínate una esfera de reloj muy grande de color dorado. Este color va muy bien para la recuperación de la vista.

Lentamente marca con la mirada todas las cifras de la esfera imaginaria. Primero en un sentido y después en el otro.

¡Atención! ¡No cortes los ángulos! Vigila que el círculo sea completo.

El radio del círculo irá aumentando con cada entreno. Parpadea con tranquilidad, no fuerces los ojos. Crea en tu interior la alegría y la seguridad de que podrás ver mejor. Crea una viva esperanza del resultado y al mismo tiempo una serena seguridad de que todo saldrá tal y como te lo planteas.

7.                  Ejercicio “La Mariposa”. Es imprescindible que la cabeza quede inmóvil, solamente trabajan los ojos. El “dibujo” tiene que ser lo más amplio posible dentro de los límites de la cara. Pero no fuerces demasiado los músculos de los globos oculares. ¡Controla tu estado!

La mirada sigue la siguiente trayectoria: rincón inferior izquierdo, rincón superior derecho, rincón inferior derecho, rincón superior izquierdo.

Y ahora al revés: rincón inferior derecho, rincón superior izquierdo, rincón inferior izquierdo, rincón superior derecho. Y ahora relaja los ojos y parpadea muy rápida y muy ligeramente. Como si fueran las alitas de una mariposa. ¡Nunca entornes los ojos ni los abras demasiado ancho! Esto crearía un sobreesfuerzo que está contraindicado.

8.      Ejercicio “El Ocho”. La condición imprescindible es la misma que en el caso de  “La Mariposa”.

Muy suavemente dibujamos con los ojos un ocho horizontal o el símbolo del infinito de la máxima amplitud dentro de los límites de la cara. Unas cuantas veces en un sentido y unas cuantas en el sentido opuesto. Y después parpadeamos, rápida y ligeramente. Dibujamos el mismo signo pero verticalmente. Unas cuantas veces en un sentido y unas cuantas en el otro.

9.         Ejercicio para los músculos oblicuos de los ojos. Es muy eficaz contra la miopía. También ayuda a desarrollar la vista lateral.

Observación importante: este ejercicio hay que hacerlo en un ambiente muy tranquilo, donde nadie y nada te pueda asustar.

Mira la punta de la nariz bizqueando los ojos. También puedes poner un dedo delante de los ojos, fijar en él la mirada y poco a poco ir acercándolo hacia la punta de la nariz. Los ojos se juntan.

Luego mira justo delante con la vista relajada y difusa, mientras que toda la atención se va hacia los lados. Intenta captar algunos objetos con la vista lateral sin mover los ojos.

Continúa alterando los dos ejercicios: la punta de la nariz - delante. Después sube un poquito la vista y haz el mismo ejercicio mirando el caballete de la nariz, también alterando: el caballete de la nariz - delante (atención hacia los lados). Otra vez sube la vista y mira el entrecejo, sigue alterando: el entrecejo - delante. Repetimos unas 7 u 8 veces en cada dirección.

Los ojos se mueven de un punto a otro suavemente y despacio. Trabaja lentamente pero con alegría y con agradecimiento hacia ti mismo. ¿La sonrisa aún sigue allí? ¡Muy bien! ¡Revisa tu estado de ánimo! Otra vez parpadea ligeramente, haciendo volar las pestañas.

RELAJACIÓN PARA LOS OJOS (EL PALMING)

¡ATENCIÓN!

ESTE EJERCICIO SE HACE ENSEGUIDA DESPUÉS DE

LA GIMNASIA PARA LOS OJOS

Pon una música agradable y relajante.

Calienta las manos para facilitar el flujo energético. Para ello pon las manos a la altura del plexo solar, así la energía fluirá mejor. Frota bien las manos y sin dejar de frotar acércatelas a los ojos.

Coloca los dedos de una mano sobre la palma de la otra de esta manera:



Las bases de los dos meñiques coinciden en el mismo punto y se colocan justamente en el entrecejo, donde normalmente se apoyan las gafas. Las palmas están un poco curvadas, formando un hueco. Los bordes de las palmas están bien apretados para que no entre la luz, pero las pestañas no tocan el centro de las palmas. Una vez ajustadas las palmas, puedes bajar los párpados.

La energía del centro de las palmas irá directamente hacia los globos de los ojos. Para que no haya obstáculos en el paso de la energía la cabeza debe estar en el mismo plano que la columna vertebral.

“Suelta” los globos oculares, relaja los párpados, relaja la cara. Las mandíbulas no están apretadas, la lengua no toca el paladar, los hombros están bajados, los brazos no están tensos. Levanta los codos y sepáralos para que apunten hacia los lados.

Los músculos de todo el cuerpo están relajados.

Crea el estado de placidez, de tranquilidad, de impasibilidad y de vacío. ¡Siéntete totalmente despreocupado!

Contempla la oscuridad o cualquier imagen que aparezca en tu imaginación.

Puedes mentalmente contemplar objetos en movimiento que están a lo lejos, a aquella distancia donde en realidad no ves bien. Pero en tu imaginación los puedes ver claramente a pesar de la distancia. También puedes imaginar un objeto primero de cerca y después de lejos.

De gran ayuda sería contemplar mentalmente tu reglón de trabajo en la tabla de la corrección de la vista e imaginar que lo ves nítida y claramente.

Luego desplaza la atención hacia el ombligo. Crea la sensación de calma y relajación absoluta. Piensa en el amor hacia ti mismo, hacia tus ojos, hacia la vida misma.

Ahora desplaza la atención hacia la zona del hígado (zona subcostal a la derecha) y envía allí toda la ternura que tienes dentro. Siente la “respuesta” física del cuerpo como en la Imagen de los Cinco Dedos.

Ahora de la misma manera fíjate en la zona de los riñones (en la espalda, un poco por encima de la cintura) y también envíales amor y cariño y de todo corazón deséales todo lo mejor. Capta la “respuesta” del cuerpo y crea el agradecimiento hacia ti mismo.

Baja las manos sin abrir los ojos. Prepárate para un descanso absoluto.

Imagínate que una ligera brisa te ha rozado y te ha hecho balancear ligeramente y te ha hecho relajar.

Suelta los músculos de las pantorrillas, los muslos, las nalgas, la espalda, el cuello, la cara. Relaja todos los músculos ¡menos los de la vejiga!

¡Imagina que es de madrugada! El sol está saliendo en el horizonte. Estás sentado en una colina, abajo corre un río. Ha llovido y las hojas de los árboles brillan bajo la luz del amanecer. La brisa las acaricia y la luz las traspasa de tal forma que parecen brillar solas. Tu cuerpo y tu mente rebosan de calma y de placidez.

Y ahora tranquilamente abre los ojos. ¡Nunca los abras de golpe! Tampoco se puede entornar o desencajar los ojos. Todo esto crearía una tensión inadmisible.

Si ahora, manteniendo la calma interior, coges la tabla de la corrección de la vista ¡tendrás una grata sorpresa!

¿Has notado una mejora? ¡Bravo! ¡Estoy orgulloso de ti!

Quiere decir que lo has hecho todo correctamente. Durante la relajación y el descanso la vista continúa mejorando.

¿Qué tal el ánimo? ¿La sonrisa sigue allí?

Subimos las emociones un escalón más arriba. Sentimos la ligereza y la alegría en el alma y el calor en los ojos.

Mantén esta sensación durante todo el día y si en un momento la llegas a perder, vuelve a hacer este ejercicio lo antes que puedas.

norbekov

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