¿Convivencia? Ricos Bastardos.
Autora: Ibrahil
Rating: NC-17
Category: J2
Pairing: mencion Jared/OC, Jared/Jensen, Jensen/Jared, Christian Kane/Steve Carlson, Alex O’Loughlin/Danno, Alona/Chad, Tom/Mike
Advertencia: Kink Sex, no con, hurt, hurt/comfort, deathcharacter
Summary: Aquí están ellos de Nuevo, girando en torno a su tormentoso estilo de vida, que no da tiempo para el amor que ellos quieren profesarse, ¿Como superaran cada obstáculo que la vida se encapricha en ponerles?, La esperanza es lo ultimo que se pierde…después del amor.
"Capitulo 2" Estos son pequeños retazos de la vida de jensen, encerrados en un TimeStamp, cada uno de ellos cuenta pequeñas cosas de el, pequeñas cosas de su niñes que afectaron su adultez. Los nombres de los TimeStamp son de la cancion Lonely Boy de los Hanson.
TIMESTAMP: HABLEMOS DE JENSEN ACKLES...
Timestamp #1: Trying to find the switch.
El fuerte rechinar de la puerta es lo que le despierta, sacándole de sus ensoñaciones de niño, que siempre ha llevado con tanto orgullo, por que con ellos, sus sueños, el mundo es un lugar mejor, lejos de tanto sufrimiento inflingido oír el mas fuerte.
Si bien es solo un infante, es bastante conciente de lo que pasa a su alrededor, no por nada es el mejor de su clase, lo que indudablemente va a llevarle a una buena universidad, quizás Harvard Princenton, Yale, quizás a Stanford o quizás vaya a estudiar a Europa, la verdad es, que a Jensen eso no puede importarle menos.
No le importa nada la universidad, el colegio, las metas que su padre tiene para el, ni siquiera la preocupación de su madre, no le importa nada de eso, por que Jensen va a ser, sinceramente, el mejor vaquero de todos, al menos cuando deje de temerle a los caballos.
- Ten cuidado. - le sonríe Josh desde la puerta, mirándole con una sonrisa pintada en el rostro.
- Lo se, lo se, no tienes que decírmelo. - musita con voz temblorosa, su cuerpo tenso, mientras su hermano mayor lo ayuda a subirse en el caballo, que se remueve al sentir al niño.
- No te pongas nervioso...aunque Shambala sabe lidiar con niño, ¿cierto compañero? - le sonríe al caballo, que parece reírse cómplice con su hermano.
- ¡No m e dejes caer! - exclama Jensen, tomando las crines de el caballo en sus manos; pero Josh no sabe si se refiere a el o al caballo.
- No te dejara. - decido contestarle, sonriéndole con confianza. - Vamos cosa pequeña, demos una vuelta, y sin mas aviso, su hermano se esta montando detrás de el.
Jensen disfruta el viaje como nunca, el caballo es bastante manso, al menos comparado con Lucifer y Meriadol, quines son los caballos mas agresivos y menos domados de las caballerizas.
- Josh... - llama con voz pequeña, recostándose del pecho de su hermano, quien no deja de dar vueltas entre el ganado.
- ¿Si?
- ¿Por qué papa golpea a mama? - pregunta, de forma inocente, con voz calmada, como si hubiera estado esperando el momento justo para preguntarlo, esperando a que se alejaran de oídos curiosos.
Aun siendo niño, puede sentir a su hermano tensarse tras el, el brazo que pasa a modo de seguro por su cintura, aprensándole contra el fuerte pecho, como si quisiera protegerle de la respuesta.
- ¿Josh? - le llama, intentando girar la cabeza.
- ¿Lo viste? - pregunto, deteniendo el caballo a la sombra de un fuerte acre.
- Ayer... y luego anoche... - susurra, sujetando las manos de Josh.
- No la estaba golpeando Jensen, no de la manera que piensas. - deja salir con una sonrisita traviesa.
- ¿En que manera? - pregunta, ahora si girándose a su hermano, mirándole con esos ojos verdes que nadie sabe de quien ha heredado, pero sospechan que es una mezcla angelical de los ojos de su madre y su padre.
- A mama le gusta, lo entenderás cuando seas grande. - le sonríe a modo de confianza, acariciándole el cabello corto mientras se decide regresar a casa.
A Jensen le hubiese gustado no entenderlo, le hubiese gustado no verlo, no escuchar a su madre gritar de placer, aunque fueran estos meros gritos de dolor, que calaron tan dentro de Jensen, que ahora son como su enfermedad.
Sino hubiese sido asi, no estaría allí ahora, amarrado a esas fuertes cadenas, que le sostienen de forma agresiva, dejándole colgado, con las puntas de sus dedos rozando el piso, sudando a mares, perlando su blanco cuerpo, casi pálido, con pecas por todos lados.
Sino hubiese sido asi, Jensen no estaría allí con el pezón perforado, de piernas abiertas, y recibiendo el mounstro de la polla del Padalecki en su culo, su casi virgen culo.
Timestamp #2 Trying to find the missing part.
Solo tiene diez años, y ya sabe la materia de cada molécula o partícula, es un haz en química, y de alguna manera, todo eso no lo asombra y lo motiva, como montarse en un caballo, mas como un pony o un potro realmente joven, y recorrer la explanada perteneciente al rancho de los Ackles, que, según las palabras de su padre, era total y únicamente suyo.
Pensamiento reconfortante, ya que le hace sentir, realmente vivo, el tener la expectativa de que el rancho será suyo algún día. Su hermano Josh, con ahora quince años, siempre le dice, que lo mejor es no emocionarse, cuando algo bueno viene, ya que siempre puede haber algo que los desilusione.
Jensen ya llego a ese algo, y ese algo tiene nombre.
Lyli Shaffer.
Lyli es como la princesa del cuento de hadas, que todo caballero valiente quiere salvar. Lyli es como las flores, delicada, cuidadosa, libre y tan atada a la vez, con su cabello casi blanco danzando con la brisa, esa es ella.
Pero Lyli, también es agria, y según a dicho su madre, loca; por la simple razón, de que hay que estar fuera de su mente como para rechazar a un niño tan hermoso como Jensen; quien si hubiese tenido fuerzas, le hubiese reclamado a su madre, de que los niños no son hermosos, son apuestos.
Pobre Lyli, si ella no hubiese rechazado a Jensen, quizás este le estuviera enseñando como montar caballos ahora.
- ¿Tu eres...? - pregunta jensen, hace unos minutos se ha abierto la puerta y su secretaria le ha indicado que la nueva empleada del mes, escogida por su vicepresidente ha llegado a su cita con el jefe, la cual se le otorga a cada empleado del mes en la Gran Delaroy; asi que Jensen mira a la mujer frente a el, sino estuviera ocupado se hubiese fijado en lo atractiva que era, pero el trabajo es mucho en esos días.
-Mi nombre es Lyli, Lyli Shaffer. - Shaffer, como su madre, eso llama la atención de Jensen, el que tenga el apellido de su madre, lo que no es muy común en Texas, ya que la familia de su madre lleva solo una generación viviendo allí.
- ¿La empleada del mes? - pregunta Jensen, apartando los papeles de la mesa, solo para dejarlo un poco limpio a la vista.
- Si, señor...ehhh ¿no me recuerda? - pregunta la chica sonriendo tímidamente.
- Eh... ¿De la empresa?, la verdad no.
Timestamp #3 Love me, hold me, is there no one?
- Se llama diario por algo ¿no? - gruño Jensen, con una mano en la cadera, y en la otra el libro marrón en sus manos, su mirada verde fija en las de la niña rubia frente a el, que le mira con lagrimas en los ojos.
- Es diario por que escribes todo los días. - replico ella, con suficiencia.
- ¡Mama! - grito Jensen bajando las escaleras de la gran casa, corriendo a la cocina. - ¡Mama! - volvió a gritar al no recibir respuesta.
- ¿Ocurrió algo Jensen? - pregunta la mujer, saliendo de la biblioteca con la mirada llena de preocupación.
- ¡Mack esta leyendo mi diario! ¡De nuevo! - grito indignado, viendo como la mocosa se acercaba a paso lento, totalmente inadvertida de la furia de su hermano.
- Mama, no lo leí, solo le echaba una ojeada... - dijo a modo de excusa.
- Cariño, los chicos deben de tener su privacidad. - dijo ella lentamente.
- Los chicos no tienen diario. - zapateo ella en el suelo, molesta por que su madre se pusiera de lado del idiota de Jensen.
- Pues yo si, y mas te vale mantenerte alejada de el. - esta a punto de golpearla con el cuaderno, pero su hermano, Josh, le sostiene la mano a tiempo, apretándolo un poco contra el.
- Vamos, Jen, déjala tranquila, es una niña, no debe ni entender papa de lo que escribes ahí... - le susurra para que ella no les escucha. - Vamos a tu habitación anda.
- ¿estabas leyendo mi diario? - pregunto Jensen al entrar en la oficina, viendo como Danno tiene la libreta gris en sus manos.
- ¿Es un diario? - pregunta, cerrándolo y dejándolo sobre el escritorio. - Pensé que lo habías dejado... - murmura encogiéndose de hombros. - Supongo que es difícil.
- Déjame solo... - se queja mientras hace un puchero, pero cuando va a medio camino del escritorio, se tropieza con la alfombra y se cae de bruces.
- ¿Ese tipo de cosas anotas en tu diario? - pregunta Danno mientras le ayuda ponerse de pie, sonriendo burlonamente.
- Cállate.
Timestamp #4 He found the answer, that you can prevail.
Comenzó a los quince, cuando Daniel Williams fue asignado como su guardián personal, o su guardaespaldas, por un preocupado padre, que temía que su hijo fuera asaltado de un momento a otro, después de todo no solo era el heredero al rancho, sino que era un gran estudiante, la envidia de muchos, asi como la admiración de otros.
Al principio lo hacia para molestar a su guardaespaldas, quien solo tenia diecinueve años, y cuando no estaba con Jensen, estudiaba criminología en la universidad de Texas, un muy buen estudiante se ha de decir; asi que a Jensen, como todo buen adolescente le gustaba ser “libre”, especialmente de la precenso de Williams, quien tenia el trabajo de seguirle a todos lados.
Quizás por eso comenzó a hacerlo. No has escuchado alguna vez la frase: “Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad”, algo asi paso con Jensen.
Pretender, mentir, fingir, todos y cada uno de sus accidentes, todo para aterrar a Daniel, quien no dejaba de temer por su trabajo, gracias a un mocoso en crecimiento.
Eran cosas sencillas, ser torpe a la hora de comer, ensuciándolo todo, derramar vasos con liquido o cualquier cosa que estuviera a dos centímetros a la redonda a su alrededor, quebrar vidrios, e incluso una vez, fumar; lo que resulto en una cachetada de su madre.
Asi que eran eso, solo pequeñas bromas, que pronto el detective, o aprendiz de detective, descubrió que no eran mas que maneras de ocultar su torpeza recién descubierta.
- No soy torpe. - escupió Jensen, mirándole con odio, mientras entraba en su habitación.
- No digo que lo seas, solo digo que tienes mala suerte con cosas y eso desata...
- ¿Mi torpeza? - pregunto molesto, girándose hacia el.
- Ok, si, eres torpe. - admite rápidamente Daniel, levantando las manos en un gesto de paz. - Pero, tienes que entender que no tienes nada de lo que avergonzarte.
- ¡Ja!, me lo dice alguien que es mas bajito que yo y que casi pisa los cuarenta. - se mofa el adolescente, sentándose en la cama de piernas cruzadas, viendo como Daniel se pone rojo, seguramente o de la vergüenza.
- No soy bajito, soy estatura promedio, y tengo diecinueve recién cumplidos. - replica, acercándose al joven. - Pero no te preocupes, no le diré a nadie que guardas tus revistas porno junto con los libros de “Como mejorar mi forma de comer”, Buenas noches Jensen. - se despide con la mano, saliendo de la habitación tan rápido que deja a jensen con la palabra en la boca.
Totalmente atónito y asombrado de lo que ha dicho el imbécil.
El problema es que darse cuenta de que su torpeza comienza a dejar de ser mentira es caótico para Jensen, en especial cuando cumple 21 años, y se esta graduando de la facultad de publicista en Yale, con solo dos minutos para que digan su nombre.
Esta sudando a mares, con las manos temblorosas y casi lagrimas en sus ojos, es el segundo de la lista, putos Ackles y sus “Ac”, que no lo dejan por debajo de nada. Se obliga a respirar hondo, muy hondo y hasta abajo, reteniendo el nerviosismo que casi lo tiene al borde del colapso.
- Jensen Ackles. - llama la voz de su profesor favorito, ese que un día lo descubrió con su hijo follando en el baño de su casa.
Jensen se pone de pie, y avanza rígido como una roca, casi muriéndose con cada paso negado que da, como si se dirigiera a la guillotina, en vez de a la conmemoración que van a hacerle por ser el decimoctavo mejor estudiante de los últimos diez años.
Sus pies se tensan, y joder, se esta cayendo, va a caerse, casi tiene la nariz contra el suelo, cuando un disparo, de un arma, se escucha por todo el lugar, haciendo a todo el mundo gritar de terror, con padres abrazando a sus hijos, y madres a sus esposos, y Jensen dándose de narices contra el suelo.
La voz de Daniel se escucha en el lugar, algo exasperada.
- ¡Allí va! - grita mientras corre detrás de las cortinas del espectáculo, desapareciendo entre ellas.
Jensen parece realmente confundido, especialmente cuando están todos sentados afuera en los bancos del lugar, donde Chris y Steve se ven las caras un poco atónitos por todo el bullicio de la gente pasar.
- Puta mierda. - gruñe Chris. - Me perdí “That’s 70 show” - gruñe por lo bajo, ganándose una mirada atónita de Jensen y una de asco por parte de Steve.
- Hombre, que se valía ponerlo a grabar. - le dice Jensen, sonriendo incrédulo, ganándose otra mirada de asco de Steve.
- ¿Es que ninguno de ustedes ve series buenas?, Me refiero, no se Hawai Five O, quizás McGiver...dios... - musita asombrado.
- Pues yo soy un gran fan de Hawai; la serie no la isla. - Aparece la voz de Daniel, por detrás de los chicos, quienes exclaman asombrados al verlo allí, de lo mas limpio y fresco.
- Pensé que perseguías a un ladrón... - dijo Chris, los tres poniéndose de pie.
- Lo hacia, escapo. - se gana unas cuantas pitas de Steve y las risas de Chris, pero Daniel solo ve a Jensen y le guiña un ojo, cómplice de un secreto que se llevara a la tumba.
No tarda mucho en bajarse de la limosina, con cuidado de no tropezarse con la larga chaqueta que le llega a los pies, definiendo la forma de su cuerpo grácilmente; casi como un guante. Se siente un poco bien, demasiado a decir verdad, hoy es una de sus primeras fiestas, luego del fantástico debut que tuvo su propia empresa, casi propia, Delaroy.
La fiesta tendrá a muchas personas con las cuales, con su joven espíritu, y apariencia podrá conquistar, asi que no es de extrañarse, de que este nervioso.
-No hay nada que temer. - le había dicho Danno al oído, con una sonrisa divertida claro.
Pero jensen tenía los nervios por las nubes, y sus temblores no ayudaban en lo mas mínimo a controlar la ansiedad.
Aun asi, para su sorpresa, el transcurso de la noche fue demasiado genial, respecto a sus expectativas, no se tropezó con nadie ni con nada, no dijo burradas, y no derramo ningún liquido, comió de forma moderada, y cerro casi veinte contratos en esa noche, pero no todo lo que va bien termina bien.
El aire comienza a faltarle, no es para menos, el lugar esta atestado de gente, asi que no tarda mucho en divisar un balcón en el cual refrescarse un rato, un buen rato, donde pueda disfrutar del aire fresco de la noche, y la verdad, el cielo estrellado es hermoso, y Jensen siempre ha sido un fanático de esas cosas.
Un leve sonido, casi imperceptible, llama su atención, haciéndole voltearse a donde lo ha escuchado. Un sonido ahogado sale de su boca, cuando se da cuenta de que hay alguien allí, sentado sobre el balcón, vestido de traje y corbata, con una bufanda blanca enrollada en sus manos.
- Oh… lo siento, no sabia que había alguien aquí. - El hombre sinceramente parece mucho mas joven que el, es casi como un adolescente en etiqueta, pero realmente Jensen no sabe distinguirlo.
- No te preocupes. - le dice el hombre-chico, una suave y algo melancólica sonrisa formándose en sus labios, parece un poco afligido, como si estuviera triste de algo.
- ¿Quién eres? - una voz mucho mas fuerte y severa le hace voltear, para ver a un hombre que jura haber visto antes
- ¿Te conozco? - pregunta, por que no puede ocultar su curiosidad, se da cuenta fácilmente de cómo el reconocimiento pasa por los ojos de ese hombre de cabello negro, que es tan alto como el, pero considerablemente mas musculoso.
- No. Mejor sales de aquí, el señor Padalecki no quiere que le moleste.
¿Padalecki? ¿Cómo en Padalecki?, ¿Cómo Padalecki el dueño de la petrolera gigante de Texas?; No puede evitar que su curiosidad le obligue a darle un ultimo vistazo al joven, con el cual sus ojos no vuelven a encontrarse, ya que este parece tener la mirada perdida en algún punto del cielo estrellado.
- Eres torpe, aceptalo. - Se rie Danno, ocn esa sonrisita qu solo le dedica a Jensen, como si este fuera su hijo o lo mas preciado que tieen.
- Cállate. - refunfuña, con un puchero en sus labios, Daniel le esta limpiando los rastros de polvo del traje, mientras el se cubre solamente con su chaqueta negra larga, la cual es lo único limpio que llevaba con el en esos momentos.
El camino a la mansión Padalecki es largo, como jodidamente largo, y Jensen tiende a ser un torpe en su total potencia cuando esta al desnudo como ahora, así que lo mejor es pegarse al auto y no hacer nada para moverse.
Las cosas han pasados como un rayo, pero no por eso han sido confusas; se estaba orinando, se ha bajado del auto, Danno le ha llamado mocoso con incontinencia, Jensen le ha replicado con un vago insulto, y luego ha rodado kilómetros por la colina que queda a un lado de la carretera, como un risco en miniatura, no tiene ni idea de cómo no se ha partido el cuello, aunque quizás se lo ha dañado mas, según Danno, el collarín le ha protegido de una muerte segura, puto collarín, ya comienza a hartarle.
- ¿Cómo se puede ser tan torpe?, No es normal…no es normal… - murmura Danno, mas para si que para el Ackles.
- Oh vamos, no seas un idiota…oh no…por favor dime que ese no es Jared. - gimotea, al ver otra limosina negra, con reflejos plateados acercándose rápidamente por el horizonte.
- Apúrate, ponte los pantalones. - le grita Danny, lanzándole los pantalones que Jensen se apresura a ponerse, colocándose encima la camisa y el saco de vestir, para luego cubrir todo con la larga chaqueta negra.
- Ok, perfecto.
La limusina de Jared no tarda en detenerse detrás de la de Jensen, con un suave frenar, y Jared se estaba bajando del auto, contemplando el paisaje que se extiende de frente a ellos, para luego fijar sus ojos grises en los de Jensen.
- Hey… ¿Algún problema con el auto? - pregunta, acercándose a paso lento hacia Jensen, que de inmediato niega con la cabeza.
- Solo una roca en el camino, Danno se detuvo a revisar que no hubiera nada malo…ya vamos a casa. - le asegura, viendo como la mirada de Jared mira de manera sospechosa a Danno, como verificando que Jensen diga la verdad en los ojos azules del chofer guardaespaldas.
- Bien, ven en mi limosina, necesitamos hablar.
- Iré en la mía, y hablaremos en casa. - dice un poco mas firme, acariciándole un brazo a Jared, quien solo le ve extrañado por la caricia, pero decide regresar sin rechistar.
Mientras ve como la limosina se aleja, Danno chasquea su lengua y menea la cabeza de un lado a otro.
- Es un imbécil. ¿Viste como me miro?, con todo el asco del mundo. Es un maldito. - gruño, Jensen soltando una risita con el comentario.
- Ve así a la mitad del planeta, no le importa mucho lo que digan luego, bueno, ya vayamos a casa…ya me las arreglare para cambiarme antes de que se de cuenta.
Se inclina para entrar en el auto, y justo al meter su cabeza, lo primero que hace es darse de frente con el marco.
- ¡Mierda! - exclama, y Danno se esta muriendo de la risa.
El problema con su torpeza hoy en día es, que Jared no tiene idea de ella.
Se de alguien q adorara este "no capi, capi" del fic, pero mientras tanto...velo por que Vane se aparezca hoy por el msn, ando un poco falta de inspiracion para mis otros fics...
BTW, estuve Pensando en Jared todo el tiempo que escribia esto, pensando en que aunque para Jensen no hubiera sido la perfeccion, para Jared habia sido un infierno... veamos si me sale bien escribir la parte de su primer encuentro, en como Jared pensaba en ese instante.
"Capitulo 3"