(Fic Hawaii Five-0) De Amor En Terminos De Arte (McDanno AU) 5/6

Jul 30, 2013 12:04





EQUILIBRIO

“Organización de los elementos para que ninguno domine parte del trabajo.”- ¿Daniel?

La voz es irreconocible después de diez años sin escucharla. Es ajena a su oído, y al principio ni le importa si es con el o no lo es, el solo besa a Steve todo lo que puede, saboreando esos labios dulces y gimiendo dentro del beso. Es excitante besarle, le pone duro fácilmente puesto que le desea, supone que a eso se suma sus diez años sin hacerlo con nadie, lo que nunca le dirá a Steve en un lugar tan publico. Nadie más que la dueña de la voz presta atención a lo que hacen. Ni siquiera Catherine, que esta cerca los ve, lo que si le llama la atención es la mujer bajita y blanca que no deja de ver con expresión consternada la escena.

Ella no quiere interrumpir de ninguna manera, pero la presencia de la extraña la incomodad hasta hacer que su piel pique con un mal presentimiento que se le viene encima al fijarse mejor en sus rasgos; esta segura de que de algo personal debe conocer a Daniel, y solo espera que no sea para nada malo.

- ¿Mi Danno?

Eso si que llama la atención de Daniel, nadie le llama Danno fuera de la familia. Sus ojos azules se abren por fin para ver a la extraña que no ha dejado de verlos. La reconoce de inmediato, no ha cambiado en nada, no se ha hecho mas vieja ni siquiera tiene canas, se ha reconstruido completamente, nadie se conserva también a menos que seas un vampiro, y Daniel esta muy seguro de que estos no existen.

La mujer que le dio a luz le ve, con el corazón tan roto como el se lo dejo hace diez años, cuando decidió que esa no era la familia con la que había crecido, cuando se había dado cuenta de cómo los secretos y las mentiras podían acabar con un hogar que se había mantenido impávido con dos adolescentes en la casa, pero que había cambiado tan pronto el había conseguido su primer empleo y había visto la vida.

No se siente cómodo con ella cerca, incluso con los brazos de Steve rodeando su cuerpo, la garganta se le seca y la respiración se le agita, es como si de repente el pasado le alcanzara en el momento cumbre de su nueva vida, cuando pensaba que estaba a salvo, que todo había quedado atrás.

- Madre. - los mismos ojos que antes le han visto con cariño ahora simplemente se abren atónitos, Steve no puede creer lo que escucha. Daniel sabe que preguntar que hace aquí es estúpido, ella adora estas fiestas, lo extraño es no haberla visto en la anterior, y debe agradecer que no lo haya hecho, puesto que conociéndose bien, habría renunciado a Nueva York y habría perdido esto con Steve. Esto de lo que aun no ha hablado y esta deseado hacerlo a solas, con un sofá y un refrigerador con comida preferiblemente. - no tengo nada que hablar contigo. - suspira, sujetando la mano de Steve entre las suyas, dándose fuerzas el mismo para continuar sin que nada lo saque de su camino.

- Danno.

- ¡No me llames así! - exclama, sobresaltando a los tres presentes en esa parte del patio. - nunca me llames así de nuevo. - quizás es lo débil que ha quedado luego de gritar todo lo que apresaba en su interior, porque siente lagrimas calientes en sus mejillas antes de comenzar a caminar rápidamente a la salida con Steve aun tomado de la mano.

La escena le ha agotado, así que cuando esta en el taxi, se apoya en el hombro de Steve, sin pensar que una vez mas ha dejado a su acompañante solo y que seguramente Chin le patee el culo cuando vea que no va a regresar por la noche; poco le importa ahora, quiere dormir más que hablar. Eso hace que no preste atención al camino que sigue el taxi o al edificio de oficinas, ni siquiera presta mucha atención al ascensor lujoso ni al vigilante que les da las buenas noches y le pregunta a Steve que hace por ahí tan temprano.

Lo que mas le asombra es como no ha podido durar ni una sola vez la noche completa en una fiesta de arte, eso le hace reír cuando bajan del ascensor, y solo allí notan que no están en el hotel, que esta caminando por un pasillo decorado con cuadros de marcos costosos que parecen salido del mismo museo, se sonroja al ver que dos de los seis cuadros que ha dado a Nueva York están allí. Detrás de una puerta fuertemente asegurada, y luego de dos códigos de seguridad, Steve le presenta a su apartamento.

Es un santuario a Van Gogh.

Esa es su primera impresión cuando entra, la pared de entrada es un mural del techo al suelo con una replica en relieve de “La noche estrellada”; toda la casa esta pintada de azul, incluso la lamina de acetato que usa para colgar sus cosas a modo de cartelera es azul, los tulipanes azules y amarillos adornan la mesilla de entrada donde Steve deja sus llaves y su cartera antes de girarse a retirar de los hombros el saco de Daniel y su abrigo.

Daniel solo puede seguir mirando con la boca abierta toda la decoración de la casa, la sala es mas bien un patio, con plantas colgando y un balcón que parece nunca cerrarse, el piso es de grava, y en el centro hay una fuente con un ángel cuyas lagrimas es el agua que fluye lentamente, hay muchas monedas al fondo de este, y peces nadando, peces, carpas japonesas de colores que se asustan cuando se acerca y que luego comienza a seguirle en su camino alrededor del estanque/fuente que le deja fascinado por ser su primera vez en un loft de Nueva York, donde todo es posible.

Sonríe con ilusión cuando Steve toma de un estante la comida para los peces y la rocía en el agua, viendo como los animales se acercan a donde toda la comida cae, salpicando agua por todas partes lo que le hace reír.

- Es… wow…

- Es nuevo. - responde el alto, sentándose en una de las bancas metálicas cerca de la fuente. - necesitaba… necesitaba vida…

Daniel recuerda sus palabras en el museo, y sabe que le debe aunque sea una disculpa por haber dicho eso de el. Pero también es consciente de que Steve tomo las palabras como verdad, y que la razón por la que le beso fue porque sus palabras hicieron efecto en el. Porque había dicho la verdad, había sido el único capaz de decir eso de el.

Steve le invita a la cocina, que es menos egocéntrica pero mucho mas grande que la suya, y con el refrigerador vacio de comida pero lleno de dulces, el alto solo se defiende hablando de cómo siempre ha comido en restaurantes y que nunca ha usado la cocina mas que para calentar la comida que le regalaban de cuando en cuando. Tiene gabinetes llenos de cereales y de chucherías, además de jarabes de todos tipos y cosas que parecen conservadas allí por años. Daniel, curioso, revisa cada uno de ellos, sin importarle estar bajo la imperturbable mirada de su Mona Lisa personal.

También hay cuadros en la cocina, pero mas temáticos con respecto a la comida, como si le hiciera culto a la comida que no consume en su casa y no a los dulces que guarda en cada estante, cuando termina su recorrido le aguarda un plato de galletas integrales y un vaso de leche, y como cena no se ve mal, así que come, mientras ve a Steve desaparecer y dejarle solo con el sonido del agua de la fuente.

Cuando acaba de comer, lava el plato y el vaso bajo un chorro de agua tibia y lo deja todo en su sitio, sintiéndose libre de explorar nuevamente, va por una pasillo galería que muestra cuadros que solo ha logrado ver en libros, bien sean replicas clase A o originales, todas son hermosas y asombrosas. Hay un Monet colgado de una puerta entreabierta, que asume es la habitación de Steve, y que lo comprueba cuando la abre.

Dentro, Steve esta de pie frente a un espejo, desvistiéndose mientras mira al suelo, eso sorprende un poco a Daniel, le ve estar descalzo, atento a como cada prenda deja de su cuerpo. Despejar su mente de esa visión es más difícil de lo que espera, puesto que el cuerpo semi desnudo de deportista; pero tiene que ver esto, tiene que ver el santuario que Steve ha creado para su pintor favorito aquí en su habitación.

Lo primero que nota es que debe ocupar al menos la mitad del loft, la cama de dos plazas parece traída de Texas, donde todo es mas grande, y que grande es, casi para realizar una orgia de diez personas y tener espacio para todas, seguramente el dormiría como un cachorro enrollado en esas sabanas que se notan de lo mas cómodas y mullidas y en las que espera meterse pronto. Después de eso, sus ojos no saben a donde ir, si a la colección de guitarras en tonos azulados y negros o si a las replicas perfectas de cuadros de Van Gogh o esculturas ideadas a manos que ocupan el centro de la habitación, incluso hay un pequeño taller de trabajo que parece que nunca fue usado.

Donde Steve esta de pie, hay al menos una docena de espejos diminutos que acompañan al de cuerpo entero, lo que es una contradicción, porque, por lo que ha visto, Steve no es muy adicto a verse a si mismo, y en estos momentos hace gala de esa fobia recién descubierta. También esta el aire acondicionado sobre el cual le han pintado una habitación idéntica a “El dormitorio de Arles”.

Y dios, ¿es esa una replica de La Gioconda? ¡Joder! Se ve tentado a acercarse y pasar sus dedos sobre ella, pero se ve tan impávida, tan perfecta, y aun así, sabe que no tiene el mismo efecto

- ¿Qué ocurre? - pregunta mientras se acerca, con pasos lentos y meditados para no asustarle, de alguna forma sabe lo vulnerable que esta el alto en estos momentos.

- Eres la primera persona en venir aquí que no es Cath o Freddie. En años. No se siente extraño que estés aquí y eso me asusta. - tocando su espalda, Danno acaba por abrazarse a el, sintiendo el escalofrió cuando sus manos hacen contacto con el pecho ya desnudo.

- No es extraño, no tiene porque serlo, pero estas nervioso por otra cosa. - Steve asiente, y se mira al espejo, ya no tiene la mirada muerta con la que se ha visto salir del apartamento hace aproximadamente dos horas, cuando ha decidido por su cuenta ir al museo y hablar con Daniel, por primera vez, decidió hacer algo en contra de las indicaciones estrictas de Rollins, desobedeciendo el quedarse con Freddie.

Se sintió bien escuchar a Daniel abriéndose y dejándole entender. Además, demostrar que pudo ver más de el de lo que el mismo quiso mostrarle.

- El sexo me pone nervioso. - admitió y saco una risotada de Daniel que enseguida le soltó.

- ¡No soy tan fácil, hombre! - se burlo, palmeándole la espalda cuando observo la expresión pensativa de Steve. - ve a darte una ducha y luego hablaremos de tonterías. - dice, acariciando las caderas que ya hace tiempo había sentido deseos de morder. - ¿te parece?

- Si, es lo mejor.



Hablan poco esa noche, Steve se duerme rápido, demostrándole que es de los que apenas pone la cabeza sobre la almohada cae como plomo, y a el no le interesa mucho quedarse deambulando por su apartamento como un acosador, no sin Steve con un ojos puesto sobre el. Aunque se siente cómodo cuando se sienta a escribir en la sala que ahora es un patio, apoyado contra el estanque, escuchando a los peces moverse dentro del agua mientras el escribe, dejando que sus sentimientos se desplieguen por el papel.

Cuando la mañana llega, lo consigue despierto, aun escribiendo solo que esta vez en el balcón, disfrutando de lo alto y hermoso de la vista de la ciudad que nunca duerme, allí también le encuentra Steve cuando se despierta, tiene expresión adormilada, pero esta bastante despierto cuando se acerca a el con una taza de café.

- Buen día. - susurra, sentándose frente a Danno, su cuerpo arropado en una bata de dormir mullida que le sienta bien con el color de su piel.

- Hace frio, estas seguro de que es bueno que estés así. - le pincha al ver como Steve sube una pierna al mueble y le muestra sin querer su muslo desnudo. Es hermoso. - deberías vestir algo que te cubra, eso es lo que te digo. - se burla cuando ve que el hombre no entiende, pero cuando lo hace solo mueve su pierna un poco para que Danno no pueda ver mas allá de esa tentadora oscuridad.

- Estoy bien.

- Luces bien. - asiente y se dedica a disfrutar del café.

Es excesivamente temprano, y el no dormir toda la noche comienza a afectarle, pero el café trae sus energías de vueltas, por lo que alcanza a ver a Steve preparándose para ir al museo, siempre debe ir temprano para ayudar a embalar los cuadros que deben regresar a sus hogares lo mas pronto posible, y por mas que Daniel se ofrece, Steve sigue siendo humano y sabe cuando suficiente es suficiente para algo.

Tan pronto la puerta frontal se cierra, Daniel se queda dormido.


No tenia idea de que fuera a enfrentarse a algo así, pero cuando recibe la bofetada, queda tan atónito que no sabe como reaccionar o que decir, obviamente, por las reglas de la sociedad, no puede regresarle el golpe a la mujer mayor, pero tampoco se le ocurre nada para decirle, solo parpadea, confundido y atolondrado, no quiere ser imprudente y decir algo que vaya a arruinar lo que tiene con Daniel, por eso elige el silencio.

No sabe si es que la mujer les ha esperado toda la noche o que, pero aun así le sorprende verla allí, con expresión colérica. Insultando no solo su sexualidad, sino que despotricando contra el porque simplemente esta enamorado de Daniel. Enamorado, como Sandro Botticelli de su Venus.

- Disculpe, pero no tengo idea de lo que me habla. - ha desaparecido del plano terrenal de nuevo, su mente yéndose a terrenos mas amenos, como su cama, donde ha dejado al rubio enrollado en sus sabanas. - si me disculpa, debo entrar en el museo. - dice a través de labios apretados, no le gustan las confrontaciones porque lo ponen incomodo y le hacen sudar.

- No vas a ningún lado, eres una abominación de la naturaleza. - eso es probablemente lo peor que le han dicho en su vida, nunca nadie se ha referido así a el en su vida, ni siquiera su familia. Ahora esta enfadado, tan enfadado que todo su rostro tiene tal rictus que es indescifrable a la hora de alzar la vista y fijar los ojos en la mujer.

- Dije discúlpeme. - lo repite tan fríamente que su mente lo traslada al día en que uso ese mismo tono con su familia, cuando por fin se desligo de ellos, nunca espero tener que usar ese tono en su vida, y ahora esta allí, quitando a alguien del camino, de su camino, con palabras gélidas, sintiéndose orgulloso mas que asustado por lo que ha hecho.

Pasa a un lado de la mujer que se ha quedado helada al escucharlo, que ni siquiera refuta, y es cuando entiende en que situación se ha metido, entiende las palabras de Danny la noche anterior, como su miedo a ser juzgado viene de la situación que ha pasado con su familia, puede que le cueste entender y reaccionar con otras personas, pero entiende mejor que nadie lo que ocurrió con Danny, porque el lo vivió, rechazado por ser lo que es y aceptado por las razones equivocadas.

Se refugia en su oficina, sabiendo que necesita mas tiempo al sola del que tiene para gastar, ya todos sus compañeros han llegados, la mitad de ellos trasnochados y el resto apuesta a que han dormido en el museo, no seria la primera vez que lo hicieran, están mas que a acostumbrados a ello.

Al menos ha descubierto algo importante esa mañana, si que sabe cuidarse por si mismo.



Se dan cuenta del equilibrio extraño que se hace entre las emociones de uno y otro dos semanas después, cuando Daniel tiene que partir a Newark y Steve debe irse a Paris, por lo que el primero le acompaña al aeropuerto encantado, aunque nunca le han agradado los aviones, Daniel se ofrece a acompañarlo. Se toman de la mano, lo que es extraño para ambos, pero se siente placentero estar así, con sus dedos entrelazados mientras se desplazan por las instalaciones repletas de gente que no tiene tiempo para un segundo vistazo.

El avión parte después del medio día, porque lo que tienen una hora antes del abordaje final, se sientan frente en n café cerca del tren de abordaje y compran chocolate, Steve lo toma mientras le observa escribir, le duele tener que separarse de el, le ha dolido toda esta semana pasar los veinte minutos respectivos de la ducha separado de el, es imposible imaginar que no vaya a estar con Daniel por el mes siguiente, pero aun mas es difícil imaginar que le necesitaba tanto y que no se había dado cuenta. No solo es lo que representa Danno, como le llama ahora, sino lo que es. Una pareja, una persona en quien confiar a la que no tenga que ponerle etiquetas, no es Catherine, que solo puede darle consejos y esperar que actué, es alguien con el que puede tomar decisiones.

Como ahora.

- Volveré a Newark y comenzare un camino nuevo. Según me ha dicho Chin, Kohno se ha metido en un curso de fotografía y quiero hacerlo con ella; quiero ser capaz de adueñarme del arte de hacer perdurar imágenes en el tiempo. -Steve sonríe al ver como su pareja intenta hablar y comer galletas al mismo tiempo. - ¿sabes lo que fotografía significa en griego? - si lo sabe, y aun así niega con la cabeza. - significa grabar con luz, lo que es terriblemente contradictorio, porque las fotos deben revelarse en la oscuridad.

No es la primera vez que lo escucha, pero es la primera vez que le hace sonreír de esa forma. Puede apreciar el progreso en Daniel una vez este se ha abierto con el y le a contado como empezó con la pintura, como después de diez años aun se considera un novato en entrenamiento, pese a que ha mostrado cualidades que no muchos pintores tienen, como la facilidad de aprender, de cambiar, de innovar.

- ¿Vas a tomar fotografías? - pregunta, entrelazando sus dedos con los de Daniel por debajo de la mesa. - eso seria asombroso, estoy seguro de que me gustaría ver algunas de esas fotografías en un álbum en mi loft. - sonríe con Danno, al que su aprobación lo hace mas que feliz, por la forma en la que parece orgulloso de si mismo cuando le escucha decir esas palabras. - eres uno de esos autores de la vida a los que les gusta crear, eres un creador.

Las palabras mas hermosas que ha escuchado en toda su vida, se le hace difícil creer que están dirigidas a el.

Es un creador; no hay nada mas hermoso que su primer amor verdadero le diga eso en un momento de inspiración como el que tuvo; no le queda mas que sonreír como un tonto mientras le ve dirigirse al tren de abordaje extrañándole en el segundo en el que se pierde de su vista.


Newark esta fría de nuevo, pese a la cercanía con el verano. Se nota la impaciencia de las personas por salir de vacaciones, irse a Hawaii o algún lugar cálido donde meter los pies, incluso Chin y Kohno hacen planes para sacarlo de casa y llevárselo a su pequeña cabaña de veraneo allí en la isla, todo con tal y dejar de ver la tristeza en sus ojos cada vez que recibe un mensaje de la persona que le roba el aliento. Así que no llega a pasar muchos días quejándose del clima, la primera semana asiste al curso rápido de fotografía, y luego los tres están montados en un avión directo a Hawaii.

Nunca le gustaron mucho las playas, o tener que usar esas camisas floreadas que Chin viste todos los días de su vida, a excepción de para dormir, afortunadamente. Detesta las piñas y las piñas en las malditas pizzas, odia la comida del mar, odia el mar, odia el olor a salitre que desprenden las sabanas donde le toca dormir; y pese a todo eso, sabe que allí debajo de todo lo que no le gusta, esta el aire puro y sereno de un lugar de meditación.

Toma fotos a tal punto que se gasta veinte rollos en solo cinco días, alegre de tener a la propia Kohno para que le acompañe y le sirva de modelo. Aprende de ángulos y de luz, y luego de revelarlas, hace un mural en la cabaña con ellas y le toma fotos con el celular de Chin, enviándoselas a Steve que esta en Paris, metido de cabeza en el museo Parisino ayudándoles con el inventario, no podría estar mas orgulloso de el, pero sabe que no hace falta que lo diga. Steve no solo es bueno en lo que hace, es uno de los mejores, todo el mundo lo quiere, pero su corazón esta en Nueva York, y le gusta pensar que también esta dentro de el.



París ha sido un centro cultural y artístico relevante en la historia occidental desde hacia varios siglos; en ella nacieron, se formaron o desarrollaron sus carreras figuras francesas de la talla de Monet, Molière, Voltaire y Victor Hugo. Desde comienzos del siglo XIX y hasta finales de la década de 1960, París fue el centro mundial del arte, lo que lo convirtió en el gigante que es ahora con respecto a lo que muchos llaman “la forma de expresarse de Dios”. Por eso, Paris es para Steve como la mezquita a un musulmán, debe hacer su peregrinación allá al menos una vez al año. Este año, se pasea por el Museo de Orsay, dedicado a las artes plásticas del siglo XIX desde 1986, y especialmente famoso por sus fondos del impresionismo.

La obra de arte que le trae aquí este año es mas que obvia, “El doctor Paul Gachet” de Vicent Van Gogh, el cuadro pintado al óleo sobre tela que data de 1890, una de las pinturas de Van Gogh más reverenciadas, desde que alcanzó un precio récord en 1990. Una de las ultimas que pinto, y ver esa pintura para Steve es, de alguna forma, doloroso; imaginándose a su maestro en los últimos años de vida, aunque sea solo la segunda versión del cuadro hecha por Van Gogh días después de la primera, aun puede sentir la agonía proveniente de ella y la viveza de los colores que contrastaba con la vida que se le iba a Van Gogh.

Tener el “Ojo de Dios” nunca le dio muchas ventajas en su vida personal, no es como si pudiera ver personas, solo arte, cuadros, franjas de la vida misma plasmada en papel y fotografías, quizás en palabras escritas, pero nunca en personas. Sabe que Danno tiene talento, mucho talento, y que puede explotarlo, pero si no hubiese sido por sus palabras habladas, Steve nunca lo hubiera notado, su arte era especial para el, porque ahora tenia valor sentimental, pero Daniel no tenia esa chispa, la que se necesitaba para ser uno de los grandes. Y ese seria un secreto que tendría que morir con el a toda costa, un secreto que debía morir aquí ahora.

Llora, llora como un niño mientras se repite que nunca le romperá los sueños a Danno de esa forma, nunca, pero nunca quiere dañarle. Las lagrimas le recorren el rostro mientras se lo frota, ignorando las miradas de los guardias de seguridad presentes en el lugar; ignora todo, demasiado concentrado en la persona que ahora sostiene su corazón, mientras maldice su inútil don.

Y pensar que le espera un largo mes de esto.



A su regreso de Paris, pasa las de Caín para poder llegar a su apartamento, encontrando una nota bajo la puerta de su próxima cita con Catherine y un pasaje a Newark, no se detiene allí mas de los cinco minutos reglamentarios para rellenar el feeder de los peces y largarse a la estación de autobuses, con poco tiempo que gastar. Se lleva todo lo que trajo de Paris con el, incluso el fantasma de aquel dolor que se ha jurado dejar atrás pero que no ha podido.

Llegar a Newark de sorpresa no es la mejor idea que ha tenido en todos sus años de vida, pero tampoco es la peor; esta perdido tan pronto llega al centro, sabiendo que debe llamar a Danno tan pronto pisa la plaza central de Newark. La gente le mira como se le mira a un turista perdido, con lastima, y el teléfono de Danno solo repica para cortarse la llamada. Parece fuera de cobertura, el de Chin también, y no tiene el de la amiga de su pareja, por lo que se sienta en la plaza a esperar.

Tiene un Monet que debió dejar en casa en una de las mochilas y le incomoda que le miren cuando lleva algo tan valioso en una mochila. Así que se esta moviendo bastante rápido, buscando un hotel en que quedarse en caso de que Daniel no le conteste el teléfono antes del anochecer. Llega al Hudson a eso de las cinco de la tarde, rendido porque nadie le atienda. Ni siquiera Catherine, es como si el mundo conspirara contra el, y más de una vez se ve tentado a lanzar el celular contra una de las paredes de piedra que pasa en su camino al hotel.

Pide una habitación, y tan pronto esta protegido dentro de las dos paredes, se deja resbalar por la puerta, anonadado por la no presencia aparente de Danno, decepcionado, pero sobre todo, herido.

Se queda dormido allí, y se despierta por la vibración de su celular aun apretado entre sus dedos, es Chin, y el contesta como un hombre desesperado, con el corazón latiéndole en los oídos y al borde de un abismo de desesperación que vuelve a el como una fuerte ola que lo desbalancea mientras escucha la voz de Chin Ho Kelly saludarle.

- Hey, lamento no haber podido contestar, usualmente dejo el celular en casa cuando salgo a la tienda de víveres y no vi tus llamadas hasta ahora. - son las ocho de la noche, comienza a sentirse ligeramente hambriento. - Danno no creo que vaya a contestarte, viajo hoy a California, dijo que tenia asuntos familiares que resolver, me pidió que te lo avisara en cuanto llamaras.

¿Asuntos familiares? ¿De que clase? Esta ahora embrollado con eso, ¿Por qué después de cómo lo trato su familia Danno querría resolver algo? No hay nada que resolver, el mundo es como es por una razón.

- ¿Volvió a California? ¿Cuándo regresa? - susurra, por fortuna se escucha alto y claro al otro lado de la línea telefónica.

- No esta muy seguro, quería que te dijeras apenas tocaras tierra en Nueva York, para que no vinieras acá. Se ha ido esta tarde muy apurado, decía que hoy terminaría con todo, ya sabes como se pone de intenso. - Chin parece despreocupado, quizás porque cree que le ha atajado en Nueva York, y el no va a desmentirlo, le da vergüenza admitir que ha venido corriendo como un niño a Newark en busca de los besos de Danno, de la calidez de sus brazos y de la vida en su sonrisa.

- Por casualidad… ¿sabes donde vivía antes?

- ¿Planeas ir a California? Wow, ¿realmente te importa? - hay algo cálido en Chin que solo ha encontrado en Cath, ese afecto familiar que siempre añoro y que hasta que conoció a Cath no supo apreciar del afecto falso que le propiciaba esa parte del mundo mas interesada en su cuenta bancaria que en el. - No se que es lo que quieras, si es amor o placer con el enano, pero… no le hagas daño, ¿ok? Ya se lo han hecho lo suficiente y no dudare en pegarte un puñetazo si lo haces…

- Es amor. - responde sin dudarlo apenas Chin termina de hablar. - lo que siento es amor. - Paris no solo le dio dolor, sino que le trajo claridad sobre eso, sobre lo que siente por Danno, lo que quiere de Danno. Amor, solo quiere amor.

- Bien, averiguare la dirección con Kohno, le diré que quiere mandarle una postal o algo y luego te avisare, - hace una pausa, como si pensara en lo que decir a continuación. - estas en Newark, ¿cierto? - aunque pregunta, suena mas a una afirmación burlona que saca una sonrisa del curador. - oh chico, a ese Danno le espera una buena entonces.

- Si, si que le espera.

Agradece el favor y se levanta, dejando el teléfono en la mesilla de noche antes de irse a asomar al balcón, respirando el aire fresco de la noche; pedirá algo al servicio de habitación antes de meterse en la cama y dormir bien abrigado hasta la mañana siguiente, sabiendo que le espera otro largo viaje y que lo hará sin rechistar solo porque las ganas de ver a esa persona a la que ama son tan intensas que le marean un poco. Quiere tener a Danno de todas las formas posibles para el solo, quiere enseñarle el estilo pastel en la pintura, hablar con el sobre posibles esculturas con cera, pedirle que le enseñe a hacer pintura de oleo con sus extraños experimentos, pero sobre todo, quiere simplemente tenerle a su lado.

Sentirse completo de nuevo.

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°reto: reversebabybangespañol, *pareja: steve mcgarret/daniel williams, +fandom: h50, =fics

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