Feb 01, 2005 21:40
El viernes falleció Alec Carr, uno de los impulsores y creadores de la Beat Generation. Sí, ya sé que nunca hemos leído una novela suya, ni un poema, ni una canción, sin embargo Alec Carr siempre formó parte de los Beatniks, como una especie de Deus Ex Machina que se movía entre bambalinas, pero sin cuya acción la Generación Beat no seria lo que es hoy.
Este señor fue el que recomendó la lectura de Rimbaud a Allen Gingsberg, y el que le regaló el rollo de papel de teletipo a Jack Kerouac donde redactó On The Road. Sí, y además presentó Kerouac a Gingsberg, y a ambos los llevo hasta Neal Cassady, el archiconocido Dean Moriarty, el outcast padre de todos los outcast de este mundo.
Alec Carr siempre se contentó con ser el editor de ellos, y aunque tuvo algunos problemas con la justicia, quizás haya sido el menos ruidoso de esa generación loca, vaga, maleante, radical y creativa que llevó a la literatura contemporánea mas allá de donde nadie sospechó.
Supongo que ahora estará en algún lugar, junto a Burroughs, lejos. Tan lejos como estuvieron siempre de todos los demás, dedicados a tareas puede que aún más delirantes que las que llevaron a cabo durante su estancia entre nosotros.
Un Cristo Blanco recorre América. Pero hoy llora.