Amelie
De Jean Pierre Jeunet
Amelie es una historia sobre las casualidades poseedora de una fuerza narrativa arrolladora que atrapa dentro de un escenario pintorescamente enfocado pero no irreal, donde los detalles más nimios adquieren el encanto de hechos excepcionales y las personas normales personalidades tridimensionales(casi estereotipados de tan bien definidos) con un par de gestos.
Aunque este narrada en una poética tercera persona el punto de vista que transforma la realidad en un mágico y casi risible conjunto de detalles fortuitos donde los sueños no están tan lejos, es sin duda el de la protagonista: Amelie Poulain es una veinte añera con aires de blancanieves, pero nada menos importante que su edad para definir al ser único de comprensión profunda e inocencia infantil, no fruto del desconocimiento sino de una voluntad de disfrutar cada momento y de ser buena, a pesar de todo.
El verdadero merito de este film, entre realidad y sueño, no es un tema excesivamente original sino el cómo este tema es tratado en una perfecta configuración de todos los recursos fílmicos; La música, los escenarios, los mensajes escritos, los diálogos(especialmente los susurrados con complicidad al espectador). Como prueban sus varias nominaciones a los Oscars respectivos y a su bien merecido Goya.
Los amantes del círculo Polar
De Julio Medem, 1998
Como deja claro el título, ésta es una historia de amor, el amor actualmente nos suena trivial, trillado, y parecemos olvidar que es una de las fuerzas que mueven a la humanidad desde sus inicios. El termino romántico es normalmente expresado de forma peyorativa, lo que lleva que al describir algo nos resulte muy plano, pero este film es de amor, de amor filial, paternal y sobre todo de enrevesado amor romántico, y este film no es plano ni sencillo sino, al contrario, como el amor y la vida; Tan complejo que casi parece ficción.
Sobre la estructura narrativa hay que darle el merito de que siendo, a excepción de los primeros minutos, un flash back, mantenga al espectador interesado con su aterradoramente cruda visión de la realidad, especialmente al tomar los puntos de vista de los protagonistas en primera persona.
La Naranja Mecánica.
de Stanley Kubrick.
Esta no es una obra con doble sentido, eso sería un verdadero eufemismo, la naranja mecánica está tan densamente construída, tiene tanto detalle en cada escena, tanta historia comprimida en cada detalle, que me sorprendería que cada espectador no encontrara al menos dos formas diferentes de interpretarla completamente distintas a las de su vecino. Una de las cualidades excepcionales de este largometraje, quizás ya existente en la novela homónima de Anthony Burgess, es esa multitud de facetas diferentes que posee, a primera vista está la crítica contra la violencia expresada mediante una violencia tan cruenta que hasta el más sádico debe admitirse incomodo; después viene el dilema de si cuando el hombre deja de decidir por mismo sigue siendo humano, sobre el control que el sistema ejerce sobre el individuo; por otro lado encontramos una crítica social hacía la actitud paterna en unos adultos que se niegan a ver a quien realmente si más no han dado la vida y a como el papel de dicho hijo tiene un valor tan puramente rutinario para ellos que puede ser representado por cualquier extraño; volviendo a ley se resalta como los mismos agentes que deben hacerla cumplir son en realidad criminales en si mismos cuyas impulsos violentos han sido reconducidos contra otros de su clase por un sistema que ahora los avala en lugar de castigarlos.
La música, la novena sinfonía de Bethoven a la que el joven criminal es accidentalmente condicionado, crea un clima no dicho y controla los crescendos en el desarrollo de la acción, sumergiendo al espectador a través de algo tan sencillo como el sonido, en los sentimientos del protagonista.
Una visión; si bien es un film cuando menos un poco demasiado explicito que repelería a mucha gente instintivamente creo que la verdadera capacidad de integración, de identificación, debería permitir al espectador comprender aunque fuera parcialmente sino el razonamiento al menos los sentimientos del protagonista. En este sentido el protagonista podría ser descripto como una personificación de las más oscuras pasiones humanas, un ser que representa muchos deseos ocultos y reprimidos y que con su capacidad de dejarlos libres consigue ser feliz, aunque no por ello muy buena fama claro está para el resto de la restringida sociedad. La violencia es parte del ser humano, una parte inseparable de nosotros mismos y que como tal debe ser aceptada, aunque por el bien de la convivencia debidamente controlada. Creo que Kubrick intentaba explicar esto, trasmitirlo, plantear si el individuo que se libera esta realmente enfermo o por el contrario es el único realmente cuerdo.
La otra visión; más evidente y llamativa, y por supuesto complementaria, es la historia o la fabula sobre el poder y el control, que son en el fondo lo mismo. El poder, político, policial, social; sencillamente sobre el poder en general y sobre el deseo humano de poseerlo(en ocasiones mediante la violencia)
El protagonista, capaz de rendirse a sus impulsos sin culpa alguna consigue un grado de felicidad y plenitud paradójicamente alto, teniendo en cuenta que el desencadenante de las mismas es dañino para la sociedad. Pero la sociedad, los políticos y las ley, tienen poder, poder sobre él, que sabe ser feliz. Tienen poder incluso para inhibirle esta macabra dicha. La pregunta intrínseca es si este control supera la humanidad, si ésta incapacidad de decidir entre el bien y el mal es la que realmente nos hace humanos.
De cualquier forma, después de pasar con serias dificultades(siendo agredido sin capacidad de defenderse) el joven vuelve a ser el mismo, de hecho nunca ha dejado de serlo y el único motivo por el que lo aparentaba era la terapia inhibidora de violencia a la que se ve sometido por propia voluntad. El mismo adicto a la violencia solo con una pequeña diferencia, ahora, al igual que a sus antiguos colegas, lo respalda la ley. Al final el poder es el poder y puede convertir la violencia en algo positivo, pero al menos a nuestro protagonista, en el que todos nos ocultamos, no puede cambiarlo ni controlarlo, él está más allá quizás en su locura del poder.
Encadenados de Alfred Hitchcok.
Siendo Hitchcok un director para que el factor identificación juega un papel fundamental, probablemente su obra sea más difícil de apreciar mientras más tiempo pase, lo cual debe considerarse al analizarla fuera del contexto en que fue creada.
A pesar de haber sido filmada en 1946 y por ende probablemente ideada durante la segunda guerra mundial, el tema del nazismo y de las conspiraciones de grupos de este movimiento en los Estados Unidos no son más que un “macguffin” (una mera excusa) para la historia que en realidad se deseaba contar: La historia de un hombre que obliga a una mujer a la que ama a irse a la cama con otro por que es su deber profesional. Basada en una novela corta y filmada a recomendación de David O. Selznick, el director inglés aunque aparentemente la encontró “pasada de moda” pero aceptó igualmente.
Los personajes, a pesar de ser arquetípicos(la femme fatale, el aristócrata fachista, el contradictorio agente secreto, sin olvidar la madre sobreprotectora con evidentes tendencia edípicas) y de llevar varias décadas de retraso consiguen un aceptable nivel de identificación. Desde un principio queda claro quienes son los buenos y quienes los malos, cosa habitual en Hitchcok; Pero en el transcurso del film todo este esquema queda medio desconfigurado al mostrársenos las justificaciones personales tanto de unos como de otros. Por supuesto, al final vence el bien. Pero no es este el mensaje esencial, lo importante es que vence el amor y desde luego también la ya mencionada dualidad de los personajes (léase personas).
Por último debe mencionarse que la actuación, perfectamente adecuada para la época, resulta excesivamente dramática, excesivamente teatral; Lo que inevitablemente le resta realismo al resto de la trama desde el punto de vista de un espectador actual(o del mío al menos).
Bowling for Colombine de Michael Moore.
Bowling for Colombine es un documental sobre la violencia en la sociedad norteamericana, con diferencia, la más violenta entre las naciones del primer mundo. El director intenta mediante datos estadísticos y hechos, demostrar su teoría de la violencia inducida por el temor. Temor que mayoritariamente, según nos demuestra comparando las noticias norteamericanas con las canadienses, se introduce en la sociedad mediante noticias especialmente seleccionadas para ello. De igual forma que para crear estereotipos como los del hombre negro como criminal.
El episodio que da título al film es el que narra los sucesos acontecidos en el Instituto Colombine de Maine, donde dos alumnos entraron armados al colegio y dispararon contra los profesores y alumnos. Y tras matar a una docena de personas y herir de gravedad a otras tantas, se suicidaron. Desde allí se plantea el fácil acceso de un ciudadano medio, incluso un menor de edad, a las armas y la gran comercialización tanto de estas como de municiones, incluso en el supermercado más clásico. Después se muestran varias zonas criminales y enumeran variados casos, entre ellos el de un niño de seis años que asesina a su compañera con un arma que habría robado a su tio. Por último se llega a la comparación de la cantidad de muertes por arma de fuego al año en diversos países del primer mundo, donde los Estados Unidos resaltan de forma aterradora con once mil al año con alrededor de ciento cincuenta como media entre los países considerados. Una visita a Canadá y una breve muestra de sus costumbres, y, por supuesto, un vistazo a sus noticias que permite comprobar que, afirmativamente, no son agresivas como las americanas.
Bowling for Colombine es una apelación a la sensibilidad del auditorio, pero dentro de lo posible ha de intentarse mantener una objetiva neutralidad que nos permita analizar si las causas atribuidas a tan horribles tragedias son realmente lo que parecen y si otros factores no pueden ser parcial o completamente los verdaderos causantes.