Tabla: 30 días.
Comunidad:
30vicios Pairing: Kanda Yuu Allen.
Adv: AU, hints de shonen-ai *que pistas, está claro orz*
Prompt: #12. Encanto, #6. Sentido Común.
Título: Aprendiendo a respirar.
12. Encanto.
Kanda no entendía, frunció el ceño al escuchar las molestas risitas de sus compañeras de trabajo a su espalda, estrujó con fuerza el paño entre sus manos, controlando su volátil temperamento; la última vez que había dejado que su irascible naturaleza saliera a flote, se había quedado sin trabajar por un mes, y actualmente se hallaba un poco satisfecho con éste trabajo. Las propinas y su sueldo cubrían perfectamente sus gastos mensuales, sin necesidad de buscar otro más o de ir con su padre adoptivo. Se tragó su coraje y continúo limpiando una de las mesas de su área asignada.
-Es tan guapo.
-¿A quién crees que espera?
‘Che’, si podría cambiar algo, sería esas ruidosas chicas que tenia por compañeras, realmente le sacaban de quicio; además, ¿qué era lo que veían de atractivo en ese frijol? Kanda lanzó una mirada sucia a una de las mesas que atendía, el cliente ahí sentado le respondió con su mejor sonrisa al verlo volteando hacía su dirección. El muchacho se puso a murmurar cuanta palabrota le viniese a la mente contra el pobre consumidor.
-Siempre viene este día, ¿no? -dijo tímida Lou Fa, apenas llevaba un mes trabajando como mesera en ese local.
-Y a la misma hora- contestó una voz mandona desde la cocina, Fo asomo la cabeza al ver que Kanda entraba con platos sucios. - ¿Más comida?
Kanda asintió. Sí tenía que reconocer algo, era el hecho de que aquel molesto brote de habas era un excelente cliente, quién rayos iba a pensar que en semejante cuerpo -tan debilucho y pequeño- cabría tanta comida. Tronó la lengua, la propina que dejaba aquél ‘inútil’ también era generosa.
Cargo en su bandeja la nueva ronda de platos, más cabreado al notar la mirada maliciosa que la cocinera le había dado al pasarle la comida, dejando de paso a Lou Fa entre confundida y curiosa; joder, con que Fo era la fuente de todos aquellos absurdos chismes que circulaban por el restaurant. Quizás sí la chica no fuera buena cocinera -tenía que admitir que su soba era la más decente que había encontrado por el momento-, consideraría seriamente su trato hacía ella, pero era mujer.
El japonés vio con desagrado que la mesa del Moyashi había sido invadida por alguien más, Lenalee Lee.
-Hola Kanda -lo saludo la chica en cuanto lo vio, Kanda sólo cabeceo.
-Gracias -dijo Allen al ver que terminaba de acomodar la orden.
- ¿Vas a querer algo de comer? -preguntó el mesero ignorando por completo a el albino, siguiendo el protocolo dictado por el restaurant.
-No gracias Kanda, Allen ya ha ordenado por mí -respondió sonriendo, ‘¿qué nunca se cansaba de sonreír?’.
-Bien.
Giro sobre sus talones, había llegado un cliente más.
.
Kanda hizo lo que pudo para ignorar el persistente chachareo entre Bak -su jefe- Fo y Jerry -otro de los cocineros-, tratando de enfocarse en la tarea de lavar los platos.
-Es bastante obvio a quién viene a buscar Allen, no sé porque siguen haciéndose absurdas ilusiones -dijo árida la menuda mujer, rascándose la cabeza de manera desinteresada. -Ya deberían haber captado el porqué siempre se sienta en el mismo lugar éste día.
-Es tan tierno, no puedo evitar pensar lo romántico que es -agregó Jerry con ilusión, Kanda podría jurar que en esos momentos estarían saliendo brillos de sus ojos, de no ser porque estaba de espaldas, - es una lástima que no sea valiente para decirlo directamente.
-No creo que haga falta -sentenció su jefe con una sonrisa-, no es lo que se dice discreto, todos sabemos que viene por Kanda.
El aludido apretó la esponja, lanzándola y quitándose el delantal y saliendo deprisa de la cocina, al fin y al cabo ya había acabado su jornada.
- ¿Crees que por fin se haya dada cuenta? -preguntó Jerry con tristeza al ver que el enojón mesero ya se había ido.
-No quiere aceptarlo Jerry, espero que Kanda acepte pronto sus propios sentimientos -contestó Bak-, después de todo Allen no es una persona que pase desapercibida.
-Imbécil.
Fo se preguntaba por cuánto tiempo más Kanda se resistiría al encanto de Walker, había que ser idiotas para no notar los sentimientos del menor; es decir, quién rayos vendría semana a semana al mismo restaurant en un día en especifico de ésta y tomaría la misma mesa, además no era coincidencia que en aquel preciso día Kanda fuera asignado a esa área.
6. Sentido común.
« Facultad o sentido interno que nos permite relacionar las sensaciones procedentes de sentidos diversos y pasadas con presentes hasta constituir el objeto sensible o unidad perceptiva.»
Mordió su manzana con gusto, saboreando el dulce sabor desperdigándose sobre su paladar, se lamió los labios y cambió de página, debería concentrarse más a fondo si planeaba pasar su examen de física. Observó con intención la hilera de números y formulas descritas en sus libros, buscando entender las gráficas.
-¡Allen~!
Levantó la vista y vio aproximarse a su pelirrojo amigo, la sonrisa maliciosa plasmada en el rostro de este le dio mala espina; cerró su libro marcando con cuidado la página en la que se había quedado, conociendo a Lavi, Allen estaba seguro que no podría estudiar más hasta que él se marchara.
-Buenas tardes Lavi. -Lo saludó en cuanto estuvo a menos de cinco metros de distancia.
-¿Qué haces aquí? -preguntó su hiperactivo amigo desplomándose a su lado, recargándose cómodamente contra el tronco del árbol en que Allen se hallaba actualmente sentado.
-Estudiando-, contestó señalando el grueso libro de Física en su regazo.
-Hmm, aburrido.
-No todos tenemos la bendición de haber nacido con una memoria como la tuya, Lavi.
Lavi sólo se encogió de hombros aceptándolo, Allen le dio un codazo amistoso, ganándose de inmediato una tanda de abrazos por parte del pelirrojo, seguido de una perorata de cómo maltrataba a su mejor amigo en el mundo.
-Hablando de arcoíris y la paz mundial, ¿y Yuu-chan?
Ahora que lo mencionaba, Allen no había visto al joven samurái en todo el día; a Kanda no le habría gustado la alusión de Lavi, pensó; desechando inmediatamente los vagos pensamientos negó a su amigo el haberlo visto.
-Qué raro, usualmente está la hora es la que utiliza para cortejarte -dijo sin pudor alguno el otro, revolviéndose el cabello tratando de pensar la razón por la que Kanda no habría ido a ver a su Moyashi.
-L-Lavi deja de decir cosas absurdas -refunfuñó molesto el menor, tratando de ocultar su repentino sonrojo, ‘maldito sol’.
-¿Qué?, sólo estoy diciendo la verdad mi querido Moyashi.
-Mi nombre es Allen, y no estás más que inventando cosas raras.
Lavi entorno los ojos, negándose a creer que después de años de conocerse, Allen siguiera sin darse cuenta de los obvios sentimientos de Yuu en torno a él. Por favor, era sentido común, sólo había que notar como Kanda parecía tener un radar para localizar a Allen y comenzar a discutir, a intentar que este centrará toda su atención hacía él. A veces a Lavi le sorprendía la manera que Kanda tenía para cortejar a alguien que le gusta, molestarlo y humillarlo, sinceramente no creía que eso diera un buen resultado tratándose de alguien como Allen. Pero era tierno a su manera, y a su amigo parecía ya no molestarle después de tanto tiempo.
-Allen, Allen, Allen, es obvio que le gustas a Kanda, mira que esa técnica de jalarle las trenzas a la niña que te gusta como en la primaria es bastante popular.
-No es cierto.
Observó con asombro todas las tonalidades rojas en las que se había puesto la cara de su amigo, además del hecho de lo rápido que podía ser cuando salió corriendo.
Jo, Kanda tendría que ser más explícito con Allen, sí quería llevarlo a algún armario dentro de la escuela.
...ahora seguiré con la teoría de conjuntos.