15: Figura - Tabla Ventura
Tabla: Ventura
Fandom: Harry Potter
Claim: Ginevra Weasley/Harry Potter
Tema: #15 Figura
Nº de palabras: 559
Advertencias: ¿Spoilers 7º libro?
15: Figura
Es en estos momentos que más te echo de menos.
No cuando los Carrows nos torturan, o tenemos que enfrentarnos a Snape. No cuando hay que pararse al frente del ED- con verdadera autoridad, y respeto ganado a fuerza de sangre-, consolar a niños de primero, o discutir con los pocos incrédulos- o traidores- que quedan de cuarto para arriba.
No. Te extraño en estos momentos de íntima calma, de charla revolucionaria y planes utópicos. En estos momentos que- todos lo sabemos- acaban degenerando en un aquelarre de alcohol y liberación de deseos y tensiones reprimidos.
Por supuesto que no te extraño con ánimos de que seas una figura autoritaria que nos repruebe con el ceño fruncido y vuelva a llevarnos por las sendas del bien- si necesitara a alguien que cumpliera esa función, extrañaría a Hermione, y no a ti. Pero no necesito eso. Porque no veo absolutamente nada de malo en estas… ¿fiestas? Porque se dieron de manera natural y espontánea. Porque son la mejor catarsis con la que podemos contar. Porque son, también, sólo una forma más de rebelarnos: porque tenemos quince, dieciséis y diecisiete años, y no vamos a permitir que nos cercenen la alegría, que nos prohíban el descontrol que nos es inherente, que anulen nuestro albedrío y nuestra libertad.
Pero aunque las apruebo, las apoyo y en cierto modo las estimulo, no puedo disfrutarlas. No puedo evitar pensar en ti.
No es una necesidad física sustentada en la envidia que podría provocar la contemplación del placer ajeno. No negaría- porque sería ser hipócrita, y sabes que detesto eso- que echo de menos tus besos y el hueco de tu regazo que parecía hecho a medida para coincidir con la forma de mis piernas; pero lo que verdaderamente echo en falta es tu ternura. Tu sentido del humor. Tu alegría. Tu tranquilidad. Tu sonrisa. Tus dedos enlazados con los míos, que son el asidero más firme a la realidad y a la vez lo único que necesito para ser tan feliz como si estuviera volando.
Y aunque a veces pueda parecer lo contrario, como no me hace- tanta- falta tu libido y tu cuerpo, no me hace falta el niño que vivió, el Elegido, el Mesías. Me hace falta Harry, amor, compañero y amigo.
Me hace falta un abrazo al lado de la ventana de la Sala Común. Me hace falta un apoyo firme cuando mi mundo tambalea- y no se le puede echar la culpa sólo al alcohol.
No pido al hombre y reniego del héroe- porque son una misma figura indivisible-, pero quiero a uno y acepto al otro con más resignación que buena voluntad. Aunque me moleste, no podría no hacerlo: también me reconozco como bipolar; aunque, seguramente, en mi caso sea mucho menos definido- ya que es fruto de una dependencia directa de mi carácter, y no de decisiones ajenas y condiciones externas, como en el tuyo- la mujer y la rebelde no son exactamente la misma.
Y es en estos momentos cuando me gustaría poder creer en al ilusión de que soy una adolescente normal, sin un estigma oscuro, sin un presente de pesadilla y de redención, pero también sin una recompensa de valor incalculable esperándome al final del Vía Crucis; cuando más mujer me siento, y te necesito más hombre, que más te echo en falta.
Fandom: Harry Potter
Claim: Ginevra Weasley/Harry Potter
Tema: #15 Figura
Nº de palabras: 559
Advertencias: ¿Spoilers 7º libro?
15: Figura
Es en estos momentos que más te echo de menos.
No cuando los Carrows nos torturan, o tenemos que enfrentarnos a Snape. No cuando hay que pararse al frente del ED- con verdadera autoridad, y respeto ganado a fuerza de sangre-, consolar a niños de primero, o discutir con los pocos incrédulos- o traidores- que quedan de cuarto para arriba.
No. Te extraño en estos momentos de íntima calma, de charla revolucionaria y planes utópicos. En estos momentos que- todos lo sabemos- acaban degenerando en un aquelarre de alcohol y liberación de deseos y tensiones reprimidos.
Por supuesto que no te extraño con ánimos de que seas una figura autoritaria que nos repruebe con el ceño fruncido y vuelva a llevarnos por las sendas del bien- si necesitara a alguien que cumpliera esa función, extrañaría a Hermione, y no a ti. Pero no necesito eso. Porque no veo absolutamente nada de malo en estas… ¿fiestas? Porque se dieron de manera natural y espontánea. Porque son la mejor catarsis con la que podemos contar. Porque son, también, sólo una forma más de rebelarnos: porque tenemos quince, dieciséis y diecisiete años, y no vamos a permitir que nos cercenen la alegría, que nos prohíban el descontrol que nos es inherente, que anulen nuestro albedrío y nuestra libertad.
Pero aunque las apruebo, las apoyo y en cierto modo las estimulo, no puedo disfrutarlas. No puedo evitar pensar en ti.
No es una necesidad física sustentada en la envidia que podría provocar la contemplación del placer ajeno. No negaría- porque sería ser hipócrita, y sabes que detesto eso- que echo de menos tus besos y el hueco de tu regazo que parecía hecho a medida para coincidir con la forma de mis piernas; pero lo que verdaderamente echo en falta es tu ternura. Tu sentido del humor. Tu alegría. Tu tranquilidad. Tu sonrisa. Tus dedos enlazados con los míos, que son el asidero más firme a la realidad y a la vez lo único que necesito para ser tan feliz como si estuviera volando.
Y aunque a veces pueda parecer lo contrario, como no me hace- tanta- falta tu libido y tu cuerpo, no me hace falta el niño que vivió, el Elegido, el Mesías. Me hace falta Harry, amor, compañero y amigo.
Me hace falta un abrazo al lado de la ventana de la Sala Común. Me hace falta un apoyo firme cuando mi mundo tambalea- y no se le puede echar la culpa sólo al alcohol.
No pido al hombre y reniego del héroe- porque son una misma figura indivisible-, pero quiero a uno y acepto al otro con más resignación que buena voluntad. Aunque me moleste, no podría no hacerlo: también me reconozco como bipolar; aunque, seguramente, en mi caso sea mucho menos definido- ya que es fruto de una dependencia directa de mi carácter, y no de decisiones ajenas y condiciones externas, como en el tuyo- la mujer y la rebelde no son exactamente la misma.
Y es en estos momentos cuando me gustaría poder creer en al ilusión de que soy una adolescente normal, sin un estigma oscuro, sin un presente de pesadilla y de redención, pero también sin una recompensa de valor incalculable esperándome al final del Vía Crucis; cuando más mujer me siento, y te necesito más hombre, que más te echo en falta.