Fandom: Glee- RPF
Título: Pequeños vicios
Personajes: Darren Criss. Chris Colfer.
Extensión: 1356 palabras que cuentan para el
dekasem .
Notas: Dedicado a
michan_kitamura . Porque si. Porque fangirlea conmigo en LJ, MSN y facebook en simultáneo. Porque sabe de que color es el cepillo de dientes de Darren Criss. No entra ni de coña en el universo de Old Marriage Couple, pero después de ver la corbata desarreglada de Chris.... you know. No pude contenerme... e incluso me las arreglé para incluir toneladas de fluff xD
Advertencias: Spoilers de 2x16 Original song. Slash, pero eso podrían imaginárselo. Lenguaje. Uno indiscriminado de la cursiva (pero conmigo deberían estar acostumbrados). Uso de fangirlismos varios, porque en mi head!canon estos dos son a cual más fangirl.
Había algo de morboso en esas manos grandes, de dedos largos, pero suaves como las de una princesa.
Bueno, si tenía que ponerse a pensar, había muchas cosas morbosas solo en esa situación, y las manos de Chris quizás eran de las menos resaltables. Muchas cosas eran un poco kink para Darren, que no poseía esos grandes vicios que pueden terminar incluso en la muerte, sino que era amigo de los pequeños placeres y de los pequeños vicios. Y en ese mismo momento, tenía una mezcla para satisfacer toda clase de pequeños vicios- e incluso algunos no tan pequeños; uniformes, ropa de trabajo, lugar de trabajo, (¡compañeros de trabajo!), semi-público. Darren ronroneó como un gatito, y perdió el hilo de sus pensamientos. Si Chris pensaba seguir besándolo justo en ese punto, donde el cuello se convertía en la clavícula, bastante poco iban a importarle los pequeños kinks, e iba a arrancarle la ropa allí mismo, con compañeros de trabajo o sin ellos.
- Chris, Chris…- Y se odiaba un poco a si mismo, porque en su voz había más deseo y súplica que el llamado de atención que pretendía hacer. Y se odiaba, pero no podía evitar sentir que eso lo excitaba un poco también, sentir que era capaz de quedar reducido a nada, simplemente bajo la gracia de los labios de Chris.
- Mmmm.- Respondió el menor, sin que esa respuesta pareciera en lo más mínimo interesada en entablar una conversación.
Y Darren realmente quería parar, apartarlo de su cuerpo- aunque solo fuera a distancia de beso- y decirle que tenían que ir a grabar, que Ryan iba a ponerse como loco y que, demonios, iba a necesitar un par de minutos- unos cuantos pares de minutos- para estar presentable, porque había un par de cosas que el resto del elenco seguramente iba a notar. Darren realmente quería parar, pero lo último que quería en el mundo en ese momento era parar. Tal vez eso no hiciera sentido en la mente de nadie más, pero tenía mucha coherencia en la suya propia (lo cual no era marco de referencia para nadie, ya que en ese momento “Holy shit, virgen mis pelotas, Chris Colfer, ¿quién te enseñó a hacer eso con la lengua?” estaba en su podio de pensamientos coherentes).
Ok, definitivamente no iba a poder reaccionar al respecto mientras tuviera la lengua de Chris pegada a su piel, y la piel de Chris pegada a su piel. Y las manos de Chris, que se escurrían por debajo de la chaqueta de Dalton, investigando, palpando, jugando, mientras su boca continuaba dejando un rastro de besos y pequeñas mordidas por el cuello de Darren. ¿Cómo demonios se las estaba arreglando su cerebro para no haber implosionado aún? Aún en medio de los gemidos y las rodillas de gelatina, Darren se las arregló para que la boca de Chris abandonara su cuello y se concentrara en su propia boca. No era que ese contacto fuera menos agradable, o menos estimulante: simplemente era un contacto que Darren podía manejar. Cada vez que la piel de Chris- ya fueran sus manos, su cuerpo, sus labios incluso- entraba en contacto con su propia piel, Darren perdía muchas cosas. El equilibrio y el sentido del espacio y el tiempo siendo solo las primeras de la lista.
Lo besó en la boca y no pudo evitar sonreír en medio del beso al sentir que las piernas de Chris se aflojaban un poco ante el contacto. Descubrir que no se es el único siempre es un consuelo, aunque sea pequeño. Lo tomó de la cintura y escuchó a Chris gemir dentro del beso. Que jodidamente excitante que era ese chico, por los pantalones de Merlín. Oh, Darren, terminar el contacto, componerse un poco, ir a grabar, evitar que Ryan los asesinara a ambos varias veces y bajo dolorosos métodos, ¿recuerdas?
Las palabras sonaban lejanas en su cerebro, como parece extraña aquella palabra que se ha repetido demasiadas veces. Bueno, a fin de cuentas, era culpa de Ryan, por haber intentado imponer que Darren y Chris interactuaran lo menos posible durante la filmación de Original Songs, para “generar en ustedes la expectativa misma de Kurt y Blaine”, y haber adiestrado al resto del elenco con esa finalidad. Si Chris se las había ingeniado- Darren no sabía cómo, pero tampoco había tenido suficiente tiempo como para preocuparse por esos detalles- para atacarlo camino al set de Dalton, bueno, no era su culpa.
Sin embargo, Darren a veces sentía sobre sus hombros la responsabilidad de ser el mayor- y si alguien intentaba siquiera insinuar que Chris era mucho más maduro que él, Darren lo silenciaba con un ominoso shhhhh-, y creía que tenía que proteger y cuidar a Chris. (Pero que Chris no se enterara, porque sino Darren se iba a quedar sin sus manos de princesa por un largo tiempo, y no creía poder soportarlo). Así que, por mucho que le resultara horrendamente doloroso, se las arregló para transformar el beso de una batalla campal en una caricia.
- Chris, tenemos que ir a grabar.- Y se separó con un beso esquimal, indeciso entre reír y llorar por el gesto adorable en el que Chris se las había arreglado para transformar su boca, que apenas instantes antes parecía sólo una vorágine de oscuro deseo y perdición.
- Oh, bueno, si es extremadamente necesario… Tú te lo pierdes.
Y era tan condenadamente adorable que Darren tuvo que besarlo otra vez, lento, con los labios abiertos pero sin lengua, más una promesa que una demostración.
- Por supuesto que soy yo quien pierde.
Chris sonrió, y Darren sintió el repentino impulso de dar saltitos. Siempre que Chris salía de un beso sonriendo, solo podía significar algo bueno. Chris le rehízo el nudo de la corbata y le acomodó el uniforme de Dalton (ya sabes, no podemos permitir que Dapper!Blaine salga con un pelo fuera de lugar, o no sería Dapper!Blaine). Darren se dejó hacer. Le gustaba cuando Chris le acomodaba la ropa. Era uno de los tantos detalles que lo hacían sentirse cómodo y seguro. Que le hacían sentir que las manos de Chris, fuertes, masculinas, de dedos largos, pero tacto de seda y porcelana, eran su verdadero hogar.
Chris comenzó a acomodar su propia corbata, que apenas estaba desarreglada- y Darren se encogió un poco de la vergüenza y la culpa ante la realización de ese detalle. (Y si, antes de que a nadie se le preguntara, el ser un hobbit no le imposibilitaba encogerse… aún más). Lo tomó de las manos- el contraste entre su piel y la de Chris nunca dejaba de parecerle algo increíble- y Chris alzó los ojos para mirarlo, sorprendido..
- Déjala como está. - Y con un gesto de la cabeza enfatizó que se estaba refiriendo a la corbata. Chris alzó una ceja de esa manera que había hecho tan propia de Kurt, y Darren no pudo evitar reírse. - Estoy seguro de que volverás locas a tus fans con solo tener la corbata un poquito desarreglada.- Se acercó a su oreja, y recorrió el lóbulo lentamente con la lengua.- Imagínate qué pensarán que habrás estado haciendo.- Pudo sentir como Chris tragaba, lenta, pesadamente. Como dolorosamente.- Imagínate lo que yo estaré pensando… que podemos hacer luego.
Chris se separó con un chasquido de la lengua y le dirigió una mirada furiosa.
- ¿Cómo se supone que ahora vaya a filmar el primer beso de verdadero amor de Kurt?
Darren sonrió. Esa sonrisa que no usaba para Blaine, y que le hacía doler las mejillas si la usaba durante demasiado tiempo. Últimamente, a Darren le dolían mucho las mejillas.
- Oh, no porque sea un primer beso significa que vaya a ser puro y casto. - Y le guiñó un ojo. Chris le respondió con un gruñido.
Darren se las arregló para darle un último beso en los labios y desacomodarle un poco más el cuello de la camisa, aunque Chris pareciera dispuesto a morderlo… y no de la buena manera.
Darren Criss era un hombre de pequeños vicios. Y Chris Colfer, ojos azules, piel de porcelana, manos de pianista, estaba lleno de pequeños vicios.