Después de eso
El pequeño departamento aún estaba repleto de más cajas que de hogar, y después de una noche sin poder dormir, lo que Diego menos quería era tener que enfrentar su caos. Sin embargo, esa tarde su mujer volvería con la niña al departamento, y no quería que lo viera en ese estado.
La sangre ya estaba coagulada y la alfombra irrecuperable. Cuando salió de la habitación, y al solo respirar, Diego tuvo que salir corriendo al baño por la arcada que le dio el olor a fluidos en la sala. Vomitó más ácido estomacal que comida, claro, porque desde lo de ayer no había podido comer.
Medio sonrió, en el fondo orgulloso. Nadie se hubiera pensado que él sería capaz de hacerlo. No Dieguito el cobarde, el que prefiere salir perdiendo que alzar la voz, al que su mujer tiene que defender, porque por él mismo, jamás lo hace. ¡Y, aunque fue muy duro, ayer él se hizo cargo!
Recordando que ya lo peor había pasado sin que se derrumbara, se puso pasta dental en el bigote medio crecido y salió para limpiar. El olor ya no llegaba tan fuerte a su nariz, y el estómago dejó de molestarle.
Más rápido de lo que creyó, dejó el suelo limpio. Diego se levantó, miró con satisfacción el azulejo prístino, y tomó la bolsa con la alfombra dentro para sacarla al cubo de basura. Aunque... sí, ¿podría tener un trofeo, no? En un impulso feliz, decidió cortar una esquina de la alfombra para quedársela de recuerdo. Miró la tela, sonriente. Si alguna vez volvía a sentirse un inútil, la vería y se diría: “Eres un dependiente de oficina que pudo hacer de partero para tu esposa en la sala de tu departamento, eres capaz de todo”.
EDIT: Por favor, comenta ¡YA! El concurso contempla los comentarios y yo publiqué faltando solo tres horas para el final. POR FAVOR, SI LEES, COMENTA, QUE ESTOY EN SERIA DESVENTAJA POR ESO!!!!